Van casi diez años de una aventura que empecé allá por abril de 2009, durante una Semana Santa. Recuerdo que una noche empecé a pensar en comenzar a escribir una bitácora y apenas pude dormir hasta que me levanté de madrugada, di forma a la plantilla y redacté la primera entrada.
Después, poco a poco, algunos años más que otros, vinieron otras 498 entradas más. Hasta la de hoy, que hace un número rendondo: medio millar.Y dentro de unos pocos días tendremos otro número redondo: diez años.
En este tiempo las cosas se han estandarizado un poco. Al principio las entradas tenían una longitud menor, no había fotos y ni siquiera daba formato a los párrafos. Ahora todo esto está bastante más cuidado.
Además he estandarizado el día de actualización al domingo. Alguna vez actualizo otro día, pero lo más normal es que sea el domingo, casi siempre por la tarde, cuando tengo un rato por casa. Es entonces el momento de tirar de lista y ver de lo que toca hablar, porque hay tantas cosas que tengo apuntadas que llevo un retraso horrible y comento libros y películas con meses de decalaje respecto al a fecha de lectura o visionado.
La verdad es que me gustaría darle un poco más de variedad al blog: algo más de rol, empezar con algo de música y con juegos de mesa (ahora que me estoy aficionando) y videojuegos.
Retomar las efemérides y comentar la actualidad sociopolítica lo veo más complicado, porque a no ser que sean temas que me llamen la atención con intensidad, el esquema de actualización de fin de semana, acompañado de que paso bastantes días fuera de casa entre semana, hacen más difícil el encajar todas las piezas.
Y, sobre todo, me gustaría retomar el que fue el objetivo primero de este blog: obligarme a escribir material nuevo del Ciclo de Iramar y publicarlo.
Ha sido casi un cuarto de mi vida llevando este pequeño espacio en la blogosfera. Durante este tiempo he logrado combatir con éxito la temida campana de Gauss de la que hablé hace casi ocho años. No solo eso, sino que llegó el primer seguidor fuera de mi círculo físico de familia y amigos. Luego llegó alguno más. Sé que todos permanecéis ahí, en silencio, pero fieles a vuestra cita semanal. Os lo agradezco.
Aquí seguiré, dispuesto a dar guerra. No sé si otros diez años, u otras quinientas entradas. No pongo límites, pero ahora mismo no veo en el horizonte nada que me haga pensar en el cierre, así que... Y, si la cosa se tercia, a lo mejor hasta consigo darle ritmo al spin-off de Historias de Iramar, el blog de baloncesto 24 segundos que tengo bastante abandonado.
Yo no dejo muchos comentarios, pero te leo. Enhorabuena por tu constancia.
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