Estamos ante la enésima adaptación de la novela homónima que escribió Jack London a principios del siglo XX. Hasta nuestro replicante favorito Rutger Hauer se llegó a poner la piel del bueno de John Thornton. Y antes que él, el mítico Clark Gable.
Buck, un enorme perro que vive de forma plácida en la casa de sus dueños en California, es secuestrado y trasladado a las tierras salvajes que bullen de actividad con la fiebre del oro que acaba de estallar.
Su carácter bueno es en principio incompatible con la dureza de la vida a la que se enfrenta, como perro de trineo. Por eso algunos de sus dueños le someterán a brutales castigos que buscan obligar por la fuerza lo que no es capaz de hacer por voluntad propia No obstante, a su inherente bondad hay que sumarle una tenacidad fuera de lo común, que será apreciada sobre todo por los dueños más amables y que le servirá para liderar el equipo de perros de trineo del que forma parte, deshaciéndose del anterior macho alfa que controlaba el grupo a base del miedo.
Porque Buck, el pobre, tendrá un buen puñado de dueños. Unos peores, otro mejores, aunque elegirá por voluntad propia a John Thornton, un buscador de oro alcoholizado y atormentado por los recuerdos de su familia, que ha postergado en busca del sueño de riqueza que arde por el país como la yesca.
Incluso tendrá épocas de total libertad, en los que se hará apreciar por una manada de lobos que merodean la zona y, sobre todo, por su hembra alfa, que será la culpable de que Buck se debata entre su fidelidad a su dueño por elección y la llamada de lo salvaje que arde en su interior.
No hay nada nuevo bajo el sol, entonces, más allá de unas imágenes espectaculares, supongo que muchas de ellas creadas con ayuda del CGI, incluso el propio Buck. A veces canta mucho, sobre todo cuando el perro tiene expresiones más humanas que perrunas, pero el resultado es razonablemente bueno a pesar de esa humanizacion del animal que me resulta más discutible.
Se añade también alguna trama de traición y codicia, que no puede faltar en una historia de buscadores de oro desde los tiempos de El tesoro de Sierra Madre. Ahi sí que no hay nada que discutir, porque el carácter humano no deja de dar sorpresas desde nuestros primeros pasos como especie, capaz de lo mejor y de lo peor.
Encuentro a Harrison Ford bastante avejentado, pero se maneja mejor que en películas de pura accion como las últimas de Star Wars o Indiana Jones. Sin ser un actor sobresaliente, más bien tirando a medianejo, construye un John Thornton creíble.
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Chewbacca y Han Solo |
Mención especial merece Omar Sy. El actor francés se come la cámara cada vez que sale en la cinta, encarnando a Perrault, el encargado de llevar el correo al remoto lugar en el que vive Thornton y que rescata a Buck de un futuro oscuro.
La llamada de lo salvaje cotiza hoy a un 6,7 en imdb. Un poco sorprendente y un poco alto para lo que en realidad es la película.
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