Me encanta la Historia.
Me encanta la Historia de Roma.
Pax romana va de Historia de Roma, más en concreto durante las Guerras Cántabras a finales del siglo I a.C.
Y, sin embargo, no me ha gustado... ¿Por qué?
Para empezar, el autor carga demasiado la mano en datos y más datos. Tantos que a veces se le va la pinza y aquello parece más una tesis que una novela. Me parece muy bien que un autor se documente. Es más, si hablamos de novela histórica, un autor debe documentarse. Pero un autor no debe recrearse en estos asuntos y abandonar la historia en sí. Y a mí me parece que el bueno de Yeyo Balbás ha pecado por exceso, mucho más que por defecto, y la novela se ve demasiado sobrecargada.
Luego, los personajes. La sensación que me da es que son muy peliculeros: un decurión del que nunca se dice el nombre pero que resulta ser una máquina de matar; un protagonista de humilde origen (muy humilde origen) que resulta adoptado por uno de los ingenieros militares más influyentes de la época, adopción que se quiere justificar mediante una rocambolesca historia; unos malos muy malos que persiguen al contubernio del protagonista buscándoles las cosquillas... Y, como no puede ser de otra forma, los protagonistas pronto se ven envueltos en un juego en el que son meros peones.
Basado además en las Guerras Cántabras, el mítico Corocota apenas aparece y, cuando lo hace deja una sensación agridulce, así como la mayoría de los encuentros entre romanos y cántabros que se suceden, incapaces de proporcionar la emoción requerida (salvo para hacernos ver qué bien lucha el protagonista, auténtico esgrimista capaz de blandir dos espadas a la vez... raro para un romano, pero quizá por eso resulta que fue entrenado por un antiguo gladiador...).
Ya lo siento... |
Cogí Pax romana con mucho, mucho interés, pero se ha ido disolviendo como un azucarillo y, aunque es de fácil lectura, también será de fácil olvido.
¿Algo bueno? Que por lo menos es mejor que la trilogía de Artur Balder.
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