domingo, 22 de mayo de 2022

El penúltimo negroni

Poco antes del inicio de la pandemia, allá por enero o febrero de 2020, me enteré del fallecimiento a una edad temprana de mi admirado David Gistau. Ya he ido diciendo por aquí lo identificado que me sentía con él, los paralelismos que me pareció encontrar entre él y yo y lo planchado que me dejó su prematura desaparición en una fase de mi vida en la que estoy siendo cada vez más consciente de mi propia mortalidad, con pensamientos que en muchas ocasiones derivan hacia eso, aún sin quererlo de forma consciente. 

En una de mis visitas periódicas a la FNAC de Parque Principado, encontré uno de sus libros, El penúltimo negroni, en el que se recopilan varias decenas de los artículos que David escribió como columnista de El Mundo y del ABC. 

Fue como encontrarse con un viejo amigo, de esos que aunque no veas en un par de años, apenas necesitas unos segundos para revivir con toda su fuerza la camaradería y los momentos vitales compartidos, como si no hubiera pasado el tiempo, más allá de la aparición de las canas y la barriga o el descenso de la densidad capilar, en algunos casos alarmante. 

 

Volver a leer la buena pluma de David, en variados registros como el deportivo, el político o el costumbrista, me devolvió por un rato a momentos más alegres. Me lo pasé en grande leyendo El último negroni

Lástima que durara tan poco, porque todo tiene un final, pero cuando estás a gusto evocando recuerdos, volver a la realidad en la que se es consciente de nuevo de que aquello no tiene vuelta atrás y que el adiós es definitivo, supone otro golpe moral que a veces cuesta digerir. 

No puedo ser objetivo en este caso a la hora de recomendar el libro. Estoy seguro que habrá bastante gente que no tenga esa especie de conexión con el autor, por lo que recomendarlo resulta arriesgado. Tampoco me puedo permitir no recomendarlo, no sería justo, porque creo con sinceridad que la pluma de David es lo suficientememte buena como para que al menos una vez en la vida se puedan leer algunos de sus mejores escritos. 

Un dilema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario