Aunque el año ya está entrado, es momento de hacer un repaso a las actividades lúdico - literarias del año pasado.
Atendiendo a las puras cifras, 2015 ha sido comparable a años anteriores: un total de 32 libros que suman más de 12.000 páginas. Como siempre, sin contar tebeos o revistas. En general, he seguido el criterio de leer libros de pequeño o mediano tamaño, entre doscientas y cuatrocientas páginas, lo que permite una digestión variada de temas y evita el aburrimiento de leer un tocho que ha perdido el interés hace ya algunas decenas de capítulos.
Ha sido el año de La Compañía Negra. Le he dado una segunda oportunidad después de haber leído el primer volumen, del mismo título, y cada vez me gusta más. Solo quedan dos libros por leer en este 2016 y habré acabado la serie (creo). Literatura fantástica bastante oscura, lejos de los oropeles de Dragonlance y similares, pero también de la fantasía de Howard, por ejemplo.
Ha habido biografías y ensayo histórico (Open, de Agassi; Once anillos, de Phil Jackson; La gran desmemoria, de Pilar Urbano; Les voy a contar, de José Bono; Adiós, Cataluña, de Albert Boadella), género en el que el gran descubrimiento a sido Juan Eslava Galán (La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos): tengo muchas ganas de otro libro suyo.
Ha habido también ensayo y divulgación, desde el ligeramente soporífero Richard Dawkins (El relojero ciego), pasando por Stephen Hawking (El gran diseño) hasta llegar a mi nuevo divulgador favorito, Michio Kaku (fascinante La física de lo imposible).
La ración del tristemente fallecido Terry Pratchett se ha reducido a Perillán, novela fuera de la serie del Mundodisco pero igual de interesante.
Y todo lo anterior ha dejado poco espacio a la ciencia ficción, apenas El día de los trífidos (John Wyndham) y Ready player one (Ernest Cline), que no marcarán historia en mi trayectoria vital de lector.
En general el tono ha sido bastante bueno, pero como siempre también tenemos elementos que resultaron fallidos:
Pero sin duda lo mejor del año no tiene nada que ver con la literatura. El nacimiento de mi segunda hija, Noelia, ha venido a dar un poco de juventud a mis envejecidos huesos. Da gusto ver a las dos juntas, y como la mayor cuida de la pequeña.
Ha sido el año de La Compañía Negra. Le he dado una segunda oportunidad después de haber leído el primer volumen, del mismo título, y cada vez me gusta más. Solo quedan dos libros por leer en este 2016 y habré acabado la serie (creo). Literatura fantástica bastante oscura, lejos de los oropeles de Dragonlance y similares, pero también de la fantasía de Howard, por ejemplo.
Ha habido biografías y ensayo histórico (Open, de Agassi; Once anillos, de Phil Jackson; La gran desmemoria, de Pilar Urbano; Les voy a contar, de José Bono; Adiós, Cataluña, de Albert Boadella), género en el que el gran descubrimiento a sido Juan Eslava Galán (La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos): tengo muchas ganas de otro libro suyo.
Ha habido también ensayo y divulgación, desde el ligeramente soporífero Richard Dawkins (El relojero ciego), pasando por Stephen Hawking (El gran diseño) hasta llegar a mi nuevo divulgador favorito, Michio Kaku (fascinante La física de lo imposible).
La ración del tristemente fallecido Terry Pratchett se ha reducido a Perillán, novela fuera de la serie del Mundodisco pero igual de interesante.
Y todo lo anterior ha dejado poco espacio a la ciencia ficción, apenas El día de los trífidos (John Wyndham) y Ready player one (Ernest Cline), que no marcarán historia en mi trayectoria vital de lector.
En general el tono ha sido bastante bueno, pero como siempre también tenemos elementos que resultaron fallidos:
- Sirio, de Olaf Stapledon. La historia de un perro superinteligente y cómo se enfrenta al mundo de los humanos. Lo mejor, que es corta.
- Jirel de Joiry, de Catherine Moore. Pulp de los años veinte, apenas se salva uno o dos de los cuentos cortos.
- Tierra de bisontes (Cienfuegos VII), de Alberto Vázquez-Figueroa, menos divertido de lo que le recordaba.
- Fouché, de Stephan Zweig, bastante difícil de leer.
Y el siguiente de la lista es... |
Pero sin duda lo mejor del año no tiene nada que ver con la literatura. El nacimiento de mi segunda hija, Noelia, ha venido a dar un poco de juventud a mis envejecidos huesos. Da gusto ver a las dos juntas, y como la mayor cuida de la pequeña.
Saliste bien en la foto, bribón
ResponderEliminarSaliste bien en la foto, bribón
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