Ayer estrenaron en La1 la película El incidente. Ya tenía ganas de verla, a pesar de que Shyamalan solo me ha gustado en sus dos primeras películas y luego ha comenzado una evidente cuesta abajo. Evidente y comprensible, porque toda carrera que empiece con un pelotazo como El sexto sentido y continúe con una película magnífica como El protegido, es normal que vaya cuesta abajo (hasta llegar a los subterráneos de Airbender de los que no sabemos si remontará el vuelo).
Pues eso, que me puse delante del televisor y... decepción. Un inicio bastante prometedor, con esa ola de suicidios en masa, esa huida de la ciudad... para nada. En cuanto que un secundario lanza la hipótesis, que luego resulta ser correcta, de por qué suceden las cosas que suceden... En realidad la película no es más que un ir y venir sin razón aparente, suicidios disparatados en las zonas afectadas... Y una historia de desamor entre el prota (Mark Wahlberg con cara de palo) y su chica (Zooey Deschanel, que no tiene nada más aparte de dos enormes ojos azules en los que no importa ahogarse).
Es un lujazo ver películas en la tele pública sin tragarse interminables series de anuncios, pero eso hace que los apenas 80 minutos de metraje sepan más bien a poco. O sea, que no es El incidente una muestra de la recuperación de Shyamalan... No la recomiendo. Cuatro sobre diez.
Y cuando me iba a la cama y me puse a hacer un último zapeo, me encuentro en la TPA con La joven del agua, anterior cronológicamente a El incidente y que me gustó mucho más (también la vi mejor que El pueblo o Señales, así que eso la colocaría tercera en mi lista personal de preferencias).
El cartel mola ¿que no? |
En La joven del agua, el mundo de los cuentos se mezcla con el mundo real cuando una ninfa (la pelirroja Bryce Dallas Howard, hija del director Ron Howard, etérea) aparece en la piscina del edificio de apartamentos en el que Heep (un Paul Giamatti con oficio) se ocupa del mantenimiento. Se producen una serie de peripecias, con un reparto coral que se agradece, la historia salpicada de momentos cómicos y en algunos casos hilarantes (la muerte del crítico de cine es especialmente reseñable).
Aunque acabé de verla a eso de las dos y cuarto de la madrugada no se me hizo pesada (y eso que aquí sí me tuve que tragar publicidad, aunque no demasiado larga y solo una recua de anuncios), lo cual dice mucho en su favor. No es precisamente una maravilla, pero aquí sí que veo el mensaje (todo el mundo tienen un papel y puede influir en su entorno) y cierto sentido a todo lo que pasa. Esta sí que la recomiendo para una tarde oscura de invierno, aunque bajo la responsabilidad del que me haga caso. Seis sobre diez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario