viernes, 31 de enero de 2025

Barbenheimer

En 2023 coincidieron en el tiempo dos películas muy distintas entre sí, pero que por esos azares del destino dieron origen a un fenómeno con nombre propio: Barbenheimer.

¿Cuál fue el motivo de esto? A día de hoy, casi dos años después, es algo que me sobrepasa y no entiendo. Supongo que se trata de uno de esos casos en los que la sociedad actúa de forma inopinada y crea algo totalmente inesperado. 


Barbie es una película sobre la famosa muñeca, icono de varias generaciones, pero dándole una vuelta de tuerca al estilo Toy Story. Barbie, Ken y los demás viven en un mundo ideal, siempre soleado y sin preocupaciones hasta que ella toma conciencia de que no es real o, más bien, que existen otras realidades (como la nuestra) así que decide viajar fuera de su mundo, entrar en el nuestro y vivir una vida lo más real posible.

Margot Robbie está perfecta en el papel de Barbie, que parece estar hecho para ella, pero lo de Ryan Gosling como Ken, es de traca.

El bueno de Ken, siempre fiel con Barbie, decide viajar con ella a nuestra realidad, en la que también él es consciente de que todo aquello a lo que está acostumbrado no deja de ser una idealización y que en otras realidades son los humanos de género masculino los que cortan el bacalao. Ken se viene arriba con este descubrimiento, todo hay que decirlo, se le va la pinza, pero también deja un momentazo con la canción que interpretó Ryan en la gala de los Oscar. 

 

Una película que plantea los roles tradicionales con una vuelta de tuerca sobre la vuelta de tuerca para lanzar un mensaje en estos tiempos en los que todo se cuestiona y se forma un estado transitorio de la sociedad que todavía no se ha estabilizado.

Además de la pareja protagonista, tenemos varios cameos de personalidades de la actuación haciendo bien de Ken o de Barbie: Kate McKinnon, Dua Lipa, John Cena o Simu Liu

Barbie me parece una película sobrevalorada, con algunos momentos divertidos e interesantes, pero que también se me acabó haciendo un poco larga a pesar de no llegar a las dos horas de metraje.

Después de la efervescencia que produjo su estreno ya lejano en el tiempo, Barbie cotiza hoy a un modesto 6,8 en imdb, más acorde con su realidad.

La segunda parte del fenómeno se deriva de la película de Christopher Nolan, Oppenheimer, basada en el director del proyecto Manhattan que llevó a la construcción de la primera bomba atómica y su posterior empleo que terminó de forma abrupta con la sangrienta Segunda Guerra Mundial.

 

 

 

A pesar de ser dos películas radicalmente diferentes, ambas tienen una cosa en común: dependen mucho de sus protagonistas, algo todavía más acusado en la película de Nolan.

Porque Oppenheimer es Cillian Murphy de principio a fin. Desde el cartel de la pelicula, en el que el actor está caracterizado de tal forma que el parecido físico es asombroso, hasta minutos y minutos de imágenes de metraje.

Nolan explora las previas, el desarrollo y el desenlace de una era que puso fin a un mundo y dio comienzo a otro inmerson en la era nuclear y la guerra fría. Pero no solo eso, sino que explora también las contradicciones de la cabeza visible de todo el proceso, Robert J. Oppenheimer.

No elude además los coqueteos de Oppenheimer con el partido comunista, sus infidelidades y el juicio público al que se vio sometido cuando comenzó a cuestionarse si todo aquello fue necesario o se pudo haber actuado de otra forma.

Vale que Cillian Murphy está monstruoso, pero también está muy bien rodeado por gente tan solvente como Emily Blunt, Mat Damon, Kenneth Brannagh o Robert Downey Jr., al tiempo que la acción transcurre en unos muy bien cuidados y ambientados años treinta y cuarenta del siglo pasado. 

 


Son tres horas de claroscuros de este personaje, un metraje bastante más largo de lo que es habitual en estos tiempos. Pero la paradoja es que, a pesar de tratarse de una película basada en los personajes y los diálogos, se sostiene mejor que Barbie. Solo en algunas fases se tiene la sensación de saturación previa al aburrimiento, pero el resultado es bastante digno.

No obstante, también me parece sobrevalorada y ni mucho menos le daría el 8,3 que luce orgulloso en su página de imdb.


viernes, 24 de enero de 2025

Los fontaneros de la Casa Blanca

El escándalo del edificio Watergate hizo correr ríos de tinta y acabó con la carrera política de Richard Nixon. Tricky Dick pensó que podía estirar los hilos del reglamento a su conveniencia, para encontrarse con la cruda realidad.

Además de marcar la primera mitad de la década de los setenta en los Estados Unidos, este caso fue la causa directa de una gran película, Todos los hombres del presidente, y de la serie que hoy nos ocupa, Los fontaneros de la Casa Blanca.

Woody Harrelson y Justin Theroux son E. Howard Hunt y G. Gordon Liddy, responsables de la entrada ilegal en la sede demócrata del edificio Watergate y, durante los cinco episodios de la serie, nos regalarán unas situaciones que rayan el surrealismo más disparatado. 

 

Justin y Woody prometen desde el mismo cartel

Hunt, agente encubierto durante muchos años y participante en diversas acciones anticastristas, fue condenado por diversos cargos y cumplió casi tres años en prisión, pero también escribió varios libros y estuvo envuelto en polémicas continuas por el asesinato de JFK. Mantuvo rencor contra Nixon, por haberse comido la cárcel mientras al expresidente se le permitía dimitir y ser indultado por su sucesor, Gerald Ford.

Su compañero de fechorías, Liddy, cumplió también más de cuatro años de cárcel de los veinte a los que fue condenado y se negó a declarar ante la comisión de investigación. El recientemente fallecido presidente Carter, redujo su condena a ocho años. Escribió una exitosa autobiografía y participó en medios de comunicación, impartió conferencias y salió en películas. 

 

La discutible estética de los setenta

Los fontaneros de la Casa Blanca consigue recrear la época y los personajes, pero además de tratar el escándalo en sí, también nos muestra el antes, el durante y el después y las distintas motivaciones y personalidades de los personajes principales, incluyendo sus familias, tan diferentes como ellos mismos.

Al tratarse de una miniserie de cinco capítulos de apenas una hora de duración, es recomendable para un par de ratos de fin de semana. El tono desenfadado y ácido de gran parte de las situaciones ayuda a que se nos pasen volando y que no podamos descartar verla en un maratón de cinco horitas, lo que viene a ser una tarde de invierno. 

 


Además de los protagonistas principales, tenemos un elenco de secundarios muy conocidos: Lena Heady (Juego de Tronos, Dredd), Kiernan Shipka (Mad Men, Sabrina), Domhnall Gleeson (Ex Machina, Star Wars, El renacido).

La verdad es que tanto Woody Harrelson como Justin Theroux están tremendos y soportan gran parte del peso de la serie, que contiza a un injusto 6,8 en imdb. Yo pasé muy buenos ratos con ella.

domingo, 19 de enero de 2025

La broma macabra

Después de la decepción que supuso la actualización de la aventura de Ricard Ibáñez La bestia no debe nacer publicada por Shadowlands para La llamada de Cthulhu, he tenido ocasión de leer La broma macabra, de Álex de la Iglesia y publicada por EDGE.

Creo que a estas alturas todo el mundo sabe que Álex de la Iglesia es muy aficionado a los juegos de rol en general y a La llamada de Cthulhu en particular. Su obra cinematográfica me tiene un poco confundido: por un lado, sus ideas y desarrollo me parecen muy interesantes, incluso geniales (como el inicio de la primera temporada de 30 monedas), pero luego se le va la pinza muchas veces en una orgía de locura y sangre que me desagrada y acabo perdiendo el interés, como me pasa con las películas de Tarantino.

Por eso abrí las páginas de La broma macabra con una cierta incertidumbre. Infundada, al final, porque la lectura de la aventura me atrapó como hacía mucho tiempo que no me atrapaba leer un módulo.




Se dessarrolla en un lugar mágico y sugerente: un hotel de lujo en El Cairo, en los años veinte. La trama se desarrolla en un par de días en los que los PJ se encontrarán con una multitud de personajes, algunos de ellos muy famosos, por los salones y pasillos del lujoso Hotel Shepheard´s.

En torno a ello, una madeja de tramas y subtramas alreededor de un artefacto y del cuerpo momificado de un miembro de la Gran Raza de Yith que intercambió su cuerpo con un sacerdote del Antiguo Egipto, miles de años atrás.

El artefacto servirá al villano principal para convocar a Yog-Sothoth, de hacerse con él, lo que como es previsible desencadenaría locura y destrucción. Pero además tendremos una trama de tráfico de antigüedades y otra que implica a protonazis que, como sabemos, hacen de villanos como nadie.

Podremos hablar con personalidades como Howard Carter, Agatha Christie, Niels Bohr o Winston Churchill mientras los PJ deambulan por el hotel y nos encontraremos con otros personajes de dudosa catadura moral.

La novedad, brillante en el concepto, es que la aventura proporciona una cronología detallada de cómo se desarrollan los hechos, de forma totalmente independiente a las acciones de los PJ salvo que ellos interfieran de forma directa en ese desarrollo y produzcan alteraciones en la trama. Mientras no lo consigan, el artefacto tan pretendido irá cambiando de manos siguiendo un orden y un horario preestablecido, por lo que cabe la posibilidad de que los PJ lleguen tarde o demasiado pronto a una ubicación concreta.




En un principio los PJ no tienen una idea clara de lo que está pasando, como tampoco lo está el objetivo de esta aventura. De hecho, es muy probable que se pierdan gran parte de los acontecimientos. Pero, poco a poco, a medida que la atmósfera se dirige a un clímax de horror, irán siendo más conscientes del peligro que se cierne sobre ellos y tendrán que intentar sabotear el plan del villano principal.

La edición de EDGE es, como todo lo que he podido ver para esta edición de La llamada de Cthulhu, de categoría. La aventura se presenta en un tomo de 160 páginas encuadernado en tapa dura y en la que ya la ilustracion de portada atrapa nuestros ojos. Pasando las páginas encontramos, no solo la trama de la aventura, sino decenas de páginas que nos presentan los PNJ, villanos, sicarios y criaturas. Entre todo ello, ilustraciones a doble página y a una cara de una calidad innegable. Está claro que EDGE ha hecho un trabajo de mucha calidad con un juego icónico para los aficionados.

En las solapas del libro se guardan dos desplegables: un plano del hotel y un cronograma con los sucesos y las ubicaciones de cada uno de los personajes más relevantes, durante cada hora de los dos días en que tiene lugar la aventura.




En cuanto a la aventura en sí, encontré este concepto muy novedoso e interesante (luego he visto cosas similares en aventuras de Warhammer), pero como no lo he podido jugar, no sé cómo se desarrollaría la aventura una vez que los PJ vayan distorsionando la cuidada cronología. Temo que las distorsiones vayan en aumento como las ondas en un estanque hasta que la trama sea difícil de controlar o de digerir.

Por otra parte, no quieron pensar en la dificultad de dirigir esta partida incluso con la ayuda del cronograma mencionado. Ir tomando nota de los sucesos, quién tiene qué, quién está dónde y la influencia que los PJ vayan teniendo en todo eso. No me veo capacitado para poder dirigirla, pero estoy seguro que como jugador, La broma macabra puede ser una experiencia digna de ser recordada.

No sé el grado de implicación de Álex de la Iglesia en todo el proceso. Quiero decir, si él mismo ha llegado al grado de detalle que vemos en el producto final o si se haya limitado a dar la sinopsis y programación de la aventura y otros se han dedicado a darle formato y forma final. En cualquier caso, dejo aquí el dato de que Gus Díaz aparece en los créditos como responsable de la corrección y adaptación a la 7ª edición de La Llamada de Cthulhu.

sábado, 11 de enero de 2025

Compañeros de la Dragonlance

La sombra de Dragones y Mazmorras es muy alargada, además del juego de rol que estoy seguro conoce todo el mundo, o al menos ha oído hablar de él después de aparecer en Stranger things con un papel estelar.

De esta sombra ha crecido un bosque de novelas que se aprovechan de ese tirón y que han ido completando una ambientación esbozada en los libros del juego, para varias de las que se desarrollaron. 

Tanis sin barba

De todas ellas, las más populares han sido siempre los Reinos Olvidados y Dragonlance, de las que yo me quedaría con la primera, no obstante la Dragonlance tiene un par de trilogías principales, novelizaciones de las partidas de rol de los creadores originales de la ambientación, de las que carecen los Reinos Olvidados, una franquicia mucho más coral.

Una vez el gran éxito de estas trilogías de la Dragonlance, las Crónicas y las Leyendas que elevaron al olimpo de la fantasía a Margaret Weis y Tracy Hickman (que es un señor a pesar del nombre), comenzó un verdadero bombardeo de novelas que cubrían distintos aspectos y personajes, a cargo de otro buen número de autores distintos de los originales. 

 


 

Esto supone que el lector se enfrentará a diversos estilos y calidades cada vez que abre las páginas de uno de estos libros. Es una de los riesgos de leer franquicias, al mismo tiempo que tiene un cierto atractivo.

Una de estas series es la de los Compañeros de la Dragonlance. Compuesta por un total de seis libros, explora los años previos a la Guerra de la Lanza que asoló Krynn en las Crónicas de la Dragonlance, centrados en los personajes principales. 

 


 

El primer volumen, Qualinost, trata de la juventud de Tanis y el inicio de su relación con Flint Fireforge, el entrañable enano cascarrabias. Ambientada en el reino élfico, intenta ser una especie de ser una especie de thriller mezclando tramas de traición con las inevitables disquisiciones de Tanis, desgarrado por sus dos ascendencias humana y élfica. Tolerable.

El incorregible Tas presenta al personaje más insufrible de la saga, el kender Taslehoff Burrfoot, acompañado por su copete (moño) y su vara jupak. Está acompañado por Tanis, Flint y chistes de dudosa gracia. Un poco meh.

El tercer volumen, Kitiara Uth Mathar nos va a presentar a uno de los personajes más interesantes, por ser uno de los pocos que presenta una escala de grises reconocibles en su personalidad y una vida llena de peripecias y altibajos que explican su comportamiento futuro. No es uno de los personajes principales de la saga, pero es hermanastra de los hermanos Majere, Caramon y Raistlin (otro peronaje con escala de grises). En este punto de la saga, el mejor de los tres.

 


El Códigio y la Medida explora la juventud de Sturm Brightblade, caballero de Solamnia que es con seguridad uno de los personajes más anodinos de la fantasía, a pesar de que aquí se le intenta dotar de un pasado trágico, con un padre caído en desgracia. Incluye ingredientes de alta política en la orden solámnica y una amenaza sobrenatural, como buen libro de fantasía. Aún así, un libro tan anodino como su protagonista y el peor de la serie. 

En Pedernal y acero vuelve Kitiara, en esta ocasión para explicar su tensión sexual no resuelta (o sí) con el semielfo Tanis. Otro clavo en el ataúd de los dilemas morales de Tanis, que se va convirtiendo poco a poco en ese personaje pretendidamente trágico que nos encontramos en las Crónicas. Entretenido.

El último libro de la serie, Mithas y Karthay, actúa como punto de reunión de todos los Compañeros en un ejercicio de doble trama que se deja leer. Como no puede ser de otro modo, las tramas convergerán en un punto común en el Reino de los Minotauros en el que los héroes se ven envueltos en un conflicto cósmico con una deidad e intentan salvar la vida de Kitiara. Junto con el tercero, diría que es el más elaborado de la serie. 

 

 

Compañeros de la Dragonlance es un ejemplo icónico de lo que es una franquicia y la calidad irregular que nos vamos a encontrar en cualquiera de ellas. No obstante, gracias a su extensión (alrededor de 350 páginas cada uno) hace que lo puedas terminar antes de que la tensión arterial suba demasiado. Solo el libro de Tas, por lo insufrible del personaje, y el de Sturm, por lo poco atractivo del mismo, me costaron un poco más.

Este tipo de libros no son más que un placer culpable del lector, como ir a cualquier restaurante de comida rápida, pero seguro que todavía tienen su publico. Además, como son hijos de su época de los años ochenta y primeros noventa del siglo pasado, cumplen a la perfección como agentes de la nostalgia, tantas veces protagonista en las últimas entradas de esta bitácora. Nostalgia que se amplía al volver a tomar contacto con la antigua editorial Timun Mas, icónica y discutida en la época, pero de la que no se puede negar su protagonismo en la popularización de la fantasía, algo que cualquier aficionado al género debería agradecer. 

 

 

Por supuesto, las ilustraciones de portada tienen su aquél con su estilo retro.

He estado buceando por la red y he encontrado los títulos originales en inglés. Es curioso cómo apenas se respetaron en la edición en español: Kindred spirits, Wanderlust, Dark heart, Oath and the Measure, Steel and stone y Companions.

¿Recomiendo la serie? Bueno, todos somos dueños de nuestras decisiones y debemos ser conscientes de lo que nuestra elección nos puede ofrecer y lo que no.








sábado, 4 de enero de 2025

Spider-Man: cruzando el multiverso

Hace ya unos años que pudimos ver una película de Spider-man de animación y protagonizada por Miles Morales, con gran éxito de crítica y público. Justo hoy la estaban poniendo en uno de esos canales de la televisión por cable que casi nunca ves y me estaba gustando más.

En 2023 tuvimos la segunda parte, Spider-man: cruzando el multiverso, que iba todavía un poco más allá.

El concepto de multiverso no nos es extraño, porque ya estamos familiarizados con ello desde, al menos, aquella serie de los años 90 que era Salto al infinito (Sliders, en su título original) y también en el mundo del comic, tanto en Marvel como en DC. Así que ver a varios Peter Parker e incluso a varias versiones distintas del mismo personaje es algo perfectamente aceptable. 

 


 

La película vuelve a llamar la atención con sus técnicas de animación revolucionarias y sus personajes protagonistas atrapadores, porque no hay que negar que tanto Miles Morales como Gwen Stacy en su versión de Spider Gwen son un buen par de personajes para soportar toda la estructura de la película.

Además, veremos un gran número de diferentes Spider-men, incluso nuestro amigo y vecino Peter Parker, el de siempre, el de nuestro universo, pero algo mayor ya (como pudiera ser el gran Tobey Maguire en Spider-man: no way home) que en esta ocasión acaba de ser padre y dará lulgar a una serie de situaciones cómicas que relajarán un poco el tono de la película.

Algunos de ellos ya los conocemos de la primera parte, pero a otros no los hemos visto nunca (por lo menos en mi caso): Jessica Drew, Ben Reilly, Pavitr Prabhakar (el spider-man hindú que tiene una estética propia en los momentos en que sale) o Spider Punk (también con estética propia, bastante impactante). 

 


 

En la película tenemos un par de antagonistas principales de nuestro héroe: por un lado La Mancha, que en principio puede parecer bastante ridículo, pero que a medida que nos acercamos al final, parece que va a tomar mayor peso e importancia; por otro lado, Miguel O´Hara (Spider-man 2099), que lidera al grupo de spider-men que vela por la integridad del multiverso y que no puede aceptar la decisión de Miles Morales de salvar a su padre y tiene una personalidad un tanto paranoica.

Tenemos un dilema moral: ¿debe Miles salvar a su padre o no? Si lo hace, una decisión bastante lógica para un hijo, el propio tejido del multiverso está en peligro, así que un verdadero héroe debería elegir el bien mayor, como hicieron otras versiones antes que Miles.

Porque la cinta nos presenta un concepto un tanto novedoso (no recuerdo ahora mismo otros ejemplos similares) en tanto en cuanto el multiveso se sostiene sobre eventos particulares y fundamentales que no deben cambiar so pena de fragmentarse. En el caso de Spider-man, este suceso es la muerte del tío Ben, que es fundamental para que Peter Parker tome conciencia de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Miles Morales, como un accidente en su propio universo (que perdió a su Peter Parker en la primera película) y que no debería ser Spider-man, su suceso fundamental es la muerte de su padre que el tratará de buscar la forma de evitar mientras huye de O´Hara y el resto. 

 


 

Se podría decir que estamos ante la mejor película jamás realizada de Spider-man, teniendo en cuenta todas las versiones y direcciones, pero está lejos de ser redonda porque el final no es realmente un final, sino un punto y seguido a al espera de la segunda parte de la segunda parte. Recuerdo que no tenía ni idea de esto y que cuando ví el "final" me cabreé bastante mientras escuchaba la soberbia banda sonora sobre los títulos de crédito.

Spider-man: cruzando el multiverso cotiza a un sólido 8,5 en imdb. La cuestión es solo cuándo vamos a poder ver su continuación. Prevista de inicio para marzo de 2024, la huelga de guionistas la perjudicó sobremanera. Las últimas noticias que he podido ver por la web, descartan su estreno en 2025 y parece que habrá que esperar a 2026. Está por ver el efecto que casi tres años de espera vayan a tener sobre su rentabilidad, pero creo que sin duda hubiera sido mucho mejor haberla estrenado en el lapso de tiempo que estaba previsto de inicio.

En cualquier caso, estamos ante una película que hay que ver y disfrutar.

miércoles, 1 de enero de 2025

Un ejercicio de nostalgia

Hace unas entradas, creo que cuando tocó hablar de La Sirenita, comentaba que hay un sentimiento de nostalgia del espectador con el que se juega de forma continua y sin complejos. Hoy me apetece poner otro par de ejemplos de la Industria por antonomasia y otro más, en este caso de mi propia nostalgia interna.

Para empezar, Top Gun: Maverick. La primera película fue todo un bombazo allá en 1986, con todos los elementos para ello en aquella época: motos, aviones, torsos desnudos en la playa, gafas de sol de espejo, una estrella total como Tom Cruise y una chica guapa como Kelly McGillis, todo regado con una banda sonora que se convirtió en un icono y acompañado por un elenco totalmente reconocible: Tim Robbins, Val Kilmer, Michael Ironside, Tom Skerrit, incluso Meg Ryan se subió al carro. 

 

El cartel es precioso

Tardaron casi cuarenta años en decidir que tocaba una segunda parte, así que fue en 2022 cuando volvimos a ver a Maverick a los mandos de un caza de combate y como instructor de la misma academia Top Gun en la que hizo estragos en los ochenta.

Tenemos otra vez máquinas brillantes (motos y aviones), torsos desnudos, gafas de sol de espejo, chica guapa (Jennifer Connelly en una especie de juego de metanostalgia), un pequeño papel de un físicamente acabado Val Kilmer y una estrella mundial ya entrada en años y a la que se la ven las costuras. La banda sonora es menos icónica y el elenco acompañante menos reconocible: John Hamm, Glenn Powell (su carrera no acaba de despegar) y Miles Teller (sorprendente el parecido físico con Anthony Edwards, el Goose original) y su cara de palo.

La historia no da mucho de sí, más allá de los cambios en la geopolítica actual que hacen cambiar de enemigos a los recios muchachos de América, y la misión suicida y técnicamente imposible a la que se van a enfrentar. Incluso hay alguna fantasmada que saca de la película y un cierto tono de humor no muy logrado. 

 

 

Pero, quizá por esa nostalgia, la película aguanta el tipo durante sus casi 130 minutos y está valorada con un soberbio 8,2 en imdb (6,9 para la original). Debo confesar que yo me lo pasé bastante bien.

El segundo ejercicio de nostalgia es Indiana Jones y el dial del destino, el retorno y previsible adiós de Harrison Ford al personaje, después de la denostada entrega anterior que vino a destruir un legado casi perfecto.

La quinta entrega se presumía de redención y se queda en un gris quiero y no puedo. Si a la estrella de Top Gun decíamos que se le ven las costuras, a Harrison Ford directamente le huele el culo a tierra pasados los ochenta años y ya no está para muchos trotes. 

 

Otro pedazo de cartel

Por eso, la película no puede sacudirse de encima ese ambiente a despedida y así nos trae de vuelta a amigos de toda la vida, como Marion (Karen Allen) y Sallah (John Rhys-Davies tambien está para ver crecer las flores desde abajo). La aparición de Antonio Banderas, todavía hoy, no tiene demasiado sentido para mí, más allá de ampliar un poco el metraje y no logré conectar con la Helena de Phoebe Waller-Bridge.

Mads Mikkelsen, por su parte, viene a demostrar que no hay villano como un nazi, lo que resulta en uno de los aciertos de la película.

La historia, involucrando a Arquímedes, el asedio romano de Siracusa y el mecanismo de Antiquitera en una trama de viajes temporales, resulta hasta cierto punto interesante, pero palidece ante la búsqueda del Arca de la Alianza o el Santo Grial. 

 

Y otro más...

Son algo más de dos horas y media de las que los primeros treinta minutos son sublimes y reconcilian a la franquicia (rejuvenecimiento de Indiana con CGI mediante) y los últimos treinta sobran y dejan un regusto final agridulce.

El 6,5 de imdb viene a refrendar esta sensación, a pesar de haber contado en la dirección con James Mangold, que tiene un curriculum notable (Logan, El gran showman o Le Mans ´66, aparte del biopic de Bob Dylan con Thimotée Chalament).

El último ejercicio de nostalgia es personal y viene por la reposición durante las noches del verano de 2023 de Curro Jiménez.

Ver cabalgar a Curro y su banda, el Estudiante, el Algarrobo, el Gitano, el Fraile y Malos Pelos, al son de la guitarra española y por la serranía (presumiblemente) andaluza, me lleva a la infancia y las tardes de juegos con mi vecino Pedro, los clicks de famobil y las pistolas de pinzas que nos hacía mi hermano con las que asaltábamos diligencias y hacíamos sudar tinta a las fuerzas del gobernador.

 

Este ya no tanto...

Aparte de tiros de trabuco, albaceteñas de dos palmos y mantas enrolladas al brazo, Curro Jiménez fue una serie entretenida para mayores y pequeños, con un tono que fue cambiando con el tiempo y algunos capítulos que tenían unas tramas sorprendentemente modernas, jugando siempre con esa figura del héroe popular, perseguido por el poder y venerado y protegido por el pueblo al que siempre defenderá por encima de su propio bienestar.

Curro pasó en este tiempo de luchar contra el invasor francés a deshacer entuertos diversos e incluso a enfrentarse con poderosas sociedades secretas como La Garduña, evolucionando como personaje de una forma bastante interesante.

Es además un gozo poder revisitar los capítulos y ver a muchas de las glorias patrias del cine y la televisión de entonces, haciendo pequeños personajes de época en una serie que por aquel entonces veían millones de personas. 

 

La tuna

Fueron apenas tres temporadas y cuarenta capítulos, con un final de western crepuscular con los tres inseparables galopando por una playa mientras alejándose del espectador. Es curioso, pero también se puede encontrar en imdb con un decente 7,3

En 1995 hubo un intento de revitalizar el personaje, pero aquello no cuajó. Supongo que eran otros tiempos y el público tenía otros intereses.