Diana de Themiscira, hija de la reina de las amazonas, es conocida entre los mortales como la Mujer Maravilla, Wonder Woman.
Siglos de aislamiento en su isla bienaventurada tocarán a su fin cuando, en plena vorágine de la Primera Guerra Mundial, un guerrero del mundo exterior consigue traspasar la barrera mágica que protege Themiscira del mundo de los hombres.
El guerrero es Steve Trevor, americano, y es perseguido por barcos del Imperio Alemán. Aparece en la playa, desvanecido, y la joven e ingenua Diana, que no ha sido instruida en las cosas de la vida, se muestra desconcertada ante la presencia de un especimen humano tan distinto a lo que está acostumbrada. Pero bueno, esa es otra historia.
Ya tenemos establecida a la heroína, al héroe y a los malos malísimos, los prusianos, que intentan invadir la isla en busca de Trevor (Chris Pine). Sus armas automáticas desconciertan a las amazonas y a su reina, pero son rechazados a costa de grandes y dolorosas pérdidas.
Y ya tenemos casus belli para que Diana salga al exterior, a un mundo desgarrado por la atrocidad de la guerra y que necesita desesperadamente un rayo de esperanza. Allí, en la inmensidad del mundo, se complicará todo con una trama mitad mágica y sobrenatural, mitad científica, en la que el personaje real del mariscal Luddendorff y la doctora Maru buscan un elixir que aumenta la fuerza y la resistencia del sujeto, o sea, un supersoldado.
Wonder Woman es el icono feminista del universo DC, capaz de soportar una comparación de poder a poder con el mismísimo Superman. Y tras su breve aparición en Batman vs Superman, y antes de aparecer en La Liga de la Justicia, le llegó el momento de protagonizar esta película en solitario.
Una ambientación más que decente se combina con una elección de la actriz bastante adecuada, aunque también discutida en un principio. Gal Gadot parecía que no iba a poder llenar el uniforme de Diana de Themiscira, en todos los sentidos, pero al final es capaz de hacer olvidar esa aparente falta de atributos con una interpretación bastante apañada. Vamos, que no va a ser de Oscar (ninguna interpretación en el universo Marvel o en el universo DC es digna de ello, seamos sinceros), pero sí que va a evitar que los fanáticos le quieran echar tierra encima.
Los malutos susurran en la oscuridad |
Es verdad que la trama de Luddendorff y la Doctora Maru es bastante extraña y excesiva, incluso para los parámetros habituales de estas películas. Además de que era inevitable pensar en Cráneo Rojo y el suero del supersoldado que creó al Capitán América. DC no debería necesitar caer en esa pseudoimitación para conseguir hacer flotar una película de uno de sus tres personajes más icónicos (junto con Superman y Batman).
La crítica se deshizo en elogios, pero no es para tanto. Entretenida, aunque el doblaje es de lo peor que he visto en los últimos años.
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