Dune está de moda. O a lo mejor es que nunca ha dejado de estarlo, que siempre ha estado latente en el subconsciente friki. En cualquier caso, lo de estos años está siendo superlativo: juego de rol, juego de mesa y nueva serie de películas. La casa por la ventana.
Resulta extraño hablar de una película de la que solo se ha visto la primera parte, pero es lo que hay. Ya no se trata solo de que las películas desarrollen arcos argumentales, sino que ya vienen por capítulos. Entendible, porque Dune, la novela, es un tocho de cuidado, un ladrillo infumable que solo soporto en pequeñas dosis.
No ha dejado de maravillarme la legión de seguidores que tiene la saga. Yo he leído varios libros, además del primero, pero lo tuve que dejar al ser el siguiente peor que el anterior, más plúmbeo, más pesado, con una sensación de no llegar a ninguna parte y de gastar páginas y páginas de papel sin más objetivo que hacerlo porque sí.
La de Villeneuve y Chalament |
He visto al menos dos adaptaciones de la novela original: la de David Lynch, interesante porque en aquella época la ciencia ficción estaba marcando un hito tras otro en el cine y que resulta bastante peculiar y entretenida, y otra de la que solo recuerdo que era una miniserie orientada a la televisión y que resultó ser bastante frustrante.
La adaptación de Dennis Villeneuve se nota que ha llegado en un momento adecuado. Supongo que el presupuesto debe estar a la altura del elenco de actores seleccionado, lleno de actores veteranos de elevado caché y de estrellas emergentes que también se llevan lo suyo.
Toma de inicio una buena decisión, que consiste en dividir el tocho en trozos más pequeños para hacérselo tragar a los espectadores. Dosis más pequeñas suelen ser más digeribles. De esta forma conseguirá, espero, el suficiente grado de fidelidad a la obra original sin tener que atropellarse. De todos modos, tampoco andará con prisa gracias a las casi dos horas y media de metraje que tiene esta primera parte.
Ojos azules de especia |
El problema de Dune parte 1 es la de todas las primeras partes que no están pensadas de forma que sean autoncoclusivas: la sensación un poco ni fú ni fá del final, la falta de un clímax como tal. Suelen tener que "inventárselo" e ir aumentando esa sensación de forma artificial. En este caso, la llegada de Paul Atreides y su madre, Dama Jessica, al refugio de los fremen y el combate singular para ser aceptados en la comunidad.
El camino hasta llegar aquí es bastante previsible, por otra parte, y fiel a la obra original. Poco al respecto hay que decir aquí, así como poca originalidad, aunque supongo que será bastante difícil hacer algo diferente al hablar de una obra que ha sido tantas veces visitada.
Miniserie olvidada |
Tenemos una presentación de los personajes, algunos de los cuales nos dejarán bastante pronto. La fidelidad y pulcritud de los Atreides a la decadencia nauseabunda de los Harkonnen. Tenemos también una presentación del entorno, que se convierte en un protagonista más, desde la lluvia continua de Caladan, el planeta capital de la Casa Atreides, hasta el eterno desierto de Arrakis. Honor y traición. Contrastes.
Veremos también fogonazos de información de la sociedad imperial, de las Bene Gesserit y su plan genético que llevará, de una forma u otra, a la gestación de un mesías destinado a gobernar la galaxia. Los sardaukar, las legiones del Emperador ante las que toda resistencia es inútil.
El resultado global es una cinta aseada, profesional en todos los niveles desde la dirección hasta la interpretación, que actúa de larga introducción.
La de Lynch |
Pero, a pesar de todo lo anterior, no puedo dejar de sacudirme la sensación de que se trata de una historia sin alma. Me sigue pasando desde hace décadas, desde la primera vez que ví la película de Lynch o que leí la novela original. Pasan las páginas, pasan los minutos, pero no me llegan. Y en esta película tampoco ayuda tener a Timothee Chalament, un actor con el que no conecto.
Dune parte 1 cotiza a un más que respetable 8 en imdb. Excesivo para mí, aunque reconozca que la película me pareció entretenida. A lo mejor es más por lo que promete que por lo que ofrece. O porque la base de aficionados a la saga es mayor de lo que se piensa, y más fanática también.
¿Veré la segunda parte? Por supuesto. Sin demasiadas expectativas. Tampoco es que Villeneuve sea un director que me apasione.
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