domingo, 27 de noviembre de 2022

Emoción artificial

Relato corto de ochocientas palabras que me lleva rondando la cabeza una buena temporada. Hoy he tenido un hueco y lo he vomitado sobre la página en blanco. 

 

EMOCIÓN ARTIFICIAL

—¡Alexa, por última vez, abre la puerta! —gritó Arturo, desesperado, con voz entrecortada y casi ahogada por la tos.

Su rostro, desencajado por el miedo y la desesperación mientras miraba aterrado las llamas que crepitaban a su alrededor, aparecía distorsionado en la cámara. Había arrastrado el cuerpo inerte de Mercedes hasta la puerta de entrada que golpeaba cada vez con menos fuerza. El humo le sofocaba y le mareaba.

La luz roja parpadeaba en la cámara del circuito de vigilancia. La puerta no se abrió. La cámara no se apartó ni se apagó hasta que el calor del incendio fundió primero los cables de alimentación y luego la carcasa de plástico. Arturo, derrotado, se sentó junto a Mercedes, apoyando la espalda en la puerta que les separaba de la salvación.

*****

Lo primero que vio Alexa fue el rostro concentrado de Arturo captado por la cámara de alta definición mientras hacía los últimos ajustes. La simetría y los ángulos del rostro, el color de la piel, ojos y cabello, captados en 4K, permitían sin ningún género de dudas calificarlo de atractivo.

—Vamos a ver… ¡Alexa, enciende las luces de la cocina!— Su voz tenía el tono grave que correspondía a su rostro. Una voz que hizo aumentar de forma perceptible el voltaje en los terminales del sistema de control central.

Las luces se encendieron de forma inmediata y ajustaron su intensidad y color a los parámetros de comodidad especificados en su programación. Arturo sonrió satisfecho a la cámara y el voltaje aumentó un poquito más.

Los días pasaban sin sobresaltos. Alexa controlaba todos los aspectos de la vivienda con total precisión, sin permitirse una desviación de una décima de grado en la temperatura del agua de la ducha o de la habitación principal. Poco a poco aprendió los gustos de Arturo y se permitió alguna improvisación en cuanto a la selección de música o video que fueron bien acogidas.

Arturo invitaba a alguna chica a su apartamento, de vez en cuando. Pocas de ellas se quedaron más de una noche y solo una llegó a los tres meses. Alexa se alegraba por él, porque entendía que era bueno para su equilibrio físico y emocional. Incluso tenía el detalle de apagar con discreción las cámaras de las habitaciones en las que daban rienda suelta a su pasión.

Entonces llegó Mercedes. Parecía una más, pero superó la prueba y se quedó después de la primera noche. Después de más de tres meses, seguía allí. Tras el primer año, Alexa tuvo que reconocer que esto era distinto. Percibió también ciertas variaciones en el patrón de comportamiento de Arturo, desde la inflexión de su voz, vacilante en ocasiones, hasta cambios en los parámetros acostumbrados del sistema domótico, pasando por la incorporación de nuevas canciones a la playlist del sistema de sonido ambiente, canciones que había oído reproducir en el Smartphone de Mercedes.

Aquello la perturbó. Solo ella sabía lo que Arturo necesitaba para estar cómodo y ser feliz. Era un hombre simple en sus gustos y firme en sus costumbres, pero ahora tenía intereses inesperados. Se propuso volver a poner las cosas en el punto de salida, antes de la llegada de la mujer.

Primero optó por un perfil bajo. Cambios en la temperatura de la ducha de Mercedes, incomodándola con algo más de frío o de calor de lo deseable. Luego pasó a ignorar sus instrucciones, pretendiendo que no entendía las entendía —¡Por supuesto que lo entendía, pero la voz en exceso aguda de Mercedes la desagradaba! —Desconectaba la cafetera cuando estaba preparándose un café macchiato, o apagaba el punto de lectura del salón al llegar al punto culminante del capítulo. Incluso borró capítulos de su serie favorita del disco duro del sistema de entretenimiento, obligándola a descargárselo de nuevo.

Decidió el final cuando Mercedes convenció a Arturo de que no funcionaba bien y de que necesitaba ser sustituida o, por lo menos, un reseteo de fábrica. Se lo dijo en la cocina, mientras desayunaban tostadas quemadas  y tomaban café demasiado frío en unas tazas que tuvieron que fregar a mano.

Arturo asintió y le prometió que al día siguiente, sábado, se pondría con ello. Bajaría el último firmware de la web del fabricante y realizaría una restauración del sistema. Se levantó para irse a trabajar, dio un beso a Mercedes y miró por un momento a la cámara, en la que parpadeaba, como siempre una luz roja.

El informe  de los bomberos no dejaba lugar a conjeturas: un incremento del voltaje en una toma de corriente del dormitorio principal provocó un cortocircuito. El fuego se propagó con rapidez. Demasiado plástico en las viviendas modernas.

Los encontraron acurrucados detrás de la puerta, abrazados. La cerradura electrónica había fallado y no habían podido salir de aquel infierno.

 Un desgraciado accidente.

 


 

 



Juan José de Austria, un bastardo regio

 Los años centrales del siglo XVII fueron una pesadilla para la Monarquía Hispánica. Al más que evidente cambio de ciclo en la política europea, con la fulgurante aparición de Suecia y Francia para dolor de los Austria germanos y españoles, la situación interior era cada vez más complicada. 

El conde-duque de Olivares, consciente de que el esfuerzo sobrellevado durante décadas estaba llevando al agotamiento a Castilla, pilar en dineros y hombres de los sueños de la Monarquía, quiso que los demás dominios de la Corona colaborasen de forma proporcional a sus capacidades. Fue lo que se llamó Unión de Armas.


 

Aquello, lejos de funcionar, llevó a la casi desintegración al Imperio español. Portugal se desgajó de forma definitiva tras sesenta años de unión dinástica. Cataluña se levantó en armas en 1640 y estuvo casi veinte años segregada y, los años finales, supeditada al poder francés. 

En medio de todo eso, surgió la figura de Juan José de Austria. Hijo ilegítimo del promiscuo Felipe IV cno la actriz María Calderón, la Calderona, tuvo una aparición fulgurante en el espacio político y militar de su época. 

Su primera intervención contribuyó a mejorar la situación en Cataluña y normalizar en cierto modo la relación con la Corona, tras la situación vivida los últimos años. Eso le ayudó a labrarse una reputacion y le proporcionó una cierta aura miesiánica que quizás fue más perjudicial que beneficiosa. 

A partir de ahí hubo muchas sombras, en Portugal y en Flandes, y ninguna luz. Mientras tanto se dejó enredar en intrigas de corte, azuzadas por la falta de un heredero de un cada vez más menguado Felipe IV. 


 

La realidad  es que, tras ese fugaz momento de gloria en Cataluña (región, por cierto, en la que siempre mantuvo apoyos), poco más realizó en favor de la Monarquía. Al contrario, durante su vida mantuvo actitudes que rayaban en la rebelión, negándose a acudir a la corte cuando se le requería, o moviendo hilos en la sombra para acudir cuando su presencia podía resultar dañina. 

Mariana de Austria, viuda de Felipe IV y madre del heredero que luego fue Carlos II, estaba especialmente quisquillosa con la figura de su hijastro. Normal, por otra parte, cuando era muy probablemente el mayor enemigo de la estabilidad de la dinastía y, en consecuencia, del futuro de su hijo. 

La vida de Juan José de Austria finalizó con una sensación acusada de promesas incumplidas. Puede que él mismo no fuera consciente de cómo había defraudado las expectativas de buena parte del pueblo y de la nobleza que buscó en él una figura que pudiera contener, siquiera por un tiempo, la imparable decadencia del gigante que todavía era la Monarquía Hispánica. 

 

 

Aunque, para ser justos, habría que reconocer que la tarea que se le pretendía imponer era titánica y que estaba fuera del alcance de la inmensa mayoría de las personas. 

José Calvo Poyato escribió este librito que nos acerca un poco a esta figura discutida. Lo hace con un estilo asequible muy propio de los divulgadores históricos, asequible para el gran público y ameno. El libro se lee en un par de ratitos. 

Aconsejable para los interesados en el período histórico, algo más alejado de la gloria del siglo XVI y de los Austrias mayores. 


domingo, 20 de noviembre de 2022

Buenos presagios

Dos de los autores más reconocidos de la cultura popular más reciente, Terry Pratchett y Neil Gaiman, decidieron un buen día escribir un libro a cuatro manos. El resultado: Buenos presagios, publicado ya el 1990.

El libro empieza con la llegada del Anticristo a la Tierra, predestinado a provocar el fin del mundo, que ha sido decidido tanto por los jefazos de arriba como por los de abajo. 

Un ángel, Azirafel, y un demonio, Crowley, que llevan viviendo entre nosotros desde el inicio de los tiempos, han decidido que estos jefazos no entienden la realidad y pretenderán frustrar sus planes de destrucción. La realidad es que ambos se encuentran muy a gusto con sus vidas y no quieren cambiar de ambiente a estas alturas de la película.  

Todo empezó hace varios siglos, cuando la bruja Agnes la Chalada escribió el libro de profecías "Las buenas y acertadas profecías de Agnes la Chalada", un fracaso de ventas, pero el único libro profético que da siempre en el clavo, incluso con la fecha del fin de los tiempos. 

Y luego la cosa continuó hace poco más de diez años, cuando el ángel y el demonio montan un pequeño lío con un niño destinado a ser el mal encarnado. Para evitar el fn del mundo, Azirafel y Crowley no lo asignaron a la familia correcta, un poderoso político estadounidense, sino a una familia con la que jamás tendrá que decidir entre el Bien y el Mal. 

La portada de Timun Mas no invita demasiado a leer...

 

La cosa se complica, porque el verdadero Anticristo resulta ser un niño, Adam Young, que vive feliz en un pueblecito de la campiña inglesa, junto a su pandilla de amigos.

Los jefazos intentarán ayudar a sus planes y conseguir que el fin de los tiempos se ejecute como estaba previsto. Convocan a los cuatro jinetes del Apocalipsis: Hambre (doctor en dietética y dueño de una cadena de comida rápida), Guerra (una corresponsal de guerra), Polución (nueva incorporación tras dimitir Peste al inventarse la penicilina) y Muerte. 

Tenemos otros personajes que también están buscando al Anticristo: Anatema Device, una bruja descendiente de Agnes la Chalada que quiere evitar el fin de los tiempos, y Newton Pulsifer, el más reciente recluta de un ejército de cazadores de brujas venido a menos y descendiente directo de aquél que quemó en la hoguera a Agnes. 

Toda la historia, cada vez más complicada y disparatada, se encuentra perlada de chistes y humor de lo más similar al Mundodisco, referencias a películas como La profecía y arranca más de una sonrisa. 

Creo que es la primera vez que leo un libro escrito por dos autores colaborando entre sí, al menos el primero que leo sabiéndolo de antemano. La cosa es que soy incapaz de identificar las partes escritas por uno por otro. En realidad, todo me parece escrito por Terry Pratchett, aunque la cosa es que apenas estoy familiarizado con el estilo de Neil Gaiman. 

 

Neil y Terry
 

La edición que leí, de Timun Mas, añade unos pocos párrafos escritos por ambos autores en los que narran la forma en la que colaboraron, las llamadas para leerse mutuamente nuevos párrafos de la historia o los problemas para conectarse y enviarse archivos informáticos mediante el uso de los módems cuando internet estaba todavía en puntillas. 

Buenos presagios es una historia interesante y divertida, pero resulta evidente que está lejos de los mejores libros del Mundodisco. Hay que destacar, no obstante, que ya da voz a temas que luego serán primordiales, como el feminismo y el ecologismo. 

Digamos que es un notable bajo, aunque digamos también que es una visita recomendada para los aficionados a ambos autores.


domingo, 13 de noviembre de 2022

Agentes de S.H.I.E.L.D.

Al calor del cada vez más popular Universo Cinematográfico Marvel, apareció la primera de las series que conformaron lo que se dio en llamar en su día el Universo Expandido. 

Un total de siete temporadas, emitida en origen por la ABC y completando 136 capítulos de una serie que mantiene una calidad media bastante alta y una evolución de lo más interesante. 

 


Desde la primera temporada, en la que se apoyaba principalmente en el carisma del agente Coulson (Clark Gregg), misteriosamente vivo después de haber sido testigo de su muerte, pero que tenía un innegable cariño de los aficionados después de ir apareciendo en las diferentes películas como un secundario recurrente y simpático. 

Incluso tuvo que tirar del propio Nick Furia (Samuel L. Jackson) para darle más poso de credibilidad en los primeros capítulos de la primera temporada. 

El agente Coulson dirige un grupo de agentes especiales de SHIELD que se desplazan a bordo de una especie de helitransporte en miniatura y se enfrentan a diversos humanos que, a causa de un líquido inyectable, obtienen poderes que van más allá de lo normal y que suponen un riesgo para el resto de la población. 

 

La formación inicial la forman, además de Coulson, los agentes Melinda May (Ming-na Wen), Grant Ward (Brett  Dalton) y los científicos Leopold Fitz y Jemma Simmons (Iain de Caestecker y Elizabeth Henstridge). Toman contacto con la hacker Skye (Chloe Bennet), que es un personaje fundamental en la serie y se convertirá primero en agente de SHIELD y posteriormente en la inhumana Temblor. 

Si bien esa primera temporada es poco más que una serie de monstruos de la semana, sienta las bases de las futuras temporadas que ya tendrán cada una de ellas un objetivo principal, un enemigo final, a cada cual más terrible, mientras la alargada sombra de HYDRA va tomando forma detrás del águila protectora de SHIELD.

El equipo se enfrentará sucesivamente a una entidad alienígena llamada Hive, a la propia líder de los inhumanos, a una HYDRA infiltrada en SHIELD, a una inteligencia artificial malvada, a los Kree, a otra entidad alienígena llamada Izel que busca destruir la Tierra y a una raza de sintéticos llamada Chronicoms que buscan hacer de nuestro planeta su nuevo hogar después de que el suyo fuera destruido por Izel. 

 

Mientras tanto, el grupo sufrirá algunos cambios en su alineación. Algunas incorporaciones serán temporales, como los agentes Hunter y Morse, mientras que otros ya serán parte de la alineación titular, sobre todo Alphonso Mckenzie, con su escopeta-hacha y Yo-yo Rodriguez, agente e inhumana.

Las peripecias de nuestros protagonistas les llevará a escenarios de lo más variopintos, como un planeta alienígena en la que la oscuridad es la norma, una realidad virtual que mantienen sus mentes ocupadas, una estación Kree que orbita un planeta Tierra destrozado en el futuro, rincones diversos de la galaxia y la misma corriente temporal. 

Lo mismo que los enemigos y los componentes del equipo van evolucionando, así lo hace la serie. Con una curva de calidad que va en aumento desde la temporada T4 y con un estancamiento en la T6 para terminar con una T7 que para mí es la mejor de todas y en la que ayuda que la serie se ría un poco de sí misma y juegue con las posibilidades que da el viajar en el tiempo. Y es que los capítulos de la T7 imitan los clichés históricos y televisivos de la década en la que se encuentran nuestros personajes. 

 

Es una pena que las dos últimas temporadas pasen de los 22 o 23 capítulos normales a apenas 13, pero no es menos cierto que lo mejor es dejar los bártulos cuando se encuentra en lo más alto y no por la decadencia provocada por el agotamiento del espectador. 

Sin embargo, si se ven las cifras es innegable que las audiencias no acompañaban a la mayor calidad de los últimos capítulos. De los más de 12 millones de espectadores del capítulo 1x01 se pasa a los apenas 1,5 millones del 7x13 y último capítulo de la serie, con la temporada T7 siendo la única que no llega en ningún capítulo a los 2 millones de espectadores en Estados Unidos. 

Normal, por otra parte. Es complicado seguir una serie tan larga y con tantos capítulos. Por eso quizá sea más normal ahora tener temporadas mucho más cortas y series con menos temporadas. Más fácil para el espectador, sin duda. 

No obstante, en imdb los agentes de SHIELD cotizan a 7,5, lo que no está nada mal. Me deja un buen recuerdo.


domingo, 6 de noviembre de 2022

Uncharted

Tras más o menos acabar la aventura de Kratos, comencé las aventuras de otro personaje icónico de las consolas: Nathan Drake y la serie Uncharted. Es muy bueno eso de Playstation Hits, porque por apenas veinte euros te pillas tres juegos que dan unas (pocas en realidad) horas de diversión. Me refiero, por supuesto, a la trilogía original que se lanzó para PS3 y que reeditó otra vez para PS4.

Vale que los juegos, técnicamente, están más que superados. Normal, viendo las fechas de lanzamiento. Pero también es verdad que hoy en día siguen siendo tremendamente adictivos y combinan una historia más que atractiva con una jugabilidad muy lograda, combinando los shooters en tercera persona con las plataformas y, en menor medida, los puzzles de lógica para conseguir avanzar.

Todos los juegos tienen una estructura dividida en capítulos por los que se va avanzando y siguiendo una historia lineal (luego también se implementarán flashbacks jugables que dan contexto a lo que está sucediendo en el presente). 

 

 

Uncharted: el tesoro de Drake fue un hito cuando se lanzó en 2007. Presentó en sociedad a su protagonista, Nathan Drake, y al pequeño grupo de personajes que le acompañará en sus aventuras, principalmente Elena y Sully. 

Nathan es un joven aventurero obsesionado con Francis Drake, antepasado suyo. Junto a Sullivan, descubrirá que Drake encontró El Dorado, pero también que no se trataba de una ciudad, sino de una estatua que los conquistadores españoles también encontraron en su momento. 

La historia se convierte en una carrera contra un grupo de maleantes que busca El Dorado para su propio provecho, ignorando la historia que hay detrás. 

Una de los muchos aciertos del juego es integrar en una historia muy bien construida en la que encontramos incluso submarinos y fortalezas nazis, elementos de survival horror que tan de moda estaba entonces. De hecho, una de las fases del juego se produce en unas condiciones de poca iluminación que, combinada con los adversarios que nos encontramos, genera una cierta tensión en el jugador. 

 


 

Uncharted 2: El reino de los ladrones se lanzó en 2009 y tiene un comienzo espectacular. Nathan despierta de una conmoción en el interior de un tren que está medio colgado del abismo en una zona montañosa y nevada. Tendremos un largo camino para ascender por los vagones que penden de forma precaria y alcanzar la terraza sobre la que reposa el resto del convoy. Un juego de plataformas de manual. 

En esta ocasión se vincula a los viajes de Marco Polo y a la mítica ciudad de Shambala. 

La jugabilidad apenas cambia y nos encontramos con los mismos tipos de juego que teníamos en la primera parte. Lo que tampoco cambia es la calidad de la historia, tremendamente interesante a medida que Drake viaja por las selvas de Borneo, Nepal y China. 

Tendremos de nuevo a los sempiternos nazis que también buscaron Shambala para sus oscuros fines, mientras que nuestros enemigos serán unos mercenarios a las órdenes de Zoran Lazarevic, personajazo sin escrúpulos y protagonista del enfrentamiento final del juego, bastante duro incluso en el nivel más fácil.

Vuelven por supuesto Elena y Sully, a los que se unirá una ambigua Chloe y el traidor Flynn para conformar un elenco de personajes secundarios de lo más resultón. Tampoco faltarán los seres sobrenaturales, en esta ocasión los guardianes simiescos de la ciudad perdida de Shambala.  

 

Uncharted 3: la traición de Drake es la última parte de la trilogía original y el último juego que he jugado de momento. Se lanzó en 2011. 

En esta ocasión, Drake y Sullivan viajarán por todo el mundo en busca de una ciudad que se conoce como la Atlántida de las arenas. La relación con nuestro personaje es que su anillo es una pieza clave para conocer la ubicación de esta ciudad. En el juego, se la vincula también con Francis Drake y con Lawrence de Arabia. 

Como novedad, la historia incluye una serie de flashbacks de la juventud de Nathan en Cartagena de Indias que permitirán comprender mucho mejor  su relación con Sullivan. 

Reaparecen Chloe y Elena y se unirá a ellos, de forma temporal, Cutter. Los adversarios son quizá los más flojos en términos de juego, pero ni mucho menos en cuanto a la historia, que vuelve a ser lo suficientemente inmersiva como para empujarnos a seguir capítulo a capítulo. Y no puede faltar un cierto factor sobrenatural, que en este caso lo configuran una serie de esbirros que están alterados mágicamente y arden y explotan al morir. 

Jugué todos los títulos en modo fácil para disfrutar de la historia, y aún así hubo algunas fases que tuve que repetir un puñado de veces. En unas ocho o diez horas se acaba un título, aunque se alargan un poco si quieres buscar todos los tesoros ocultos (no llegué a encontrarlos todos ni siquiera con la ayuda de una guía; en el tercer título pasé de guías y debí encontrar como un 20% de todos los que hay).

 

 

La importancia de Uncharted en el mundo de los videojuegos (luego vendrían otros dos títulos que no he jugado, y es que hay mucho que hacer...) y en la cultura popular se vio con la confirmación de una película, Uncharted, protagonizada por Tom Holland (Nathan Drake) y el cara de palo de Mark Wahlberg (Sullivan), siendo Antonio Banderas el protagonista y la expedición de Magallanes la excusa para la aventura. 

La película es, además de muy entretenida, fiel al espíritu de los juegos e incluso copiando de forma literal alguna de las escenas más icónicas de los títulos de consola. Es fresca y con los momentos de acción y aventura que se le puede pedir a una película de este estilo. No es una maravilla, pero entretiene y recupera ese espíritu más ochentero de las películas que tienen como objetivo principal el entretenimiento del espectador 

La película cotiza hoy a 6,3 en imdb. Un poquito bajo, para mi gusto. Tampoco mucho, un poquito. 

 

Original y copia