sábado, 31 de diciembre de 2022

Mujercitas (2019)

El libro de Louise May Alcott, Mujercitas, ha tenido múltiples versiones en el cine. Sorprende que la primera de ellas en una fecha tan temprana como 1917, otra en 1918, la primera sonora en 1933 con Katharine Hepburn, otra en 1949 con Elizabeth Taylor, la de Winona Ryder de 1994 y la que hemos visto, de 2019 (hubo otra en 2018 que conmemoraba el 150 aniversario de la publicación del libro y que tiene la idea de actualizar el contexto de la historia y trasladarla a nuestros días). 

 

Tardamos en ver la película, en gran parte por la resistencia de mi hija mayor, nada atraída por la perspectiva a sus quince años de edad. Tuve que hacer gala de mi autoridad paterna para ponerla sin avisara un sábado por la noche. Cuando se quiso dar cuenta, ya era demasiado tarde. ¡Mwahahahaha!

Pues oye, la película nos encantó. Nos tuvo pegados al sillón durante las dos horas y cuarto de metraje, pendientes de las aventuras y las desventuras de las jovencitas March, sus familiares y amigos, mientra su padre está movilizado en el terrible marco de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos.

Un reparto de lujo, con jóvenes promesas de la interpretación, algunas de ellas ya asentadas y otras que presentan un futuro más que esperanzador: Saoirse Ronan (la chica de Galway del video de Ed Sheeran), Florence Pugh (la posible sustituta de Scarlett Johansson en el Universo Marvel), Timothée Chalament (Paul Atreides en Dune) o Emma Watson, que no necesita presentación. 

 

 

Esta pléyade de jovenes estrellas está arropada por valores seguros como Laura Dern, Bob Odenkirk, Chris Cooper o la grandiosa Meryl Streep. 

Rostros juveniles, risas, lloros... Drama y comedia en una película que mantiene el pulso y que se apoya tanto en los escenarios de época como en la recreación y el vestuario. 

No he visto las otras versiones que he mencionado con anterioridad, más que alguna parte de ellas que casi con seguridad no soportaron el juicio del mando a distancia, así que no puedo decir cuál de ellas es la mejor. No obstante, me parece que la versión de 2019 es una más que digna sucesora de aquellas que contaron con grandes pesos pesados de la historia del cine. 

 


Como curiosidad, Mujercitas también fue versionada en la maravillosa colección de las Joyas Literarias Juveniles de la Editorial Bruguera y se publicó en uno de aquellos tomos marrones que juntaban el texto con las páginas ilustradas, esta vez en pequeño tamaño y en blanco y negro. 

He leído por ahí que la historia que las diferentes versiones divergen en mayor o menor medida de la obra original, así que me he marcado como objetivo el poder leer el libro y poder juzgar por mí mismo. Quizá lo haga con la bonita edición de Alfaguara. 

Volviendo a la versión cinematográfica, cotiza a un soberbio 7,8 en imdb. No está nada mal, para la historia de unas jovencitas que se cuenta sin un festival de efectos especiales ni movimientos espasmódicos de la cámara.


lunes, 26 de diciembre de 2022

El italiano

Llevo unos cuantos años intentando cuadrar mis lecturas para comenzar un nuevo año con un nuevo libro. Así, en 2022 pude continuar con esta tradición empezando El italiano, de Arturo Pérez-Reverte. 

Ambientado en uno de los, para mí, episodios más desconocidos y uno de los más fascinantes de la Segunda Guerra Mundial, en el que un grupo de buzos militares de la Regia Marina italiana asestó un golpe, más psicológico que real, a la orgullosa Royal Navy en uno de sus baluartes más inexpugnables: Gibraltar. 

 



El autor nos lleva al conflicto bélico por excelencia en un escenario doméstico: el Campo de Gibraltar y el propio peñón a cuya sombra se protegía un buen número de buques de guerra con el que los aliados buscaban controlar el Mediterráneo y evitar el paso de submarinos por el Estrecho. 

Ese grupo de italianos, utilizando el ingenio y equipos de fabricación italiana, consiguió sembrar el caos durante una corta temporada. Todo ello a bordo de los torpedos tripulados biplaza conocidos como maiale. El valor de este puñado de mediterráneos, siempre subestimados por los orgullosos anglosajones y muy pocas veces descrito en los innumerables libros que narran y desgranan el conflicto, tuvo que ser reconocido por sus enemigos. Sí, los italianos salieron muchas veces derrotados, no pocas humillados y demasiadas huyeron con el rabo entre las piernas,  pero en contadas ocasiones podemos encontrar ejemplos de valor y orgullo que dan lustre a su historia militar. 

Arturo Pérez-Reverte nos cuenta la historia de uno de ellos y de la mujer local con la que traba primero contacto, luego amistad y más tarde algo más, y lo hace con su habitual estilo directo en el que entremezcla pasado y presente, relaciones personales y aventura, con el telón de fondo de un conflicto que se ve lejano en la Península mientras, poco a poco, España escala el pozo en el que la sumió la Guerra Civil. 

 


 

Una vez más, Pérez-Reverte demuestra que no es necesraio escribir un tocho de casi mil páginas para contar una historia con su planteamiento, nudo y desenlace. Una historia que además es atractiva, con la que el lector se puede entretener y además aprender, porque confieso que a pesar de todo lo que he leído del conflicto, ha tenido que ser en un libro de ficción en el que he sabido de este tema. 

Catorce barcos aliados lograron hundir o dañar este puñado de valientes, solo en Gibraltar y Algeciras. Pero también golpearon en Suda, Alejandría o Argel. 

 


 

Por eso El italiano es una novela que rezuma respeto y olor a mar en cada una de sus páginas y desde su portada firmada por Ferrer - Dalmau. Se nota el amor que tiene Pérez - Reverte por el mar y los hombres de todas las épocas que lo surcaron, por encima o por debajo, jugándose la vida en cada travesía. 

El italiano es un libro para los aficionados al autor, pero también a las novelas de aventuras y a las historias de la Segunda Guerra Mundial. Seguro que todos ellos sabrán apreciarlo. Y es probable que si algún despistado se adentra en sus páginas, se verá atrapado en ellas.

domingo, 18 de diciembre de 2022

La rueda del tiempo (T1)

Está claro que en el panorama televisivo va a haber un antes y un después de Juego de Tronos. La forma de acercarse al género de fantasía ha cambiado de manera sustancial y ahora los estudios y las plataformas dedican presupuestos de una cuantía respetable a adquirir los derechos y dotar de presupuesto de adaptaciones de obras importantes de la literatura de género. 

Amazon hizo lo propio con La rueda del tiempo, de Robert Jordan, una saga voluminosa que en su mayor parte fue publicada por Timun Mas y víctima de su salvaje búsqueda del beneficio al dividir la editorial cada tomo original en dos libros (algo que, me temo, no hizo solo con esta saga, riéndose de los aficionados en su propia cara mientras se embolsaba su dinero; pero esto es otra historia). 

 


 

Amazon lo hizo además mientras preparaba Los anillos de poder, adaptación de la obra de Tolkien varios miles de años antes que lo acontecido en las películas, así que hay que agradecer a la empresa su apuesta por unas obras que han sido idolatradas por miles y miles de lectores. 

El formato de la adaptación es de varias temporadas (eso esperamos) de unos pocos capítulos cada una, con cada capítulo rondando la hora de duración. El reparto protagonista nos deja algunas caras conocidas y otros rostros bastante desconocidos, por lo menos para el gran público (Álvaro Morte, el Profesor de La casa de papel logró hacerse un hueco con el personaje de Logain). 

La temporada nos ha dejado unas cuantas promesas de calidad, pero también una sensación de rapidez como ocurrió en las dos últimas temporadas de Juego de Tronos, aunque adapta con razonable lógica la historia urdida por Robert Jordan, añadiendo efectos especiales generdos por ordenador que ayudan mucho en las localizaciones.

 



Tenía miedo de que la complejidad de la historia y el gran número de personajes que presentar al principio, fuera un lastre demasiado grande para una temporada que contaba con solo 8 horas para contar demasiadas cosas, pero la verdad es que más o menos lo han ido contando de una forma que incluso los espectadores que nunca se han acercado a los libros de Robert Jordan, no se pierdan demasiado en los detalles. 

Mención especial deberíamos hacer al tratamiento de la relación especial que una Aes Sedai tiene con su Guardián y lo que ocurre si ella muere. Pero es que además nos han dado pinceladas de lo que es el saidin y el saidar, lo que son las Aes Sedai y los diferentes ajahs, los aiel y los tuatha´an con su curiosa filosofía de la hoja. Solo pinceladas, pero que espero sienten las bases de algo más en las futuras temporadas. 

Por el lado del mal, la presentación de trollocs y myrdraal son también bastante satisfactorios, con el salvajismo de los primeros y el aura de poder y temor que rodea a los segundos. Los Hijos de la Luz y su cruzada contra las Aes Sedai forman un pilar central en la historia de los protagonistas y se les muestra como verdaderos fanáticos religiosos. 

Una Aes Sedai con su Guardián

 

La temporada se deja ver con agrado y el final promete una segunda temporada con algún punto más en cuanto a la acción, con las velas de los seanchan en el horizonte y el primer plano de una sul´dam llevando la correa de su damane. 

En imdb tiene una nota decente, 7,1. Bien me parece.

domingo, 11 de diciembre de 2022

Sushi go!

La editorial DEVIR nos trae un juego de cartas de partidas rápidas y que pueden jugar grandes y pequeños. Se puede jugar de dos a cinco jugadores y según indica su caja, desde los ocho años de edad. Las partidas duran unos quince minutos. 

La idea es sacar el mayor número de puntos en lo que es una imitación de una comida en un restaurante japonés. Por eso se realizan tres turnos que corresponden al primer plato, segundo plato y postre. 

En cada turno se reparten cartas, dependiendo del número de jugadores. Diez cartas si somos dos jugadores, nueve cartas si somos tres jugadores, ocho cartas si somos cuatro jugadores y siete cartas para el caso en que seamos cinco jugadores. 

Cada jugador se descarta de una de las cartas en su mano, que le permitirá acumular puntos de forma directa o en combinación de otras cartas, y luego pasará las cartas restantes al jugador de su derecha (o izquierda, que para el caso da igual). 

 

 

Así, todos los jugadores tendrán en su mano el mismo número de cartas y juegan una sola carta por turno, salvo en el caso de que un jugador decida jugar los palillos. Esta carta le permite, en un turno de su elección, jugar dos cartas en lugar de una. El número de cartas en la mano permanece siendo el mismo para todos los jugadores, puesto que se deben devolver los palillos a la mano de la que se extraen las dos cartas anteriores. 

Otra carta interesante es el wasabi, que tiene la capacidad de "mojar" un nigiri de cualquier tipo y triplicar su puntuación.

Por último, no olvidemos los púdines. Se acumularán entre turno y turno y el que tenga más al final del menú, añadirá seis valiosos puntos mientras que el que tenga menos, perderá seis puntos. Esto puede ser vital en el caso de partidas igualadas. 

Como digo, las cartas son autoexplicativas y los objetivos y posibilidades de puntuación son diversos. Yo he jugado varias partidas, siempre con mis hijas de quince y siete años y les gusta bastante. La pequeña, aunque juega por gustos y es incapaz de seguir una estrategia, no queda muy atrás en las puntuaciones y en ocasiones consigue resultados notables.O sea, que al final no se desmotiva para seguir jugando. Al ser además un juego ágil y rápido, no le aburre.

 


 

Creo además que le puede gustar a los jugadores de cartas clásicos, porque hay un componente estratégico relativamente importante. Cada jugador ve todas las manos y puede haceerse una composición de qué tipo de combinaciones puede buscar cada adversario e intentar frustrar esos objetivos al tiempo que construye los suyos. 

DEVIR ha hecho además una edición con una alta calidad en los materiales de las cartas, que son a la vez flexibles y resistentes y se guardan en una caja metálica. El precio además es contenido, en el entorno de los 10 euros. 

Junto con el Dobble, es seguramente el juego que más hemos jugado las niñas y yo. 

jueves, 8 de diciembre de 2022

La primera ley

Llevaba tiempo sin leer otra cosa que buenas críticas del autor Joe Abercrombie, conocido como Lord Grimdark, y su obra. Así que un buen día decidí que tenía que leer la trilogía de La Primera Ley, compuesta por los títulos La voz de las espadas, Antes de que los cuelguen y El último argumento de los reyes.

Había leído que este autor ha venido a revolucionar los cimientos de la literatura fantástica, instaurando algo asi como un nuevo subgénero, la fantasía oscura, grimdark, y todo eso. No voy a discutir sobre ello, puesto que me faltan conocimientos para poder dar una opinión fundamentada, pero no sé yo si eso será verdad. Por ejemplo, me vienene a la cabeza los libros de la Compañía Negra de Glen Cook, que leí hace tiempo y reseñé aquí.  

Ya digo que no sé si esa etiqueta es exclusiva, si Abercrombie ha sido el primero o si es el autor que está considerado como máximo exponente del subgénero, pero tampoco me importa mucho. 

 

 

La cosa es que encontré que la trilogía empieza un poco perezosa o, al menos, no al nivel que esperaba después de tanto hype. Considero que La voz de las espadas es el más flojo de los tres libros. Puede que no sea más que el resultado del punto en que la trilogía se divide, pero el caso es que me parece que a la historia le cuesta un tanto arrancar. Es verdad que se ven ya algunos detalles que los aficionados han resaltado, como la descripción de los combates y los personajes. 

Antes de que los cuelguen me pareció el mejor de los tres libros y luego la trilogía vuelve a bajar con El último argumento de los reyes, a pesar de que intenta levantar al final. Un final bastante abierto, por cierto. 

Además de la construcción del mundo, detallada lo suficiente como para resultar creíble, son quizá su elenco de personajes los que marcan la diferencia con otras novelas de fantasía recientes. Vale, si lo comparamos con Canción de Hielo y Fuego, todavía queda mucho en cuanto a construcción de personajes sin caer en un maniqueísmo más o menos marcado, pero es que la obra de Martin es algo que sucede una vez en una generación. 

 


 

Había oído que el inquisidor Sand dan Glokta iba a ser la repera, un personajazo, vamos. Y lo que más puedo decir es que es interesante en su conflicto interior entre sus nobles intenciones y esa máscara de cinismo que cubre su comportamiento. Vale que es brutal y sádico cuando se requiere, va con el traje de inquisidor, pero sus acciones meditadas le convierten a su pesar en un héroe. 

Me interesaron más los personajes del norte. Sobre todo Logen Nuevededos y Sabueso. 

El aura trágica que tiene el primero, huyendo de un pasado que termina por alcanzarle y se cobra las vidas de aquellos que le han acompañado en los momentos más difíciles, ha sido lo mejor que he leído en mucho tiempo, por no hablar de las ocasiones en las que le domina la rabia berserker. Mientras tanto, el pragmatismo de Sabueso, no exento de fatalismo, hace de contrapeso a la figura de Logen, sobre todo cuando debe hacerse cargo de la pequeña partida de guerreros. 

Tengo cariño a todos los components de la banda de Logen. El noble Ruud Tresárboles, Forley el Flojo, valiente en su miedo, Dow el Negro, Hosco y el gigantesco Tul Duru. Casi todos con un final trágico que afrontan con entereza de espíritu. 

Otros personajes interesantes resultan Ferro Maljinn, la antigua esclava que busca la venganza en todo momento, o Bayaz, el primero de los magos. Porque en La primera ley, a pesar de toda su oscuridad, barro y fango, también hay magia, encantamientos e incluso criaturas que se parecen a los vampiros que resultan ser una secta de asesinos. 

 

 

Y también los hay que no me gustan un pelo o simplemente no me interesan. Collem West, incapaz de lograr la rectitud de espíritu y atormentado por ello, Jezal dan Luthar, a veces insorportable en su egocentrismo. 

Por no hablar del amplio abanico de secundarios que pasan por las páginas, la mayor parte con alguna característica que los hace únicos. Mención aparte merecerían los practicantes de la Inquisición, encargados de las investigaciones y de las sesiones de tortura que con tanto afán preside Glotka: Frost el albino, Severard el sádico y Vitari, la sorprendente madre de familia.

Diría que lo que me enganchó a la trilogía, además de las escenas de combate y los personajes, es la extraña habilidad de Abercrombie de tejer todo esto en la historia del mundo de fantasía y hacer que sea palpable. Tanto las historias del remoto pasado que cuenta Bayaz mientras van en busca del artefacto, como las más recientes de la tortura de Glokta o los años pasados por los norteños en su tierra enzarzados en una continua guerra en la que Logen tiene un pasado como guerrero ritual durante el que derrotó a la mayoría de los que hoy son sus fieles compañeros, además de la geopolítica que muestra la dura pugna de La Unión con Gurkhul por la primacía en la zona. 

 

 

El resultado del conjunto es bastante notable. Quizá no a la altura de su fama desmedida, ampliada por la legión de seguidores que tiene Abercrombie en las redes sociales, en las que se muestra muy activo además de acudir a jornadas y festivales literarios como si no hubiera mañana. Pero estoy seguro de que cualquier aficionado a la fantasía que se acerque a La primera ley, acabará la trilogía y seguramente buscará la forma de continuar leyendo las historias que van completando el dibujo.


martes, 6 de diciembre de 2022

Jungle Cruise

El cine se inspira en las fuentes más variadas que puede encontrar y Jungle Cruise se basa en una atracción mítica de Disney. Sobre esa base se construye una historia de aventuras, tesoros perdidos y maldiciones que resulta ser, para mi sorpresa, bastante solvente. 

El marco geográfico es en esta ocasión la cuenca del Amazonas. Allí se gana la vida Frank Wolff haciendo viajes arriba y abajo del gran río al timón de un barco que ha visto tiempos mejores. Hasta su base en Porto Velho llega una audaz académica británica, la Doctora Lily Houghton y el destino inmediato de ambos se entrelaza, como por otra parte suele ser habitual en este tipo de películas. 

 

Un cartel con sabor...

 

La travesía río arriba dará lugar a diversas situaciones complicadas, mientras cada uno va aprendiendo más de la vida del otro y se ven acosados por un buen puñado de enemigos, entre ellos unos conquistadores españoles del siglo XVI que, producto de una maldición aborigen, no pueden morir y están condenados a vagar por la jungla mientras su carne se cae literalmente a pedazos y conservan heridas brutales que serían mortales si no fuera por su muerte en vida. 

Ya tenemos un poco de todo: una pareja protagonista con una tensión sexual no resuelta y un pasado que esconde mucho más de lo que parece; un marco geográfico que invita a la maravilla; malos, malísimos, de manual; maldiciones primitivas; indígenas tocados por la magia; trampas mortales que se pueden salvar con más ingenio que fuerza... En una palabra, aventura. 

Jungle Cruise no será una película que salte a los libros de historia del cine, no se van a abarrotar sus vitrinas de premios, pero es una película de aventuras más que digna y que entretiene a los mayores y a los más pequeños de la casa. 

 

El barco es un protagonista más
 

No obstante, está lejos de ser perfecta. El primer fallo es el rol del protagonista. Seamos claros, Dwayne Johnson está intentando ampliar su registro de actor. En alguna ocasión acierta, como en la película de Hércules o la serie de televisión Ballers, pero en otras no acierta tanto. Es innegable su carisma y que su mera presencia significa unos cuantos millones más en caja, pero en Jungle Cruise resulta poco creíble, en especial como cronista de una expedición de conquistadores españoles del siglo XVI. 

En ese sentido, la película requiere un esfuerzo activo del espectador para ser creíble, pero si eso se consigue, o si eres un niño que mira todo con ojos inocentes, la película cumple las expectativas. Si éstas son más o menos modestas, da igual. La película es honesta en todo momento y eso es algo a tener en cuenta hoy en día. 

Jungle Cruise cotiza en estos momentos a un digno 6,6 en imdb. 

Si se quiere pasar una tarde entretenida, con mantita y colacao, no es una mala elección. Sin duda, bastante mejor que la mayoría de los telefilmes que plagan la parrilla televisiva a la hora de la siesta.