sábado, 4 de febrero de 2012

Más de Mundo Anillo

Tras dar muchas vueltas, he pensado que los siguientes libros de la serie de Larry Niven, Mundo Anillo, no merecen una reseña individual.

Y es que, tanto Ingenieros de Mundo Anillo como Trono de Mundo Anillo tienen como principal problema que ya no cuentan con el factor sorpresa que teníamos en la primera novela de la serie y en que se basaba su atractivo ya que ni personajes ni historia sirven para mantener el interés más allá de las primeras páginas.

Si en Mundo Anillo parece que no ha pasado nada después de acabar el libro, en la segunda y la tercera parte esta sensacion se acentúa. Los personajes deambulan por el vasto Mundo Anillo con un objetivo en mente, pero la mayor parte del tiempo se pasa en tareas intrascendentes y motivaciones superficiales. 

No obstante, Ingenieros de Mundo Anillo por lo menos tiene la incertidumbre de cómo se las arreglará Luis Wu para estabilizar la superestructura (la base del argumento es que el anillo es inestable y que en un corto período de tiempo se estrellará contra su sol). Pero la espera se resuelve en apenas una decena de páginas y, aunque la solución es satisfactoria (y espectacular), al terminar el libro queda una sensación de incredulidad. 

Trono de Mundo Anillo no tiene ni siquiera ese interés, por lo que es el más flojo de los tres que he leído hasta ahora. De hecho, lo he terminado por pura fuerza de voluntad. Tanto es así, que ahora mismo ni siquiera me planteo ir a por el cuarto volumen, Herederos de Mundo Anillo.

Esta serie es un ejemplo claro de cuándo un escritor no sabe parar a tiempo y se dedica a explotar sin fin una idea que en principio era original y atractiva. Mundo Anillo, publicado en 1970, ganó los premios Nebula y Hugo a la mejor novela. Era considerada una de las muestras más importantes de ciencia ficción hard, porque refleja con gran realismo las condiciones que tendría una estructura de las características del Mundo Anillo. La segunda parte, Ingenieros de Mundo Anillo, se publicó en 1980 y está motivada por las críticas que surgieron en su día, indicando que un anillo como el descrito no sería estable y acabaría destruyéndose al colisionar con su estrella. A partir de ahí, no entiendo para qué continúa Larry Niven escribiendo otras entregas que descienden vertiginosamente por las laderas de la calidad literaria. 

Otro ejemplo, este bastante doloroso por lo que representa, lo constituye la serie Fundación, de mi admirado Isaac Asimov. La serie original (Fundación, Fundación e Imperio, Segunda Fundación) publicada en los años 50  es considerada por muchos la más importante serie de ciencia ficción que se ha escrito nunca. A mediados - finales de los ochenta, Asimov decide continuarla con dos nuevos volúmenes: Los límites de la Fundación y Fundación y Tierra. Parece ser que tenía en mente hacer converger sus relatos sobre robots con el universo de la Fundación, pero la diferencia es tan abismal que la serie original es bastante superior a sus continuaciones. 

En resumen, el tercer volumen es perfectamente prescindible; el segundo tiene su aquél, pero nada del otro mundo.

2 comentarios:

  1. Su señoría, discrepo. Fundación y Tierra es una obra maestrísima, claramente superior a Fundación e Imperio. Y no admito réplica.

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  2. No sé si lo dice usted en serio o únicamente busca crear polémica. ¿En base a qué tal afirmación? ¿Cómo pueden ser comparables una y otra, siendo superior la primera nada más que en el número de páginas?

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