domingo, 17 de noviembre de 2024

Transformers: el despertar de las bestias

Transformers: el despertar de las bestias continúa el lucrativo universo de los robots convertibles. Un universo que resulta ser bastante más lucrativo que cualitativo, porque salvo la primera película y, quizás la segunda, la franquicia se desliza por una pendiente pronunciada hasta el inevitable abismo.

No se puede negar que se buscan puntos de interés nuevos. De esta forma, esta será la primera vez que veamos a los robots animales en pantalla: los maximals y sus enemigos, los terrorcons. O sea, un traslado de la dicotomía autobots-decepticons en el reino animal. Vaya por delante que el actual líder de los maximals no es otro que Optimus Primal, un nombre que recuerda poderosamente al de otro líder carismático. 


 

Añadamos a una entidad superior, Unicron, que por supuesto no quiere nada bueno. Añadamos también un artefacto, la llave transwarp, que permite a quien la use abrir portales en el espacio y en el tiempo. Ni hay que decir que si Unicron consigue esta llave, la cosa se va a poner bastante mal para los habitantes de este planeta, tanto orgánicos como cibernéticos.

Un protagonista inadaptado, que tiene que hacer cosas discutibles para salir adelante, pero que tiene un corazón que se le sale en el pecho de bueno que es, por accidente toma contacto con los autobots cuando intenta robar un porsche que resulta ser uno de ellos disfrazado.

De esta no original manera, Noah Díaz se va a ver involucrado en un conflicto cósmico entre el bien y el mal, con tintes ecológicos propios de los tiempos actuales. La chica de esta entrega es Elena, trabajadora del museo en el que la llave transwarp está almacenada, identificada por los atrasados humanos como un artefacto indígena desde que una expedición se la trajera de la Amazonia en 1994. 

 

No se puede negar que los diseños resultan impactantes

Ya tenemos el lío, más o menos superficial, que será la excusa para el despliegue de los efectos visuales que, como siempre, serán impactantes con las transformaciones robóticas al frente. Sin olvidar las escenas de lucha en la que la cámara sufrirá el pertinente baile de san Vito, propio del estilo Michael Bay.

Serán algo más de dos horas de frenética actividad sin una sólida base ni argumental ni interpretativa, sostenida única y exclusivamente por el poder visual de la propuesta. Los fanáticos la disfrutarán, mientras el resto de los mortales la olvidarán tan pronto la consuman.

No obstante, mientras las películas sean rentables y el público vaya a verlas, mucho me temo que tendremos robots para rato. Y esta última entrega todavía lo ha sido, con más de cuatrocientos millones de facturación y un presupuesto algo inferior a doscientos millones. Aún así, se ha quedado en el límite inferior de lo que se considera rentable, al tener que sumar todos los gastos promocionales. 

 

No puede faltar el honorable Optimus Prime

No añadiré nada más a todo lo dicho. Solo que en imdb cotiza a un 6,0 que, visto lo visto, hasta me parece demasiado.

Solo para muy cafeteros.


domingo, 3 de noviembre de 2024

La llamada de lo salvaje

 Estamos ante la enésima adaptación de la novela homónima que escribió Jack London a principios del siglo XX. Hasta nuestro replicante favorito Rutger Hauer se llegó a poner la piel del bueno de John Thornton. Y antes que él, el mítico Clark Gable.

Buck, un enorme perro que vive de forma plácida en la casa de sus dueños en California, es secuestrado y trasladado a las tierras salvajes que bullen de actividad con la fiebre del oro que acaba de estallar. 



Su carácter bueno es en principio incompatible con la dureza de la vida a la que se enfrenta, como perro de trineo. Por eso algunos de sus dueños le someterán a brutales castigos que buscan obligar por la fuerza lo que no es capaz de hacer por voluntad propia No obstante, a su inherente bondad hay que sumarle una tenacidad fuera de lo común, que será apreciada sobre todo por los dueños más amables y que le servirá para liderar el equipo de perros de trineo del que forma parte, deshaciéndose del anterior macho alfa que controlaba el grupo a base del miedo.

Porque Buck, el pobre, tendrá un buen puñado de dueños. Unos peores, otro mejores, aunque elegirá por voluntad propia a John Thornton, un buscador de oro alcoholizado y atormentado por los recuerdos de su familia, que ha postergado en busca del sueño de riqueza que arde por el país como la yesca. 

 

Incluso tendrá épocas de total libertad, en los que se hará apreciar por una manada de lobos que merodean la zona y, sobre todo, por su hembra alfa, que será la culpable de que Buck se debata entre su fidelidad a su dueño por elección y la llamada de lo salvaje que arde en su interior.

No hay nada nuevo bajo el sol, entonces, más allá de unas imágenes espectaculares, supongo que muchas de ellas creadas con ayuda del CGI, incluso el propio Buck. A veces canta mucho, sobre todo cuando el perro tiene expresiones más humanas que perrunas, pero el resultado es razonablemente bueno a pesar de esa humanizacion del animal que me resulta más discutible. 

 


Se añade también alguna trama de traición y codicia, que no puede faltar en una historia de buscadores de oro desde los tiempos de El tesoro de Sierra Madre. Ahi sí que no hay nada que discutir, porque el carácter humano no deja de dar sorpresas desde nuestros primeros pasos como especie, capaz de lo mejor y de lo peor.

Encuentro a Harrison Ford bastante avejentado, pero se maneja mejor que en películas de pura accion como las últimas de Star Wars o Indiana Jones. Sin ser un actor sobresaliente, más bien tirando a medianejo, construye un John Thornton creíble.

 

Chewbacca y Han Solo

 

Mención especial merece Omar Sy. El actor francés se come la cámara cada vez que sale en la cinta, encarnando a Perrault, el encargado de llevar el correo al remoto lugar en el que vive Thornton y que rescata a Buck de un futuro oscuro.

La llamada de lo salvaje cotiza hoy a un 6,7 en imdb. Un poco sorprendente y un poco alto para lo que en realidad es la película.



jueves, 31 de octubre de 2024

Mass Effect: Edición Legendaria (PS4)

 Hay juegos que es necesario jugar en cualquier circunstancia, porque han marcado hitos en la historia de los videojuegos.

He sido un gran aficionado a los videojuegos de PC, pero desde la pandemia solo juego en consola y he cambiado mis hábitos de juego. De la estrategia y el rol he pasado a juegos en los que la historia y los personajes priman por encima de las mecánicas y las estadísticas. Así he podido ver varias joyas de la industria y espero continuar haciéndolo.

En uno de mis últimos cumplieaños me hice con una edición física de Mass Effect, en su edición Legendaria, pagando el 100% de su precio, unos sesenta o setenta euros del ala. Apenas sabía nada de la saga, más allá de que era una de las imprescindibles en PS3, con tres juegos editados en 2007, 2010 y 2012. 


Cuando empecé Mass Effect me encontré con un juego superado en el apartado técnico por cualquiera de los que había jugado antes. El choque fue importante y casi me echa para atrás. Por suerte, aguanté el tirón y acabé esa primera parte, que es bastante corta.

Por encima de los gráficos desfasados, la jugabilidad limitada, los escenarios repetitivos de las msiones secundarias, el pequeño número de PNJs en áreas que se suponen llenas de vida como la Ciudadela, me encontré con una historia atractiva y unos personajes carismáticos. Además, a medida que iba avanzando, me sumergía en el fantástico lore de la saga, leyendo con avidez las distintas entradas que me explicaban la historia, las diferentes ubicaciones y las razas, tanto las jugables como las no jugables.

Así, aprendí que la Humanidad encontró casi por casualidad un relé de masa en los confines del Sistema Solar y, de esta forma, dio un salto exponencial en sus posibilidades de exploración de la galaxia. De manera inevitable, chocó con las razas alienígenas que ya estaban establecidas en una suerte de Consejo Galáctico y que desconfiaban de una raza joven e impetuosa. De hecho, se llegó a las armas cuando los turianos atacaron el sistema solar. 

 

Mi Comandante Shepard

Esa profundidad fue suficiente para mantener mi interés mientras perseguía al renegado agente turiano Saren, luchando contra entidades cibernéticas, los geth, que mantienen un conflicto con el resto de la galaxia. Establecí relaciones con la tripulación y con personajes que me acompañaron todo el viaje, como la dulce Liara, el belicoso Wrex y el heroico Garrus.

Una vez superado este primer escollo, continué con Mass Effect 2. Aquí el salto técnico es apreciable en apenas tres años. Más personajes, más misiones y más variadas, más horas de diversión y un sistema de mejora de personajes que permitía personalizar a los miembros del equipo.

El juego empieza con la muerte de Shephard y su posterior resurrección a cargo de la organización Cerberus y su líder, el Hombre Ilusorio. Deberemos formar un equipo para luchar contra los recolectores, unas entidades de tipo colmena que actúan como una especie de heraldo de los Segadores y que se han ocupado de raptar a colonos de diversas ubicaciones.

Nos acompañarán viejos amigos y conoceremos a otros, de los que nos tendremos que ir ganando su lealtad para llegar al final en las mejores condiciones posibles. De todos los nuevos me quedo con Samara, Jack y Tali, pero todos los que te encuentras tienen arcos personales profundos y atractivos. 

 

Foto de familia
  

El juego también es más largo, requiriéndome unas cuarenta horas frente a las quince o así que pude llevar la primera parte.

En 2012 se lanzó Mass Effect 3, soberbio colofón de la trilogía. El juego es ya muy complejo, el apartado gráfico ha mejorado mucho, el mapa, la historia y las misiones son largas y las horas de diversión están garantizadas.

Eché más de 100 horas luchando al lado de mis camaradas, flirteando y cuidando romances con varios de ellos, llorando varias pérdidas, algunas inesperadas y tomando decisiones que a veces suponen verdaderos dilemas éticos.

Mientras tanto, las especies de la galaxia afrontan una lucha sin esperanza contra los Segadores, que han sido despertados como en muchas ocasines anteriores, buscando el reinicio de la vida inteligente y comenzar un nuevo ciclo evolutivo en el que solo la Ciudadela y el sistema de relés de masa permanecen inmutables, esperando a nuevas razas que las encuentren. 

 

La mejora en el apartado visual respecto al juego original es importante

 

En total han sido más de ciento cincuenta horas dando saltos por la galaxia para llegar a un final épico en el que, a pesar de todos mis esfuerzos y de seguir varias guías de juego, fui incapaz de que mi comandante Shepard sobreviviera al cataclismo final. No obstante, su porfiado sacrificio fue suficiente para salvar a todos sus seres queridos.

He podido ver que la Edición Legendaria mejora bastante el aspecto visual de los juegos originales. Aún así, el salto técnico en apenas cinco años fue impresionante.

Muchas horas y muchos meses. Es inevitable que una vez terminados los tres juegos, me quede una sensación de vacío. Pero queda la satisfacción de haber vivido una aventura a escala galáctica y un videojuego histórico.



domingo, 27 de octubre de 2024

Jojo Rabbit

 Tardé demasiado tiempo sin ver Jojo Rabbit, la película de Taika Waititi. Estuvimos a punto de elegirla para celebrar un cumpleaños allá por 2019 (qué lejos parece ya, con una pandemia y un confinamiento en medio), pero al final optamos por otra. Años después la puse un sábado por la noche para verla en familia. El inicio no gustó, sobre todo la escena en la que se encuentran con un grupo de personas ahorcadas en la plaza, y tuve que quitarla y poner otra.

Por lo que sea, quedó pendiente hasta una nueva ocasión, que llegó cuando cogí la covid por segunda vez al inicio del verano pasado. La espinita de no haberla vista en su momento estaba ahí y ya no tenía más excusas, así que la vi durante la convalecencia.

 


El pequeño Jojo es un entusiasta, aunque torpe, miembro de las Juventudes Hitlerianas que tiene fantasías de amistado con Hitler y que sufre un accidente con una granada provocado durante unas convivencias en un campamento de fin de semana.

Su madre (Scarlett Johansson) intenta cuidarle en un ambiente cada vez más opresivo y deprimente a medida que la suerte es esquiva con las armas del Reich, agravado por la ausencia de la figura paterna.

Jojo solo tiene un amigo, Yorki, con el que comparte sus fantasías y resulta ser el único en el que puede confiar (más adelante en la película, me dará un vuelco cuando veo al pequeño Yorki correr con un Panzerfaust durante la defensa de la ciudad). 

 

Madre e hijo

El universo de Jojo saltará por los aires cuando descubra que su madre oculta a una joven judía en un hueco de la pared de su habitación. El niño tendrá que lidiar con el adoctrinamiento recibido durante años, que le ha descrito a los judíos como seres despiadados y sin alma, mientras que su fascinación por la joven crecerá poco a poco.

Juntos tendrán que hacer frente a situaciones extremas como la visita de la Gestapo a su casa y la desaparición de la madre de Jojo, que se convertirá en uno de los momentos más duros de la película en el que resulta inevitable que caiga una lagrimilla. O dos.

El pequeño Roman Griffin Davis encarna a un Jojo adorable con sus rizos rubios y sus grandes ojos azules. Tenía apenas 12 años, pero recuerda poderosamente a Asa Butterfield. La (para mí) desconocida Thomasin McKenzie hace el perfecto contrapunto como la joven Elsa. 

 

Amigos inseparables

Además de la ya comentada y estupenda Scarlett Johansson, el elenco de secundarios está trufado de caras conocidas: Sam Rockwell, Rebel Wilson, Alfie Allen o Stephen Merchant.

La película me encantó. Por debajo de la superficie de su locura, con ese Hitler totalmente desatado en el que se convierte Taika Waititi y el tono de parodia hiriente de los últimos días del régimen nacionalsocialista, navega una dulzura intrínseca de una película absolutamente deliciosa que merece la pena disfrutar aunque sea solo como en mi caso.

No llega a las dos horas, lo que la hace ideal para una tarde cualquiera, y puntúa un dignísimo 7,9 en imdb. Me encanta Taika Waititi en casi todo lo que ha hecho, pero Jojo Rabbit es, sin duda, de lo mejorcito.




domingo, 20 de octubre de 2024

El peor vecino del mundo

Tom Hanks ha participado en un buen puñado de películas, en todos los géneros que uno se pueda imaginar, hasta el punto en que a mi me recuerda de forma poderosa al gran James Stewart. Ahora, frisando los setenta, todavía es capaz de llenar la pantalla con los personajes más variopintos, además de influenciar en la industria como nadie desde su faceta de productor.

El peor vecino del mundo es la historia de Otto, un hombre en el otoño de su vida, que acaba de jubilarse y entrar en una nueva etapa. Bastante corta, parece, porque su primera intención es quitarse la vida para reunirse con su mujer, el amor de su vida, fallecida unos meses antes de cáncer.

Otto lo hace todo según su mentalidad ordenada y metódica, sin dejar nada al azar. Anula los contratos de la luz y del teléfono y ordena y limpia su casa para que esté en perfecto estado de revista cuando encuentren su cuerpo. Pero ese intento de suicidio falla (y algún otro posterior), lo que nos dará la oportunidad de aprender algo más de su vida.

Con Otto como hilo conductor, veremos al resto de habitantes de ese microuniverso que resulta ser la urbanización en la que vive. Conoceremos a sus mejores amigos Reuben y Anita, con los que mantuvo una relación casi familiar hasta que Reuben decidió comprar un Toyota muchos años atrás, unad decisión que Otto, férreo defensor de los coches norteamericanos en general y de los ford en general, fue incapaz de perdonarle.

Prefiero el título original

También veremos al joven Malcolm, el repartidor de periódicos que resulta ser un chico trans al que la mujer de Otto impartió clase y respetó su decisión desde el principio, o Barbl, la influencer que grabó a Otto rescantado a una persona que cayó en las vías del tren.

Pero será la irrupción de Marisol, un terremoto de mujer hispanoamericana que se acaba de mudar a la casa de enfrente con su marido, sus hijas y su avanzado estado de gestación, quien más nos enseñará cómo es en realidad ese viejo gruñón que ha construido una fachada áspera y ruda para ocultar su bonhomía y la calidez de su corazón. Ese corazón enfermo que le impidió su sueño de alistarse en el ejército y que acabará terminado con su vida justo en el momento en que todo volvía otra vez a cobrar sentido.

 

Un vecindario peculiar

 

Alternaremos las vivencias actuales con los recuerdos de su juventud, desde el momento en que conoció a su mujer, su primera cita o el accidente que cambió sus vidas. Y completaremos la historia de su vida con las conversaciones con sus vecinos, hasta tener un dibujo completo.

La historia es entrañable, pero no de forma artificial, sino siguiendo el ejemplo de Otto, de forma ordenada y racional. El desenlace es el esperado y quizá solo el momento es el que no encaja. La enseñanza puede ser la importancia de mantenerse fiel a sus principios y ser una buena persona. Para eso, no hace falta ser simpático. 

 

Marisol, el opuesto de Otto

Tampoco se trata de una película navideña, aunque es inevitable hacer bastantes paralelismos entre Otto y Scrooge. Pero su mensaje la hace perfecta para ver en esas fechas.

Sin ser una obra maestra, la película se ve con agrado incluso la segunda vez. Hace poco la pusieron en televisión, volví a verla y disfruté como la primera vez. En imdb tiene un bastante digno 7,5.

En otra ocasión tendríamos que hablar de cómo el título original A man called Otto se acaba convirtiendo en El peor vecino del mundo (o Un vecino gruñón, depende de en qué hemisferio vivas)


domingo, 13 de octubre de 2024

Buenos presagios (T1 y T2)

Neil Gaiman y el tristemente desaparecido Terry Pratchett escribieron a cuatro manos la novela Buenos Presagios, en la que el demonio Crowley y el ángel Azirafel, después de liarla con el Anticristo, deciden trabajar juntos para evitar el fin de un mundo en el que se sienten muy cómodos y seguros.

Prime decidió realizar una adaptación de esta obra que fue, además de fiel a la fuente, de muy buena calidad, sobresaliendo un reparto encabezado por David Tennant y Michael Sheen, que dan vida al demonio y al ángel respectivamente. Como sucede con otros personajes literarios llevados al cine, el rostro de estos dos actores será ya el que de manera inevitable venga a la mente cuando se lea la novela.  El lado malo, si se puede decir algo así, es que contar con protagonistas de la talla de estos dos, eclipsa de manera inevitable todo lo demás.

 


 

La primera temporada debió ser además un exitazo, porque hace relativamente poco tiempo se estrenó una segunda temporada. La incógnita era saber por dónde iba a ir la historia, porque hasta donde yo sé, no hay un segundo volumen escrito por Gaiman y Pratchett, así que por fuerza tenía que tratarse de algo inédito.

Esta segunda temporada se centra en la desaparición del Arcángel Gabriel (Jon Hamm), que un buen día se presenta en la librería de Azirafel sin saber quién es. Huelga decir que esta desaparición hace que se monte un buen lío, tanto Arriba como Abajo, con ambos poderes desplegando su máxima capacidad para encontrarlo.

La temporada, si bien sigue este hilo conductor, ahonda mucho más en la relación del ángel y el demonio a través de los siglos. Una profundidad que, quizá de manera inevitable, lleva al desenlace de la temporada que, a mi parecer, no resulta satisfactorio. O, al menos, no tan satisfactorio como el final de la primera temporada. 

 


Será porque falta la mano de Terry Pratchett, o porque el rumbo que toma la historia me parece discutible. No estoy muy seguro, porque cuando leí el libro o vi la primera temporada, no supe reconocer qué partes podían ser de Pratchett y qué partes eran de Gaiman.

Lo que está fuera de toda duda es el tremendo trabajo interpretativo de Tennant y Sheen. Solo por eso, merece la pena ver la serie. Pero además tenemos a Jon Hamm, que está también muy inspirado, y a Miranda Richardson, otra actriz de sólida capacidad. Y, como viene a ser habitual en las series británicas, un puñado de secundarios que se apoderan de las escenas sin que lo veas venir, aportando su parte a que el entorno y la historia sean tridimensionales, con la sensación de que detrás de cada cara hay una historia personal que merece ser contada. La presencia en el capítulo final del gran Derek Jacobi brilla con luz propia.  

 

Todo gira a su alrededor

El final me dejó un poco indiferente, aunque también expectante ante una posible tercera temporada que parece estar cada vez más en el aire por las polémicas noticias que rodean a Neil Gaiman, el cual, según dicen, ha ofrecido distanciarse del proyecto.

Si la decisíón fuera cancelar la serie, sería una decepción porque el final de la historia merece ser contado. Los personajes y los actores merecen que se les deje terminar el brillante trabajo, reconocido en ese 8,0 que brilla hoy en imdb.

Sea cual sea lo que pase, por lo menos ved la primera temporada.



martes, 8 de octubre de 2024

Civilization VI (PS4)

 En medio de las intensas historias de The Last of Us y Mass Effect, decidí cambiar de tercio en mi PS4 y jugar algo más pausado y sesudo. Empezé The Bard´s Tale, un clásico desde los tiempos de PC de los años noventa del siglo pasado, pero no me gustó nada en las primeras dos horas, así que como lo tenía descargado desde hacía meses, me puse con Civilization VI.

Es la primera vez que juego estrategia en consola. Antes siempre había sido carne de PC y estaba un poco temeroso de los controles, pero la verdad es que, una vez que le cogí el tranquillo, la experiencia de juego es bastante similar.

Solventado ese primer escollo, me quedaba un mar lleno de bajíos traicioneros en los que embarrancar mi optimismo, porque la verdad es que Civilization VI es un juego inmenso y yo hacía décadas que había jugado alguna versión anterior con un resultado bastante humillante. 

 

César parece un tipo agradable

En esta ocasíón elegí la civilizacion romana entre todas las que puedes elegir, cada una con sus ventajas y desventajas, y me enfrenté a un mapa de tamaño medio con otras cinco o seis civilizaciones contra las que competir.

La sensación de enfrentarse a un mapa totalmente vacío, con un solo colono, e ir creando paso a paso un emporio comercial, tecnológico y militar, es embriagadora. Los turnos se suceden uno tras otro, mientras vas contando los que te quedan para conseguir un avance decisivo, una unidad nueva, evolucionar otras o completar una maravilla. El juego engancha, y de qué manera. Siempre da la sensación de que hay que jugar un turno más. Y luego otro, y otro, hasta que pasan las horas sin darte cuenta.

Las opciones son prácticamente ilimitadas. Puedes elegir la religión de tu civilización, la forma de gobierno, el árbol tecnológico, encontrar héroes de diversos campos que te otorgarán bonificaciones diferentes. Avanzar de forma equilibrada es una tarea homérica. 

 

Un mar de hexágonos

 

Es importantísimo crcer rápido al principio. Yo no lo hice así, y aunque al final conseguí crear varias colonias y tener una extensión apreciable del mapa, muy pronto me quedé encajonado entre las civilizaciones vecinas, que me cortaron el paso a nuevos territorios y recursos muy valiosos. Pero luego hay que crecer con cabeza, porque es necesario que la población crezca y sea feliz y para ello necesitamos comida, recursos y distritos sociales en nuestras ciudades. De lo contrario, la poblacion se estancará y tu civilización también.

Me ha llamado la atención que el controlar el mar es menos valioso que la tierra sólida o, por lo menos, yo no fui capaz de sacarle partido a pesar de ser la única civilización con una flota apreciable.

En cuanto al poderío militar, es imprescindible al principio cuando te encuentras de forma aleatoria con invasiones bárbaras que pueden dar al traste con tu incipiente civilización. Más adelante hay que saber utlizar los recursos disponibles y adaptar el ejército a ello, para evitar desviarlos de lo verdaderamente importante. Tampoco supe entender bien la forma de utilizarlo, ya que aunque me parecía que tenía el mayor ejército sobre el tablero, fue arrasado en apenas 10 turnos cuando mis vecinos persas me declararon la guerra. Ayudó que perdiera gran parte de las unidades intentando conquistar sus ciudades, fuertemente protegidas. Quizá debería haber dedicado mis esfuerzos a destruir sus instalaciones y disminuir sus recursos disponibles. 

 

El cerebro detrás de todo

 

Las opciones de comercio me dieron un buen quebradero de cabeza. No fui capaz de conseguir apenas tratos comerciales que me fueran medianamente favorables y las ofertas que realizaba eran invariablemente rechazadas por las otras civilizaciones. En alguna ocasión en la que fui yo quien rechazaba el trato, la otra civilización se pillaba un mosqueo que nos ponía a las puertas de la guerra.

La guerra fue una sensación interesante. A los persas se les fue pelando el cable por motivos que antes eran intrascendentes, a medida que nos acercábamos al turno final (son 500 turnos, pero se puede ampliar). Yo estaba a punto de conseguir los últimos avances que me llevarían a conquistar las estrellas y, se supone, la victoria total, pero apenas cuarenta o cincuenta turnos antes de ese final, me declararon la guerra y me hundieron. Por eso, la sensación fue un poco de aleatoriedad. 

 

Cuida los recursos y aprovéchalos

 

Echaría unas 60-70 horas en el juego y, aunque me gustó mucho, me parece que se necesita mucho más tiempo solo para empezar a desentrañar algunas de las capas que se esconden debaj o de ese mapa repleto de hexágonos. Solo con ver los cientos de entradas que tiene la Civilopedia (la ayuda de juego), se da uno cuenta de que hay mucho fondo y que resulta fácil ahogarse.

Pero el tiempo dedicado fue más que suficiente para entender por qué Civilization es una saga tan popular, como Total War o Europa Universalis, cada una con su estilo propio, e imprescindible para los aficionados a la estrategia. Ahora se puede encontrar tirado de precio.


domingo, 6 de octubre de 2024

Pelis de Netflix: robos y asesinatos

Hay temas recurrentes en el cine que, de tanto en tanto, producen un puñado de películas, algunas de ellas memorables: los robos y los asesinatos. Como en todo, también hay películas normalitas y otras que son deleznables. La mayor parte de ellas suelen ser entrentenidas y directamente olvidables, de consumo rápido.

Es el caso de Criminales a la vista, que para mi sorpresa es la segunda parte de una película de 2019. Adam Sandler y Jennifer Aniston son un matrimonio que empiezan en esto de los detectives privados y que parecen tener un imán para las situaciones extravagantes.

 

Todo fachada

Invitados a una boda fastuosa de un maharajá indio, el novio es asesinado en la propia celebración, lo que puede llevar a una crisis internacional por la desestabilización de un pequeño país que ni siquiera tiene nombre.

Poco más recuerdo de la trama (se me está acumulando el retraso en las entradas y cada vez hace más tiempo que he visto o leído las cosas que comento), lo que quiere decir que es perfectamente olvidable y sustituible por cualquiera de las otras películas de temática similar que seguro hemos visto.

Criminales a la vista es un producto de Netflix, lo que no quiere decir absolutamente nada, porque también he visto películas de un pelaje parecido, pero que permanecen algo más en la memoria. Lo que pasa es que tanto Adam Sandler como Jennifer Aniston no se encuentran precisamente en la cúspide de la interpretación que, al parecer, siguen teniendo su público porque la cinta puntúa a un digno (para lo que se trata) 5,7 en imdb (la primera parte tiene un 6,1)

En casa, todo hay que decirlo, cumplió su función a la perfección. Entretenida. 

 

Formación en V

Aprovecho para matar dos pájaros de un tiro con Lift: un robo de primera clase, otro producto de Netflix que reproduce, casi punto por punto, las virtudes y defectos de Criminales a la vista.

En esta ocasíón es Kevin Hart la estrella que resulta en el motor de todo el proyecto, en el papel de Cyrus, un ladrón de guante blanco cuya pareja trabaja en el lado de la ley (otro clásico) y que requiere de su ayuda para conseguir detener a un malvado villano, Jean Reno (Juan Moreno para los amigos).

Tendremos algún otro rostro conocido, como Sam Worthington (Furia de Titanes, Avatar), Vincent D´Onofrio o Úrsula Corberó (La casa de papel), que parece seguir los pasos de Elsa Pataky cuando apareció en Fast and furious, y la cinta está repleta de escenas impactantes en lo visual y situaciones que están más cerca del género de los superespías. 

 

Producto nacional

No falta aquí el recurso del sacrificio del héroe en aras de un bien mayor, pero no le pega nada un clímax de emociones a una película que lo basa todo en el artificio y el impacto visual. Los guionistas de este tipo de películas deberían hacérselo mirar. 

También entretenida, de consumo rápido y perfectamente olvidable, en imdb está un poco por debajo con un 5,5.

En todo caso, cualquiera de estas dos películas sirve para zurcir un descosido y pasar un ratito entretenido. Nada más, seamos realistas y no pidamos demasiado.

sábado, 28 de septiembre de 2024

Nada más que dos películas de animación

Estas dos películas tienen varias cosas en común: la primera, y más evidente, es que tienen su razón de ser en dos series de gran éxito que han ido expandiendo su mundo y su historia. La segunda, no tan evidente, es que ambas han sido infravaloradas o ignoradas por el gran público, de forma que me parece inmerecida. Incluso una de ellas ha sido denigrada y arruinada por el público más reaccionario.

La primera película es Lightyear, la historia del personaje “real” detrás del muñeco de acción que se hace íntimo amigo del comisario Woody y que es coprotagonista de cuatro películas que han marcado historia en el cine de animación (vale, a lo mejor la cuarta no). 

 

El hombre, antes del juguete


Lightyear es una película de ciencia ficción, que maneja de una forma muy interesante el concepto de velocidad relativista para estar orientada de forma mayoritaria a un público infantil y construyendo un “viaje en el tiempo” que no es tal, pero que termina jugando un papel fundamental.

La forma en la que el astronauta va modelando su personalidad, a golpe de fracasos y de ir perdiendo el contacto con los que fueron sus compañeros a medida que éstos envejecían y morían mientras él se mantenía joven.

Acompañando de un secundario entrañable, un gato mecánico que se convertirá en su ancla con la realidad, se enfrentará a sus propios fantasmas interiores y saldrá victorioso.

Las críticas a la película estaban mezcladas de forma grosera con una escena que dura unos segundos: el beso de un matrimonio homosexual. Los que lo critican han dejado que el árbol no les deje ver el bosque, una película muy recomendable.

Si no te gusta, echa azúcar
 

No seré yo el que defienda el fenómeno woke en el que estamos inmersos y que en ocasiones ha llevado a decisiones poco entendibles. Pero, en este caso, la historia está construida con tanto mimo, respeto y cuidado, que el famoso beso es visto como lo más normal del mundo.

Una pena que todavía hoy su puntuación de 6,1 en imdb se deba en gran parte a esta oleada de odio que sufrió.

La segunda película es El gato con botas: el último deseo, la segunda película protagonizada por el sorprendente secundario que nos deleitó en varias de las películas de Shrek, también un hito del cine de animación del siglo XXI. Esta segunda entrega me parece muchísimo mejor que la primera, he de decir.

Nuestro amigo felino ha vivido con despreocupación aventuras por doquier, amparado en las nueve vidas que se supone que tiene. La cuestión es que, una a una, las ha ido perdiendo todas. Cuando llega a la última, la perspectiva cambia y el miedo aflora por primera vez a sus ojos. .

 

Emprenderá la búsqueda de una estrella caída que le otorgará un deseo con el que aspira a volver a disfrutar de la vida sin preocupaciones y volver a ser el personaje que fue, lleno de desparpajo y personalidad. 

En su camino se enfrentará a sí mismo, a su antagonista felina femenina con la que tiene una atracción sexual no resuelta y a una particular Ricitos de Oro macarra acompañada por los tres osos. Pero, para raro, el perro que se cree gato. 

Pero el personaje que brilla con luz propia es el villano de la historia: el lobo. Implacable, determinado, invencible, que emprende una persecución infatigable en pos del gato con botas, con una saña que no se puede comprender. Solo cuando se descubre su verdadera naturaleza y la mandíbula se nos desencaja, el dibujo comienza a cobrar sentido.

 

Se come la pantalla

Como El gato con botas: el último deseo tuvo la suerte de no atraer las iras de los extremismos opuestos (que, como todos sabemos, se tocan entre sí), la puntuación en imdb es un flamante 7,8.

Cualquiera de las dos es una película sería una buena elección para pasar una tarde entretenida.

domingo, 22 de septiembre de 2024

The leftovers

 

Me siento un poco avergonzado por la opinión que tengo de The leftovers. Se supone que es una de las mejores series de televisión, si no de siempre, por lo menos de los últimos tiempos y está muy bien valorada en imdb, pero no he entendido nada.

La premisa y el inicio son espectaculares: de repente, el dos por ciento de la población mundial desaparece sin dejar rastro. Nada. Ni una corriente de aire, ni un plop ni nada por el estilo. Simplemente estaban hace un segundo y al siguiente ya no están. 


Accidentes de tráfico, laborales, escenas familiares, todo se ve afectado y lo vemos con ojos de asombro. La cosa promete, no voy a decir otra cosa .

A partir de entonces somos testigos de las vidas de los que se han quedado. Casi cada persona en la Tierra se ha visto afectada por la pérdida de un ser querido. Algunos, los más desafortunados, pierden a más de uno, lo que afecta a su estabilidad emocional. 

Cada uno intenta pasar el duelo lo mejor posible. Algunos consiguen seguir con sus vidas, otros se refugian en la religión y los hay que incluso se niegan a pasar página o que piensan que los que se han quedado son culpables por algún motivo oculto. 


La serie no es nada amable con el espectador. Se dan pocas explicaciones y nos sumrge en ese univrso, a veces opresivo, que resulta ser la vida cotidiana. Y, de tanto en tanto, aparece ese grupo de personas, vestidas de blanco, siempre fumando y siempre silencionsas, que no tenemos ni idea de qué hacen o por qué.

Poco a poco se va desarrollando esa historia a lo largo de tres temporadas, girando en torno a un puñado de protagonistas. Kevin (Justin Theroux), sheriff del pueblo que aparentemente no ha perdido a nadie, pero que su familia se ha autodestruido; su mujer, Laura (Amy Brenneman, que se ha unido al grupo de blanco y cuya pérdida, que veremos más adelante, es especialmente dolorosa; Christopher (Matt Jameson), pastor que vive con su mujer, en estado vegetativo como resultado de un accidente con un coche cuyo conductor desapareción, Nora (Carrie Coon), que al contrario que Kevin perdió a toda su familia en un instante; Patti (Ann Dow), que es la líder del grupo de personas de blanco.

 


El elenco de actores era bastante desconocido para mí en cuanto a nombres, no así en cuanto a rostros, algunos de los cuales reconocía de otras películas o series, como Janel Moloney (de El ala oeste de la Casa Blanca), Regina King (que salía en The big bang theory o la serie de Watchmen), Scott Glenn (capitán del submarino Dallas en La caza del Octubre Rojo) o Liv Tyler

Son pocos capítulos, pero la historia evoluciona, con algún episodio un tanto extravagante, como cuando vemos que Christopher está escribiendo una especie de evangelio en el que, por algún motivo, Kevin es el mesías. 

 

Los pesados de blanco

Aguanté toda la serie, con sus saltos que a veces parecen aleatorios. Incluso scuché varios podcast en los que se hablaba de ella y se intentaba explicar algo del argumento. Pero me ha sido del todo imposible interiorizar una explicación a todo lo que estaba viendo. Así que, al final, ponía los episodios y los veía en piloto automático, casi sin prestar más atención que la que merece el acto de respirar o parpadear, viendo pasar las imágenes ante mis ojos, pero con un encefalograma casi plano.

Y cuaando la serie está llegando a su fin y, parece, que quiere explicar todo, tampoco lo entendí, así que me siento un poco mal, porque para bastante gente es una maravilla. Y es que tiene hoy un 8,3 en imdb, que hay que tenerlo, con más de 116 mil valoraciones. O sea, que debe ser buena. Pero para mí simplemente es una serie rara, en ocasiones entretenida y las más de las veces, aburrida.


miércoles, 4 de septiembre de 2024

Andor (T1)

 Rogue One fue una grata sorpresa en el universo de Star Wars, convirtiéndose con rapidez en una de mis películas favoritas, que considero mucho mejor que cualquiera de las películas que no corresponden a la trilogía original y casi al nivel del Episodio V.

Después de bastante tiempo, en Disney nos ofrecen una serie basada en el personaje de Cassian Andor, al que pudimos ver acompañando a la protagonista de Rogue One y que tiene el honor de ser, creo, el primer rebelde al que vemos matar a alguien de forma preventiva para proteger la conspiración. 

 

Hasta es cartel es bonito

Andor será esta serie en la que vamos a ver la evolución de esta persona, desde un personaje más o menos famoso de los bajos fondos galácticos hasta su inmersión, cada vez más profunda, en la Rebelión.

Estamos ante una serie adulta. Star Wars deja las fanfarrias, el colorido y el maniqueísmo de sus personajes para adentrarse en un recorrido más noir, más al estilo de las novelas y las películas de espías durante la Guerra Fría. La cosa es que, visto lo visto, el cambio le sienta muy bien.

Por fin vemos los entresijos de la conspiración en el planeta capital de Coruscant, los riesgos que asumen los conspiradores, los reclutadores y los reclutados, viviendo una doble vida que sería capaz de quebrar los riesgos del más curtido conspirador, mientras que la Oficina de Información imperial está detrás de todos aquellos que osan oponerse de pensamiento, palabra u obra al Emperador. 

 

Cumple el cupo y sobrevive

Son diez capítulos que se pasan en un suspiro. Tanto los que son más pausados y centrados en las tramas políticas y conspirativas como los que se centran más en la acción, los golpes de mano y los equipos de campo. Capítulos perfectamente ambientados en Coruscant y el resto de planetas, con grupos de personajes, capas sociales, droides y todo lo que es necesario para disfrutar de una buena historia de Star Wars.

Diego Luna, el actor que encarna a Cassian Andor, no es ni mucho menos lo mejor de la serie. Incluso, en ocasiones, tiene demasiada cara de palo. Pero esto lo equilibra, con creces, un enorme Stellan Skarsgard en la piel del conspirador Luthen Rael. Hay escenas que ponen la piel de gallina, sobre todo la forma en la que cambia su actitud e incluso su físico de ser él mismo a hacer el papel elegido de anticuario. Aunque quizá la escena que más se recordará es en la que Luthen desgrana a uno de sus colaboradores no voluntarios, uno a uno, los riesgos que corre y todo a lo que tiene que renunciar por el sueño de la libertad.

Como se recordará el tiempo que Andor pasa en la cárcel del Imperio, las medidas de seguridad, la inmensidad del megaedificio construido en un inhóspito planeta oceánico. Y en la cárcel brilla con luz propia Andy Serkis, desde el principio hasta su imponente "¡No sé nadar!", que sería hasta cómico en unas circunstancias diferentes. 

 

La rebelión no es amable

Genevieve O´Reilly nos presenta una convincente Mon Mothma, idealista senadora que todavía duda ante la necesidad de endurecer la Rebelión mientras camina en el filo de la navaja imperial, sin saber en quién puede confiar en su propia casa. Por su parte, Faye Marsay es Vel Sartha y nos sonará de Juego de tronos.

Pero, cuidado, que la perte imperial también tiene personajes para recordar. Sobre todo Kyle Solle, que encarna a Syril Karn y su implacable persecución de Cassian Andor, y Denise Gough, que es una sorprendente, ambiciosa e impredecible Dedra Meero (y que además ha sido la voz de Yennefer en la versión en inglés de The Witcher III: Wild Hunt)

De todas las series de Star Wars que he podido ver hasta ahora, sin duda Andor es la mejor. Ojalá se haga una segunda temporada que nos solucione los nudos argumentales del final de la T1 y enlace con Rogue One, porque si se hace bien, nos encontraremos ante una trilogía por derecho propio. 

Hoy cotiza a un muy buen 8,4 en imdb. Lo merece.



sábado, 31 de agosto de 2024

Guerreros de Troya

Hace ya bastante tiempo, mi amigo Javi me dejó una trilogía de fantasía que se centraba en Waylander el destructor, un antiguo mercenario que tiene que afrontar nuevas aventuras, a su pesar, mien tras lucha por liberar a su pueblo de un gobernante loco. 

Apenas recuerdo nada de la trama, o de los libros en sí. Solo recuerdo que aquella historia me gustó bastante y que estaba por encima de la media en cuanto a calidad, comparando con lo que era habitual encontrarse por aquel entonces. 

 


Así que me quedé con el nombre del autor, David Gemmell, y hace poco me encontré con esta otra trilogía, con lo que tras sumar dos más dos, decidí hacerle un hueco en mi lista de lectura. 

Guerreros de Troya se compone de tres títulos: El arco de plata, El escudo del trueno y El ocaso de los reyes. Estos títulos van a acercar al lector a los tiempos míticos de la guerra de Troya que conocemos por el poeta Homero, pero lo va a hacer de una forma en la que nos va a enseñar cómo la historia real se convierte, con el paso del tiempo, en mito (me gustó especialmente cómo se aporta una explicación plausible al episodio de Odiseo, Circe y la tripulación convertida en una piara de cerdos). 

El protagonista de la trilogía es Eneas, llamado Helicaón durante la mayor parte del texto, rey de Dardania y aliado de Príamo de Troya en el conflicto que derivará en la Guerra de Troya contra los aqueos encabezados por Agamenón, el rey de reyes. Si algo se puede reprochar a Eneas es que resulta ser demasiado perfecto, demasiado honorable y con unas cualidades físicas y mentales extraordinarias. No obstante, también el autor se encarga de recordaros que una persona puede ser un héroe para unos y un asesino y un pirata para otros. Lo mismo pasa con su enorme galera Janto, que tanto resulta ser un faro de esperanza para los aliados que ven aparecer su silueta en el horizonte como algo terrorífico para los enemigos que se ven sorprendidos por ella.

 


Protagonista sería decir mucho, porque durante las páginas de los tres libros, Eneas pasa mucho rato en un segundo plano y deja la luz a otros, como Calíades y Banocles, un par de guerreros micénicos que, tras enfrentarse a Eneas y sus hombres en el primer título, pasan a ser un par de sus mejores hombres y aliados. 

Otro personaje que se podría considerar protagonista es Andrómaca, que debe viajar a Troya para casarse con el príncipe Héctor, hijo de Príamo. Su futuro se ha profetizado y resulta ser Eneas el hombre al que estaría destinada a amar, con lo que ya tenemos un triángulo amoroso penalizado por un juego de fidelidades y honor que atormentará a sus tres vértices durante todo el tiempo. 

De toda la pléyade de secundarios me quedo sin duda con Odiseo. Gemmell presenta al mítico rey de Ítaca como una carismática mezcla de rey, pirata y comerciante que navega por el Mediterráneo intentando que las mareas de la política no zarandee demasiado su barco. Se dibuja de forma primorosa su relación con su amada reina Penélope, con la que ansía vivir en paz su vejez. Amigo personal de Eneas, se verá partido en dos por esta amistad y la forzada fidelidad debida a Agamenón. 

 


Resulta curiosa la presencia de un personaje misterioso, un egipcio que se llama Gershom y que parece ser bastante más de lo que parece. El texto luego dará pistas de que pudiéramos encontrarnos ante Moisés en la época en la que era príncipe de Egipto, hasta que es reclamado para encabezar un pueblo que le ayudó en una hora de necesidad extrema. 

Sobrevolando como una sombra que todo lo cubre, el mar Mediterráneo es un personaje más. El Gran Verde, como lo llaman en varias ocasiones los personajes, es a la vez bueno y perverso, en la medida en la que proporciona riquezas y aventuras o se convierte en un mar embravecido que se lleva barcos y vidas. Resulta esencial en esa mezcla de sabores y olores que el lector puede llegar a percibir a través de los personajes. 

Y todo con el telón de fondo del conflicto que marcó una zona geográfica hace más de tres mil años y se convirtió en mito universal gracias a un poeta ciego del que no sabemos siquiera si fue real o se trata de otro mito en sí mismo. Pero este soberbio acontecimiento empalidece con las historias vitales de todos los personajes, los citados y otros como Príamo, Agamenón, Néstor y otros que navegan sus vidas hasta que se cumpla su destino. Incluso su desenlace deja de interesarnos frente a las historias personales que nos han acompañado este tiempo, a pesar de la novedosa interpretación que hace el autor de lo que fue el Caballo de Troya. 

 

El autor, tristemente fallecido antes de
publicar el tercer volumen de la serie

La agilidad y facilidad de la prosa de David Gemmell es igual a lo que recordaba, de forma inconsciente, del Ciclo de Drenai. No me cabe duda de que si alguien encuentra un rato para aventurarse en el primer volumen, casi seguro que se sentirá atraído hacia los otros dos y que, seguramente, no se arrepentirá. 

A mí, a medida que pasaba las páginas y me sumergía en el escenario y en una era de héroes enfundados en bronce, me daban unas ganas tremendas de jugar una campaña de la última edición de Runequest ambientada en la época.