sábado, 22 de abril de 2017

La chica mecánica

La chica mecánica es un libro de Paolo Bacigalupi (al parecer, y a pesar del nombre, escritor estadounidense) ambientado en un futuro cercano y al parecer postapocalíptico, con cambio climático y falta de combustibles fósiles. En todo momento se hacen referencias a catástrofes naturales o provocadas por el Hombre y hay un evidente retraso tecnológico en algunos órdenes de la vida, pero no así en otros. 

La novela está ambientada en lo que parece Tailandia, un oasis de paz y tranquilidad que trabaja para preservar lo suyo, evitando la entrada de semillas alteradas genéticamente por empresas que se podría decir que son estadounidenses. Unas semillas que son resistentes a ciertas enfermedades y plagas, pero que también podrían propagar otras que darían al traste con la variedad ecológica del Reino. 

La portada también es sugerente


Existe un precario equilibrio entre el Reino y las corporaciones extranjeras, que buscan la manera como sea de introducir sus productos y hacer dependiente a Tailandia de los mismos como al parecer sucede en grandes zonas de la Tierra. 

En ese entorno, en el que el calor es insoportable, las máquinas han sido sustituidas por mecanismos accionados por tracción animal (o humana), y en cualquier momento puede haber una catástrofe ecológica, la chica mecánica es un elemento perturbador: un neoser, un androide destinado para el placer de su dueño, abandonada en Tailandia por un rico japonés que visitó el Reino para negociar con sus élites y que, al tener que volver a su casa, no dudó en dejar tirado a su juguete. 

Emiko, que así se llama, mal que bien, ha ido tirando, hasta que se encuentra con un ejecutivo de una de las corporaciones que queda prendado de ella. Anderson Lake, director de una fábrica de muelles percutores, que almacenan energía mecánica para liberarla luego cuando haga falta, lo que realmente busca es un almacén de semillas originales que el Reino de Tailandia guarda en un lugar secreto. 

La trama de Emiko y Lake se entrecruza con otras, como la de los camisas blancas (una especie de policía que vela por la pureza del Reino y lucha por impedir que las corporaciones se salgan con la suya), envueltos en una lucha de poder que se desencadenará con gran ímpetu y que determinará el futuro de Lake y, sobre todo, de Emiko. 

La chica mecánica (que recibe su título, es evidente, por Emiko y su andar sincopado propio de los neoseres) es un libro original. No seré yo quien lo niegue, además de que haya ganado los premios más prestigiosos de la Ciencia Ficción (Hugo, Nebula, Locus, John W. Campbell). 

Pero, al mismo tiempo, es un libro difícil de leer. Y no porque sea Ciencia Ficción "dura", sino porque el autor no facilita la labor del lector, sin siquiera una concesión a la inmersión en ese futuro cercano, que es total desde el primer párrafo. 

Otro "pero" que he encontrado es que tarda bastante en entrar en materia. Se recrea en los detalles de ese futuro, pero la acción avanza como a trompicones, como la propia chica mecánica. Así que en algunas fases se hace largo, o piensas qué aporta un párrafo, una página entera, a la historia.

Tiene cara de simpático


No me han quedado muchas ganas de repetir a Bacigalupi por una temporada, a pesar de que La chica mecánica es un seis.

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