miércoles, 4 de septiembre de 2024

Andor (T1)

 Rogue One fue una grata sorpresa en el universo de Star Wars, convirtiéndose con rapidez en una de mis películas favoritas, que considero mucho mejor que cualquiera de las películas que no corresponden a la trilogía original y casi al nivel del Episodio V.

Después de bastante tiempo, en Disney nos ofrecen una serie basada en el personaje de Cassian Andor, al que pudimos ver acompañando a la protagonista de Rogue One y que tiene el honor de ser, creo, el primer rebelde al que vemos matar a alguien de forma preventiva para proteger la conspiración. 

 

Hasta es cartel es bonito

Andor será esta serie en la que vamos a ver la evolución de esta persona, desde un personaje más o menos famoso de los bajos fondos galácticos hasta su inmersión, cada vez más profunda, en la Rebelión.

Estamos ante una serie adulta. Star Wars deja las fanfarrias, el colorido y el maniqueísmo de sus personajes para adentrarse en un recorrido más noir, más al estilo de las novelas y las películas de espías durante la Guerra Fría. La cosa es que, visto lo visto, el cambio le sienta muy bien.

Por fin vemos los entresijos de la conspiración en el planeta capital de Coruscant, los riesgos que asumen los conspiradores, los reclutadores y los reclutados, viviendo una doble vida que sería capaz de quebrar los riesgos del más curtido conspirador, mientras que la Oficina de Información imperial está detrás de todos aquellos que osan oponerse de pensamiento, palabra u obra al Emperador. 

 

Cumple el cupo y sobrevive

Son diez capítulos que se pasan en un suspiro. Tanto los que son más pausados y centrados en las tramas políticas y conspirativas como los que se centran más en la acción, los golpes de mano y los equipos de campo. Capítulos perfectamente ambientados en Coruscant y el resto de planetas, con grupos de personajes, capas sociales, droides y todo lo que es necesario para disfrutar de una buena historia de Star Wars.

Diego Luna, el actor que encarna a Cassian Andor, no es ni mucho menos lo mejor de la serie. Incluso, en ocasiones, tiene demasiada cara de palo. Pero esto lo equilibra, con creces, un enorme Stellan Skarsgard en la piel del conspirador Luthen Rael. Hay escenas que ponen la piel de gallina, sobre todo la forma en la que cambia su actitud e incluso su físico de ser él mismo a hacer el papel elegido de anticuario. Aunque quizá la escena que más se recordará es en la que Luthen desgrana a uno de sus colaboradores no voluntarios, uno a uno, los riesgos que corre y todo a lo que tiene que renunciar por el sueño de la libertad.

Como se recordará el tiempo que Andor pasa en la cárcel del Imperio, las medidas de seguridad, la inmensidad del megaedificio construido en un inhóspito planeta oceánico. Y en la cárcel brilla con luz propia Andy Serkis, desde el principio hasta su imponente "¡No sé nadar!", que sería hasta cómico en unas circunstancias diferentes. 

 

La rebelión no es amable

Genevieve O´Reilly nos presenta una convincente Mon Mothma, idealista senadora que todavía duda ante la necesidad de endurecer la Rebelión mientras camina en el filo de la navaja imperial, sin saber en quién puede confiar en su propia casa. Por su parte, Faye Marsay es Vel Sartha y nos sonará de Juego de tronos.

Pero, cuidado, que la perte imperial también tiene personajes para recordar. Sobre todo Kyle Solle, que encarna a Syril Karn y su implacable persecución de Cassian Andor, y Denise Gough, que es una sorprendente, ambiciosa e impredecible Dedra Meero (y que además ha sido la voz de Yennefer en la versión en inglés de The Witcher III: Wild Hunt)

De todas las series de Star Wars que he podido ver hasta ahora, sin duda Andor es la mejor. Ojalá se haga una segunda temporada que nos solucione los nudos argumentales del final de la T1 y enlace con Rogue One, porque si se hace bien, nos encontraremos ante una trilogía por derecho propio. 

Hoy cotiza a un muy buen 8,4 en imdb. Lo merece.



sábado, 31 de agosto de 2024

Guerreros de Troya

Hace ya bastante tiempo, mi amigo Javi me dejó una trilogía de fantasía que se centraba en Waylander el destructor, un antiguo mercenario que tiene que afrontar nuevas aventuras, a su pesar, mien tras lucha por liberar a su pueblo de un gobernante loco. 

Apenas recuerdo nada de la trama, o de los libros en sí. Solo recuerdo que aquella historia me gustó bastante y que estaba por encima de la media en cuanto a calidad, comparando con lo que era habitual encontrarse por aquel entonces. 

 


Así que me quedé con el nombre del autor, David Gemmell, y hace poco me encontré con esta otra trilogía, con lo que tras sumar dos más dos, decidí hacerle un hueco en mi lista de lectura. 

Guerreros de Troya se compone de tres títulos: El arco de plata, El escudo del trueno y El ocaso de los reyes. Estos títulos van a acercar al lector a los tiempos míticos de la guerra de Troya que conocemos por el poeta Homero, pero lo va a hacer de una forma en la que nos va a enseñar cómo la historia real se convierte, con el paso del tiempo, en mito (me gustó especialmente cómo se aporta una explicación plausible al episodio de Odiseo, Circe y la tripulación convertida en una piara de cerdos). 

El protagonista de la trilogía es Eneas, llamado Helicaón durante la mayor parte del texto, rey de Dardania y aliado de Príamo de Troya en el conflicto que derivará en la Guerra de Troya contra los aqueos encabezados por Agamenón, el rey de reyes. Si algo se puede reprochar a Eneas es que resulta ser demasiado perfecto, demasiado honorable y con unas cualidades físicas y mentales extraordinarias. No obstante, también el autor se encarga de recordaros que una persona puede ser un héroe para unos y un asesino y un pirata para otros. Lo mismo pasa con su enorme galera Janto, que tanto resulta ser un faro de esperanza para los aliados que ven aparecer su silueta en el horizonte como algo terrorífico para los enemigos que se ven sorprendidos por ella.

 


Protagonista sería decir mucho, porque durante las páginas de los tres libros, Eneas pasa mucho rato en un segundo plano y deja la luz a otros, como Calíades y Banocles, un par de guerreros micénicos que, tras enfrentarse a Eneas y sus hombres en el primer título, pasan a ser un par de sus mejores hombres y aliados. 

Otro personaje que se podría considerar protagonista es Andrómaca, que debe viajar a Troya para casarse con el príncipe Héctor, hijo de Príamo. Su futuro se ha profetizado y resulta ser Eneas el hombre al que estaría destinada a amar, con lo que ya tenemos un triángulo amoroso penalizado por un juego de fidelidades y honor que atormentará a sus tres vértices durante todo el tiempo. 

De toda la pléyade de secundarios me quedo sin duda con Odiseo. Gemmell presenta al mítico rey de Ítaca como una carismática mezcla de rey, pirata y comerciante que navega por el Mediterráneo intentando que las mareas de la política no zarandee demasiado su barco. Se dibuja de forma primorosa su relación con su amada reina Penélope, con la que ansía vivir en paz su vejez. Amigo personal de Eneas, se verá partido en dos por esta amistad y la forzada fidelidad debida a Agamenón. 

 


Resulta curiosa la presencia de un personaje misterioso, un egipcio que se llama Gershom y que parece ser bastante más de lo que parece. El texto luego dará pistas de que pudiéramos encontrarnos ante Moisés en la época en la que era príncipe de Egipto, hasta que es reclamado para encabezar un pueblo que le ayudó en una hora de necesidad extrema. 

Sobrevolando como una sombra que todo lo cubre, el mar Mediterráneo es un personaje más. El Gran Verde, como lo llaman en varias ocasiones los personajes, es a la vez bueno y perverso, en la medida en la que proporciona riquezas y aventuras o se convierte en un mar embravecido que se lleva barcos y vidas. Resulta esencial en esa mezcla de sabores y olores que el lector puede llegar a percibir a través de los personajes. 

Y todo con el telón de fondo del conflicto que marcó una zona geográfica hace más de tres mil años y se convirtió en mito universal gracias a un poeta ciego del que no sabemos siquiera si fue real o se trata de otro mito en sí mismo. Pero este soberbio acontecimiento empalidece con las historias vitales de todos los personajes, los citados y otros como Príamo, Agamenón, Néstor y otros que navegan sus vidas hasta que se cumpla su destino. Incluso su desenlace deja de interesarnos frente a las historias personales que nos han acompañado este tiempo, a pesar de la novedosa interpretación que hace el autor de lo que fue el Caballo de Troya. 

 

El autor, tristemente fallecido antes de
publicar el tercer volumen de la serie

La agilidad y facilidad de la prosa de David Gemmell es igual a lo que recordaba, de forma inconsciente, del Ciclo de Drenai. No me cabe duda de que si alguien encuentra un rato para aventurarse en el primer volumen, casi seguro que se sentirá atraído hacia los otros dos y que, seguramente, no se arrepentirá. 

A mí, a medida que pasaba las páginas y me sumergía en el escenario y en una era de héroes enfundados en bronce, me daban unas ganas tremendas de jugar una campaña de la última edición de Runequest ambientada en la época.

viernes, 23 de agosto de 2024

Willow (T1)

Es curioso cómo a medida que pasan los años, la nostalgia se apodera de nosotros. Echamos la vista atrás y recordamos con cariño las cosas que en su momento nos hicieron tilín. Es posible que incluso sobrevaloremos algunas de estas cosas, poniéndolas más altas de lo que correspondería si pudiéramos tener un mínimo de objetividad. 

Luego, hay gente muy avispada que se ha especializado en aprovecharse de esta nostalgia para hacer negocio, sin importar que el legado pueda sufrir las consecuencias si el trabajo no se hace bien. Así pasó con la última trilogía de Star Wars, que vino a acabar de dañar un legado que ya estaba un poco tocado, o con la cuarta película de Indiana Jones, que algunos aficionados se niegan a tener en cuenta todavía hoy. 

El póster tiene un sabor clásico

Willow, la película de 1988, no era para mí algo demasiado especial. Me parece entretenida, entrañable en algunos momentos, pero no puedo recordar una sola vez de todas las que la han pasado por la pequeña pantalla en que la haya visto entera. Por eso, creo que puedo hablar con cierta objetividad de la serie que se emitió en 2022 y que se ha cancelado después de una sola temporada. 

La serie avanza en el tiempo en la vida de Willow Ufgood, ya establecido como líder de su comunidad, que tendrá que dejar la tranquilidad de la misma para ponerse en camino en busca de la niña que salvó, Elora Danan, para ayudarla a salvar al mundo. 

 

El tiempo no pasa en balde

Le acompañarán los hijos de su vieja amiga Sorsha, un joven que desea convertirse en mago, una superviviente de la guardia de Sorsha y un mercenario al que le mueve su propio interés. Todos se verán involucrados en una trama con maldiciones, viajes a través de mundos, mazmorras y demás, mientras buscan a la joven Elora y también después de encontrarla y la acompañan a su destino al tiempo que Willow intenta que desarrolle todo su poder interior, que bien que le hará falta. 

El hecho de haber sido cancelada hace que la trama importe poco o nada, porque todo quedará inacabado. No obstante, diría que la serie ha sido injustamente apaleada. En casa nos pareció bastante entretenida, con momentos muy divertidos a cargo sobre todo de Willow y del mercenario Thraxus (un descubrimiento este personaje y el actor, Amar Chadha-Patel). 

 

Pues ya estaría la partida

Vale, hay momentos en los que se toma a sí misma demasiado en serio, situaciones y diálogos que pueden resultar un poco de vergüenza ajena, pero creo que las críticas se magnificaron. Se trata de una secuela bastante digna para los tiempos que corren, aunque a lo mejor no era el momento de haberse realizado o quizá no hay tanta gente nostálgica de la película como se pudiera haber creído.

La verdad es que hubiéramos visto con gusto una segunda temporada y ese 5,7 que luce hoy en imdb se me antoja harto escaso. 


sábado, 17 de agosto de 2024

La bestia no debe nacer

Hace tiempo que compro bastante material de rol que sé que no voy a jugar. Lo hago por afán de coleccionismo, sobre todo de juegos a los que he jugado y otros de los que oí hablar en su momento, en los tiempos dorados, pero a los que nunca le dimos una oportunidad en mi grupo. 

Visito mi tienda de confianza, Capua Hobby´s, con bastante frecuencia. No puedo recordar una visita en la que no haya caído al menos una compra. Bastante dinero invertido y una lista actual de manuales pendientes de lectura que alcanza ya los cuarenta. 

No deja de resultar curiosa la paradoja de que, cuando tenía tiempo, no tenía dinero para invertir en esta afición. Ahora que tengo dinero, no tengo tiempo para jugar más que una sesión al mes, más o menos, en intempestivo horario nocturno que permita conciliar la vida familiar con la lúdica. Pero esta es otra historia que, quizá, algún día merezca una entrada propia. 

 

La portada ya marca territorio

 

Retomando el tema principal, es inevitable hacer alguna compra de vez en cuando que no cumple las expectativas. Es lo que me ha pasado con La bestia no debe nacer, de Ricard Ibáñez y editada por Shadowlands para la última edición de La llamada de Cthulhu

La edición no está exenta de calidad: buena tapa dura, más de cien páginas de buen papel, mapas isométricos, ilustraciones atractivas.... Pero no puedo dejar de pensar que he tirado el dinero. 

La maquetación elegida hace que tenga la sensación de que la aventura se podía haber metido en 70 páginas, como mucho. Hay mucho aire por ahí, tipo de letra y espaciado, ilustraciones que ocupan un gran espacio... Vale, por un lado puedo leer con mucha comodidad a pesar de la presbicia galopante, pero por otro lado, me fastidia haber pagado un capital por un librito que pudo haber sido poco más que un folleto. 

La aventura sigue el formato habitual de las aventuras de La llamada de Cthulhu, comenzando con un suceso extraño en el Frente Occidental durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial que desencadena años después unos acontecimientos que van a llevar a los investigadores a visitar varias localizaciones repartidas por el mundo. En este caso, incluso se visita España. 

 

El autor, hace unos años (Foto: Zenda libros)

 

Me pareció un tanto lineal, algo todavía más patente al compararla con La broma macabra de Alex de la Iglesia, que leí poco después y que en su momento comentaré, y que es mucho más compleja y todo un reto para el Guardián que la dirija. Además, tuve la sensación de que los investigadores van a ir de un sitio a otro, siendo apaleados en el proceso, hasta llegar a una escena climática con pocas esperanzas de supervivencia. Vale, no suele ser habitual en La llamada de Cthulhu que los personajes tengan otros destinos más agradables que la muerte o la locura, pero creo que esta aventura va un paso más allá. 

Se entiende cuando descubres que la aventura original se publicó en la revista Líder allá por 1989. Eran años en los que el rol en general y La llamada de Cthulhu en particular, se entendían de otra manera. En esta edición se ha añadido un capítulo introductorio que ya marca el tono casi demencial de la aventura, se le ha dado un lavado de cara y se la ha maquetado de una forma más o menos adecuada. Por lo demás, no ha perdido el sabor de módulo de fanzine (ojo, en ningún caso dicho como algo peyorativo, sino más bien descriptivo de una forma de publicación que era habitual en aquellos tiempos en los que la gran mayoría jugábamos con fotocopias de fotocopias de los manuales originales), remarcado por los nombres de los PNJ que resultan ser adaptaciones de los nombres reales de gente cercana al autor y al mundillo del rol en el momento en que la aventura se publicó.

No estamos en mi grupo de juego preparados para jugar La llamada de Cthulhu en un futuro próximo, pero aunque lo estuvíéramos, no es La bestia no debe nacer una aventura que me llame jugar o dirigir. Me parece que, de hacerlo, íbamos a tener bastantes momentos de frustración que no son compatibles con una satisfactoria experiencia lúdica.

 

sábado, 10 de agosto de 2024

La saga de Adonis

Hay que ver lo que está dando de sí una saga que se inició con Rocky, una película que ganó un óscar inesperado en 1976, pero que luego ganó una fuente de dólares, contribuyendo a edificar la figura de Sylvester Stallone como un héroe de acción durante dos décadas.

Nuestro hombre ha sabido reinventarse ante su evidente deterioro físico, normal por otra parte porque el angelito está ya más cerca de los ochenta años que otra cosa. 

La reinvención, bastante aguda, ha consistido en cambiar el foco y pasar del viejo y castigado Rocky Balboa a la figura emergente de Adonis Creed, hijo de su querido amienemigo con el que compartió cuadriláteros durante las cuatro primeras películas. 

 


Son ya tres películas centradas en el joven Adonis, que siguen un desarrollo parecido a las primeras de Rocky y que además juegan con la nostalgia de los aficionados a la serie. Ya comenté la primera hace tiempo, así que toca hablar de las dos siguientes. 

Creed II es la última película en la que aparece el viejo campeón. Y trae sorpresa, porque también vamos a ver a un ajado y no menos castigado Iván Drago. Para los estándares de profundidad argumental de estas películas, no nos sorprenderá saber que el bueno de Drago cayó en desgracia en la Unión Soviética tras la derrota ante el Potro Italiano. Abandonado por el régimen y por su explosiva esposa, no le queda otra que rumiar su desgracia y entrenar a su hijo para desahogar en él sus frustraciones. 

En un azar del destino que tampoco deberá sorprender a los aficionados, llegará la ocasión en la que el joven Drago podrá enfrentarse al joven Creed para que a los nostálgicos se les pongan de punta todos el vello del cuerpo. 

 


Iván Drago vuelve a estar encarnado por Dolph Lundgren, también bastante castigado a pesar de ser casi doce años más joven que Stallone. El hijo de Drago es Florian Munteanu, un actor alemán, grande como un castillo, que hemos podido ver en Vikingos: Valhalla, Sang-Chi o en la recién estrenada Borderlands.

Una vez superado este reto, Creed III nos presenta a Adonis en la cima del mundo. Como sucedió en Rocky III, el personaje ha perdido la motivación y piensa seriamente en el retiro, hastiado del mundo de sacrificio que rodea a un campeón, sintiendo que ya no tiene nada que demostrar. 

El pasado llegará con toda su fuerza en la figura de Damian, un amigo de juventud que se ha comido décadas en la cárcel por un delito que en realidad cometió Adonis, destrozando una más que prometedora carrera pugilística. Durante ese tiempo en la cárcel, le ha dado bastantes vueltas a la cabeza y ha podido ver el meteórico ascenso de su amigo. 

 

El tiempo no pasa en balde

 

Al salir del Hotel Rejas (esto es de Miguel Ríos), se acerca a Adonis, a su familia y a su casa. Pronto se le caerá la careta y traslucirán sus verdaderas intenciones, que no son otras que ocupar el puesto que cree que se le debe por derecho y que, en cierta medida, Adonis está usurpando. 

No hay mucho más que decir, más allá de que me recuerda poderosamente a Clubber Lang, el personaje de Mr. T en Rocky III, consumido como él por el odio hacia una figura de la que ambos sienten que les está robando su destino manifiesto. 

Damian Ander está encarnado por Jonathan Majors, el actor que, como su personaje, ha arruinado una prometedora carrera artística por un delito que, en esta ocasión, sí ha cometido. 

 


 

Poco más hay que decir de ambas películas. No busquemos tramas profundas ni sesudos análisis. Son productos destinados al consumo masivo de sus aficionados, de tal forma que más allá de los antagonistas, el resto de personajes forman parte del decorado que aporta una apariencia de vida a las situaciones. Como curiosidad, Creed III es la primera película de Rocky en la que no aparece Stallone.

La trilogía se ha dejado casi un punto en imdb. Desde el 7,6 que todavía luce su prometedora primera parte hasta el 6,7 de Creed III, pasando por el 7,1 de Creed II: Las tres son entretenidas, por lo menos, y mejoran a las últimas películas de la serie original.



viernes, 2 de agosto de 2024

El auge de los señores de las runas

Cuando Pathfinder salió al rescate de los jugadores decepcionados por el paso atrás de la 4ª edición de Dragones y Mazmorras, las sendas de aventuras seguían siendo un concepto novedoso, si bien no nuevo porque ya habían publicado cosas para 3ª edición. 

No obstante, el concepto es motivador: llevar unos PJ desde el nivel 1 hasta el nivel 20, haciendo frente a enemigos más poderosos y retos más desafiantes y llegar a un clímax que, para bien o para mal, marcará al grupo. 

El auge de los señores de las runas (terrible traducción, en mi opinión) fue la primera y la tengo en la Edición Aniversario de Devir. Dividida en seis capítulos cuenta el retorno de un culto que parecía dormido y erradicado desde hace siglos.

Todo empieza en el apacible pueblo de Punta Arena, población costera que se verá sacudida por una invasión de goblins durante un carnaval festivo. Al principio, todo parece cosa de una tribu goblin que vive en las cercanías, pero con el transcurso de las aventuras se hilvana una historia que enlaza con un pasado remoto. 

El primer capítulo, Ofrendas calcinadas, comienza como una aventura más de nivel bajo: enemigos de piel verde, una colina al pie del mar y una mazmorra oculta que esconde un poder dormido. Nada digno de mención, pero entretenida de jugar y apta para niveles 1 a 4. 

 


 

El segundo capítulo, Los asesinatos del desollador, toma un personaje tangencial de la primera parte y lo convierte en un adversario más que digno en una historia de asesinatos, investigación y destino fatal. Los personajes llegan a nivel 7-8 al final del capítulo, explorando varias ubicaciones y visitando la gran ciudad de Magnimar. Al final, el que se perfilaba como enemigo principal, dará paso a otro más peligroso que seguirá dando sentido al camino principal. 

El tercer capítulo, Masacre en el Monte Garfio llegará hasta nivel 11. Cambiamos de panorama y de una aventura urbana volvemos a encontrarnos en parajes agrestes y hordas de humanoides monstruosos, en este caso, ogros. Una primera parte un poco demasiado gore para mi gusto da paso a unos encuentros más tradicionales, pero como siempre habrá un enemigo y una motivación ocultos que hará falta rascar desde la superficie de la narración. 

El cuarto capítulo, La fortaleza de los gigantes de piedra, introduce a estos enemigos y nos lleva hasta cerca del nivel 14. Volveremos a la ubicación de Punta Arena y tendremos que salvarla del desastre en una interesante secuencia temporizada por asaltos, de tal forma que va a ser imposible estar en todas partes al mismo tiempo y luego tendremos que lidiar con las inevitables consecuencias de esto. En la inevitable mazmorra de este capítulo tendremos ocasión de encontrar conocimiento sobre lo que está pasando y algún retazo de información que nos permitirá ir identificando al verdadero enemigo.

El quinto capítulo, Pecados de los salvadores, presenta la mayor mazmorra de esta senda de aventuras, compuesta en realidad por varias mazmorras temáticas y apartadas del flujo normal del tiempo, que nos llevarán más allá del nivel 15. Cada enemigo que te encuentras tiene un arsenal de aptitudes y recursos que pondrán a prueba a un curtido grupo de aventureros. La recompensa, obtener armas poderosas que podrán dañar, con suerte, al adversario final. 

 

Todo empieza con estos pequeñines

 

El sexto y último capítulo es Las espiras de Xin-Shalast, ciudadela olvidada de los gigantes rúnicos y en cuya cima habita aquél que ha estado moviendo todos los hilos en las sombras. Llegaremos al enfrentamiento final en un hermoso nivel 18, pero antes tendremos que superar criaturas como un dragón azul muy viejo (VD 17, PG 275, CA 37), antes de nuestro contrincante final. Ojo a las estadísticas:

VD 21; PG 382; CA 37; Varios ataques por asalto; Conjuros arcanos hasta 9º nivel; esbirros de VD 13, 14 y 17 que incluyen un dragón adulto; un porrón de objetos mágicos de altísimo nivel... una locura para los jugadores y para el director de juego.

Ese es precisamente el problema para mí. Llega un momento en que los recursos que hay que manejar son inmensos y hay que tener más o menos claro lo que se quiere hacer (hablo como DM), haciendo la sesión muy exigente desde el punto de vista de la concentración. Es cosa del propio juego, pero se convierte más en un juego de estrategia y gestión de recursos que en un juego de rol. 

No obstante, es una suposición que hago. Nosotros no llegamos más allá que hasta la mitad del primer capítulo, más o menos, hasta que la pandemia nos obligó a cerrar el chiringuito. Cuando lo retomamos un par de años después, nuestro interés había derivado a juegos más sencillos como D&D 5ª y El rastro de Cthulhu. 

Pathfinder, como evolución natural de D&D 3ª y D&D 3.5, es un juego plagado de opciones de personaje, dotes, habilidades, conjuros... prácticamente inmanejable a partir de ciertos niveles. Me parece que su segunda edición se dirige hacia la simplificación de tanto número de opciones y de las reglas, pero sin llegar a la simplicidad de D&D 5ª, excesiva en algunos puntos. 

Habiendo leído la senda de aventuras por completo, creo que me gustaría menos jugarla que leerla. Por lo menos jugarla en su totalidad, porque el primer y segundo capítulos son bastante interesantes y creo que darían bastante juego. 

Nada que objetar a la soberbia edición de Devir. Tapa dura, buen papel, duradera para la mesa y vistosa para la estantería.

lunes, 29 de julio de 2024

El lejano país de los estanques

Comencé a leer la serie de libros de los agentes Bevilacqua y Chamorro, de Lorenzo Silva, cuando la descubrí por primera vez en el ya desaparecido Círculo de Lectores (que merecería una entrada por sí mismo; me lo voy a apuntar). Después de algunos años, me propuse leer los que pudiera, preferiblemente siguiendo el orden cronológico. 

Así he llegado a El lejano país de los estanques que, si no me equivoco, es el primer caso de nuestros dos guardias civiles favoritos (en dura pugna, he de admitirlo, con Olmos y Robles). 

Uno, curtido ya en lecturas varias, esperaba que se notaría una diferencia apreciable entre este primer título y los demás que he tenido ocasión de leer. Sería, incluso, algo natural por el propio proceso de evolución del autor y su estilo. Pero lo que me encontré es, otra vez, una pequeña maravilla. 

El asesinato de una hermosa mujer, joven y extranjera, en un destino turístico de primer orden en este país, será el factor que desencadene el desembarco del brigada Bevilacqua y de la novata guardia Chamorro en la primera acción de campo de esta última. 

 


La historia no es demasiado original en cuanto a que los indicios orientan la atención del lector en una dirección para luego dar un giro dramático y desencadenarse la resolución ante nuestros asombrados ojos, pero la habilidad de Lorenzo Silva es suficiente para mantenernos pegados a la historia, pasando página tras página, de sospechoso a sospechoso y tiro porque me toca, al tiempo que pone el foco en las zonas turísticas por excelencia, la juventud, los extranjeros, los excesos... todo tan actual entonces como el día que estoy escribiendo esta entrada. 

Creo que este y los demás libros de la serie no son novelas whodunit al uso, puesto que más que poner a prueba las aptitudes detectivescas del lector, el autor hace que acompañemos a los protagonistas en su proceso de descubrimiento y lleguemos a la conclusión casi al mismo tiempo. En ese sentido es más parecido a un Michael Connelly que a una Agatha Christie.

 

El autor (foto: ABC)

Pero lo que me sigue fascinando de Lorenzo Silva son, principalmente, dos cosas: la primera es la verosimilitud de lo que cuenta, el proceso, los procedimientos internos, los entresijos legales y tiras y aflojas entre los investigadores y el juez instructor, permisos para acá, permisos para allá y demás; la segunda es su habilidad para contar una historia en apenas trescientas páginas, lo que unido a la agilidad de la prosa, permite leer uno de estos libros en tres o cuatro tardes perdidas de verano. 

El resultado ha sido muy satisfactorio. Tanto que, según mis notas, le di un notable alto cuando lo terminé y el recuerdo sigue siendo bueno, así que voy a confirmarlo. Se mantiene como una de las series que más me gustan y a la que vuelvo de vez en cuando.

No deja de ser curioso que, en una época en la que las series basadas en novelas patrias de misterio están de moda, todavía no parece plantearse una basada en las historias de Bevilacqua y Chamorro.

sábado, 20 de julio de 2024

D&D: Honor entre ladrones

Después de la tremenda decepción que supuso la película de Dragones y Mazmorras que se estrenó el último año del siglo XX (para los de la LOGSE: el año 2000), mi listón estaba lo más bajo posible: solo esperaba que la película Dragones y Mazmorras: honor entre ladrones no diera vergüenza ajena. 

Aún así, me fui al cine de la mano de mi hija pequeña, dispuesto a gastarme un dineral en las entradas y las chuches y, si la cosa se terciaba, pasar un buen rato.

Al final de la sesión, sonreí satisfecho y habiendo cumplido todos los objetivos de mi astuto plan. 

La película es muy correcta y disfrutona y deja desde el principio bien claro que no nos encontramos ante una catástrofe como la primera. Las escenas en la prisión, si bien tienen algunos chistes de dudosa gracia y bebe de algunos clichés de la fantasía, nos pone en situación y nos muestra algunas razas que antes solo habíamos visto en las ilustraciones de los manuales de juego. 

 


Acompañaremos en su viaje a nuestro bardo favorito y su compañera bárbara en busca de sus antiguos compañeros ladrón y mago, con lo que ya tendremos formado un grupo icónico de D&D. 

Claro que la historia tendrá sus complicaciones. Se descubrirá una traición, conocerán a nuevos amigos (druida cambiaformas y paladín), tendrán que viajar a la infraoscuridad a buscar un artefacto, escaparán de un dragón rojo y se enfrentarán a una pavorosa enemiga, maga roja de Thay. 

Hay que reconocer que no es la historia más original, pero se deja ver. Sobre todo a los que estén familiarizados con el entorno del juego de rol más famoso del mundo, porque no deja de haber guiños en forma de nombres, referencias al mundo y la presencia de criaturas icónicas como dragones, bestias desplazadoras, devoradores de intelectos , osos lechuza y mimetos. 

La villana, sin ser perfecta, es satisfactoria. Además aprenderemos cosas sobre la magocracia de Thay, país dominado por un consejo de magos y, entre ellos, el poderoso liche Szass Tam, que sería el malo en la sombra mientras Sofina es solo su sicario de mayor nivel. 

 


 

Hay momentos que hacen verdadera gracia, como la actitud constante del paladín o el uso del conjuro que permite realizar tres preguntas a los muertos (verdadera crónica de una partida de rol estándar). Pero, sobre todo hay momentos que se me han quedado grabados. 

El primero es que nunca creí vivir para poder ver cómo un enorme dragón rojo con sobrepeso hace la croqueta en una mazmorra mientras persigue a nuestros amigos. Luego supe que ese dragón ha salido en alguna aventura o suplemento.

El segundo momento es el homenaje a la serie de animación de los ochenta que se puede ver mientras nuestros héroes compiten por llegar al final del laberinto en el coliseo de la ciudad. 

El tercero, el uso del conjuro de portal en el marco del cuadro. Un plan que cualquiera de nosotros hubiera podido plantear en la mesa de juego con sus amigos. Y, claro, no hay plan que no se acabe torciendo por la propia acción de los jugadores o por la reacción del DM.

 

Cara de qué asco me da todo

Podría seguir con unos cuantos más, pero no quiero dejar pasar que el reparto me ha parecido bastante correcto: Chris Pine (Edgin el bardo), Michelle Rodríguez (Holga, la bárbara sexualmente atraída por los medianos), Justice Smith (Simón, el mago, como el juego de ordenador del siglo pasado), René-Jean Page (el paladín trepapiedras), Sophia Lillis (la adorable druida cambiaformas Doric), Hugh Grant (el ladrón, Forge) y Daisy Head (la maga roja de ojos enormes, Sofina). De todos ellos solo me chirría Michelle Rodriguez, que tiene la vena actoral de un ladrillo. Tenía mis dudas con Hugh Grant, al que me temía ver fuera de lugar, pero confieso que me ha sorprendido incluso con su cara de tonto perenne. 

Salimos muy satisfechos de la película y la volvimos a ver en casa en cuanto estuvo disponible. Aunque estando familiarizado con la ambientación se disfruta mucho más, también es resultona como película de fantasía. Así parece que se justifica el 7,2 con el que cotiza hoy en imdb. Un botín más que suficiente por ahora. 

Solo espero que la recaudación obtenida sea adecuada para que los productores se planteen una segunda parte o, ya puestos, una serie. Dragones y Mazmorras y su ambientación tienen tanto que ofrecer, que estoy seguro de que se puede hacer algo decente con ello si hay voluntad y presupuesto.

domingo, 14 de julio de 2024

El último anillo

A finales del siglo XX, un avispado ruso escribe una visión alternativa de la obra de Tolkien. Se basaba en el conocido axioma de que la historia la escriben los vencedores y trataba de una historia de la Guerra del Anillo desde el punto de vista de las fuerzas de Sauron. 

El último anillo tuvo mucho revuelo en aquella época, pero ha sido solo recientemente cuando he tenido la ocasión y las ganas de leerlo.

Tenemos así una vuelta de tuerca a todo lo que conocemos. Humanos, elfos, magos... todos se convierten en los malos de la historia. Los orcos son solo mandados, que tienen sus propias historias personales y objetivos más o menos modestos, pero que se ven arrastrados a una guerra por la propia rapacidad e intransigencia de las razas del Oeste. Quizá de todos ellos los peores sean los elfos, pero ninguno se libra. 

Personajes como Elrond, Gandalf, Aragorn, Faramir y otros vuelven a visitarnos, pero con nombres, descripciones y situaciones adaptadas al nuevo punto de vista de la historia.  

 


No negaré que al principio tiene un cierto interés, pero dura poco y acaba perdiendo el elemento sorpresa en una historia que no acaba de despegar. Quizá, de todo lo que recuerdo, lo que más me gustó es la forma en que se describe a Faramir como un revolucionario que busca la reconciliación entre los pueblos y que busca la independencia de su principado de Ithilien, que gobierna junto con su esposa Éowyn bajo la sofocante tutela de Gondor, para convertir un régimen brusco y revanchista en otro más flexible y colaborador. 

Poco más recuerdo de la trama y confieso que he tenido que buscar los nombres de personas y lugares para refrescar la memoria. Así, Mordor se convierte en Umbror, Sauron en Auron, Aragorn en Altagorn, Faramir en Aramir. Curioso, al principio. 

Tampoco negaré que el estilo es amigable, incluso a veces bastante más amigable que el de la obra de la que bebe, y la longitud es ajustada. No obstante, también es innegable que la novela no llega a ser lo suficientemente buena como para ser recordada más allá de una lectura curiosa. 

Por lo menos puedo tachar una tarea pendiente de mi lista. No era algo que me quitara el sueño y, como se ve, apenas da para escribir una breve entrada. 

No voy a recomendarla. Allá cada cual con su curiosidad y, quién sabe, a lo mejor la miráis con otros ojos, no tan fríos como los míos. 

Como curiosidad, Kiril Yeskov ha descrito varias nuevas especies de arácnidos y tiene algunas nombradas en su honor. Todo según su página en la Wikipedia, claro.


sábado, 6 de julio de 2024

La guardia (T1)

Hace ya unos cuantos años tuve ocasión de ver las adaptaciones que se hicieron de algunas de las novelas del Mundodisco: El color de la magia, Papá Puerco o Cartas en el asunto. Resultaron bastante satisfactorias en todos los sentidos y seguramente hasta les dediqué entradas en este blog, pero me da bastante pereza buscarlas...

Mucho más reciente ha sido la serie de televisión que se ha dedicado a la Guardia de Ankh-Morpork, pero el resultado ha sido algo más discutible. Han sido ocho episodios y parece que no va a haber una segunda temporada.

Digo que el resultado es más discutible porque no es tan evidente que se trate de una adaptación del Mundodisco. Sí, los nombres, las ubicaciones, todo parece estar ahí, pero se ha optado por utilizar una estética y una aproximación que en cierto modo enmascaran la fuente y nos proporciona una adaptación que no es tan cercana a la fuente original. 

Eso no tiene por que ser malo. Las adaptaciones son eso, adaptaciones. No tienen por qué seguir de forma literal el texto de los libros. Pero a veces, solo a veces, el afán por inventar y mejorar lo que ya es de por sí un hito de la literatura fantástica no resulta ser la mejor de las ideas. 

 


 

Se ha optado por una estética difícil de etiquetar, aunque a mí me viene con bastante facilidad la etiqueta punk, sucia y colorista. No me ha parecido una buena elección. 

Si bien tenemos a Sam Vimes, Zanahoria, Angua, Jovial, Detritus e incluso a lady Sybill, no aparecen por ningún lado personajes tan queridos y con tanto juego como Fred Colon y Nobby Nobbs. No son unos cualquiera, sino que son socios fundadores de la guardia de la ciudad desde la primera novela del arco, protagonistas de algunos de los pasajes más hilarantes y al mismo tiempo más filosóficos de los libros, al más puro estilo Pratchett. Se les hecha de menos. 

Aparecen también elementos reconocibles de la ciudad de Ankh-Morpork, como los gremios o el Patricio (aquí la Patricia), aunque la Universidad Invisible solo lo hace de soslayo y del bibliotecario apenas se sabe nada. Puede ser por problemas de presupuesto, porque ya supongo que habrá sido un coste importante el representar a los trolls.  

 


Las decisiones inclusivas que se han tomado me resultan un tanto chocantes, pero no censurables, porque Terry Pratchett fue de los primeros autores que incluyeron los conceptos básicos del respeto a la diversidad y a las opciones personales en su obra. De hecho, novelas como Hombres de armas o Regimiento monstruoso deberían ser de lectura obligada en muchos foros, para escarbar entre chiste y chiste y descubrir el mensaje de fondo. 

La historia, un poco caótica y onírica, no termina de engancharme. Me ha dejado un poco ni fú ni fá y si he aguantado hasta el final es porque la serie es corta y porque Terry Pratchett y su obra son un referente en mi formación cultural y mi transición de la juventud a la mediana edad. 

Un tanto decepcionante, La guardia cotiza a un modesto 5,5 en imdb. La aconsejaría a los aficionados completistas del Mundodisco, pero ni siquiera me atrevo. Así que allá cada cual con sus decisiones.


sábado, 29 de junio de 2024

El alienista (T2) - El ángel de la oscuridad

La primera temporada de esta serie resultó ser una grata sorpresa que me llevó a leer el libro de Caleb Carr en el que se basaba. La segunda temporada ha resultado ser, por lo menos, tan interesante como la primera e incluso algo menos liosa que la primera, sobre todo al final. 

Comienza El alienista unos pocos años después de los sucesos de la primera parte y con el equipo del doctor Kreizler desperdigado por Nueva York, a finales del siglo XIX.

Sarah Howard ha dejado la policía metropolitana y se ha instalado por su cuenta como detective, de nuevo rompiendo el techo de cristal que oprimía a las mujeres de la época y contra el que se movilizaban las sufragistas, a veces con métodos discutibles. 

 


John Moore ha progresado en su trabajo de articulista y está prometido con una bella mujer de la alta sociedad, pero no es feliz por varios motivos, entre los que se encuentra precisamente la diferencia de posición social y económica con su futura mujer y el recuerdo de su tensión sexual no resuelta con Sarah durante los sucesos pasados. 

Los hermanos Isaacson continúan trabajando para la policían, aunque elejados de los métodos revolucionarios que emplearon durante su trabajo en el grupo investigador del Kreizler.  

Cyrus Montrose, fiel servidor del profesor, ha abierto una taberna en un barrio no demasiado recomendable, que le permite un trabajo y una independencia económica para él y para su familia. 

Stevie ya es un muchacho y no un niño, y continúa al servicio de Lazlo Kreizler, que pasa el tiempo en la institución benéfica que ha abierto para tratar las diversas afecciones de la mente que afectan sobre todo a los niños, pero también a los mayores. 

 


 

Esta aparente tranquilidad se ve puesta a prueba cuando se producen una serie de secuestros y asesinatos de bebés, realizados en extrañas y perturbadoras circunstancias. Los bebés muertos aparecen vestidos y caracterizados como muñecas, después de varios días de haber desaparecido de sus cunas.

Los sucesos tan truculentos no tardan en saltar a las páginas de los rotativos amarillistas, ávidos de noticias, en un marco en el que se respiran vientos de guerra contra el decadente Reino de España. Cuando el hijo del cónsul español en Nueva York también es secuestrado, los sucesos se desencadenan con rapidez. 

Como sucedió con la primera parte, la segunda temporada nos llevará por ambientes sórdidos y poco recomendables y personajes oscuros, cuando no desequilibrados o ambas cosas a la vez.

Mientras, el equipo de investigación, de nuevo al completo, desarrolla las revolucionarias técnicas de investigación desarrolladas por Kreizler al tiempo que los sucesos se dirigen, de forma inexorable, hasta una resolución climática. 

 


 

El alienista continúa siendo una serie de lo más recomendable, tanto por su argumento como por la ambientación histórica. Parece que estamos en el Nueva York pujante de finales del siglo XIX, donde podremos cruzarnos con personajes de la talla histórica del J.P. Morgan o de William Randolph Hearst, coger un coche de caballos y confraternizar con la alta sociedad norteamericana del momento.

Pero la verdadera joya de esta serie es su trío protagonista: Luke Evans, Dakota Fanning y Daniel Brühl están inmensos en la interpretación de John Moore, Sarah Howard y Lazlo Kreizler. Merece la pena acercarse a la serie, por verlos en sus respectivos papeles.

No parece que vaya a haber una tercera temporada, a pesar de cotizar a un más que decente 7,7 en imdb.


domingo, 23 de junio de 2024

The last of us (T1)

He hablado hace unos meses de la extraordinaria experiencia que fue jugar a The last of us y The last of us II en PS4. Mientras estaba inmerso en la narrativa, supe que HBO (¿quién si no?), se había lanzado a adaptar los videojuegos a la pequeña pantalla. 

Pues vaya adaptación que les ha salido. 

Ver la serie es casi como jugar el videojuego. Desde el primer capítulo hasta el último, la sensación de vivir una catástrofe mundial atenaza el estómago del espectador. Incluso podría uno llegar a pensar que es incluso mejor, puesto que en el primer episodio se explica con relativa credibilidad de dónde vino la epidemia provocada por el hongo cordyceps

 


 

Durante el principio del primer capítulo, cuando la hija de Joel visita a los vecinos, ya se pueden ver algunas señales en la anciana sentada en la silla, aparentemente fuera del mundo, que empieza a tener espasmos y protagonizará uno de los primeros sustos que vamos a sufrir. 

Creo que hay que hablar poco de la historia, porque apenas se desvía de lo que sucede en el juego. Si acaso, lo hace para acotar y ampliar información, no sin polémica. 

Por ejemplo, la historia de Bill, que en el juego apenas sale un rato como apoyo de Joel y Ellie en sus primeras jornadas de huida, se convierte por derecho propio en protagonista de un capítulo entero, el 1x03. Se construye la relación con Frank, el compañero de Bill al que apenas se menciona en el juego, y el capítulo nos muestra cómo el primero era el contrapeso ideal a la personalidad explosiva de Bill, hasta que enferma y poco a poco va languideciendo y pide a Bill que le ayude a irse en paz. El final del capítulo impacta tanto como para que se escape más de una lágrima. 

 


De una forma parecida tenemos el DLC Left behind, que se convierte en gran parte del capítulo 1x07, haciendo más explícita la relación que tiene Ellie con su amiga Riley. Por lo demás, sigue con fidelidad el DLC hasta su trágico desenlace. 

Aparte de un paso por la ciudad de Kansas City que no recuerdo haber visto en el juego, tenemos todo lo que nos hizo gritar y llorar: la historia de los hermanos Henry y Sam, a los que cogemos cariño y luego lloramos en apenas unos minutos; la secta de David, que también se explicita más que en el juego (todavía recuerdo con desagrado la escena del reparto de carne estofada; la muerte de Tess, distinta de lo que vemos en el juego, en un hotel de Boston rodeada de infectados y esos zarcillos de hongo que buscan su boca; el final en el que Joel consigue salvar a Ellie aún a costa de que no se pueda conseguir la cura contra la enfermedad... Una montaña rusa de emociones que sorprenderá a los que no hayan jugado y que sorprenderá y golpeará con brutalidad a quienes se acerquen a la serie sin saber nada de lo que van a presenciar. 

La serie tuvo una gran polémica desde antes incluso de su estreno. Primero por la elección de Bella Ramsey como Ellie (yo confieso que su elección no me apasionó, ni tampoco me llegó de forma especial durante su interpretación, como sí lo hizo la Ellie del videojuego) y luego tras la emisión del capítulo de Bill y Frank, que despertó una oleada de críticas homófobas y de malas calificaciones que hicieron que el capítulo sea el segundo peor valorado de la temporada, con diferencia, solo por delante de Left behind (curiosamente el otro episodio con un alto componente LGTBi). 

 


Sucede con otros productos que introducen este tipo de situaciones con calzador y provocan rechazo por querer construir un relato, pero en el caso que nos ocupa se puede afirmar que está realizado con un respeto exquisito hacia la obra original y que, honestamente, no se puede decir que lo que estamos viendo se distancia, pervierte o traiciona la obra original. 

Para terminar, no se puede decir otra cosa más que Pedro Pascal es el Joel perfecto, desde su apariencia hasta sus actos son una representación fiel del Joel de los videojuegos. 

The last of us cotiza hoy a un soberbio 8,7 en imdb, siendo una de las obras más valoradas en la plataforma. Sin duda lo merece y por eso estoy esperando con ganas poder ver la adaptación de The last of us II. Va a ser la bomba.


domingo, 2 de junio de 2024

Tolkien

Es curioso que a alguien se le haya ocurrido hacer un biopic sobre J.R.R. Tolkien. Si me lo llegan a decir hace veinticinco años, no hubiera dado un duro por ello, porque no veía que el personaje en cuestión fuera a ser interesante. 

Supongo que tuvieron que llegar las películas de Peter Jackson, fenómeno mundial de crítica y público (vale, las películas de El hobbit no lo son tanto) como para que alguien pensara que era una buena idea acercar al gran público al que fue su creador. 

 


 

No sé qué le habrá parecido al gran público la idea. Mi impresión es que la película pasó sin pena ni gloria por las pantallas de cine de todo el mundo. Por lo menos, no hizo ruido, así que seguramente pasó desapercibida.Y eso que la fanaticada de Tolkien es una de las más activas en redes sociales (y también una de las más radicales, pero eso es otra historia que no contaré aquí). 

Confieso que yo ni siquiera me vi tentado a verla en el momento de su estreno y esperé a que la programaran, una noche cualquiera, en la televisión. 

Diré que la película se parece bastante a lo que me imaginaba: la historia de juventud de un personaje, gris en apariencia, pero que ha estado presente en la vida de millones de personas. Confieso también que en momentos  me aburrí. Es probable que por ello no merezca viajar a las Tierras Imperecederas, pero es lo que hay. 

 


 

No obstante me parece que la película acierta en representar los tres grandes pilares de su vida que luego estarían presentes en su obra: la relación con sus jóvenes amigos, su gran amor Edith y la infame experiencia que supusieron las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Esta última cambió todo el cuadro de lo que iba a ser la vida de John y, quizá, nos regaló momentos únicos a todos los que después nos acercamos a su obra.

No voy a entrar en detalle en lo que representan. Hay una larga fila de exégetas de su vida y su obra que han discutido en profundidad sobre todos y cada uno de ellos y las ramificaciones que han tenido en la historia del mundo que se dedicó a crear con infinita paciencia y determinación, entre pipa y pipa. 

 


 

Ahí es donde se entiende más a la persona y se aparta de la imagen que quizá muchos tuvieran idealizada. Y ahí es donde la película se hace grande, si ustedes me entienden. Porque otro acierto es no mitificar al personaje, que poco o nada tiene para ello, aunque a algunos les gustaría que tuviera la categoría de semidios o algo similar. Pero no, lo que se retrata es a un ser humano. 

Después de verla no he podido dejar de volver a pensar en la balada de Beren y Lúthien, una de las historias más bonitas de El silmarillion y que ya por sí sola merece la pena la lectura de tremendo ladrillo. Y, por supuesto, volví a pensar en la sencilla lápida de la tumba de John y Edith, unidos de nuevo en la otra vida. 

La película cotiza hoy a un modesto 6,8 en imdb, pero quizá sea una de las pocas veces en las que esto no es más que una anécdota. 

 




domingo, 19 de mayo de 2024

Gambito de dama

El tema de las expectativas es un arma de doble filo. Lo mismo es capaz de hacer que algo en apariencia normal se convierta en una experiencia inmejorable que consigue devaluar un producto objetivamente bueno. 

Gambito de dama ha sido un ejemplo de ello. 

Tardé bastante en ver la serie desde que se estrenó y no paré de leer y ver críticas muy buenas, incluyendo reportajes sobre cómo había revitalizado el interés por el ajedrez en muchos sitios o cómo había impulsado el éxito de la empresa española que fabrica los tableros que se ven en la serie. 

 


Tanta información, y tan buena, que no pude evitar formarme unas expectativas predeterminadas antes de ver siquiera una secuencia. Por eso, aún gustándome mucho la serie, no puedo evitar tener una sensación un poco meh

No me entendáis mal. Gambito de dama es una serie muy notable, pero creo que está lejos de ser el fenómeno que nos estaban vendiendo. 

La historia de la joven Beth Harmon, prodigio del ajedrez, desde que era niña hasta que se enfrentó al gran maestro soviético Vasily Borgov, se podría clasificar como drama social. Incluso sería posible pensar que el ajedrez está lejos de ocupar una posición central en el tablero, sino que se trata de un elemento accesorio, una muleta para contar la historia. 

A pesar de las características peculiares de Beth, su accidentada niñez, sus adicciones a sustancias diversas y su genialidad cuando se trata de mover las piezas en el tablero, estamos ante la historia de superación personal de una chica que intenta con todas sus fuerzas romper el techo de cristal que oprimía a las mujeres en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. 


 

Primero, intenta controlar y comprender el juego, hasta que consigue ganar al bedel del internado que la introduce en el ajedrez. A partir de ahí, subirá peldaño a peldaño la escalera empinada que lleva a lo más alto en un mundo que está absolutamente dominado por los hombres, aún en pleno siglo XXI. 

Todo, absolutamente todo, gira alrededor del personaje de Beth. Los demás personajes son meros peones que se mueven tejen una historia. Hay destellos de algunos de estos satélites: la madre adoptiva que ve una fuente de ingresos extraordinarios, pero que también será la primera que la tomará en serio como persona y que la animará a hacerse valer por encima de todo; el rival despechado que no puede creer haber sido derrotado, pero que luego, quizá atraído sexualmente por ella, se desvivirá tratando de evitar que caiga en una espiral de autodestrucción; el gran jugador pagado de sí mismo que, en el fondo, piensa que ella nunca logrará abrirse camino. 

Todo, hasta que Beth Harmon se convierte en un fenómeno social en Estados Unidos por su gran papel en un torneo de ajedrez que se celebra en la Unión Soviética. La guerra fría transportada a un trozo de madera con sesenta y cuatro cuadrados blancos y negros. 

 


 

Al mismo tiempo, Gambito de dama y su éxito no pueden entenderse sin la soberbia presencia de Anna Taylor-Joy. La serie empieza y termina en ella y la penetrante mirada de sus enormes ojos. La actriz está, sencillamente, espectacular y se ha convertido por derecho propio en una de las estrellas jóvenes con más futuro en el mundo de la interpretación, pero que se puede jactar de haber conseguido ya un bagaje de éxito que muchas estrellas maduras matarían por tener. 

Gambito de dama cotiza hoy a un fabuloso 8,5 en imdb. Lo firmo. 

En el momento en que escribo estas líneas, parece que la serie no tendrá una segunda temporada. Creo que es la mejor decisión, ya que no estoy seguro de que la historia se pueda estirar mucho más si no es de forma artificial. En ocasiones, es mejor dejar el legado tal y como está.

domingo, 5 de mayo de 2024

Un puñado de películas desaconsejables (y II)

La segunda y última entrega de películas prescindibles comienza con la adaptación de Caballeros del zodíaco, la adaptación de la serie de animación que veíamos en Tele5 hace más de treinta años. 

Es, sin duda, la peor película hasta ahora de este puñado de películas discutibles. Pero, cuidado, no se trata de una mala adaptación. De hecho es bastante fiel a los primeros capítulos de la animación. Lo que pasa es que los efectos y diversas situaciones, dan vergüenza ajena. 

 

Mala no. Peor.

Como curiosidad, tiene la virtud de reunir a Sean Bean (otro claro ejemplo de búsqueda de lentejas calientes) con una bastante desaparecida Famke Janssen. El protagonista es Mckenyu, cosa que creo que lo dice todo. 

Es una de las pocas películas que he visto que tienen un suspenso (4,4) de serie en imdb. Ni con un palo 

Secret Headquarters la vi hace unos meses y, la verdad, apenas recuerdo nada de ella, así que presumo que muy buena no debería ser. 

 

Al menos entretiene

Owen Wilson es un padre separado que oculta a su hijo que en realidad es un superhéroe, gracias a un traje de origen extraterrestre (creo) que le otorga poderes prácticamente ilimitados. 

La cuestión es que el padre desaparece unos días, lo que suele resultar bastante habitual, y el hijo descubre con sus amigos la guarida secreta del héroe, justo en el momento en el que una organización también bastante secreta llega a la casa para intentar hacerse con la tecnología.

Poquita chicha que, por lo menos, aprueba en imdb (5,2), con un cierto optimismo de los votantes. Por lo menos dura poco (una hora y tres cuartos) y entretiene a los peques.

 

Confusa

Aniquilación es una película de ciencia ficción emitida por Netflix, protagonizada por Natalie Portman y Tessa Thompson, entre otras. 

La idea no es del todo mala: en un punto de la Tierra aparece una especie de portal a otra dimensión, así que las organizaciones gubernamentales tienen a bien enviar grupos de investigación y exploración. 

Nuestras protagonistas se internan en esta zona, que resulta ser bastante hostil, con una flora y una fauna exóticas y hasta cierto punto asesinas.

Pero el desarrollo es caótico, tanto que desconecté pronto y fui en piloto automático hasta los títulos de crédito, tanto que me parece increíble el casi notable (6,8) que luce en imdb. 

 

Tragicomedia

Para terminar, Megalodón 2: la fosa

Quién iba a decir que Megalodón, la película de 2018, iba a tener una segunda parte. Una vez repuestos de la sorpresa, nos encontramos con una película excesiva.

Como en muchas segundas partes de este pelaje, el monstruo que aparece es más grande y espectacular que el de la primera. De hecho, el segundo megalodón deja en paños menores al de la primera. Es inmenso. 

Por eso no dejamos de sentir vergüenza ajena cuando los diminutos protagonistas maquinan formas cada vez más rocambolescas para acabar con el bicho. No solo eso, sino que acaba por funcionar. 

 

WTF?

En casa gustó mucho, pero a mí me causó bastante estupor. No obstante, aprueba raspado (5,0) en imdb, así que la audiencia ha decidido que es mejor que Caballeros del zodíaco. Magro consuelo.