Jaipur es un juego de cartas exclusivo para dos jugadores en el que cada uno toma el rol de un mercader que quiere colocar su mercancía y ganar el mayor beneficio.
Cada jugador tiene una mano de cartas con la que jugar, que representan las mercancías con las que tratamos (diamantes, oro, plata, especias, cuero y telas) y que siguiendo las reglas podremos vender y obtener dinero.
Si conseguimos vender grupos de estas mercancías, obtendremos también bonificadores.
Hay también un mercado central del que podremos reponer mercancía o en el que podremos descargarnos de cartas, si nos interesa por algún motivo.
La saturación de mercancía a la venta se refleja porque cada vez que vendamos un producto, obtendremos menos dinero de vuelta.
Los camellos son otra historia: no se pueden vender, no se pueden intercambiar, pero se pueden acumular. Y el jugador que más camellos acumula en su cuadra, se lleva también una tanda de puntos.
La partida se divide en tres juegos, mangas, sets o como queramos llamarlo. Gana el jugador con más puntos en dos de esos tres juegos.
Jaipur es un juego muy recomendable, con partidas que duran media horita y que se adapta a todos los niveles. Puedes jugar con niños o puedes jugar con adultos. Además, como solo hacen falta dos jugadores, no tienes que reunir a la pandilla. Su duración reducida lo hace ideal para rellenar un hueco en un viaje o para remontar una tarde aburrida.
A los niños les encanta porque tiene cartas con ilustraciones atractivas y coloridas, además de las fichas de bonificación, las monedas, etc.
Y todo en una cajita pequeña y bien montada, y con un precio apañado.
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