domingo, 29 de septiembre de 2019

La red social

La red social, la historia de cómo Mark Zuckerberg desarrolla Facebook. La película ya tiene sus años, es de 2010.

Poco más habría que decir. La película tiene distintos saltos temporales en la historia, bien mostrando el proceso de desarrollo, los inicios en la habitación de la residencia de estudiantes y cómo el invento se va haciendo más y más popular. Entremezclado con eso, vemos el proceso de demanda que su amigo Eduardo Saverin (Andrew Garfield) interpone contra Mark Zuckerberg por un porcentaje de Facebook. 

Relaciones interpersonales


Jesse Einsenberg intenta imitar las poses totalmente antinaturales del Mark Zuckerberg real, pero hay que decir que, en este caso, la realidad supera a la ficción. Es imposible imitar de forma fiel la total frialdad y aparente falta de humanidad que tienen los gestos de Zuckerberg. 

Por lo demás, tampoco es que sea de un grandísimo interés. Quizá la aparición de Justin Timberlake como Sean Parker, mentor de un Zuckerberg embrionario que poco a poco le va influyendo para separarse de sus amigos (si se puede decir que alguien como Zuckerberg tiene amigos). 



La red social quizá pueda considerarse un preludio de la ola de biopics de personajes ultrafamosos que estamos teniendo últimamene, como las películas sobre Queen/Freddie Mercury o sobre Elton John. O no, a lo mejor es que estamos en la cresta de la ola de una nueva moda. 

Tiene La red social una nota de 7,7 en imdb, como también tiene unas críticas bastante amables. Bastante sobrevalorada, me parece a mí. Hueca, en algunos/bastantes momentos. Tanto que se me hace bastante difícil decir algo más sobre ella. 

Una prueba más de que los gustos anglosajones, o mejor dicho estadounidenses, no tienen mucho que ver con los del otro lado del charco cuando a personajes interesantes se refiere. 

Da escalofríos

sábado, 21 de septiembre de 2019

Jurassic World: el reino caído

Jurassic World: el reino caido, es hasta el momento la última película que comenzó con aquella Jurassic Park que en 1993 dirigió el bueno de Esteban Spielberg adaptando una novela de Michael Crichton. 

Tanto Spielberg como Crichton tenían facilidad para construir historias que nos enganchaban desde el principio (bueno, con la probable excepción de Timeline, Rescate en el tiempo) y con la ayuda de los efectos digitales que por aquel entonces comenzaban a asomar la cabeza, crearon una en la que salían dinosaurios. 



Tampoco es que fuera demasiado difícil, digo yo. Los dinosaurios siempre han fascinado a los hombres y, sobre todo a los niños. Luego de la película se convirtió en un delirio y una moda, tanto que hasta un equipo de la NBA recién creado se llamó Toronto Raptors. 

La pena es que después de más de veinticinco años de explotación, es normal que la gente se vaya hastiando. Las ideas originales se van volviendo repetitivas y mundanas, y al final las películas son poco más que una galería de escenas espectaculares que intentan seguir un débil nexo de unión. 

Esto es lo que ocurre en Jurassic World: el reino caído. Aunque sea el mismo director de El orfanato, Lo imposible o Un monstruo viene a verme. Es difícil darle un sello de autor a un blockbuster de una serie que ha sido tanto en la memoria de una generación enamoradad de ver a los titanes jurásicos en movimiento. 

Que se vean quién manda


Pero si además la historia ya la hemos visto de forma similar en la misma saga (en esta ocasión la pareja protagonista vuelve a Isla Nublar para tratar de rescatar a los dinosaurios de la erupción súbita del volcán, para verse envueltos en una trama de venta de armas biológicas - dinosaurios "mejorados" genéticamente). 

Al final, esto es una fumada del quince con los protagonistas de acá para allá, malos muy malos con planes malvados y algunos sustos provocados por bichos con muchos dientes que acechan en la oscuridad. 

Lamentablemente, más de lo mismo. Y, a pesar de todo, recaudó más de mil millones de dólares en todo el mundo. Asi que me temo que tendremos, más pronto que tarde, un Jurassic World 3. 

Una vez más, se demuestra que cuando estiras demasiado el chicle... 

Bryce Dallas Howard, y ya está

domingo, 15 de septiembre de 2019

Penny Dreadful

Tres temporadas y veintisiete episodios tiene en total Penny Dreadful. Una suerte de Liga de hombres extraordinarios, mucho más oscura y con una protagonista femenina indudable. 

Personajes como Sir Malcolm Murray (Timothy Dalton), Ethan Chandler (Josh Hartnett), Victor Frankenstein, John Clare (la criatura del anterior), Dorian Grey, el señor Lyle... todos girando en torno a Miss Vanessa Ives (Eva Green). 




Ambientada en los últimos años del siglo XIX, en el Londres victoriano, en Penny Dreadful se dan cita todos los mitos del terror clásico: vampiros, brujas, el mismísimo Drácula, hombres lobo, vudú, magia negra y magia blanca. Cada uno de ellos tendrá su lugar en los capítulos que conforman el metraje. 

En la primera temporada, el objetivo de los protagonistas es rescatar a la hija de sir Malcolm, amiga de Mina Harker y que ha desaparecido secuestrada por alguien... o algo. 

La segunda temporada se centra en la confrontación con un círculo de brujas que pretende atar a Vanessa Ives con el mismo Diablo. 



La tercera y última temporada, con el grupo separado geográficamente tras el climax de la temporada anterior, es la lucha por rescatar a Miss Ives del influjo del malvado Drácula. 

Tres temporadas de terror y fantasía a raudales, con varias historias secundarias, como la de la criatura y su búsqueda de la felicidad o la del trío antagónico de Victor Frankenstein contra Dorian Gray y Lily. 

La trama principal de cada temporada me gustó mucho o bastante. Personajes como el del doctor Lyle son todo un descubrimiento. Pero las tramas secundarias flojean y pierden interés. A veces se me hacía muy cuesta arriba seguir el capítulo entero y las apariciones de Frankenstein, Gray o Lily me hacían cuestionarme si dejarlo... En cuanto a la trama principal, me llegó a cansar que todo estuviera girando en torno a Miss Ives, no por malo sino por repetitivo.

Pero llegué al final de la serie, quizá demasiado abrupto. Supongo que no tuvo el éxito que la cadena Showtime pretendía y se canceló al final de la tercera temporada. Ahora es una serie de culto y parece que va a tener una continuación, City of Angels, ambientada varios años después.  


El centro de todo, Vanessa Ives


Penny Dreadful me parece, sobre todo, una serie de ambientación y actores. Ambientación porque está realmente conseguida la recreación de la época. Actores porque casi todos están a gran nivel, tanto los habituales como los menos habituales. Me ha gustado especialmente mi redescubrimiento de Timothy Dalton, mucho más que un James Bond de medio pelo. 

Tuve la suerte de poder ver la T1 en version original. He de decir que gana mucho respecto al doblaje en castellano.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Cita con Rama

Arthur C. Clarke es uno de los autores clásicos de la ciencia ficción. Y dentro de su producción, Cita con Rama es una de sus obras clásicas, publicada en 1972.

Resulta ser una historia de contacto con civilización extraterrestre escrita desde un punto de vista hard, ayudada por la tremenda formación científica del señor Clarke. 

La historia comienza con la detección de un objeto en trayectoria de aproximación al Sol que llevará a una cercanía a la Tierra bastante sugerente. Pero poco después se descubre que el objeto es manifiestamente artificial: un cilindro metálico de grandes dimensiones que vaga por el espacio. 



Así que se decide enviar una nave exploratoria para determinar la verdadera naturaleza e intenciones de quien quiera que fuese que haya enviado la sonda. 

Aquí es donde encuentro bastantes similitudes con Mundo Anillo, de Larry Niven. No respecto a la historia en sí (secundaria en caso de Clarke, prácticamente inexistente en el caso de Niven), sino a la forma de describir los artefactos, un anillo y un cilindro. En ambos casos, las descripciones son brillantes, muy brillantes. 

Como hemos dicho, Rama es un cilindro de gran tamaño, liso por su parte exterior pero lleno de protuberancias y depresiones en su parte interior, girando sobre su eje longitudinal para conseguir una gravedad artificial. Su tamaño es tan grande que permite tener diversidad de climas en su interior, bruma, lluvia, etc. Rama es un objeto artificial dificilmente imaginable en

Aparentemente dormido, los sistemas del Rama se activan, en todo o en parte, cuando detectan actividad en su interior. En algunos momentos, la vida de los exploradores corre peligro, por la diferencia de escala entre ellos y lo que son los ramanos. 

Rama. Vista interior


El libro se reduce a la exploración del cilindro. Los factores de tensión de la historia son el poco tiempo disponible para que el equipo pase en la sonda, puesto que la trayectoria de Rama se acerca al Sol para aprovechar el tirón gravitatorio, y la incertidumbre respecto a la naturaleza e intenciones de los ramanos. 

Estos últimos brillan por su ausencia. Los exploradores no se encuentran con ningún ser vivo, pero sí con cierto número de máquinas autorreplicantes que mantienen en funcionamiento el ecosistema. Esto encaja con la teoría de las máquinas de Von Neumann como pasajeros de naves de exploración espacial: máquinas que pueden replicarse a sí mismas y fabricar otras máquinas una vez llegado a destino y preparar la llegada de los colonos biológicos. 

El autor

Cita con Rama es una novela que se lee con agrado y que brilla sobre todo en la descripción del cilindro. Su punto débil es la historia. Vamos, más o menos al revés de lo que pasa en una ópera espacial de esas que hacen pasar muy buenos ratos. Decidir entre un estilo u otro ya es cosa de gustos personales. Yo encuentro tan apreciable uno como otro, aunque también es verdad que si la historia no funciona, el conjunto se puede derrumbar por muy brillante o novedosa que sea la descripción.