domingo, 8 de mayo de 2022

Castellano

Villalar, Padilla, Bravo, Maldonado, María Pacheco, Carlos de Gante, Adriano de Utrecht... nombres de nuestra Historia que Lorenzo Silva visita en Castellano, la novela-ensayo o ensayo novelado que sobre la revuelta de las Comunidades publicó el año pasado, en pleno quinto centenario de la batalla que puso punto y final a un período convulso que en algún momento amenazó con cambiar la historia de Castilla, España, Europa y el mundo, tal era la importancia de los territorios ibéricos en los albores del siglo XVI.

Figuras todavía hoy controvertidas, los lideres de las Comunidades son rebeldes para unos y patriotas para otros. Rebeldes porque se enfrentan a su señor natural. Patriotas porque luchan por mantener las tradiciones y privilegios del territorio  frente a los arrribistas flamencos que según pensaban venían a rapiñar las riquezas de Castilla. 


 

Lorenzo Silva nos va contando, sin aspavientos, los diversos sucesos que se fueron desarrollando durante la ausencia del nuevo rey, que estaba buscando con afán la púrpura imperial del Sacro Imperio Romano Germánico (que requería mucho, mucho dinero), y la regencia de Adrano de Utrecht (que luego fue Papa con el nombre de Adriano VI, último no italiano hasta Juan Pablo II). 

Un joven soberbio, que se presenta en sus nuevos reinos sin siquiera hablar la lengua propia, acompañado por una jauría de depredadores flamencos, que tenía prisa por sacar los servicios necesarios y dirigirse de nuevo a su campaña política del Imperio, choca de frente con un pueblo orgulloso que teme perder su prevalencia y convertirse en una mera herramienta del Emperador y los dominios del norte. 

Episodios como la quema de Medina del Campo por parte de las tropas realistas en sus esfuerzos por hacerse con el arsenal que allí se guardaba y la negativa del concejo de la villa en permitir el acceso al armamento que sabía se iba a utilizar contra sus asociados. 

El autor
 

O las entrevistas que mantuvieron los rebeldes (permítaseme la expresión) con la reina Juana, un poco ida ella, pero con la lucidez suficiente para evitar verse comprometida en un enfrentamiento con su hijo (que, si vamos al meollo de la cuestión, se vio favorecido por un biscotto que hicieron su abuelo y su padre para apartar a su madre de la corona que le pertenecía por derecho). 

Una revolución que se basó en principio en una alianza contra natura de la gran nobleza con los pequeños nobles y las villas con asiento en Cortes, pero que como todo en esta vida que depende de los grandes jefes, tiene tanto recorrido como el que el poder establecido les prometa nuevas prebendas. 

A pesar de todo, la fuerza de voluntad de sus cabecillas fue suficiente para mantener una cierta cohesión en el movimiento comunero hasta la fatídica jornada de Villalar, tras la cual fueron ajusticiados los mencionados Padilla, Bravo y Maldonado. 

Castellano es una no-novela que se lee con agrado y que da a conocer algunos hechos relativamente poco conocidos de los entresijos de la revolución, cambios de lealtades, pasiones y sufrimientos de los protagonistas principales de la tragedia. 

No es por lo que Lorenzo Silva es más conocido, aunque en los últimos tiempos se prodiga bastante en terrenos poco habituales, pero se ha ganado a pulso escribir de lo que le dé la gana. Y si además lo hace con oficio y le sale algo interesante, pues qué mas se puede decir. 



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