Una entrada rápida para anunciar que, si las cuentas no me fallan, ésta es la quincuagésima entrada en el blog desde que comenzamos esta andadura el pasado 10 de abril de 2009 hace, aproximadamente, quince meses. No llegamos por tanto a una entrada a la semana, pero nos acercamos. Es cierto que hemos tenido altibajos y hemos pasado de períodos de una actividad cuasifrenética a otros largos intervalos en los que no hemos tenido mucho movimiento.
Mi intención es, no obstante, homogeneizar el ritmo de entradas a una o dos a la semana de tal forma que se regularice la cosa. Intentaré publicar una vez durante el fin de semana y otra hacia la mitad. Permaneced atentos a vuestras pantallas.
En cuanto a la temática se mantendrá más o menos como hasta ahora, primando la literatura, el rol y algún que otro comentario más friki sobre música, cine o videojuegos (aspectos inéditos aún). Huiré de la política, a no ser que las circunstancias de la actualidad obliguen a ello (o más bien, que ocurra alguna circunstancia que me caliente los cascos). Por supuesto, no faltarán reseñas de los libros que vayan cayendo, desde notables aportaciones a verdaderas bazofias.
Finalmente, trataré de publicar más relatos. Sin ir más lejos, este verano volveré a participar en el Monstruos de la Razón, así que caerán tres. Si venzo a mi proverbial haraganería y consigo ponerme ante el teclado, acabaré alguno que tengo empezado y comenzaré otros cuyo argumento está hilvanado. También intentaré explorar el microrrelato.
Por supuesto, pretendo que el Ciclo de Iramar gane peso. Una entrada sobre 50 es un porcentaje más bien pobre. Tengo que revisar todo lo escrito e ir subiéndolo a medida que lo encuentre satisfactorio. Seguiré la sistemática de utilizar Megaupload para bajar los textos en pdf.
Pues eso, dentro de otras 50 entradas, o de un año, será momento de revisar estos buenos propósitos y analizar el grado de éxito.
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