Todos conocéis NETFLIX, supongo. Junto con HBO se reparte el pastel del divertimento digital, series y películas, con alguna que otra más que no llega al éxito abrumador de estos dos operadores...
Después de varias series de sello propio, NETFLIX decidió pasar a los largometrajes. El primero de ellos ha sido Bright, una oda al frikismo en estado puro.
El resumen sería decir que Bright es Shadowrun, ese juego de rol que apareció a finales de los ochenta y en España durante los años noventa del siglo pasado. Y lo es porque en ambos casos hablamos de un mundo más o menos actual (más futurista en el caso de Shadowrun) en el que conviven las razas más icónicas de la fantasía: humanos, orcos y elfos.
El agente Ward (Will Smith) vuelve a patrullar con su compañero Jakoby (Joel Edgerton) tras un período indeterminado de baja debido a sus heridas durante un tiroteo en el que Jakoby no actuó de una forma adecuada. Se da además la circunstancia que Jakoby es un orco y forma parte del programa piloto para la inserción de esta raza en las fuerzas del orden.
Lo que parece un día de patrulla normal, se complica hasta el infinito cuando aparece un artefacto mágico de gran poder y que mueve poderosas motivaciones... la mafia de los orcos, elfos oscuros, la agencia federal de asuntos mágicos... y una jovencita misteriosa que es capaz de desatar el poder de esa vara mágica hasta límites insospechados para el mero mortal...
No creo que haga falta contar mucho más, porque tampoco es que hayan descubierto la rueda. De hecho, el desarrollo de la película funcionaría igual si no hubiera orcos ni elfos. Se quedaría en una película de polis como las de toda la vida, pero el toque fantástico le da un cierto atractivo para los frikis de raza, como yo. A pesar de todo, Bright ha pasado con bastante más pena que gloria en lo que a críticos se refiere, defendiéndose bastante mejor en cuanto a la afición.
Este es Jakoby, caracterizado como humano |
Con un presupuesto estimado de noventa millones de pavos americanos y un retorno dificil de estimar al no presentarse la película en salas tradicionales, es complicado siquiera saber si ha sido rentable o no, desde el punto de vista económico. Pero el éxito publicitario es indiscutible. Supongo que por eso va a haber una segunda parte, Bright 2... Vamos a ver de qué va la cosa...
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