domingo, 27 de marzo de 2022

Goodbye Christopher Robin

Está claro que Winnie the Pooh es un fenómeno en el mundo anglosajón, mientras que en nuestra cultura latina no tiene tanto predicamento a pesar de todo el producto de mercadotecnia que alrededor del osito y sus compañeros se puede ver por ahí. 

Así es normal que se produjeran dos películas en un corto período de tiempo y con un título bastante parecido: Goodbye Christopher Robin en 2017 y Christopher Robin en 2018. La segunda, desde el mero orden cronológico, fue la primera que vi y está protagonizada por Hailey Atwell y Ewan McGregor y en un principio me pareció más atractiva y visual que la primera. Seguramente por eso me he resistidoo durante tanto tiempo a ver Goodbye Christopher Robin

La película está protagonizada por Domhall Gleeson (el General Hux de la inifame tercera trilogía de Star Wars) en el papel del autor Alan Milne y por Margot Robbie en el de su superficial esposa. Les acompaña un niño un tanto repelente con corte de pelo a tazón y un estilismo discutible (que se explicará en la película), como el hijo de ambos Christopher Robin. 

 

 

Alan Milne, afamado escritor, vuelve de la carnicería de la Primera Guerra Mundial un tanto descentrado y traumatizado, como tantos otros supervivientes. Debido a eso se muda con su familia de la bulliciosa City londinense a un bucólico paraje en la campiña inglesa junto a su mujer y su hijo y una institutriz que será quien críe al pequeño y le muestre cariño y afecto ante la indiferencia de sus padres, enfrascados en sus propias vidas. 

Milne busca insipiración para escribir un libro que haga que la PGM sea la última guerra del mundo, pero sufre un tremendo bloqueo que le hace incapaz de juntar unas pocas palabras. En ese momento se produce un inopinado acercamiento a su hijo, con el que da largos paseos mientras le cuenta una tras otra las aventuras y desventuras del simpático osito y sus amigos. 

 

Una familia ¿feliz?
 

Desde ahí a la fama, el dinero y la insatisfacción. Ninguno de los tres miembros de la familia se encuentra a gusto con su nueva vida y el pequeño Christopher Robin es infeliz por la exposición pública a la que se ve sometido en giras, entrevistas y demás para conseguir un dinero extra y la publicidad que aumente las ventas de los cuentos publicados. 

Estamos ante una tragedia de libro, nunca mejor dicho. Efectivamente la  película es más triste, más dura y si se quiere más pesada de ver que la más luminosa Christopher Robin que verá la luz un año después, pero es también muy interesante para descubrir la psicología detrás del autor y del niño que le sirvió de inspiración. 

Original y copia
 

La película muestra no obstante un momento de reconciliación entre padre e hijo al partir éste al frente al inicio de la Segunda Guerra Mundial a pesar de todos los intentos realizados por su padre utilizando su influencia para que el joven Christopher se quede en casa. 

Interesante desde ese punto de vista, aburre en algunos momentos. Le doy un aprobado raspado, a pesar del flamante 7,1 con el que cotiza hoy en imdb. Me gustó bastante más la película de Ewan McGregor, más desenfadada y alegre, que es quizá lo que necesitaba en ese momento. 

domingo, 20 de marzo de 2022

El gordo y el flaco

Stan Laurel y Oliver Hardy, el Gordo y el Flaco, dos personajes que marcaron una infancia en la que tuve la suerte de disfrutar de una televisión pública de calidad. Menos mal, porque hasta principios de los años noventa, fue la única cadena de televisión disponible. 

TVE programó muchas películas de Laurel y Hardy, aunque también de otros grandes maestros del humor como los hermanos Marx, los disparatados Abbot y Costello, Chaplin, el acróbata Harold Lloyd o el siempre impasible Buster Keaton. De todos ellos, el Gordo y el Flaco fueron de mis favoritos desde siempre. 

Más tarde supe que ellos mismos doblaban sus películas a otros idiomas, entre ellos el castellano. Supongo que por eso tenían un acento tan peculiar y característico. Una especie de marca de la casa, se podría decir. 

 

En 2018 se estrenó Stan & Ollie, dirigida por un tal Jon S. Baird y protagonizada por Steve Coogan (Stan Laurel) y John C. Reilly (Oliver Hardy). 

La película cuenta, en poco más de hora y media, la historia de unos personajes crepusculares, ya lejos de sus momentos de gloria, durante una gira realizada por teatros de Inglaterra en la década de los cincuenta del siglo pasado. 

Los avatares de la gira son dignos de mención, comenzando en teatros de segunda o de tercera, viviendo en pensiones de mala muerte para, poco a poco, ir hacia arriba como en los viejos tiempos cuando eran el dúo cómico más famoso del mundo. 

Original...

 

Pero lo más atrayente de la película es la forma en la que cuenta las relaciones personales entre ambos, cómo Hardy se embarca en esta gira "engañado" por su socio Stan a cambio de la supuesta producción de una nueva película, mientras asistimos a diversos flashbacks de tiempos mejores en los que surgieron dificultades que dañaron su amistad. Se nos presentan también a sus respectivas esposas, de caracteres tan diferentes como ellos mismos, como un factor más a considerar para comprender por completo su relación

El punto de inflexión es el infarto que Oliver Hardy sufre debido al ritmo de trabajo y sus excesos vitales. Es a partir de ese momento cuando ambos vuelven a valorar como se merece al otro, al compañero con el que han compartido vida y experiencias durante muchas décadas, a pesar de todos los elementos que los han separado hasta un punto de casi ruptura, pese a lo cual Stan Laurel nunca dejó de escribir gags para los dos, incluso durante los tiempos más duros en los que la reconciliación estaba más lejos que cerca.

... y copia. Impresionante

 

La película es muy amable con los personajes y se basa en las magníficas actuaciones de sus protagonistas que, apoyados en el trabajo de maquillaje, llegan a identificarse con los protagonistas reales y consiguiendo un parecido físico que resulta asombroso. 

La duración de la película, tan ajustada, ayuda en gran medida a no pasarse y pecar de pesada. Siempre sucede algo en pantalla. 

Hoy cotiza a 7,2 en imdb, nota con la que estoy de acuerdo. Deja un buen recuerdo y ayuda a pasar una tarde.

sábado, 12 de marzo de 2022

Belleza oculta

Howard es un hombre de éxito, propietario de una agencia de publicidad que está rompiéndolo y con una familia compuesta por su mujer y su pequeña hija. 

Todo eso salta en pedazos cuando la pequeña fallece de forma inesperada y Howard queda roto. Tanto que en la práctica deja el trabajo y casi de comer mientras se dedica a vagar por la ciudad como alma en pena, quizá deseando que el azar se lo hubiese llevado a él en lugar de a su hija. 

Tanto es así que sus socios en la agencia le ponen un detective para buscar la forma de incapacitarle y poder dar luz verde a la lucrativa venta de la empresa y que no es posible realizar por la apatía de Howard, que ni siquiera se digna a firmar al pie del documento de compra-venta. 

 

La detective recoge unas cartas que Howard escribe y deposita en un buzón callejero. Van dirigidas a la Muerte, al Amor y al Tiempo y están cargadas de reproches y amenazas. Los socios ven en esto una oportunidad de recuperar a Howard, algunos por afán crematístico y otros por un sincero deseo de ayudar al que también es su amigo. 

Deciden contratar a un grupo de actores y preparar con ellos unos guiones de situaciones en las que Howard se encontrará con aquellos a quienes escribe. Esperan que algo haga click en su cabeza y reaccione por fin para poner punto y final a la espiral de autodestrucción en la que lleva inmerso un tiempo. 

Hay un doble juego en la pelicula: por un lado el drama personal de la pérdida de una hija a muy temprana edad. Este drama se desarrolla durante el metraje y el espectador está aprendiendo de la situación personal de Howard hasta el giro dramático y la revelación que se produce en la parte final de la película y que golpea con toda su dureza al estómago. 

El otro juego es el de la ambigüedad. A medida que avanza la película, dejamos de estar seguros de lo que estamos viendo. ¿Son actores interpretando un personaje o son en realidad Muerte, Amor y Tiempo los que se están viendo con Howard? 

De izquierda a derecha: Muerte, Amor y Tiempo
 

Ninguna de las dos cosas resulta nueva. El juego con las emociones es algo que se lleva haciendo desde que el cine es cine y que ya he comentado por aquí en varias ocasiones. Algunas veces está mejor hecho que otras, a veces es más tramposo y otras veces más ingenuo. Pero siempre resulta doloroso. 

El de la ambigüedad también es más viejo que la tos, no nos engañemos. en Belleza oculta se hace de forma sutil, gracias al registro de los actores que encarnan a los personajes. Helen Mirren es una actoraza de la cabeza a los pies y Keira Knightley pocas veces ha resultado ser más dulce que en esta película. 

Estamos ante una obra solvente, con un reparto muy digno al que añadimos a Kate Winslet y Edward Norton como caras más conocidas, además de Will Smith como protagonista con cara de permanente enfado y ojos llorosos. Una película que se ve con agrado, con la que se llora y se viene uno arriba al final. 

Pero también es una película que no se recordará por mucho tiempo, como demuestra su merecido 6,8 con el que cotiza hoy en imdb. 


domingo, 6 de marzo de 2022

Dredd

Creo que fue a finales de los años ochenta del siglo pasado cuando tuve entre mis manos un buen puñado de comics del Juez Dredd que me fascinaron con rapidez por la calidad del arte y por un guión bastante alejado de lo que entonces era Marvel y del Comic Act que coartaba a los guionistas a modo de autocensura. La editorial británica 2000AD lo creó y la editorial Zinco lo trajo a España.

Efectivamente, las historias del Juez Dredd estaban trufadas de violencia y sangre, tanto propia como ajena porque Dredd ha salido muy mal parado de muchas de sus aventuras en  Mega City. Esta primera toma de contacto fue también la última en papel. No volví a leer otro comic más del Juez Dredd, pero tampocó olvidé del todo al personaje. 

 

 

Luego hubo una deleznable adaptación al cine que protagonizó Sylvester Stallone, con Rob Schneider como prescindible secundario cómico y Armand Assante como el Juez Rico, némesis de Dredd y malo oficial de la película. Incluso Max Von Sydow protagonizó al Juez Supremo Fargo, en uno de los muchos papeles que interpretó y en este caso supongo que lo hizo para llevar un plato de lentejas caliente a casa. 

Aquel despropósito fue en 1995 y hubo que esperar a 2012 para ver una nueva adaptación que en esta ocasión ha protagonizado Karl Urban, enfrentándose como Juez Dredd a la reina del crimen (Ma-Ma, que encarna Lena Heady) que controla uno de los enormes edificios que forman Mega City y que buen puede ser una ciudad en sí misma, con decenas de miles de personas habitándolo. 

 

Dredd se encuentra en el interior del edificio por un motivo un poco casual, mientras le acompaña una Juez en prácticas que ha fallado en la Academia pero a la que se le ve cierto potencial y por eso se decide que merece una nueva oportunidad, en esta ocasión acompañando a un Juez veterano que será el encargado de decidir su futuro. 

El Juez
 

Ambos se encuentran dentro de un microcosmos agobiante, incomunicados y aislados del exterior, sin posibilidad de recibir refuerzos mientras se enfrentan a una fuerza que les supera ampliamente en número, con un líder fuerte e incluso armamento pesado que sobrepasa con mucho la potencia de fuego que pueden generar entre los dos. 

Vamos, lo que se dice una misión sin esperanza. Una misión que separa a los niños de los hombres. Una misión suicida... 

La mala
 

Hemos visto muchas veces en el cine, televisión, libros o comics situaciones desesperadas parecidas. La pelicula no es original en ese sentido. Ni lo pretende, me parece. Pero resulta que esta película es, por fin, una adaptación bastante fiel al comic, con momentos de violencia desaforada que me hicieron dudar mucho si verla o no. 

La novata

No estamos ante un peliculón ni va a quedar en el recuerdo de los cinéfilos de bien, pero el resultado final es una película bastante entretenida, con una mala que resulta que es malísima y un argumento con unos giros que, si bien no son originales, quedan resultones en el conjunto.

Hoy es un 7,1 en imdb, que para lo que es y para lo que prometió, me parece bastante justo.