domingo, 19 de septiembre de 2021

Vikingos (T6)

Acabó la historia que comenzó con un personaje tan carismático como Ragnar Lothbrok y terminó con otro tanto o más que él, su hijo Ivar sin huesos. Atrás quedan otros muchos personajes que nos hicieron vibrar: Rollo, Lagertha, Harald cabello hermoso, Bjorn piel de hierro o Floki.

En esta sexta temporada, como siempre divida en dos grupos de diez capítulos cada uno, entran en escena los rus, antiguos vikingos asentados en Kiev y Novgorod, que han abandonado a los dioses paganos y se han convertido al cristianismo. Hasta allí escapa Ivar tras su derrota en Kattegatt y se encuentra con Oleg, príncipe regente que se convetirá en la horma de su zapato, al menos por un tiempo.Poco después, su hermano Hvitserk le seguirá en el exilio. 

Con los rus forjará una alianza, si bien un poco desigual. Los rus le acompañarán en su campaña de conquista a cambio de convertirse en un rey vasallo. No, las cosas no le van demasiado bien a Ivar en Kiev, aunque por otro lado parece que su personalidad se dulcifica gracias a la relación de amistad que mantiene con el príncipe heredero, apenas un niño dominado por Oleg, su despiadado tío que maneja los hilos en su  nombre.

 


Mientras tanto, en Noruega se realiza una votación para elegir rey. Todo parece indicar que será Bjorn, hijo mayor de Ragnar, pero saltará la sorpresa cuando el elegido sea Harald. Sin embargo, poco tiempo durará su triunfo cuando vean aparecer a los rus, precedidos por las noticias de saqueos, sangre y fuego de los lugares que van arrasando en su camino a Kattegat. 

El otro hijo de Ragnar, Ubbe, viaja a Islandia cansado de una vida tranquila y buscando nuevas aventuras. Una vez allí, al no encontrar a Floki, corre en busca de una tierra de oro que descubrió por casualidad un tal Othere, viajero que tiene un interesante pasado. Tras una breve estancia en la inhóspita Groenlandia, alcanza de una vez el norte de América, donde funda una colonia y se encuentra con los nativos y con un viejo amigo. 

Finalmente Ivar vuelve a su patria, donde junto a su hermano Hvitzerk y el rey Harald, arenga al pueblo para retomar la guerra contra Wessex y su rey, Alfredo. Allí librará varias batallas y encontrará su destino. 

 

Esta sexta temporada de Vikingos es bastante buena, a pesar del tiempo pasado entre la emisión de la primera tanda de capítulos y de la segunda. Está salpicada de momentos épicos de casi todos los personajes, como la última carga de Bjorn o la batalla de Ivar. Además, retoma una cosa que a mí me encanta: oir hablar a los personajes en sajón o nórdico antiguos. 

Por poner un pero, la última tanda peca bastante de precipitación: querer contar muchas cosas en demasiado poco tiempo, lo que da una sensación de atropello. La trama que me parece que peor lleva estas prisas es la del viaje de Ubbe desde Islandia hasta llegar a América. Tiene algo de irreal. 

 

Un romano con los vikingos
 

El balance final de la serie es muy bueno. La verdad es que la desaparicion de Ragnar me hizo temer que la cosa se iba al garete tras la cuarta temporada, pero ha sabido remontar y reinventarse, poniendo el foco en personajes que iban adquiriendo una personalidad profunda. 

Vikingos es un fenómeno televisivo de los últimos tiempos. Seguro que no está a la altura de series de culto que también han surgido en estos años, pero por lo menos es una serie entretenida que ha sabido poner fin a su periplo sin que sean los espectadores los que lo pidan. No me imagino nada peor que eso. 


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