domingo, 19 de noviembre de 2023

Guía del autoestopista galáctico

Acabo de buscar la ficha de la Guía del autoestopista galáctico en imdb y me he sorprendido de que se trate de una película de 2005. La hacía mucho más reciente, pero la edad no es un atenuante para los sentimientos que me produjo.

Vaya por delante que no soy un gran aficionado de Douglas Adams. He leído algunos de sus libros y sé que me deberian haber hecho gracia, pero no ha sido así. Supongo que no entendí su humor inteligente y su ácida crítica social, pero no me llamaron para nada la atención. Incluso me aburrí. 

 

Los culpables

Vimos esta adaptación un sábado de sesión de cine familiar, acudiendo al reclamo de Martin Freeman (que haría esta película cinco años antes que le conociera gracias a Sherlock), pero ni siquiera la colección de muecas y cara del pequeño Watson sirvió para animarnos. 

Nada más lejos de la realidad. La película no nos gustó a ninguno, ni grandes ni pequeños. De hecho, pocas veces hemos estado más aburridos que con esta adaptación. Ha sido realmente duro aguantar todo el metraje y teníamos todos muchas ganas de que terminara. 

Es que nada funcionó. Ni los chistes, ni las situaciones ni los rostros conocidos del reparto con su recargado y sorprendente vestuario. De nada sirvió que Arthur Dent saliera de su casa con poco más que la toalla antes de que la Tierra fuera demolida para dejar paso a la autopista galáctica. Las continuas referencias a la Guía del autoestopista galáctico no tenían ni pies ni cabeza. En resumen, asistimos a cerca de dos horas de chistes supuestamente graciosos hasta 

 

Toallas, hay

No sé si se debe a que la adaptación se adelantó a su tiempo y quizá hubiera sido mejor haberla hecho en estos años de desarrollo de los efectos especiales, porque los alienígenas no podían evitar un tufo a látex y marioneta bastante acusado (aunque, pensádolo bien, no descarto que fuera un efecto buscado de forma consciente, viendo lo absurdo de algunos vestuarios). 

Confieso con vergüenza que sentí un inmenso alivio cuando terminó la tortura. Más que nada porque al autor y a la obra se la tiene en gran estima en el mundillo friki, celebrándose cada año el día de la toalla, en conmemoración precisamente al inicio del libro. 

 

La depresión contagiosa de Marvin

Pero me he quitado un peso de encima. La película me parece mala a rabiar y no se la voy a recomendar a nadie. Pienso evitar así que la gente deje de hablarme o, incluso, que tenga tentaciones de tirarme huevos por la calle o pegarme en las nalgas con toallas húmedas, aprovechando el atrezzo. 

Veo con horror que, aún así, más de doscientas mil personas le otorgan un digno 6,7 en imdb a fecha de hoy. ¡Inconcebible!

Ni con un palo, me acerco otra vez.

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