En los últimos tiempos ha habido diversas teorías que ponen en duda la existencia física de William Shakespeare. O, al menos, que el William Shakespeare real sea el escritor de las obras que figuran a su nombre.
Sesudos análisis estilísticos, de vocabulario, conocimientos sobre países extranjeros que un humilde actor y escritor que nunca, que se sepa, salió de Inglaterra, no pudo obtener.
La película Anonymous se basa en estas teorías y las utiliza como excusa para recrear el marco histórico de principios del siglo XVII, durante los últimos años de reinado de Isabel I, la Reina Virgen (que, como tal, falleció sin descendientes).
La cinta se soporta en una extremada verosimilitud en el vestuario y decorados, además de contar con brillantes interpretaciones: Vanessa Redgrave (la anciana reina Isabel), David Thewlis (el Remus Lupin de Harry Potter se convierte en el poderoso William Cecil), el para mí desconocido Edward Hogg (el jorobado Robert Cecil, hijo del anterior y heredero de su poder); Rafe Spall (un deleznable William Shakespeare) y, sobre todo, Sebastian Armesto (en el papel del que será el depositario de la confianza del verdadero autor de Macbeth, el también afamado dramaturgo Ben Jonson) y Rhys Ifans (el conde de Oxford y el personaje elegido por la película como el hombre detrás de la pluma de las obras de Shakespeare.
El espabilao que se lleva los aplausos sin pegar sello |
¿Quién se lo iba a decir a Rhys? De salir en slips en la ñoña Notting Hill a soportar con su presencia la mayor parte del peso argumental de una película histórica.
Me encantó además comprobar el buen estado de salud de Derek Jacobi, el inolvidable Claudio de la adaptación de la BBC de las novelas de Robert Graves, allá por los años setenta.
El albacea, que respeta los deseos del autor por locos que sean |
Mediante continuos saltos adelante y atrás en el tiempo, se nos explica una historia mucho mayor que quién escribió qué, aunque la pasión de Oxford por la escritura y lo imposible de su aventura, es un poderoso motivador de lo que está por venir.
Como siempre, no contaré mucho más. Solo que, si bien en imdb cuenta con un 6,9 de nota media, par mí es sin duda una película notable que merece la pena, a pesar de un final con cierto regusto amargo. Mucho mejor, sin duda, que la ñoña Shakespeare in love.
Si las conspiraciones son ciertas, soy incapaz de entender qué puede llevar a un autor, que ha escrito piezas de notable calidad a base de esfuerzo e inspiración, piezas destinadas a ocupar un lugar sin par en la Historia de la Literatura Universal, a dejar de saborear el merecido éxito y dejar que otro sea el beneficiario de su trabajo.
Escribiendo hasta que se le caigan las pestañas por, literalmente, amor al arte |
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