miércoles, 8 de diciembre de 2021

Añoranzas y pesares

Tad Williams escribió la serie de libros de Añoranzas y pesares a principios de la década de los noventa del siglo pasado, compuesta por tres libros: El trono de huesos de dragón, La Roca del Adiós, A través del nido de ghants y La torre del Ángel Verde

Publicada en España por Timun Mas, los libros en castellano no corresponden con los originales en inglés. Además, la editorial continuó con sus prácticas habituales de dividir los volúmenes en dos. Una época aquella bastante difícil para el lector, pues no había demasiadas editoriales interesadas en publicar fantasía y entiendo que primaban los beneficios sobre el respeto a la obra del autor o al propio lector, que se veía obligado a desembolsos adicionales para terminar su colección. 

Dejando estos temas aparte, Añoranzas y pesares cuenta una parte de la historia de Osten Ard, una vez fallecido el buen rey, Preste Juan. Sus hijos Elías y Josua se enfrentan entre sí, con la amenaza de fondo de un antiguo mal que se esconde esperando su momento, que está próximo. 

 

La inestabilidad del Reino después de la muerte del Preste Juan hace que las regiones periféricas se solivianten, alineándose con uno de los dos hermanos, que miden sus fuerzas en silencio. 

Pronto habrá poderosos intereses no humanos que se involucrarán en la guerra que está por venir: las Nornas por el lado de la Oscuridad y los Sitha por el lado de la Luz (aunque no se denominan así en el libro). 

Y manejando los hilos en la sombra, tramando sus propios planes mientras sirve a Elías, encontramos a Pryrates, personaje que estará siempre persiguiendo a los protagonistas de la historia, en un mundo semejante al artúrico, con reminiscencias cristianas (el dios del Preste Juan y la mayor parte de los personajes es Jesuris Aedón) y pueblos que semejan a los bizantinos, sajones o vikingos. Incluso Camaris, el mayor héroe de Osten Ard, podría considerarse una suerte de Lanzarote. 

 

Diría que son Simón y Miriamele

 

Debajo de toda esta geopolitica de alto nivel se encuentra el joven Simón, pinche de cocina en la capital del Reino y aprendiz de Morgenes (que nos dejará pronto en los libros), al que de pronto se le vendrá encima una gran aventura acompañado por sus compañeros, en busca de tres espadas (Minneyar, Dolor y Espina) que según está escrito jugarán un papel primordial en la lucha contra Ineluki, el Rey de la Tormenta. 

Simón irá evolucionando, a veces a base de golpes. Perderá amigos y compañeros. Perderá y recuperará a Miriamele, la hija de Elías. Renunciará a un alto honor por un bien mayor. Y descubrirá que las historias y leyendas que tanto le gustaban cuando era niño. 

Un viaje lleno de aventuras que supongo me hubiera gustado más hace treinta años. Ojo, no es que esté mal, ni mucho menos. He leído sagas mucho peores, creedme. Lo que pasa es que no empaticé con Simón, me resultó a veces bastante cargante; Josua me parece un asquito de tan bueno y honrable; Pryrates al contrario, de lo malísimo que es... Hay otros personajes secundarios con los me identifico mucho más, como el duque Isgrimnur. 

 

El autor
 

Hay que reconocer el ingente trabajo detrás de desarrollar el mundo y sus pueblos con idiomas y costumbres diferentes, y algunos secundarios muy secundarios que resultan ser un total descubrimiento. Repasando mis notas, todos los libros recibieron un seis o un seis con perspectiva positiva, justo después de haberlos leído. 

Aún así, la serie es bastante mejor que lo que se solía leer por la época y que lo que solía publicar Timun Mas (a quien, aún con todo lo dicho, hay que agradecer que acercara la fantasía al público en general). Todo buen aficionado debería, por lo menos, darle una oportunidad.

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