Tengo una asignatura pendiente en el género ci-fi: el universo de Dune me parece bastante aburrido. No he sido capaz de leer más de tres libros de la saga y eso gracias a la fuerza de voluntad, porque cada uno de ellos es más lento y pesado que el anterior. Lo dejé cuando el hijo de Paul Atreides se convierte en una especie de reptil. Para mí, eso marcó el punto final.
No obstante le he dado una nueva oportunidad. Un amigo, con el que coincido en mi partido semanal de baloncesto de los sábados, me ha dejado La yihad butleriana, escrito ya por el hijo del autor y desarrollador del universo, Frank Herbert.
En este volumen, creo que cronológicamente el primero (algo que no puedo confirmar totalmente por mi desconocimiento de la línea temporal de este universo), se nos descubre cómo la Humanidad se encuentra en lucha constante contra Omnius, una especie de supermente cibernética que controla lo que se da en llamar Planetas Sincronizados. En ellos, los humanos viven como esclavos sometidos a las máquinas pensantes.
Frente a ellos, la Liga de Planetas, que luchan por la supervivencia. Se da la paradoja, sin embargo, de que en algunos de estos planetas se permite la esclavitud, lo que deberia ser censurable o, al menos, cuestionable cuando se lucha por el futuro de la Humanidad.
En medio, los cimeks, organismos híbridos que se componen de un cerebro humano mantenido con vida desde hace milenios e instalado en cuerpos mecánicos de combate. Son los titanes, humanos que quisieron en su día trascender de su propia mortalidad y permanecer rigiendo los destinos del universo hasta que Omnius tomó el control y los redujo a sus lugartenientes.
La historia habla además de los Atreides y los Harkonnen, Arrakis, los gusanos de arena, la especia melange, los escudos corporales y las precursoras de la Hermandad Bene Gesserit.
Resumiendo un poco, diré que el libro se lee con relativa rapidez favorecida por la estructura de capítulos cortos. Pero que durante las más de seiscientas páginas no se logra empatizar con los personajes. La pretendida epicidad de la historia es más bien un intento, sin llegar a conseguirse en ningún caso y haciendo que el lector sea un mero observador de lo que pasa.
Interesante, pero sin alcanzar la fibra.
Mira que la peli original (aquella con el inolvidable agente Cooper de Twin Peaks haciendo de Paul Atreides, con Sting en el papel de uno de los hijos de Harkonnen), a pesar de los primitivos efectos especiales y la lentitud de la historia, me gustó bastante, pero es que el resto va decayendo.
No sé si merece la pena volver con ello. De momento, va a ser que no.
Para la yihad butleriana, por su interés histórico, vamos a darle un aprobado justito. Un cinco. Y eso porque hay circulando por ahí cosas bastante peores.
Por Dios, qué rollo. La peli de Dune es ya extraña, aunque entretenida, así que me imagino como puede ser el libro y más aún sus secuelas. Se me han quitado las ganas de leer Dune. Por el contrario, el papi y el hijo (los Herbert) escribieron a medias un libro de ci-fi que me parece original y muy divertido (El hombre de dos mundos). No sé si ya te lo dejé, pero está a tu entera disposición.
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