domingo, 9 de septiembre de 2018

Un poco de los Coen

Los hermanos Coen suponen una eterna asignatura pendiente en mi afición al cine. Viendo el listado de sus películas, hasta estas dos que comento hoy solo había visto El gran salto (me gustó bastante, pero ignoraba que era suya) y Oh Brother! (que me gustó más bien poco, quizá porque no la entendí en su día). 
 
Tengo pendiente El gran Lebowski, Baron Fink y alguna otra, pero hace poco que he visto dos que me han gustado bastante. 



Empezaremos por orden cronológico, con Fargo. Grande William H. Macy en el papel de Jerry Lundegaard, vendedor de coches ninguneado por su suegro que decide dar un paso adelante en su carrera y orquesta el secuestro de su mujer para sacar pasta al agarrado de su padre. La cosa se complica porque la pareja de secuestradores no es precisamente la mejor opción y porque uno de ellos es especialmente violento y de gatillo fácil, así que ambos dejan un rastro de muertos y de sangre.

El marido ninguneado

Ese rastro lo seguirá la oficial de policía Marge Gunderson (Frances McDormand), que aunque se encuentra en avanzado estado de gestación y tener cara de poco espabilada, es una especie de detective Colombo que no suelta una presa. 

La extraña pareja de secuestradores

La película asciende por una continua espiral de surrealismo y violencia, a medida que la pareja de secuestradores tiene que aumentar el nivel de violencia para arreglar el desaguisado anterior. Especialmente desagradable es la escena de la picadora de madera, con la pierna de una de las víctimas todavía sobresaliendo y la nieve salpicada de sangre. 


La autoridad competente


Aún y así, una película bastante entretenida que está a la altura de su fama. Dentro de poco espero ver la serie de televisión basada en la película, que dicen está muy bien.

Mucho más reciente es ¡Ave, César!, crónica ácida del Hollywood de los años cincuenta, el de las superproducciones, visto a través de los ojos de Eddie Mannix (un Josh Brolin que últimamente aparece por todas partes y que fue, no lo olvidemos, el hermano mayor de Los Goonies además de un solvente George W. Bush). 



La cinta tiene un número sin fin de personajes reconocibles, empezando por George Clooney ataviado de romano (en lo que parece ser un remedo de Robert Taylor en ), Scarlett Johansson como alguien sospechosamente parecido a Esther Williams y el siempre soprendente Channing Tatum que en esta ocasión parece Gene Kelly. 

El sufridor

Tenemos también a la típica periodista del corazón y prensa amarilla, que busca carnaza por los estudios para llenar de bazofia las páginas de las revistas que le pagan (Tilda Swinton). O un actor de western con tremendas habilidades para la acción pero que es incapaz de juntar dos frases de guión seguidas (Alden Ehrenreich, el nuevo Han Solo). O un director megalómano, Laurence Laurentz, que se ve obligado a lidiar con ello (Ralph Fiennes, resurgiendo de sus cenizas). 

La estrella (sí, el de la izquierda es el kurgan)

Si a todo esto unimos una conspiración comunista que secuestra a la estrella Baird Whitlock (George Clooney) para dar un golpe de efecto, y la infinidad de pequeños asuntos con los que tiene que lidiar el bueno de Eddi Mannix, ¡Ave, César! resulta ser una comedia muy lograda que se ve con agrado, casi con más agrado que Fargo, porque por lo menos no hay sangre...

El marinero

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