domingo, 4 de julio de 2021

Lo último de Bernie Gunther

Todo lo bueno tiene un final, más pronto que tarde (lo malo también lo tiene, afortunadamente, aunque este final parece que no acaba de llegar nunca por uno u otro motivo). 

La muerte prematura de Philip Kerr dejó huérfanos a un gran número de lectores, entre los que me incluyo. No sabemos hasta dónde hubiera llegado la serie de novelas de Bernie Gunther, el descreído investigador berlinés que ha pasado por aventuras que nunca hubiera soñado en los felices años veinte del siglo pasado, cuando era un detective de la Kripo

 


 Hemos acompañado a Gunther durante el ascenso del nazismo, la segunda guerra mundial y la posguerra. Le hemos visitado en La Habana, en la que vivía con nombre falso, o en la Riviera francesa donde trabajó en un hotel haciendo gala de sus magníficos modales. 

Su trayectoria vital, al menos la conocida, termina en el Laberinto griego, como empleado e investigador de una agencia de seguros. Como tal es desplazado a Grecia, para investigar el naufragio, supuestamente accidental, de una embarcacion propiedad de un ciudadano alemán. Pronto se verá envuelto en un juego mucho más oscuro y peligroso de lo esperado, en el que toman parte antiguos nazis, un ambicioso oficial de policía griego y algún que otro agente de la flamante República Democrática Alemana, que piensan tener al viejo Bernie bien cogido por las pelotas. 

El último título de la serie es Metrópolis. Aquí volvemos a la ambientación del Berlín de los Años Veinte, cuando un joven Bernie Gunther es admitido en la Kripo al mismo tiempo que en la ciudad se suceden los asesinatos de veteranos de la Gran Guerra, normalmente tullidos. Bernie se pondrá en la piel de uno de ellos, poniendo en riesgo su vida, con el afán de dar con él y enviarlo a donde se merece.

 

Ambos títulos son muy recomendables. Mantienen el nivel elevado de la serie y combinan a la perfección el interés y el realismo en la descripción de la ambientación con la historia en sí y la resolución de misterio. Quizá en Metrópolis no funcionan tan bien los momentos de clímax porque ya sabemos que el bueno de Bernie va a sobrevivir a todo lo que le echen, pero en realidad da un poco igual porque en ese caso particular la historia es tan absorbente que te olvidas un poco de todo. 

Bernie Gunther se ha hecho en propiedad con un lugar de privilegio entre mis personajes literarios favoritos. Y Philip Kerr hace lo propio como uno de mis autores favoritos. 

¡Cómo no voy a recomendarlos! Una novela de Bernie Gunther tiene más poso y atractivo que cualquier best-seller de género estadounidense que se me pueda pasar por la cabeza ahora mismo. Una pena que ya no pueda disfrutar de nuevas historias.

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