Praga mortal es la octava novela de la serie del detective alemán Bernhard Gunther y la última que he podido conseguir. En esta ocasión volvemos a la década de los cuarenta del siglo pasado, en concreto a 1941.
Gunther es reclamado por el Reichsprotektor, Reinhard Heydrich, a quien Gunther parece caer bastante bien, tras coincidir en el pasado en una investigación en Berlín.
A estas alturas, Gunther ha vuelto ya de su período de servicio en el Este de Europa, más desencantado y ácido que nunca por todo lo que ha tenido que ver y hacer. Pero una persona como él está poco tiempo sin hacer nada. Los problemas van a buscarle como si fuera un pozo gravitatorio de densidad infinita.
El puente de Carlos no tiene importancia en la trama aunque aparezca en portada |
De vuelta en la Kripo, la suerte hace que tenga que encargarse de la muerte de un trabajador inmigrante. Un crimen más en el oscuro Berlín que le ha tocado vivir, pero que se complicará de forma inevitable. Mientras investiga el caso, conoce a una chica que parece sentir algo más por el bueno de Bernie, que frágil como es, parece corresponder. Hasta que una llamada de teléfono de Heydrich le hace ir a Praga. Gunther decide ir con la chica, para pasar un fin de semana agradable, pero las cosas...
Una vez allí se entera de que Heydrich pretende nombrarle su guardaespaldas máximo, la persona que sea responsable de su seguridad. Sin duda un regalo envenenado en el que, se mire por donde se mire, el bueno de Gunther tiene mucho que perder y poco que ganar. No obstante, no queda sino obedecer.
Y, entonces, tenemos otro asesinato.
A partir de aquí, Praga mortal es un homenaje en toda regla a las novelas clásicas del género y en especial a su reina indiscutible, Agatha Christie. El autor, además, no se recata y la cita una y otra vez. El mismo caso, un asesinato típico de la clase de habitación cerrada, en apariencia irresoluble. Los diversos sospechosos, los interrogatorios, las coartadas, el juego sicológico... Un whodunit de toda la vida.
La resolución del caso es sencilla, inesperada y brillante. Y, lo que es aún más importante, no engaña al lector porque todas las piezas del rompecabezas se encontraban ahí, bien a la vista para aquellos que estuvieran atentos.
La trama tiene algún argumento secundario, por ejemplo qué pasa con la chica que acompaña a Gunther o quién ha asesinado al trabajador de Berlín, pero por aquellos azares del destino, todo está entrelazado.
En resumen, Praga mortal está sin duda entre las dos o tres mejores novelas de la serie. Es probable que sea, incluso, la mejor. A un caso muy atractivo añade además la simplificación de la historia vital de Gunther. Ya está contada, así que deja de tener importancia en la trama para dejar paso a lo que resulta en verdad importante. Puede además leerse por separado del resto sin apenas perderse algo importante, así que...
Un ocho alto, y mi recomendación.