¿Qué pasaría si, de repente, un ser querido que ha fallecido llamara a tu puerta? Esta sencilla premisa es la base de la serie Resurrection.
Jacob, un niño con cara de bueno |
Cuando el pequeño Jacob aparece en unos arrozales en un país del sudeste asiático que no recuerdo, el agente del FBI Bellamy (Omar Epps) acude a recogerle ya que es ciudadano americano. Nadie ha denunciado la desaparición del niño, pero él recuerda perfectamente dónde vive, así que el agente Bellamy decide acompañarle a casa en los Estados Unidos de América.
Cuando Jacob llama a la puerta de su casa y sale su padre, a éste casi le da un pampurrio. No es para menos, porque su hijo murió en un río hace casi treinta años.
La cosa se complica cuando aparecen más resucitados. Al principio, poco a poco. Luego a puñados. Todos con los mismos síntomas: estaban muertos y ahora no lo están, pero no recuerdan nada de lo ocurrido en medio.
El pueblo se revoluciona bastante, por qué no decirlo. La verdad es que a cualquiera le pasaría, si de repente los muertos comenzaran a regresar. Que no haya carne corrompida no ayuda, porque lo primero por lo que pasan es por una crisis de fe.
El argumento es interesante, aunque quizá avanza de una forma demasiado lenta. Tanto que la serie se canceló al final de su segunda temporada, que todavía no he visto y no sé qué voy a hacer al respecto. Por un lado me gustaría saber qué pasa con Jacob y con el agente Bellamy, pero por otro lado supongo que la serie no habrá podido cerrarse como es debido y me da un poco de reparo perder el tiempo en ella. Veremos...
Chica guapa |
Por cierto, Resurrection es el reencuentro del doctor Mandingo (Omar Epps) con una serie de más o menos éxito después de House. Y, por supuesto, también hay chica guapa y una cierta tensión sexual e interracial no resuelta.
En resumen, Resurrection es una idea interesante a la que las malas audiencias no han dado una oportunidad más allá de lo estrictamente necesario.
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