La Navidad, además de la época seleccionada para celebrar el nacimiento del niño Dios, es una fecha de excesos. Y eso es lo que me ha pasado. Tengo un auténtico empacho navideño de cine infantil. Así que, mejor que trufar el blog con distintas entradas para cada película, que podría derivar en un mes largo, más o menos dado el ritmo de escritura que tenemos, ayer pensé que era mejor agruparlas todas en una única entrada y así poder pasar a otra cosa, mariposa.
Me remontaré al fantástico puente de la Constitución, en que fui con mi peque al cine a ver El origen de los Guardianes. Una peli bastante interesante, a pesar de que todos los personajes provienen del imaginario anglosajón.
Tenemos al Conejo de Pascua, un bicho de metro ochenta de alto, con más pinta de cazador que de simpático conejito, que viene de Australia (con la voz de Hugh Jackman en versión original). Luego está el Hada de los Dientes, a la que han representado como un ser mitad colibrí y mitad mujer. Pasamos al pequeño Hombre de Arena (Sandman), que con su magia hace soñar a los niños, uno de los personajes más entrañables de la cinta. Papá Noel se aleja un poco de la imagen que tenemos de él, con una serie de tatuajes carcelarios (un brazo pone Naughty y el otro Nice), dos sables y unas espaldas como un armario empotrado de dos cuerpos. Finalmente, Jack Escarcha (Jack Frost), un eterno adolescente en busca de su verdadero yo.
Todos ellos son Los Guardianes, en lucha eterna contra el Coco, o Sombra, que pretende instaurar un reino de terror y que los niños abandonen a tan edulcorados personajes.
La peli es un poco (demasiado) del gusto de los yanquis, con moraleja incluida, aunque los niños se lo pasan bien y los padres se echan unas risas con algún que otro gag bien puesto. Un seis.
Otra película que me tragué fue la de Up, en la tele. Aquí la historia es un poco triste. El inicio nos muestra la historia del protagonista, un señor de cierta edad, tras la muerte de su mujer y compañera. Un poco triste y con un nudito en la garganta, no me avergüenzo de decirlo. El señor intentará cumplir el sueño que tenía su mujer de visitar ciertas cataratas en algún sitio remoto, por lo que se hinchará a inflar globos y atarlos a su casa, haciendo algo así como un dirigible. La cosa es que, inesperadamente, se le une un boy-scout un poquito plasta que quiere ganar una medalla por ayudar a sus mayores.
Tenemos también malo, maloso, en la figura de un famoso (y ahora decrépito) explorador que, no sé por qué, me recordaba tremendamente a Christopher Plummer, y un ejército de perros que tenían un dispositivo que les permitía hablar.
No sé si fue precisamente por verla en la tele, con alguna que otra interrupción, pero no me enteré muy bien de por qué Christopher Plummer quería matar al señor y al boy-scout, o por qué el pajarraco aquél era tan importante.
Bueno, que tras haber leido bastante buenas críticas, me ha decepcionado un poco. También viene con su dosis de moralina y con la curiosidad de que la voz del ancianito es Ed Asner en la versión original (para los que no tengáis cultura televisiva, Ed Asner fue el inolvidable Lou Grant). Otro seis.
El sábado pasado nos volvimos a acercar al cine. Esta vez para ver Rompe Ralph. Una peli de videojuegos en la que los personajes de las maquinitas cobran vida y viajan por el cable eléctrico. Pero, ¡cuidado! Si un personaje muere en un videojuego que no es el suyo, muere de verdad.
Ralph es una especie de Donkey Kong, mientras que son contraparte en el juego es Felix, una especie de fontanero sin bigote y no italiano.
La peli está trufada de guiños a juegos más o menos famosos y cumple, tanto a peques como a mayores. Lo que pasa es que aquí, la moralina llega a extremos peligrosos para la salud, así que aconsejo vehementemente tragarse uno o dos capítulos de cinismo televisivo (no sé, Juego de Tronos o Spartacus pueden valer), para evitar el riesgo de que tus arterias se obstruyan.
Se me olvidaba contar un poquito de la historia: resulta que Ralph se ha cansado de ser el maluto del juego y quiere saber qué se siente siendo bueno. Es interesante el giro de pensar qué sienten los malos cuando son los buenos los que se llevan todos los parabienes.
Apañada, se lleva otro seis.
Ayer pusieron por la tele otra (han puesto muchas, así que quiero decir otra que no había visto antes): Monstruos contra alienígenas.
El argumento es bastante sencillo: una invasión alienígena amenaza con destruir la tierra, pero antes que eso, la Humanidad luchará con todos los medios a su alcance, entre ellos los monstruos que hace más de cincuenta años se encuentran recluidos en una base ultrasecreta de los Estados Unidos. El particular equipo A lo componen: el Eslabón Perdido, una especie de hombre iguana, o algo así; el profesor Cucaracha (como el de la Mosca, vamos); BOB, una gelatina azul con consciencia; Insectosaurio, un gusano de 105 m de largo; y Susan, o Genórmica, la mujer de 50 pies (en la versión española, con la voz de Carolina Cerezuela.
La cosa no da mucho más de sí, pero es que tiene unos gags que son la pera. Me he reído mucho con el presidente de los Estados Unidos, que está loco, loco. Pero loco de atar, amigos. Y que da los mejores momentos de la cinta con diferencia. Para enmarcar, las secuencias en la sala de crisis y los dos pedazo de botonazos rojos, idénticos (uno de ellos dispara todo el arsenal nuclear de los Estados Unidos; el otro, prepara el café).
Bueno, que me he reído mucho y casi no tiene moralina. Un siete.
Para el final dejo la que me ha parecido la mejor: Las aventuras de Tadeo Jones. Además, española. Es más una peli de aventuras, aunque tiene también algún que otro gag para echarte unas risas. El malo, maloso, esta vez me recuerda a Dolph Lundgren (Ivan Drago en Rocky IV, por ejemplo).
La trama, y el giro final, se pillan bastante fácil, pero Tadeo Jones es un personaje con bastante carisma, y la chica también tiene su aquél.
El tesoro de los incas es la excusa para los arqueólogos y pasaremos un buen rato con trampas, subterráneos, acertijos... Casi como una partida de rol.
Bastante apañada y con atractivo para un público algo más adulto. Otro siete.
Pues hasta aquí hemos llegado. Cinco pelis en bastante poco tiempo (además de volver a ver Brave o Shrek Tercero), la verdad es que estas vacaciones están cundiendo.
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