domingo, 18 de julio de 2021

Dark Matter

De vez en cuando aparecen series que demuestran que no hace falta un gran presupuesto ni disponer de grandes efectos especiales para tener un producto de calidad. 

La pena es que Dark Matter haya durado solo tres temporadas de trece capítulos cada una, pero los he disfrutado casi todos. Una space opera de calidad, viajes por el hiperespacio (aquí lo llaman FTL, que supongo viene de Faster Than Light), corporaciones a escala galáctica, sistemas planetarios explotados para obtener recursos, estaciones espaciales, androides... y armas de proyectil como ahora. 

 

De izquierda a derecha: Androide, Cuatro, Tres, Dos, Uno, Cinco y Seis
 

Bueno, no hace falta tener un bláster ligero o pesado, una pistola o una ametralladora hacen un efecto similar. Además, no vamos a ponernos exquisitos con estas cosas cuando los protagonistas se pasan buena parte del tiempo en FTL sin tener consecuencias relativistas apreciables (en unas entradas hablaré de la recomendable novela La guerra interminable, que es todo lo contrario). 

El inicio de Dark Matter no puede ser más intrigante: los tripulantes de una nave espacial se van despertando de la estasis en lo que puede parecer un proceso normal, pero en este caso no recuerdan quienes son, ni quiénes son sus compañeros, ni qué hacen en esa nave (aunque sí que saben manejarla, otra cosa para la que será necesario suspender nuestra credulidad). Ni siquiera saben sus nombres, así que deciden llamarse por el número en el que han ido despertando: Uno, Dos, Tres, Cuatro, Cinco y Seis. 

Pronto descubrirán además que en la nave hay una Androide, que sirve de primera línea de defensa, piloto e interfaz de usuario. Para el espectador servirá muchas veces también como válvula de alivio cómico, ayudando sobremanera a mantener el toque informal de la serie.

 

Toda la pandilla, menos uno: Uno

 

Poco a poco, capítulo a capítulo, se va desgranando no solo la historia actual sino que iremos viendo retazos de las vidas anteriores de los tripulantes. No, no son tran trigo limpio como parecían, pero encontrarán la forma de mantener su estado ético y moral actual. Hay que reseñal que Uno desapareció al principio de la segund a temporada. Da igual, no era de los que daban más juego.

Apenas hay rodaje en exteriores. La mayor parte del metraje será en la propia nave y en interiores: laboratorios, palacios, otras naves, estaciones espaciales... Las pocas veces en que las naves se ven desde fuera, hay que reconocer que los efectos especiales cantan un poco, sobre todo para la época en la que estamos, pero también he dicho que el fuerte de Dark Matter no son sus efectos. Sería una pena que una bonita explosión nos distrajera de una historia interesante. 

Es más, tampoco es necesario un elenco interpretativo conocido, sino que un grupo de desconocidos puede ser la mar de convincente y dejará espacio en el tope salarial.  

 

 

Días de la marmota, universos paralelos, dobles malvados, alta política, alienígenas (pocos), viajes en el tiempo... Una macedonia de lugares comunes de los space opera y de la ciencia ficción, contados con el cariño de un buen aficionado. 

Firefly se convirtió en una serie de culto con unas premisas similares y menos capítulos (vale, nos descubrió a Nathan Fillion, pero de eso no se puede vivir para siempre). Dark Matter ha pasado con bastante más pena que gloria, pero no tiene mucho que envidiar a su famosa "hermana". Dadle una oportunidad. 

Lo dicho, una pena que fuera cancelada en la tercera temporada. El final deja mucho que desear por ese motivo. 

Pero, aún así, hoy cotiza a 7,5 en imdb. No está nada mal.

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