domingo, 10 de diciembre de 2017

Cisne Negro

Cisne negro es una película rara, rara. Tan rara que al final te haces un lío y no sabes bien lo que es verdad y lo que es ficción (verdad y ficción dentro de la ficción de la película, claro... vamos, un lío). 

Nina Sayers (Natalie Portman) es la dulce bailarina que, después de mucho luchar, mucho tesón y mucha disciplina, mucho sudor para pagar la fama, consigue el papel protagonista de su compañía. Y se estrenará en esa nuevo papel nada menos que con El lago de los cisnes, en el que interpretará a la Reina Cisne que se convierte en el Cisne Negro. 

Caracterización lograda e inquietante

Ahí se complica la cosa, porque comienza la presión de los ensayos y además la buena de Nina Sayers es una perfeccionista enfermiza. Si añadimos que la parte del cisne blanco le sale de cine pero la parte del cisne negro no resulta convincente para el director Leroy (Vincent Cassel), tenemos un cuadro perfecto de obsesión. 

Así es, Nina se obsesiona con su papel, cambia su carácter y todo lo que no sea su historia no significa nada para ella. 

La cosa se agrava cuando llega Lily (Mila Kunis) a la compañía. Ella tiene todo lo que le falta a Nina, desborda la sensualidad necesaria para ser el Cisne Negro y Leroy toma una decisión que resultará trascendental en el devenir de la película...

Parece una historia como las que hemos visto cientos de veces. Una historia en la que la joven aspirante se come a la vigente estrella, que no puede soportar que le hagan sombra... Pero en Cisne negro la cosa se complica con el evidente desequilibrio de Nina, que poco a poco va a más hasta llegar al clímax final que, evidentemente, no se puede contar.

Una película bastante agobiante en ocasiones, con muchos primeros planos del rostro de los protagonistas. Una película en la que Natalie Portman demuestra que tiene cara de palo y un cuerpo de palo extremandamente delgado, y poco más. No entiendo el éxito que tiene esta chica, pero es que tiene el mismo gesto desde León, el profesional

La misma expresión, con más o menos pintura


Pero tampoco va a ser todo culpa suya. Vincent Cassel va a lo suyo y le da ese toque exótico al personaje (exótico para los yanquis, se entiende) y Mila Kunis explota su lado más sensual sin mucho más contenido. Al final, los tres personajes no pasan de ser arquetipos sin relleno. 

Por motivos obvios, no sé si retrata con veracidad todo lo que rodea al ballet clásico, aunque no se separa ni un milímetro lo que los tópicos indican. 

No me ha dicho gran cosa y para mí no llega a todo el hype que tuvo en su día y ni mucho menos llega al 8.0 que tiene en imdb a fecha de hoy. 



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