La pequeña Tiffany Dolorido va creciendo y aprendiendo a ser bruja, mientras no paran de sucederle cosas cada vez más extrañas en la tercera novela de la serie, La corona de hielo. La serie de libros, ambientada en el Mundodisco y en la que aparecen personajes conocidos como Yaya Ceravieja o Tata Ogg, es más o menos independiente y más orientada al público juvenil.
Pero bueno, no deja de ser Mundodisco y no deja de ser Terry Pratchett, con esas gotas, o goterones, de humor que hacen soltar una carcajada mientras estás sentado en tu sofá preferido y la familia te mira con cara de sorpresa.
En esta ocasión también hay personajes memorables, como la señorita Traición, de ciento trece años de edad, bruja, ciega y que toma prestados los ojos de los que la rodean, incluida Tiffany, para poder hacer cualquier cosa que haría una persona normal.
La serie de Tiffany Dolorido se caracteriza también por la presencia de los Nac Mac Feegle, pequeños hombrecillos azules, pelirrojos y con una pequeña falda escocesa, que han jurado porteger a Tiffany, la que una vez fue su kelda (especie de reina de la colmena). En este volumen se acentúa ese habla que tienen, mezcla de gallego y bable, y que en más de una ocasión resulta hilarante.
¿La historia? Un poco repetitiva en este caso. Yaya Ceravieja lleva a Tiffany a presenciar la danza que marca el fin del invierno y en la que se supone que el Forjador del Invierno (Wintersmith, que ese es el título del libro en inglés) baila con la Dama del Verano en un ciclo sin fin. Se supone que solo van a presenciarlo, pero la joven Tiffany (recordémoslo, de solo trece años de edad) se lanza a bailar sin pensar. Esto es nuevo para el Forjador del Invierno, tanto que se encapricha, o se enamora, de ella. Y, como todos los hombres, se vuelven un poco tontos en esa situacion, sacan pecho y tratan de impresionar a su chica.
Lo que pasa es que el Forjador del Invierno, entidad elemental que manda sobre la nievel, la ventisca y el hielo, cuando saca pecho lo saca de verdad. Lo que pone en peligro a mucha, muchísima gente.
Así que Tiffany tendrá que librarse de él, pero mientras tanto tendrá que ayudar a su colega brujeril, la odiosa Annagramma, a ocupar el puesto de la señorita Traición después de que ésta haya, digamos, conocido al personaje recurrente de la serie del Mundodisco que HABLA EN MAYÚSCULAS, la Muerte.
Bueno, no es de lo mejor que hayamos podido leer, pero tiene sus momentos. Aún así, no vamos a poder pasar de un seis.