Los libros de la Piedra Brillante son los últimos cuatro tomos de las crónicas de la Compañía Negra: Estación de penurias, Ella es la oscuridad, El agua durmiente y El retorno de los soldados son los títulos finales.
Estación de penurias forma lo que serían las crónicas de Murgen, el portaestandarte de la Compañía. Con Matasanos desaparecido tras el fallido intento de romper el cerco de Dejagore, los miembros de la Compañía que permanecen en el interior lo pasan bastante mal. Y Murgen también, con sus desmayos en los que viaja en el tiempo y tal, aunque encuentre esposa.
En Ella es la oscuridad volvemos a tener a los protagonistas de siempre. Sí, también a Matasanos y a Dama. La obsesión de Matasanos de volver a Kathovar, la ciudad de origen de las Compañías Libres y de la Compañía Negra en particular, llevará a otro punto de inflexión en el que la Compañía vuelve a estar a punto de desaparecer, como tantas otras veces en su historia.
El agua duerme, que se repite como un mantra en El agua durmiente, es el mensaje que de manera clandestina aparece escrita en las paredes de Taglios para recordar que la Compañía Negra no olvida una ofensa, ni una traición, y que siempre ajusta las cuentas. Aquí es Dormilón quien escribe la crónica de una Compañía reducida a un pequeño grupo de conspiradores que, bastantes años después, lucha por rescatar a sus líderes que se encuentran atrapados en un sueño en vida en la Llanura de la Piedra Brillante.
Por último, en El retorno de los soldados Matasanos se ha retirado de Capitán y ha dejado el cargo en manos de Dormilón. La Compañía vuelve a Kathovar y muchos de los protagonistas principales nos dejan para siempre. Hasta ahora es el último libro de la serie, aunque al parecer Glen Cook espera publicar un par más (todavía sin fecha).
Esta última parte de la serie es bastante irregular. Los volúmenes uno y tres son más interesantes y fáciles de leer que los otros dos, aunque en Estación de penurias es difícil acostumbrarse a los saltos temporales que sufre Murgen. Nuestro amigo Glen Cook continúa sin facilitar las cosas al lector.
La verdad es que, más allá de ver cómo nuestros compañeros de viaje envejecen, pierden facultades y mueren (lo que resulta un punto a favor pues no es normal que esto ocurra en las series tradicionales) y se los retrata con sus miserias y grandezas, el final de La Compañía Negra resulta un poco amargo y decepcionante. Como si tuvieran vetado disfrutar de un final feliz y hubiera siempre que poner un pero.
Aunque es quizá más confuso que decepcionante y creo que no le hace justicia a la serie. Uno acaba encariñándose de Matasanos, Dama, Murgen, Un Ojo o Goblin. Hasta de Atrapaalmas. O entiende las motivaciones de Mogaba.
Un bien, al final.
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