domingo, 21 de febrero de 2021

The Mandalorian (T1 y T2)

Después de haberse arrastrado por el fango en los cines de todo el mundo, la franquicia de Star Wars remonta el vuelo con The Mandalorian, una historia que se emite en Disney+. Dos temporadas hasta ahora, ocho capítulos por temporada con una duración cada uno entre treinta y cuarenta minutos por capítulo, créditos incluidos. 

Ambientada entre los capítulos VI y VII, un cazarrecompensas mandaloriano se encuentra con un encargo muy lucrativo en apariencia por parte de los restos del Imperio Galáctico. Como resultado, se tiene que responsabilizar de un Yoda en miniatura, que poco a poco se hace dueño de la pantalla y que será el culpable de que el sufrido mandaloriano tenga que recorrer la galaxia en busca de alguien que se haga cargo del joven y continúe su entrenamiento. 

The Mandalorian reconcilia al aficionado de toda la vida de Star Wars y se encarga de atraer a decenas de miles más a una serie muy entretenida, que resulta má ser un western en el espacio y que no se avergüenza de serlo. 


 Los personajes son mucho más carismáticos que cualquiera de los protagonistas de la última trilogía, quizás con la excepción de Rey, pero aparte del protagonista, al que apenas se le ve la cara un par de veces en toda la serie (según el credo mandaloriano estricto, aquél que sigue el camino no debe permitir que se le vea la cara), tenemos la presencia de otros personajes como Cara Dune (una ex soldado de la Nueva República natural de Alderaan, interpretada hasta ahora por la polémica Gina Carano) o Greef Karga (uno de los responsables del gremio de mercenarios con el rostro de Carl Weathers, Apollo Creed). 

 
El metraje está trufado de momentos que quedan en la memoria, entre los que cabe destacar la aparición de dos personajes muy queridos y requeridos por los aficionados: el primero es el retorno de Boba Fett, anunciado por el hallazgo de su armadura en un puesto minero perdido durante un episodio más western que muchos otros; el segundo, la aparición Ahsoka Tano (con el rostro de Rosario Dawson) y sus dos espadas láser. 

Promete ser también una historia interesante la de Bo-Katan, líder de una facción mandaloriana con la que se cruza en varias ocasiones el camino de nuestro protagonista. 

 
Muy recomendable es, en su totalidad, el último capítulo de la primera temporada, dirigida con gran sentido del humor por Taika Waititi (con una hilarante escena de dos soldados imperiales mientras esperan el relevo). 

Y no hay que perderse la escena postcréditos del capítulo en que reaparece Boba Fett, donde veremos también a otro viejo conocido como Bib Fortune. En realidad, no hay que perderse ninguno de los títulos de crédito finales de los capítulos. Merece mucho la pena ver dibujos del arte conceptual de la serie acompañados por las notas de la música compuesta por Ludwig Göransson. 

En casa nos enganchó a todos, inlcuyendo a mis dos hijas de catorce y cinco años, ninguna de las cuales era especialmente aficionada a Star Wars. Y con una nota media de 8,8 hoy en imdb, estamos ante uno de los fenómenos televisivos de los últimos tiempos. 

Menos mal, porque el recuerdo de Star Wars no merecía quedar representado por El ascenso de Skywalker.

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