domingo, 15 de mayo de 2022

Horizon Zero Dawn (PS4)

Después del bajón de terminar The Witcher III y dejar atrás prácticamente 10 meses jugando, me vi en la coyuntura de elegir qué iba a ser lo siguiente. Al final, seguí la recomendación de mi amigo Javi y me puse con Horizon Zero Dawn, que me había pillado en la Play Store por 0 €. 

Vaya por delante que aún hoy, casi dos años después de comprarme la Play4, no he encontrado nada que fuera ni por lo más remoto comparable a la experiencia de convertirme en Geralt de Rivia y vagabundear por el mundo con total libertad. Entiendo que esto no es del todo justo para los juegos que vinieron y espero que vendrán después, pero es lo que hay. 

 

La primera impresión con Horizon Zero Dawn fue bastante buena. El personaje de Aloy no tiene nada que envidiar, en cuanto a carisma, a ninguno de los otros buenos personajes que he tenido la suerte de jugar: una chica fuerte y decidida y que además tiene la suerte de tener la voz de Michelle Jenner. 

El mundo en el que camina Aloy es el nuestro, varios miles de años en el futuro. En él hay varios puñados de seres humanos que están divididos en tribus y que comparten su hábitat con animales y con máquinas. Éstas son el meollo de la cuestión... algunas son hostiles y otras son únicamente neutrales, pero todas son una maravilla desde el punto de visa del jugador. 

Diseños mecánicos que duplican animales reales, desde el puñetero vigía  que controla los rebaños de los herbívoros, hasta el majestuoso avempestad o el letal atronador, pasando por cuernilanzas, embestidores, pisoteadores, topos, chascafauces, chatarreros, rapaces, cangrejos, recolectoes o bégimos. Enfrentarse a algunas de ellas en solitario es una misión casi suicida de por sí. 

 

Durante el viaje de Aloy iremos descubriendo poco a poco la historia de ese mundo, el porqué de las máquinas y cuál es su función, mientras vamos encontrando nuevos asentamientos y tribus: banuk, oseram, carja, nora, carja sombríos... 

Aloy tendrá a su disposición un arsenal cada vez más potente a medida que avanza el juego: arcos, trampas, lanzas, boleadoras, ballestas.... que se podrán modificar mediante bobinas y elementos extraídos de las máquinas, se protegerá con atuendos o pociones, aprenderá nuevas habilidades, fabricará equipamiento o podrá transformar los componentes que no pueda cargar en su inventario en esquirlas de metal con las que podrá comerciar y obtener recursos de los mercaderes. Con el tiempo, apenderá a sabotear a las máquinas y hacer que sean amistosas e incluso luchen a su lado. Llegará a poder repararlas y mantenerlas en funcionamiento para sus propios fines.

Mientras tanto realizará misiones, tanto principales como secundarias, y completará diversas colecciones que ayudarán a completar el 100% del juego. Algunas misiones se harán bastante repetitivas, como los terrenos de caza o las misiones de limpieza de las bases de bandidos. Otras serán misiones que intentan aportar trasfondo y relieve al mundo. No obstante, no hay una sola misión secundaria que se pueda considerar memorable. 

El terrorífico atronador

La historia principal de Aloy se va desvelando poco a poco, mientras Aloy se adentra en instalaciones con cientos de años de antigüedad que pronto descubriremos se fabricaron más o menos en nuestros días, en la zona de Estados Unidos que hoy es Denver. También se encontrará con PNJs, algunos de los cuales serán amistosos y recurrentes en la historia. 

Muchos de los PNJs que nos encontramos son apenas de cartón piedra. Vale, algunos de los más importantes tienen algún rasgo distintivo que intenta darles atractivo, pero no pasan de ser apoyos puntuales con los que intercambiar unas pocas líneas de diálogo con la sensación de que todo va bastante dirigido. Habrá que esperar a la expansión Frozen Wilds para encontrarnos a los PNJs más atractivos de todo el juego y con un trasfondo más rico. 

Casi al final del juego se descubrirá todo: quién es Aloy, qué fue FARO y en qué consistió la iniciativa Horizon Zero Dawn y cómo se transformó el mundo que hoy conocemos hasta convertirse en el mundo de Aloy, mientras seguimos acabando con las máquinas que nos encontramos o evitamos a las más grandes de ellas para sobrevivir. 

La versión del juego que compré incluía la expansión Frozen Wilds, que añade una zona más al mapa y nos permite profundizar más en la forma de vida del pueblo banuk, además de poder obtener recursos específicos, nuevas modificaciones de las armas y enfrentarnos a nuevas máquinas. 

 

Aunque Horizon Zero Dawn es un juego de mundo abierto, enseguida se le ven las costuras. Los asentamientos, incluso los más grandes, son bastante pequeños y las opciones de interactuar con PNJs es bastante limitada. Y aunque no paramos de ver casas y edificios, no podemos entrar en ellos salvo en los que forman parte activa de la historia. Nada de explorar casas, abrir cajones y arramblar con todo lo que vemos. Sencillamente aquí se ve a la legua que estamos ante un decorado. 

Incluso cuando vagamos por el mundo, si queremos ascender a las cimas más altas de las montañas, deberemos buscar los puntos de ascensión predeterminados por los programadores y marcados de color arena/amarillo. De otra forma será imposible llegar a algunos puntos del mapa. 

Pero a pesar de todas sus limitaciones, y sobre todo de todas las comparaciones negativas que puedo hacer con The Witcher III, el juego me gustó bastante. Le dediqué algo más de 100 horas repartidas en cuatro meses, más o menos, y me lo pasé bien. Volví a realizar la ampliación antes de terminar la historia principal, lo que ayudó a que la experiencia de dificultad no fuese tan alta al llegar con bastante más nivel del que seguramente debería, pero la dificultad es algo que nunca me ha obsesionado y lo que más me gusta es poder seguir la historia de forma satisfactoria. 

Adorable Michelle
 

A mi familia tampoco le gustó tanto como The Witcher. Solo la pequeña mantuvo un interés más allá de residual, por Aloy y sus aventuras. 

Y aunque mi experiencia fue bastante más que satisfactoria, no sé si en algún momento llegaré a hacerme con la segunda parte de las aventuras de Aloy. Como he dicho en varias ocasiones, mi tiempo de ocio es limitado y tengo muchas cosas que probar todavía.

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