domingo, 17 de noviembre de 2024

Transformers: el despertar de las bestias

Transformers: el despertar de las bestias continúa el lucrativo universo de los robots convertibles. Un universo que resulta ser bastante más lucrativo que cualitativo, porque salvo la primera película y, quizás la segunda, la franquicia se desliza por una pendiente pronunciada hasta el inevitable abismo.

No se puede negar que se buscan puntos de interés nuevos. De esta forma, esta será la primera vez que veamos a los robots animales en pantalla: los maximals y sus enemigos, los terrorcons. O sea, un traslado de la dicotomía autobots-decepticons en el reino animal. Vaya por delante que el actual líder de los maximals no es otro que Optimus Primal, un nombre que recuerda poderosamente al de otro líder carismático. 


 

Añadamos a una entidad superior, Unicron, que por supuesto no quiere nada bueno. Añadamos también un artefacto, la llave transwarp, que permite a quien la use abrir portales en el espacio y en el tiempo. Ni hay que decir que si Unicron consigue esta llave, la cosa se va a poner bastante mal para los habitantes de este planeta, tanto orgánicos como cibernéticos.

Un protagonista inadaptado, que tiene que hacer cosas discutibles para salir adelante, pero que tiene un corazón que se le sale en el pecho de bueno que es, por accidente toma contacto con los autobots cuando intenta robar un porsche que resulta ser uno de ellos disfrazado.

De esta no original manera, Noah Díaz se va a ver involucrado en un conflicto cósmico entre el bien y el mal, con tintes ecológicos propios de los tiempos actuales. La chica de esta entrega es Elena, trabajadora del museo en el que la llave transwarp está almacenada, identificada por los atrasados humanos como un artefacto indígena desde que una expedición se la trajera de la Amazonia en 1994. 

 

No se puede negar que los diseños resultan impactantes

Ya tenemos el lío, más o menos superficial, que será la excusa para el despliegue de los efectos visuales que, como siempre, serán impactantes con las transformaciones robóticas al frente. Sin olvidar las escenas de lucha en la que la cámara sufrirá el pertinente baile de san Vito, propio del estilo Michael Bay.

Serán algo más de dos horas de frenética actividad sin una sólida base ni argumental ni interpretativa, sostenida única y exclusivamente por el poder visual de la propuesta. Los fanáticos la disfrutarán, mientras el resto de los mortales la olvidarán tan pronto la consuman.

No obstante, mientras las películas sean rentables y el público vaya a verlas, mucho me temo que tendremos robots para rato. Y esta última entrega todavía lo ha sido, con más de cuatrocientos millones de facturación y un presupuesto algo inferior a doscientos millones. Aún así, se ha quedado en el límite inferior de lo que se considera rentable, al tener que sumar todos los gastos promocionales. 

 

No puede faltar el honorable Optimus Prime

No añadiré nada más a todo lo dicho. Solo que en imdb cotiza a un 6,0 que, visto lo visto, hasta me parece demasiado.

Solo para muy cafeteros.


domingo, 3 de noviembre de 2024

La llamada de lo salvaje

 Estamos ante la enésima adaptación de la novela homónima que escribió Jack London a principios del siglo XX. Hasta nuestro replicante favorito Rutger Hauer se llegó a poner la piel del bueno de John Thornton. Y antes que él, el mítico Clark Gable.

Buck, un enorme perro que vive de forma plácida en la casa de sus dueños en California, es secuestrado y trasladado a las tierras salvajes que bullen de actividad con la fiebre del oro que acaba de estallar. 



Su carácter bueno es en principio incompatible con la dureza de la vida a la que se enfrenta, como perro de trineo. Por eso algunos de sus dueños le someterán a brutales castigos que buscan obligar por la fuerza lo que no es capaz de hacer por voluntad propia No obstante, a su inherente bondad hay que sumarle una tenacidad fuera de lo común, que será apreciada sobre todo por los dueños más amables y que le servirá para liderar el equipo de perros de trineo del que forma parte, deshaciéndose del anterior macho alfa que controlaba el grupo a base del miedo.

Porque Buck, el pobre, tendrá un buen puñado de dueños. Unos peores, otro mejores, aunque elegirá por voluntad propia a John Thornton, un buscador de oro alcoholizado y atormentado por los recuerdos de su familia, que ha postergado en busca del sueño de riqueza que arde por el país como la yesca. 

 

Incluso tendrá épocas de total libertad, en los que se hará apreciar por una manada de lobos que merodean la zona y, sobre todo, por su hembra alfa, que será la culpable de que Buck se debata entre su fidelidad a su dueño por elección y la llamada de lo salvaje que arde en su interior.

No hay nada nuevo bajo el sol, entonces, más allá de unas imágenes espectaculares, supongo que muchas de ellas creadas con ayuda del CGI, incluso el propio Buck. A veces canta mucho, sobre todo cuando el perro tiene expresiones más humanas que perrunas, pero el resultado es razonablemente bueno a pesar de esa humanizacion del animal que me resulta más discutible. 

 


Se añade también alguna trama de traición y codicia, que no puede faltar en una historia de buscadores de oro desde los tiempos de El tesoro de Sierra Madre. Ahi sí que no hay nada que discutir, porque el carácter humano no deja de dar sorpresas desde nuestros primeros pasos como especie, capaz de lo mejor y de lo peor.

Encuentro a Harrison Ford bastante avejentado, pero se maneja mejor que en películas de pura accion como las últimas de Star Wars o Indiana Jones. Sin ser un actor sobresaliente, más bien tirando a medianejo, construye un John Thornton creíble.

 

Chewbacca y Han Solo

 

Mención especial merece Omar Sy. El actor francés se come la cámara cada vez que sale en la cinta, encarnando a Perrault, el encargado de llevar el correo al remoto lugar en el que vive Thornton y que rescata a Buck de un futuro oscuro.

La llamada de lo salvaje cotiza hoy a un 6,7 en imdb. Un poco sorprendente y un poco alto para lo que en realidad es la película.



jueves, 31 de octubre de 2024

Mass Effect: Edición Legendaria (PS4)

 Hay juegos que es necesario jugar en cualquier circunstancia, porque han marcado hitos en la historia de los videojuegos.

He sido un gran aficionado a los videojuegos de PC, pero desde la pandemia solo juego en consola y he cambiado mis hábitos de juego. De la estrategia y el rol he pasado a juegos en los que la historia y los personajes priman por encima de las mecánicas y las estadísticas. Así he podido ver varias joyas de la industria y espero continuar haciéndolo.

En uno de mis últimos cumplieaños me hice con una edición física de Mass Effect, en su edición Legendaria, pagando el 100% de su precio, unos sesenta o setenta euros del ala. Apenas sabía nada de la saga, más allá de que era una de las imprescindibles en PS3, con tres juegos editados en 2007, 2010 y 2012. 


Cuando empecé Mass Effect me encontré con un juego superado en el apartado técnico por cualquiera de los que había jugado antes. El choque fue importante y casi me echa para atrás. Por suerte, aguanté el tirón y acabé esa primera parte, que es bastante corta.

Por encima de los gráficos desfasados, la jugabilidad limitada, los escenarios repetitivos de las msiones secundarias, el pequeño número de PNJs en áreas que se suponen llenas de vida como la Ciudadela, me encontré con una historia atractiva y unos personajes carismáticos. Además, a medida que iba avanzando, me sumergía en el fantástico lore de la saga, leyendo con avidez las distintas entradas que me explicaban la historia, las diferentes ubicaciones y las razas, tanto las jugables como las no jugables.

Así, aprendí que la Humanidad encontró casi por casualidad un relé de masa en los confines del Sistema Solar y, de esta forma, dio un salto exponencial en sus posibilidades de exploración de la galaxia. De manera inevitable, chocó con las razas alienígenas que ya estaban establecidas en una suerte de Consejo Galáctico y que desconfiaban de una raza joven e impetuosa. De hecho, se llegó a las armas cuando los turianos atacaron el sistema solar. 

 

Mi Comandante Shepard

Esa profundidad fue suficiente para mantener mi interés mientras perseguía al renegado agente turiano Saren, luchando contra entidades cibernéticas, los geth, que mantienen un conflicto con el resto de la galaxia. Establecí relaciones con la tripulación y con personajes que me acompañaron todo el viaje, como la dulce Liara, el belicoso Wrex y el heroico Garrus.

Una vez superado este primer escollo, continué con Mass Effect 2. Aquí el salto técnico es apreciable en apenas tres años. Más personajes, más misiones y más variadas, más horas de diversión y un sistema de mejora de personajes que permitía personalizar a los miembros del equipo.

El juego empieza con la muerte de Shephard y su posterior resurrección a cargo de la organización Cerberus y su líder, el Hombre Ilusorio. Deberemos formar un equipo para luchar contra los recolectores, unas entidades de tipo colmena que actúan como una especie de heraldo de los Segadores y que se han ocupado de raptar a colonos de diversas ubicaciones.

Nos acompañarán viejos amigos y conoceremos a otros, de los que nos tendremos que ir ganando su lealtad para llegar al final en las mejores condiciones posibles. De todos los nuevos me quedo con Samara, Jack y Tali, pero todos los que te encuentras tienen arcos personales profundos y atractivos. 

 

Foto de familia
  

El juego también es más largo, requiriéndome unas cuarenta horas frente a las quince o así que pude llevar la primera parte.

En 2012 se lanzó Mass Effect 3, soberbio colofón de la trilogía. El juego es ya muy complejo, el apartado gráfico ha mejorado mucho, el mapa, la historia y las misiones son largas y las horas de diversión están garantizadas.

Eché más de 100 horas luchando al lado de mis camaradas, flirteando y cuidando romances con varios de ellos, llorando varias pérdidas, algunas inesperadas y tomando decisiones que a veces suponen verdaderos dilemas éticos.

Mientras tanto, las especies de la galaxia afrontan una lucha sin esperanza contra los Segadores, que han sido despertados como en muchas ocasines anteriores, buscando el reinicio de la vida inteligente y comenzar un nuevo ciclo evolutivo en el que solo la Ciudadela y el sistema de relés de masa permanecen inmutables, esperando a nuevas razas que las encuentren. 

 

La mejora en el apartado visual respecto al juego original es importante

 

En total han sido más de ciento cincuenta horas dando saltos por la galaxia para llegar a un final épico en el que, a pesar de todos mis esfuerzos y de seguir varias guías de juego, fui incapaz de que mi comandante Shepard sobreviviera al cataclismo final. No obstante, su porfiado sacrificio fue suficiente para salvar a todos sus seres queridos.

He podido ver que la Edición Legendaria mejora bastante el aspecto visual de los juegos originales. Aún así, el salto técnico en apenas cinco años fue impresionante.

Muchas horas y muchos meses. Es inevitable que una vez terminados los tres juegos, me quede una sensación de vacío. Pero queda la satisfacción de haber vivido una aventura a escala galáctica y un videojuego histórico.



domingo, 27 de octubre de 2024

Jojo Rabbit

 Tardé demasiado tiempo sin ver Jojo Rabbit, la película de Taika Waititi. Estuvimos a punto de elegirla para celebrar un cumpleaños allá por 2019 (qué lejos parece ya, con una pandemia y un confinamiento en medio), pero al final optamos por otra. Años después la puse un sábado por la noche para verla en familia. El inicio no gustó, sobre todo la escena en la que se encuentran con un grupo de personas ahorcadas en la plaza, y tuve que quitarla y poner otra.

Por lo que sea, quedó pendiente hasta una nueva ocasión, que llegó cuando cogí la covid por segunda vez al inicio del verano pasado. La espinita de no haberla vista en su momento estaba ahí y ya no tenía más excusas, así que la vi durante la convalecencia.

 


El pequeño Jojo es un entusiasta, aunque torpe, miembro de las Juventudes Hitlerianas que tiene fantasías de amistado con Hitler y que sufre un accidente con una granada provocado durante unas convivencias en un campamento de fin de semana.

Su madre (Scarlett Johansson) intenta cuidarle en un ambiente cada vez más opresivo y deprimente a medida que la suerte es esquiva con las armas del Reich, agravado por la ausencia de la figura paterna.

Jojo solo tiene un amigo, Yorki, con el que comparte sus fantasías y resulta ser el único en el que puede confiar (más adelante en la película, me dará un vuelco cuando veo al pequeño Yorki correr con un Panzerfaust durante la defensa de la ciudad). 

 

Madre e hijo

El universo de Jojo saltará por los aires cuando descubra que su madre oculta a una joven judía en un hueco de la pared de su habitación. El niño tendrá que lidiar con el adoctrinamiento recibido durante años, que le ha descrito a los judíos como seres despiadados y sin alma, mientras que su fascinación por la joven crecerá poco a poco.

Juntos tendrán que hacer frente a situaciones extremas como la visita de la Gestapo a su casa y la desaparición de la madre de Jojo, que se convertirá en uno de los momentos más duros de la película en el que resulta inevitable que caiga una lagrimilla. O dos.

El pequeño Roman Griffin Davis encarna a un Jojo adorable con sus rizos rubios y sus grandes ojos azules. Tenía apenas 12 años, pero recuerda poderosamente a Asa Butterfield. La (para mí) desconocida Thomasin McKenzie hace el perfecto contrapunto como la joven Elsa. 

 

Amigos inseparables

Además de la ya comentada y estupenda Scarlett Johansson, el elenco de secundarios está trufado de caras conocidas: Sam Rockwell, Rebel Wilson, Alfie Allen o Stephen Merchant.

La película me encantó. Por debajo de la superficie de su locura, con ese Hitler totalmente desatado en el que se convierte Taika Waititi y el tono de parodia hiriente de los últimos días del régimen nacionalsocialista, navega una dulzura intrínseca de una película absolutamente deliciosa que merece la pena disfrutar aunque sea solo como en mi caso.

No llega a las dos horas, lo que la hace ideal para una tarde cualquiera, y puntúa un dignísimo 7,9 en imdb. Me encanta Taika Waititi en casi todo lo que ha hecho, pero Jojo Rabbit es, sin duda, de lo mejorcito.




domingo, 20 de octubre de 2024

El peor vecino del mundo

Tom Hanks ha participado en un buen puñado de películas, en todos los géneros que uno se pueda imaginar, hasta el punto en que a mi me recuerda de forma poderosa al gran James Stewart. Ahora, frisando los setenta, todavía es capaz de llenar la pantalla con los personajes más variopintos, además de influenciar en la industria como nadie desde su faceta de productor.

El peor vecino del mundo es la historia de Otto, un hombre en el otoño de su vida, que acaba de jubilarse y entrar en una nueva etapa. Bastante corta, parece, porque su primera intención es quitarse la vida para reunirse con su mujer, el amor de su vida, fallecida unos meses antes de cáncer.

Otto lo hace todo según su mentalidad ordenada y metódica, sin dejar nada al azar. Anula los contratos de la luz y del teléfono y ordena y limpia su casa para que esté en perfecto estado de revista cuando encuentren su cuerpo. Pero ese intento de suicidio falla (y algún otro posterior), lo que nos dará la oportunidad de aprender algo más de su vida.

Con Otto como hilo conductor, veremos al resto de habitantes de ese microuniverso que resulta ser la urbanización en la que vive. Conoceremos a sus mejores amigos Reuben y Anita, con los que mantuvo una relación casi familiar hasta que Reuben decidió comprar un Toyota muchos años atrás, unad decisión que Otto, férreo defensor de los coches norteamericanos en general y de los ford en general, fue incapaz de perdonarle.

Prefiero el título original

También veremos al joven Malcolm, el repartidor de periódicos que resulta ser un chico trans al que la mujer de Otto impartió clase y respetó su decisión desde el principio, o Barbl, la influencer que grabó a Otto rescantado a una persona que cayó en las vías del tren.

Pero será la irrupción de Marisol, un terremoto de mujer hispanoamericana que se acaba de mudar a la casa de enfrente con su marido, sus hijas y su avanzado estado de gestación, quien más nos enseñará cómo es en realidad ese viejo gruñón que ha construido una fachada áspera y ruda para ocultar su bonhomía y la calidez de su corazón. Ese corazón enfermo que le impidió su sueño de alistarse en el ejército y que acabará terminado con su vida justo en el momento en que todo volvía otra vez a cobrar sentido.

 

Un vecindario peculiar

 

Alternaremos las vivencias actuales con los recuerdos de su juventud, desde el momento en que conoció a su mujer, su primera cita o el accidente que cambió sus vidas. Y completaremos la historia de su vida con las conversaciones con sus vecinos, hasta tener un dibujo completo.

La historia es entrañable, pero no de forma artificial, sino siguiendo el ejemplo de Otto, de forma ordenada y racional. El desenlace es el esperado y quizá solo el momento es el que no encaja. La enseñanza puede ser la importancia de mantenerse fiel a sus principios y ser una buena persona. Para eso, no hace falta ser simpático. 

 

Marisol, el opuesto de Otto

Tampoco se trata de una película navideña, aunque es inevitable hacer bastantes paralelismos entre Otto y Scrooge. Pero su mensaje la hace perfecta para ver en esas fechas.

Sin ser una obra maestra, la película se ve con agrado incluso la segunda vez. Hace poco la pusieron en televisión, volví a verla y disfruté como la primera vez. En imdb tiene un bastante digno 7,5.

En otra ocasión tendríamos que hablar de cómo el título original A man called Otto se acaba convirtiendo en El peor vecino del mundo (o Un vecino gruñón, depende de en qué hemisferio vivas)