Una película que pasó totalmente desapercibida, Coherence es una joyita de la ciencia ficción que merece la pena disfrutar.
El argumento es sencillo: un grupo de amigos quedan a cenar en casa de una de las parejas. Dentro del grupo hay un poco de todo, gente que se lleva bien y gente que se lleva menos bien. Vamos, lo normal dentro de una pandilla...
Da la casualidad de que la cena tiene lugar la misma noche en que la Tierra atraviesa la cola de un cometa. No es la primera vez que ocurre y, al parecer, sucesos extraños acaecieron la última vez: personas que no recuerdan dónde estaba su casa o que dicen que su mujer no es su mujer, sino otra persona.
La cena transcurre según el guión previsto, con una conversación amena y poco trascendente, hasta que se va la luz. Menos mal que tienen un generador eléctrico y, tras ponerlo en marcha, pueden continuar su velada. Solo que la cosa les ha parecido extraña y comienzan a darle vueltas al coco. Ven que toda la calle están a oscuras menos una casa, y deciden ir a investigar...
Aquí es cuando la cosa se complica. Aparece un sobre con sus fotos y una secuencia de números. Luego aparecen mensajes amenazadores... Comienza el pánico o, más bien, un cierto miedito. Miradas cruzadas, el desconfiar unos de otros, el no querer ir solos a ningún sitio o cambiar de habitación...
Ya cuando los dos que fueron a investigar vuelven con rasguños que indican que los de la otra casa pueden ser violentos, la cosa se pone todavía más interesante. Solo que ¿son los mismos los que fueron que los que volvieron?
Todos los sospechosos. |
A partir de entonces, lo que parece que puede ser una peli de viajes en el tiempo se convierte en una peli de sosias, de cambios de personas, que no de cambio de identidades. Y a partir de entonces juega con esa ambigüedad.
Una película sencilla, con solo unos pocos escenarios interiores y aún menos escenarios exteriores, basada más en las actuaciones de los actores. Un reparto plagado de caras conocidas, pero no nombres conocidos, que resulta ser muy solvente.
Otro punto a favor, la duración más que ajustada: alrededor de noventa minutos. Una muestra más de que no son imprescindibles ciento cincuenta minutos de metraje para contar una historia coherente.
Dadle una oportunidad.
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