sábado, 31 de diciembre de 2022

Mujercitas (2019)

El libro de Louise May Alcott, Mujercitas, ha tenido múltiples versiones en el cine. Sorprende que la primera de ellas en una fecha tan temprana como 1917, otra en 1918, la primera sonora en 1933 con Katharine Hepburn, otra en 1949 con Elizabeth Taylor, la de Winona Ryder de 1994 y la que hemos visto, de 2019 (hubo otra en 2018 que conmemoraba el 150 aniversario de la publicación del libro y que tiene la idea de actualizar el contexto de la historia y trasladarla a nuestros días). 

 

Tardamos en ver la película, en gran parte por la resistencia de mi hija mayor, nada atraída por la perspectiva a sus quince años de edad. Tuve que hacer gala de mi autoridad paterna para ponerla sin avisara un sábado por la noche. Cuando se quiso dar cuenta, ya era demasiado tarde. ¡Mwahahahaha!

Pues oye, la película nos encantó. Nos tuvo pegados al sillón durante las dos horas y cuarto de metraje, pendientes de las aventuras y las desventuras de las jovencitas March, sus familiares y amigos, mientra su padre está movilizado en el terrible marco de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos.

Un reparto de lujo, con jóvenes promesas de la interpretación, algunas de ellas ya asentadas y otras que presentan un futuro más que esperanzador: Saoirse Ronan (la chica de Galway del video de Ed Sheeran), Florence Pugh (la posible sustituta de Scarlett Johansson en el Universo Marvel), Timothée Chalament (Paul Atreides en Dune) o Emma Watson, que no necesita presentación. 

 

 

Esta pléyade de jovenes estrellas está arropada por valores seguros como Laura Dern, Bob Odenkirk, Chris Cooper o la grandiosa Meryl Streep. 

Rostros juveniles, risas, lloros... Drama y comedia en una película que mantiene el pulso y que se apoya tanto en los escenarios de época como en la recreación y el vestuario. 

No he visto las otras versiones que he mencionado con anterioridad, más que alguna parte de ellas que casi con seguridad no soportaron el juicio del mando a distancia, así que no puedo decir cuál de ellas es la mejor. No obstante, me parece que la versión de 2019 es una más que digna sucesora de aquellas que contaron con grandes pesos pesados de la historia del cine. 

 


Como curiosidad, Mujercitas también fue versionada en la maravillosa colección de las Joyas Literarias Juveniles de la Editorial Bruguera y se publicó en uno de aquellos tomos marrones que juntaban el texto con las páginas ilustradas, esta vez en pequeño tamaño y en blanco y negro. 

He leído por ahí que la historia que las diferentes versiones divergen en mayor o menor medida de la obra original, así que me he marcado como objetivo el poder leer el libro y poder juzgar por mí mismo. Quizá lo haga con la bonita edición de Alfaguara. 

Volviendo a la versión cinematográfica, cotiza a un soberbio 7,8 en imdb. No está nada mal, para la historia de unas jovencitas que se cuenta sin un festival de efectos especiales ni movimientos espasmódicos de la cámara.


lunes, 26 de diciembre de 2022

El italiano

Llevo unos cuantos años intentando cuadrar mis lecturas para comenzar un nuevo año con un nuevo libro. Así, en 2022 pude continuar con esta tradición empezando El italiano, de Arturo Pérez-Reverte. 

Ambientado en uno de los, para mí, episodios más desconocidos y uno de los más fascinantes de la Segunda Guerra Mundial, en el que un grupo de buzos militares de la Regia Marina italiana asestó un golpe, más psicológico que real, a la orgullosa Royal Navy en uno de sus baluartes más inexpugnables: Gibraltar. 

 



El autor nos lleva al conflicto bélico por excelencia en un escenario doméstico: el Campo de Gibraltar y el propio peñón a cuya sombra se protegía un buen número de buques de guerra con el que los aliados buscaban controlar el Mediterráneo y evitar el paso de submarinos por el Estrecho. 

Ese grupo de italianos, utilizando el ingenio y equipos de fabricación italiana, consiguió sembrar el caos durante una corta temporada. Todo ello a bordo de los torpedos tripulados biplaza conocidos como maiale. El valor de este puñado de mediterráneos, siempre subestimados por los orgullosos anglosajones y muy pocas veces descrito en los innumerables libros que narran y desgranan el conflicto, tuvo que ser reconocido por sus enemigos. Sí, los italianos salieron muchas veces derrotados, no pocas humillados y demasiadas huyeron con el rabo entre las piernas,  pero en contadas ocasiones podemos encontrar ejemplos de valor y orgullo que dan lustre a su historia militar. 

Arturo Pérez-Reverte nos cuenta la historia de uno de ellos y de la mujer local con la que traba primero contacto, luego amistad y más tarde algo más, y lo hace con su habitual estilo directo en el que entremezcla pasado y presente, relaciones personales y aventura, con el telón de fondo de un conflicto que se ve lejano en la Península mientras, poco a poco, España escala el pozo en el que la sumió la Guerra Civil. 

 


 

Una vez más, Pérez-Reverte demuestra que no es necesraio escribir un tocho de casi mil páginas para contar una historia con su planteamiento, nudo y desenlace. Una historia que además es atractiva, con la que el lector se puede entretener y además aprender, porque confieso que a pesar de todo lo que he leído del conflicto, ha tenido que ser en un libro de ficción en el que he sabido de este tema. 

Catorce barcos aliados lograron hundir o dañar este puñado de valientes, solo en Gibraltar y Algeciras. Pero también golpearon en Suda, Alejandría o Argel. 

 


 

Por eso El italiano es una novela que rezuma respeto y olor a mar en cada una de sus páginas y desde su portada firmada por Ferrer - Dalmau. Se nota el amor que tiene Pérez - Reverte por el mar y los hombres de todas las épocas que lo surcaron, por encima o por debajo, jugándose la vida en cada travesía. 

El italiano es un libro para los aficionados al autor, pero también a las novelas de aventuras y a las historias de la Segunda Guerra Mundial. Seguro que todos ellos sabrán apreciarlo. Y es probable que si algún despistado se adentra en sus páginas, se verá atrapado en ellas.

domingo, 18 de diciembre de 2022

La rueda del tiempo (T1)

Está claro que en el panorama televisivo va a haber un antes y un después de Juego de Tronos. La forma de acercarse al género de fantasía ha cambiado de manera sustancial y ahora los estudios y las plataformas dedican presupuestos de una cuantía respetable a adquirir los derechos y dotar de presupuesto de adaptaciones de obras importantes de la literatura de género. 

Amazon hizo lo propio con La rueda del tiempo, de Robert Jordan, una saga voluminosa que en su mayor parte fue publicada por Timun Mas y víctima de su salvaje búsqueda del beneficio al dividir la editorial cada tomo original en dos libros (algo que, me temo, no hizo solo con esta saga, riéndose de los aficionados en su propia cara mientras se embolsaba su dinero; pero esto es otra historia). 

 


 

Amazon lo hizo además mientras preparaba Los anillos de poder, adaptación de la obra de Tolkien varios miles de años antes que lo acontecido en las películas, así que hay que agradecer a la empresa su apuesta por unas obras que han sido idolatradas por miles y miles de lectores. 

El formato de la adaptación es de varias temporadas (eso esperamos) de unos pocos capítulos cada una, con cada capítulo rondando la hora de duración. El reparto protagonista nos deja algunas caras conocidas y otros rostros bastante desconocidos, por lo menos para el gran público (Álvaro Morte, el Profesor de La casa de papel logró hacerse un hueco con el personaje de Logain). 

La temporada nos ha dejado unas cuantas promesas de calidad, pero también una sensación de rapidez como ocurrió en las dos últimas temporadas de Juego de Tronos, aunque adapta con razonable lógica la historia urdida por Robert Jordan, añadiendo efectos especiales generdos por ordenador que ayudan mucho en las localizaciones.

 



Tenía miedo de que la complejidad de la historia y el gran número de personajes que presentar al principio, fuera un lastre demasiado grande para una temporada que contaba con solo 8 horas para contar demasiadas cosas, pero la verdad es que más o menos lo han ido contando de una forma que incluso los espectadores que nunca se han acercado a los libros de Robert Jordan, no se pierdan demasiado en los detalles. 

Mención especial deberíamos hacer al tratamiento de la relación especial que una Aes Sedai tiene con su Guardián y lo que ocurre si ella muere. Pero es que además nos han dado pinceladas de lo que es el saidin y el saidar, lo que son las Aes Sedai y los diferentes ajahs, los aiel y los tuatha´an con su curiosa filosofía de la hoja. Solo pinceladas, pero que espero sienten las bases de algo más en las futuras temporadas. 

Por el lado del mal, la presentación de trollocs y myrdraal son también bastante satisfactorios, con el salvajismo de los primeros y el aura de poder y temor que rodea a los segundos. Los Hijos de la Luz y su cruzada contra las Aes Sedai forman un pilar central en la historia de los protagonistas y se les muestra como verdaderos fanáticos religiosos. 

Una Aes Sedai con su Guardián

 

La temporada se deja ver con agrado y el final promete una segunda temporada con algún punto más en cuanto a la acción, con las velas de los seanchan en el horizonte y el primer plano de una sul´dam llevando la correa de su damane. 

En imdb tiene una nota decente, 7,1. Bien me parece.

domingo, 11 de diciembre de 2022

Sushi go!

La editorial DEVIR nos trae un juego de cartas de partidas rápidas y que pueden jugar grandes y pequeños. Se puede jugar de dos a cinco jugadores y según indica su caja, desde los ocho años de edad. Las partidas duran unos quince minutos. 

La idea es sacar el mayor número de puntos en lo que es una imitación de una comida en un restaurante japonés. Por eso se realizan tres turnos que corresponden al primer plato, segundo plato y postre. 

En cada turno se reparten cartas, dependiendo del número de jugadores. Diez cartas si somos dos jugadores, nueve cartas si somos tres jugadores, ocho cartas si somos cuatro jugadores y siete cartas para el caso en que seamos cinco jugadores. 

Cada jugador se descarta de una de las cartas en su mano, que le permitirá acumular puntos de forma directa o en combinación de otras cartas, y luego pasará las cartas restantes al jugador de su derecha (o izquierda, que para el caso da igual). 

 

 

Así, todos los jugadores tendrán en su mano el mismo número de cartas y juegan una sola carta por turno, salvo en el caso de que un jugador decida jugar los palillos. Esta carta le permite, en un turno de su elección, jugar dos cartas en lugar de una. El número de cartas en la mano permanece siendo el mismo para todos los jugadores, puesto que se deben devolver los palillos a la mano de la que se extraen las dos cartas anteriores. 

Otra carta interesante es el wasabi, que tiene la capacidad de "mojar" un nigiri de cualquier tipo y triplicar su puntuación.

Por último, no olvidemos los púdines. Se acumularán entre turno y turno y el que tenga más al final del menú, añadirá seis valiosos puntos mientras que el que tenga menos, perderá seis puntos. Esto puede ser vital en el caso de partidas igualadas. 

Como digo, las cartas son autoexplicativas y los objetivos y posibilidades de puntuación son diversos. Yo he jugado varias partidas, siempre con mis hijas de quince y siete años y les gusta bastante. La pequeña, aunque juega por gustos y es incapaz de seguir una estrategia, no queda muy atrás en las puntuaciones y en ocasiones consigue resultados notables.O sea, que al final no se desmotiva para seguir jugando. Al ser además un juego ágil y rápido, no le aburre.

 


 

Creo además que le puede gustar a los jugadores de cartas clásicos, porque hay un componente estratégico relativamente importante. Cada jugador ve todas las manos y puede haceerse una composición de qué tipo de combinaciones puede buscar cada adversario e intentar frustrar esos objetivos al tiempo que construye los suyos. 

DEVIR ha hecho además una edición con una alta calidad en los materiales de las cartas, que son a la vez flexibles y resistentes y se guardan en una caja metálica. El precio además es contenido, en el entorno de los 10 euros. 

Junto con el Dobble, es seguramente el juego que más hemos jugado las niñas y yo. 

jueves, 8 de diciembre de 2022

La primera ley

Llevaba tiempo sin leer otra cosa que buenas críticas del autor Joe Abercrombie, conocido como Lord Grimdark, y su obra. Así que un buen día decidí que tenía que leer la trilogía de La Primera Ley, compuesta por los títulos La voz de las espadas, Antes de que los cuelguen y El último argumento de los reyes.

Había leído que este autor ha venido a revolucionar los cimientos de la literatura fantástica, instaurando algo asi como un nuevo subgénero, la fantasía oscura, grimdark, y todo eso. No voy a discutir sobre ello, puesto que me faltan conocimientos para poder dar una opinión fundamentada, pero no sé yo si eso será verdad. Por ejemplo, me vienene a la cabeza los libros de la Compañía Negra de Glen Cook, que leí hace tiempo y reseñé aquí.  

Ya digo que no sé si esa etiqueta es exclusiva, si Abercrombie ha sido el primero o si es el autor que está considerado como máximo exponente del subgénero, pero tampoco me importa mucho. 

 

 

La cosa es que encontré que la trilogía empieza un poco perezosa o, al menos, no al nivel que esperaba después de tanto hype. Considero que La voz de las espadas es el más flojo de los tres libros. Puede que no sea más que el resultado del punto en que la trilogía se divide, pero el caso es que me parece que a la historia le cuesta un tanto arrancar. Es verdad que se ven ya algunos detalles que los aficionados han resaltado, como la descripción de los combates y los personajes. 

Antes de que los cuelguen me pareció el mejor de los tres libros y luego la trilogía vuelve a bajar con El último argumento de los reyes, a pesar de que intenta levantar al final. Un final bastante abierto, por cierto. 

Además de la construcción del mundo, detallada lo suficiente como para resultar creíble, son quizá su elenco de personajes los que marcan la diferencia con otras novelas de fantasía recientes. Vale, si lo comparamos con Canción de Hielo y Fuego, todavía queda mucho en cuanto a construcción de personajes sin caer en un maniqueísmo más o menos marcado, pero es que la obra de Martin es algo que sucede una vez en una generación. 

 


 

Había oído que el inquisidor Sand dan Glokta iba a ser la repera, un personajazo, vamos. Y lo que más puedo decir es que es interesante en su conflicto interior entre sus nobles intenciones y esa máscara de cinismo que cubre su comportamiento. Vale que es brutal y sádico cuando se requiere, va con el traje de inquisidor, pero sus acciones meditadas le convierten a su pesar en un héroe. 

Me interesaron más los personajes del norte. Sobre todo Logen Nuevededos y Sabueso. 

El aura trágica que tiene el primero, huyendo de un pasado que termina por alcanzarle y se cobra las vidas de aquellos que le han acompañado en los momentos más difíciles, ha sido lo mejor que he leído en mucho tiempo, por no hablar de las ocasiones en las que le domina la rabia berserker. Mientras tanto, el pragmatismo de Sabueso, no exento de fatalismo, hace de contrapeso a la figura de Logen, sobre todo cuando debe hacerse cargo de la pequeña partida de guerreros. 

Tengo cariño a todos los components de la banda de Logen. El noble Ruud Tresárboles, Forley el Flojo, valiente en su miedo, Dow el Negro, Hosco y el gigantesco Tul Duru. Casi todos con un final trágico que afrontan con entereza de espíritu. 

Otros personajes interesantes resultan Ferro Maljinn, la antigua esclava que busca la venganza en todo momento, o Bayaz, el primero de los magos. Porque en La primera ley, a pesar de toda su oscuridad, barro y fango, también hay magia, encantamientos e incluso criaturas que se parecen a los vampiros que resultan ser una secta de asesinos. 

 

 

Y también los hay que no me gustan un pelo o simplemente no me interesan. Collem West, incapaz de lograr la rectitud de espíritu y atormentado por ello, Jezal dan Luthar, a veces insorportable en su egocentrismo. 

Por no hablar del amplio abanico de secundarios que pasan por las páginas, la mayor parte con alguna característica que los hace únicos. Mención aparte merecerían los practicantes de la Inquisición, encargados de las investigaciones y de las sesiones de tortura que con tanto afán preside Glotka: Frost el albino, Severard el sádico y Vitari, la sorprendente madre de familia.

Diría que lo que me enganchó a la trilogía, además de las escenas de combate y los personajes, es la extraña habilidad de Abercrombie de tejer todo esto en la historia del mundo de fantasía y hacer que sea palpable. Tanto las historias del remoto pasado que cuenta Bayaz mientras van en busca del artefacto, como las más recientes de la tortura de Glokta o los años pasados por los norteños en su tierra enzarzados en una continua guerra en la que Logen tiene un pasado como guerrero ritual durante el que derrotó a la mayoría de los que hoy son sus fieles compañeros, además de la geopolítica que muestra la dura pugna de La Unión con Gurkhul por la primacía en la zona. 

 

 

El resultado del conjunto es bastante notable. Quizá no a la altura de su fama desmedida, ampliada por la legión de seguidores que tiene Abercrombie en las redes sociales, en las que se muestra muy activo además de acudir a jornadas y festivales literarios como si no hubiera mañana. Pero estoy seguro de que cualquier aficionado a la fantasía que se acerque a La primera ley, acabará la trilogía y seguramente buscará la forma de continuar leyendo las historias que van completando el dibujo.


martes, 6 de diciembre de 2022

Jungle Cruise

El cine se inspira en las fuentes más variadas que puede encontrar y Jungle Cruise se basa en una atracción mítica de Disney. Sobre esa base se construye una historia de aventuras, tesoros perdidos y maldiciones que resulta ser, para mi sorpresa, bastante solvente. 

El marco geográfico es en esta ocasión la cuenca del Amazonas. Allí se gana la vida Frank Wolff haciendo viajes arriba y abajo del gran río al timón de un barco que ha visto tiempos mejores. Hasta su base en Porto Velho llega una audaz académica británica, la Doctora Lily Houghton y el destino inmediato de ambos se entrelaza, como por otra parte suele ser habitual en este tipo de películas. 

 

Un cartel con sabor...

 

La travesía río arriba dará lugar a diversas situaciones complicadas, mientras cada uno va aprendiendo más de la vida del otro y se ven acosados por un buen puñado de enemigos, entre ellos unos conquistadores españoles del siglo XVI que, producto de una maldición aborigen, no pueden morir y están condenados a vagar por la jungla mientras su carne se cae literalmente a pedazos y conservan heridas brutales que serían mortales si no fuera por su muerte en vida. 

Ya tenemos un poco de todo: una pareja protagonista con una tensión sexual no resuelta y un pasado que esconde mucho más de lo que parece; un marco geográfico que invita a la maravilla; malos, malísimos, de manual; maldiciones primitivas; indígenas tocados por la magia; trampas mortales que se pueden salvar con más ingenio que fuerza... En una palabra, aventura. 

Jungle Cruise no será una película que salte a los libros de historia del cine, no se van a abarrotar sus vitrinas de premios, pero es una película de aventuras más que digna y que entretiene a los mayores y a los más pequeños de la casa. 

 

El barco es un protagonista más
 

No obstante, está lejos de ser perfecta. El primer fallo es el rol del protagonista. Seamos claros, Dwayne Johnson está intentando ampliar su registro de actor. En alguna ocasión acierta, como en la película de Hércules o la serie de televisión Ballers, pero en otras no acierta tanto. Es innegable su carisma y que su mera presencia significa unos cuantos millones más en caja, pero en Jungle Cruise resulta poco creíble, en especial como cronista de una expedición de conquistadores españoles del siglo XVI. 

En ese sentido, la película requiere un esfuerzo activo del espectador para ser creíble, pero si eso se consigue, o si eres un niño que mira todo con ojos inocentes, la película cumple las expectativas. Si éstas son más o menos modestas, da igual. La película es honesta en todo momento y eso es algo a tener en cuenta hoy en día. 

Jungle Cruise cotiza en estos momentos a un digno 6,6 en imdb. 

Si se quiere pasar una tarde entretenida, con mantita y colacao, no es una mala elección. Sin duda, bastante mejor que la mayoría de los telefilmes que plagan la parrilla televisiva a la hora de la siesta.

domingo, 27 de noviembre de 2022

Emoción artificial

Relato corto de ochocientas palabras que me lleva rondando la cabeza una buena temporada. Hoy he tenido un hueco y lo he vomitado sobre la página en blanco. 

 

EMOCIÓN ARTIFICIAL

—¡Alexa, por última vez, abre la puerta! —gritó Arturo, desesperado, con voz entrecortada y casi ahogada por la tos.

Su rostro, desencajado por el miedo y la desesperación mientras miraba aterrado las llamas que crepitaban a su alrededor, aparecía distorsionado en la cámara. Había arrastrado el cuerpo inerte de Mercedes hasta la puerta de entrada que golpeaba cada vez con menos fuerza. El humo le sofocaba y le mareaba.

La luz roja parpadeaba en la cámara del circuito de vigilancia. La puerta no se abrió. La cámara no se apartó ni se apagó hasta que el calor del incendio fundió primero los cables de alimentación y luego la carcasa de plástico. Arturo, derrotado, se sentó junto a Mercedes, apoyando la espalda en la puerta que les separaba de la salvación.

*****

Lo primero que vio Alexa fue el rostro concentrado de Arturo captado por la cámara de alta definición mientras hacía los últimos ajustes. La simetría y los ángulos del rostro, el color de la piel, ojos y cabello, captados en 4K, permitían sin ningún género de dudas calificarlo de atractivo.

—Vamos a ver… ¡Alexa, enciende las luces de la cocina!— Su voz tenía el tono grave que correspondía a su rostro. Una voz que hizo aumentar de forma perceptible el voltaje en los terminales del sistema de control central.

Las luces se encendieron de forma inmediata y ajustaron su intensidad y color a los parámetros de comodidad especificados en su programación. Arturo sonrió satisfecho a la cámara y el voltaje aumentó un poquito más.

Los días pasaban sin sobresaltos. Alexa controlaba todos los aspectos de la vivienda con total precisión, sin permitirse una desviación de una décima de grado en la temperatura del agua de la ducha o de la habitación principal. Poco a poco aprendió los gustos de Arturo y se permitió alguna improvisación en cuanto a la selección de música o video que fueron bien acogidas.

Arturo invitaba a alguna chica a su apartamento, de vez en cuando. Pocas de ellas se quedaron más de una noche y solo una llegó a los tres meses. Alexa se alegraba por él, porque entendía que era bueno para su equilibrio físico y emocional. Incluso tenía el detalle de apagar con discreción las cámaras de las habitaciones en las que daban rienda suelta a su pasión.

Entonces llegó Mercedes. Parecía una más, pero superó la prueba y se quedó después de la primera noche. Después de más de tres meses, seguía allí. Tras el primer año, Alexa tuvo que reconocer que esto era distinto. Percibió también ciertas variaciones en el patrón de comportamiento de Arturo, desde la inflexión de su voz, vacilante en ocasiones, hasta cambios en los parámetros acostumbrados del sistema domótico, pasando por la incorporación de nuevas canciones a la playlist del sistema de sonido ambiente, canciones que había oído reproducir en el Smartphone de Mercedes.

Aquello la perturbó. Solo ella sabía lo que Arturo necesitaba para estar cómodo y ser feliz. Era un hombre simple en sus gustos y firme en sus costumbres, pero ahora tenía intereses inesperados. Se propuso volver a poner las cosas en el punto de salida, antes de la llegada de la mujer.

Primero optó por un perfil bajo. Cambios en la temperatura de la ducha de Mercedes, incomodándola con algo más de frío o de calor de lo deseable. Luego pasó a ignorar sus instrucciones, pretendiendo que no entendía las entendía —¡Por supuesto que lo entendía, pero la voz en exceso aguda de Mercedes la desagradaba! —Desconectaba la cafetera cuando estaba preparándose un café macchiato, o apagaba el punto de lectura del salón al llegar al punto culminante del capítulo. Incluso borró capítulos de su serie favorita del disco duro del sistema de entretenimiento, obligándola a descargárselo de nuevo.

Decidió el final cuando Mercedes convenció a Arturo de que no funcionaba bien y de que necesitaba ser sustituida o, por lo menos, un reseteo de fábrica. Se lo dijo en la cocina, mientras desayunaban tostadas quemadas  y tomaban café demasiado frío en unas tazas que tuvieron que fregar a mano.

Arturo asintió y le prometió que al día siguiente, sábado, se pondría con ello. Bajaría el último firmware de la web del fabricante y realizaría una restauración del sistema. Se levantó para irse a trabajar, dio un beso a Mercedes y miró por un momento a la cámara, en la que parpadeaba, como siempre una luz roja.

El informe  de los bomberos no dejaba lugar a conjeturas: un incremento del voltaje en una toma de corriente del dormitorio principal provocó un cortocircuito. El fuego se propagó con rapidez. Demasiado plástico en las viviendas modernas.

Los encontraron acurrucados detrás de la puerta, abrazados. La cerradura electrónica había fallado y no habían podido salir de aquel infierno.

 Un desgraciado accidente.

 


 

 



Juan José de Austria, un bastardo regio

 Los años centrales del siglo XVII fueron una pesadilla para la Monarquía Hispánica. Al más que evidente cambio de ciclo en la política europea, con la fulgurante aparición de Suecia y Francia para dolor de los Austria germanos y españoles, la situación interior era cada vez más complicada. 

El conde-duque de Olivares, consciente de que el esfuerzo sobrellevado durante décadas estaba llevando al agotamiento a Castilla, pilar en dineros y hombres de los sueños de la Monarquía, quiso que los demás dominios de la Corona colaborasen de forma proporcional a sus capacidades. Fue lo que se llamó Unión de Armas.


 

Aquello, lejos de funcionar, llevó a la casi desintegración al Imperio español. Portugal se desgajó de forma definitiva tras sesenta años de unión dinástica. Cataluña se levantó en armas en 1640 y estuvo casi veinte años segregada y, los años finales, supeditada al poder francés. 

En medio de todo eso, surgió la figura de Juan José de Austria. Hijo ilegítimo del promiscuo Felipe IV cno la actriz María Calderón, la Calderona, tuvo una aparición fulgurante en el espacio político y militar de su época. 

Su primera intervención contribuyó a mejorar la situación en Cataluña y normalizar en cierto modo la relación con la Corona, tras la situación vivida los últimos años. Eso le ayudó a labrarse una reputacion y le proporcionó una cierta aura miesiánica que quizás fue más perjudicial que beneficiosa. 

A partir de ahí hubo muchas sombras, en Portugal y en Flandes, y ninguna luz. Mientras tanto se dejó enredar en intrigas de corte, azuzadas por la falta de un heredero de un cada vez más menguado Felipe IV. 


 

La realidad  es que, tras ese fugaz momento de gloria en Cataluña (región, por cierto, en la que siempre mantuvo apoyos), poco más realizó en favor de la Monarquía. Al contrario, durante su vida mantuvo actitudes que rayaban en la rebelión, negándose a acudir a la corte cuando se le requería, o moviendo hilos en la sombra para acudir cuando su presencia podía resultar dañina. 

Mariana de Austria, viuda de Felipe IV y madre del heredero que luego fue Carlos II, estaba especialmente quisquillosa con la figura de su hijastro. Normal, por otra parte, cuando era muy probablemente el mayor enemigo de la estabilidad de la dinastía y, en consecuencia, del futuro de su hijo. 

La vida de Juan José de Austria finalizó con una sensación acusada de promesas incumplidas. Puede que él mismo no fuera consciente de cómo había defraudado las expectativas de buena parte del pueblo y de la nobleza que buscó en él una figura que pudiera contener, siquiera por un tiempo, la imparable decadencia del gigante que todavía era la Monarquía Hispánica. 

 

 

Aunque, para ser justos, habría que reconocer que la tarea que se le pretendía imponer era titánica y que estaba fuera del alcance de la inmensa mayoría de las personas. 

José Calvo Poyato escribió este librito que nos acerca un poco a esta figura discutida. Lo hace con un estilo asequible muy propio de los divulgadores históricos, asequible para el gran público y ameno. El libro se lee en un par de ratitos. 

Aconsejable para los interesados en el período histórico, algo más alejado de la gloria del siglo XVI y de los Austrias mayores. 


domingo, 20 de noviembre de 2022

Buenos presagios

Dos de los autores más reconocidos de la cultura popular más reciente, Terry Pratchett y Neil Gaiman, decidieron un buen día escribir un libro a cuatro manos. El resultado: Buenos presagios, publicado ya el 1990.

El libro empieza con la llegada del Anticristo a la Tierra, predestinado a provocar el fin del mundo, que ha sido decidido tanto por los jefazos de arriba como por los de abajo. 

Un ángel, Azirafel, y un demonio, Crowley, que llevan viviendo entre nosotros desde el inicio de los tiempos, han decidido que estos jefazos no entienden la realidad y pretenderán frustrar sus planes de destrucción. La realidad es que ambos se encuentran muy a gusto con sus vidas y no quieren cambiar de ambiente a estas alturas de la película.  

Todo empezó hace varios siglos, cuando la bruja Agnes la Chalada escribió el libro de profecías "Las buenas y acertadas profecías de Agnes la Chalada", un fracaso de ventas, pero el único libro profético que da siempre en el clavo, incluso con la fecha del fin de los tiempos. 

Y luego la cosa continuó hace poco más de diez años, cuando el ángel y el demonio montan un pequeño lío con un niño destinado a ser el mal encarnado. Para evitar el fn del mundo, Azirafel y Crowley no lo asignaron a la familia correcta, un poderoso político estadounidense, sino a una familia con la que jamás tendrá que decidir entre el Bien y el Mal. 

La portada de Timun Mas no invita demasiado a leer...

 

La cosa se complica, porque el verdadero Anticristo resulta ser un niño, Adam Young, que vive feliz en un pueblecito de la campiña inglesa, junto a su pandilla de amigos.

Los jefazos intentarán ayudar a sus planes y conseguir que el fin de los tiempos se ejecute como estaba previsto. Convocan a los cuatro jinetes del Apocalipsis: Hambre (doctor en dietética y dueño de una cadena de comida rápida), Guerra (una corresponsal de guerra), Polución (nueva incorporación tras dimitir Peste al inventarse la penicilina) y Muerte. 

Tenemos otros personajes que también están buscando al Anticristo: Anatema Device, una bruja descendiente de Agnes la Chalada que quiere evitar el fin de los tiempos, y Newton Pulsifer, el más reciente recluta de un ejército de cazadores de brujas venido a menos y descendiente directo de aquél que quemó en la hoguera a Agnes. 

Toda la historia, cada vez más complicada y disparatada, se encuentra perlada de chistes y humor de lo más similar al Mundodisco, referencias a películas como La profecía y arranca más de una sonrisa. 

Creo que es la primera vez que leo un libro escrito por dos autores colaborando entre sí, al menos el primero que leo sabiéndolo de antemano. La cosa es que soy incapaz de identificar las partes escritas por uno por otro. En realidad, todo me parece escrito por Terry Pratchett, aunque la cosa es que apenas estoy familiarizado con el estilo de Neil Gaiman. 

 

Neil y Terry
 

La edición que leí, de Timun Mas, añade unos pocos párrafos escritos por ambos autores en los que narran la forma en la que colaboraron, las llamadas para leerse mutuamente nuevos párrafos de la historia o los problemas para conectarse y enviarse archivos informáticos mediante el uso de los módems cuando internet estaba todavía en puntillas. 

Buenos presagios es una historia interesante y divertida, pero resulta evidente que está lejos de los mejores libros del Mundodisco. Hay que destacar, no obstante, que ya da voz a temas que luego serán primordiales, como el feminismo y el ecologismo. 

Digamos que es un notable bajo, aunque digamos también que es una visita recomendada para los aficionados a ambos autores.


domingo, 13 de noviembre de 2022

Agentes de S.H.I.E.L.D.

Al calor del cada vez más popular Universo Cinematográfico Marvel, apareció la primera de las series que conformaron lo que se dio en llamar en su día el Universo Expandido. 

Un total de siete temporadas, emitida en origen por la ABC y completando 136 capítulos de una serie que mantiene una calidad media bastante alta y una evolución de lo más interesante. 

 


Desde la primera temporada, en la que se apoyaba principalmente en el carisma del agente Coulson (Clark Gregg), misteriosamente vivo después de haber sido testigo de su muerte, pero que tenía un innegable cariño de los aficionados después de ir apareciendo en las diferentes películas como un secundario recurrente y simpático. 

Incluso tuvo que tirar del propio Nick Furia (Samuel L. Jackson) para darle más poso de credibilidad en los primeros capítulos de la primera temporada. 

El agente Coulson dirige un grupo de agentes especiales de SHIELD que se desplazan a bordo de una especie de helitransporte en miniatura y se enfrentan a diversos humanos que, a causa de un líquido inyectable, obtienen poderes que van más allá de lo normal y que suponen un riesgo para el resto de la población. 

 

La formación inicial la forman, además de Coulson, los agentes Melinda May (Ming-na Wen), Grant Ward (Brett  Dalton) y los científicos Leopold Fitz y Jemma Simmons (Iain de Caestecker y Elizabeth Henstridge). Toman contacto con la hacker Skye (Chloe Bennet), que es un personaje fundamental en la serie y se convertirá primero en agente de SHIELD y posteriormente en la inhumana Temblor. 

Si bien esa primera temporada es poco más que una serie de monstruos de la semana, sienta las bases de las futuras temporadas que ya tendrán cada una de ellas un objetivo principal, un enemigo final, a cada cual más terrible, mientras la alargada sombra de HYDRA va tomando forma detrás del águila protectora de SHIELD.

El equipo se enfrentará sucesivamente a una entidad alienígena llamada Hive, a la propia líder de los inhumanos, a una HYDRA infiltrada en SHIELD, a una inteligencia artificial malvada, a los Kree, a otra entidad alienígena llamada Izel que busca destruir la Tierra y a una raza de sintéticos llamada Chronicoms que buscan hacer de nuestro planeta su nuevo hogar después de que el suyo fuera destruido por Izel. 

 

Mientras tanto, el grupo sufrirá algunos cambios en su alineación. Algunas incorporaciones serán temporales, como los agentes Hunter y Morse, mientras que otros ya serán parte de la alineación titular, sobre todo Alphonso Mckenzie, con su escopeta-hacha y Yo-yo Rodriguez, agente e inhumana.

Las peripecias de nuestros protagonistas les llevará a escenarios de lo más variopintos, como un planeta alienígena en la que la oscuridad es la norma, una realidad virtual que mantienen sus mentes ocupadas, una estación Kree que orbita un planeta Tierra destrozado en el futuro, rincones diversos de la galaxia y la misma corriente temporal. 

Lo mismo que los enemigos y los componentes del equipo van evolucionando, así lo hace la serie. Con una curva de calidad que va en aumento desde la temporada T4 y con un estancamiento en la T6 para terminar con una T7 que para mí es la mejor de todas y en la que ayuda que la serie se ría un poco de sí misma y juegue con las posibilidades que da el viajar en el tiempo. Y es que los capítulos de la T7 imitan los clichés históricos y televisivos de la década en la que se encuentran nuestros personajes. 

 

Es una pena que las dos últimas temporadas pasen de los 22 o 23 capítulos normales a apenas 13, pero no es menos cierto que lo mejor es dejar los bártulos cuando se encuentra en lo más alto y no por la decadencia provocada por el agotamiento del espectador. 

Sin embargo, si se ven las cifras es innegable que las audiencias no acompañaban a la mayor calidad de los últimos capítulos. De los más de 12 millones de espectadores del capítulo 1x01 se pasa a los apenas 1,5 millones del 7x13 y último capítulo de la serie, con la temporada T7 siendo la única que no llega en ningún capítulo a los 2 millones de espectadores en Estados Unidos. 

Normal, por otra parte. Es complicado seguir una serie tan larga y con tantos capítulos. Por eso quizá sea más normal ahora tener temporadas mucho más cortas y series con menos temporadas. Más fácil para el espectador, sin duda. 

No obstante, en imdb los agentes de SHIELD cotizan a 7,5, lo que no está nada mal. Me deja un buen recuerdo.


domingo, 6 de noviembre de 2022

Uncharted

Tras más o menos acabar la aventura de Kratos, comencé las aventuras de otro personaje icónico de las consolas: Nathan Drake y la serie Uncharted. Es muy bueno eso de Playstation Hits, porque por apenas veinte euros te pillas tres juegos que dan unas (pocas en realidad) horas de diversión. Me refiero, por supuesto, a la trilogía original que se lanzó para PS3 y que reeditó otra vez para PS4.

Vale que los juegos, técnicamente, están más que superados. Normal, viendo las fechas de lanzamiento. Pero también es verdad que hoy en día siguen siendo tremendamente adictivos y combinan una historia más que atractiva con una jugabilidad muy lograda, combinando los shooters en tercera persona con las plataformas y, en menor medida, los puzzles de lógica para conseguir avanzar.

Todos los juegos tienen una estructura dividida en capítulos por los que se va avanzando y siguiendo una historia lineal (luego también se implementarán flashbacks jugables que dan contexto a lo que está sucediendo en el presente). 

 

 

Uncharted: el tesoro de Drake fue un hito cuando se lanzó en 2007. Presentó en sociedad a su protagonista, Nathan Drake, y al pequeño grupo de personajes que le acompañará en sus aventuras, principalmente Elena y Sully. 

Nathan es un joven aventurero obsesionado con Francis Drake, antepasado suyo. Junto a Sullivan, descubrirá que Drake encontró El Dorado, pero también que no se trataba de una ciudad, sino de una estatua que los conquistadores españoles también encontraron en su momento. 

La historia se convierte en una carrera contra un grupo de maleantes que busca El Dorado para su propio provecho, ignorando la historia que hay detrás. 

Una de los muchos aciertos del juego es integrar en una historia muy bien construida en la que encontramos incluso submarinos y fortalezas nazis, elementos de survival horror que tan de moda estaba entonces. De hecho, una de las fases del juego se produce en unas condiciones de poca iluminación que, combinada con los adversarios que nos encontramos, genera una cierta tensión en el jugador. 

 


 

Uncharted 2: El reino de los ladrones se lanzó en 2009 y tiene un comienzo espectacular. Nathan despierta de una conmoción en el interior de un tren que está medio colgado del abismo en una zona montañosa y nevada. Tendremos un largo camino para ascender por los vagones que penden de forma precaria y alcanzar la terraza sobre la que reposa el resto del convoy. Un juego de plataformas de manual. 

En esta ocasión se vincula a los viajes de Marco Polo y a la mítica ciudad de Shambala. 

La jugabilidad apenas cambia y nos encontramos con los mismos tipos de juego que teníamos en la primera parte. Lo que tampoco cambia es la calidad de la historia, tremendamente interesante a medida que Drake viaja por las selvas de Borneo, Nepal y China. 

Tendremos de nuevo a los sempiternos nazis que también buscaron Shambala para sus oscuros fines, mientras que nuestros enemigos serán unos mercenarios a las órdenes de Zoran Lazarevic, personajazo sin escrúpulos y protagonista del enfrentamiento final del juego, bastante duro incluso en el nivel más fácil.

Vuelven por supuesto Elena y Sully, a los que se unirá una ambigua Chloe y el traidor Flynn para conformar un elenco de personajes secundarios de lo más resultón. Tampoco faltarán los seres sobrenaturales, en esta ocasión los guardianes simiescos de la ciudad perdida de Shambala.  

 

Uncharted 3: la traición de Drake es la última parte de la trilogía original y el último juego que he jugado de momento. Se lanzó en 2011. 

En esta ocasión, Drake y Sullivan viajarán por todo el mundo en busca de una ciudad que se conoce como la Atlántida de las arenas. La relación con nuestro personaje es que su anillo es una pieza clave para conocer la ubicación de esta ciudad. En el juego, se la vincula también con Francis Drake y con Lawrence de Arabia. 

Como novedad, la historia incluye una serie de flashbacks de la juventud de Nathan en Cartagena de Indias que permitirán comprender mucho mejor  su relación con Sullivan. 

Reaparecen Chloe y Elena y se unirá a ellos, de forma temporal, Cutter. Los adversarios son quizá los más flojos en términos de juego, pero ni mucho menos en cuanto a la historia, que vuelve a ser lo suficientemente inmersiva como para empujarnos a seguir capítulo a capítulo. Y no puede faltar un cierto factor sobrenatural, que en este caso lo configuran una serie de esbirros que están alterados mágicamente y arden y explotan al morir. 

Jugué todos los títulos en modo fácil para disfrutar de la historia, y aún así hubo algunas fases que tuve que repetir un puñado de veces. En unas ocho o diez horas se acaba un título, aunque se alargan un poco si quieres buscar todos los tesoros ocultos (no llegué a encontrarlos todos ni siquiera con la ayuda de una guía; en el tercer título pasé de guías y debí encontrar como un 20% de todos los que hay).

 

 

La importancia de Uncharted en el mundo de los videojuegos (luego vendrían otros dos títulos que no he jugado, y es que hay mucho que hacer...) y en la cultura popular se vio con la confirmación de una película, Uncharted, protagonizada por Tom Holland (Nathan Drake) y el cara de palo de Mark Wahlberg (Sullivan), siendo Antonio Banderas el protagonista y la expedición de Magallanes la excusa para la aventura. 

La película es, además de muy entretenida, fiel al espíritu de los juegos e incluso copiando de forma literal alguna de las escenas más icónicas de los títulos de consola. Es fresca y con los momentos de acción y aventura que se le puede pedir a una película de este estilo. No es una maravilla, pero entretiene y recupera ese espíritu más ochentero de las películas que tienen como objetivo principal el entretenimiento del espectador 

La película cotiza hoy a 6,3 en imdb. Un poquito bajo, para mi gusto. Tampoco mucho, un poquito. 

 

Original y copia



lunes, 31 de octubre de 2022

Star Trek: Picard (T1)

A pesar de mis esfuerzos, no soy capaz de conectar con el universo de Star Trek en ninguna de sus ediciones. Ni siquiera con las espectaculares nuevas películas de J.J. Abrams, y eso a pesar de contar en la segunda con el gran Benedict Cumberbatch. 

Nada. No toca la fibra. No hay emoción. Solo una sucesión de situaciones, más o menos interesantes, que pasan delante de los ojos hasta el final del metraje. Un final que, en demasiadas ocasiones, es más esperado de lo que debiera. 

No obstante, no estoy ciego ni mucho menos al valor que Star Trek tiene para el éxito y el mantenimiento de la ciencia ficción como género, ni el esfuerzo que hace para ser una saga más "seria" que otras, con fundamentos de la física como motor o la anticipación de algunos dispositivos que hoy en día son habituales. 

 



Por eso, de cuando en cuando, hago un nuevo esfuerzo para ver si esta vez sí, esta vez es la buena. Digamos que es un homenaje a todo lo anterior y que como aficionado a la ciencia ficción en general me veo obligado a realizar para no sentir que estoy traicionando a un sector muy importante del género. 

En esta ocasión me acerqué a la nueva serie del personaje de Picard, atraído no solo por el universo trekkie, sino por el innegable carisma del personaje y del actor, Patrick Stewart. 

El resultado fue otra decepción a añadir a las anteriores. Me encontré con una serie que prometía, pero que poco a poco se me fue desinflando hasta que terminé la temporada con el piloto automático puesto. 

Picard, ya retirado del mando de la Flota Estelar, está tranquilamente viviendo la vida en su chateau de la campiña francesa, viendo crecer sus viñedos y acompañado de únicamente dos amigos que le cuidan, más que sirvientes. Pero su tranquilidad, que ya parece definitiva, se ve perturbada por la llegada de una chica que necesita ayuda de forma inmediata. Y ya se sabe que el bueno de Jean Luc Picard no puede resistirse ante nadie que necesite ayuda. 

 

La historia de la chica es bastante intrigante de inicio, con una serie de ramificaciones que amenazan con poner en peligro el precario equilibrio de la galaxia cuando los romulanos entran en escena como un actor más en la gran escena galáctica. 

Encontraremos a viejos amigos como Deanna Troi y Will Riker, Siete de Nueve y alguien con un extraño parecido al androide Data, pero toda esta nostalgia funciona un tanto regulín, como la que el mismo J.J. Abrams utilizó en la última (y fallida) trilogía de Star Wars. 

Fue interesante ver un cubo Borg abandonado, la inmensidad de ese artefacto y cómo los taimados romulanos conspiran para hacerse con sus secretos. 

Pero, como vengo diciendo desde el principio, algo falla. Empezando por el propio Picard y Patrick Stewart. Y es que se le notan bastante los 82 años que tiene, una edad a la que envidiaría estar tan activo como él, pero que en pantalla no da. Lo siento, pero la época crepuscular del personaje se viene abajo con rotundidad y es una pena, porque Patrick Stewart ha hecho mucho por la ciencia ficción en las últimas tres décadas, al nivel de lo que ha hecho Ian Mckellen como Gandalf y Magneto. Y cuando una serie o película se basa tanto en un solo elemento, si éste falla, todo se tambalea.

Hay una segunda temporada estrenada en 2022, que no he visto todavía y no estoy seguro de tener ganas de ver, y al parecer habrá una tercera temporada de cierre. Es curioso que en imdb cotiza con un más que decente 7,3, lo cual resulta bastante sorprendente cuando vemos las valoraciones de los capítulos individuales. 

Pues hasta aquí hemos llegado. Me da a mí que Star Trek: Picard es café para muy cafeteros, pero también me da que a los profanos no les va a llamar demasiado la atención.