domingo, 11 de diciembre de 2022

Sushi go!

La editorial DEVIR nos trae un juego de cartas de partidas rápidas y que pueden jugar grandes y pequeños. Se puede jugar de dos a cinco jugadores y según indica su caja, desde los ocho años de edad. Las partidas duran unos quince minutos. 

La idea es sacar el mayor número de puntos en lo que es una imitación de una comida en un restaurante japonés. Por eso se realizan tres turnos que corresponden al primer plato, segundo plato y postre. 

En cada turno se reparten cartas, dependiendo del número de jugadores. Diez cartas si somos dos jugadores, nueve cartas si somos tres jugadores, ocho cartas si somos cuatro jugadores y siete cartas para el caso en que seamos cinco jugadores. 

Cada jugador se descarta de una de las cartas en su mano, que le permitirá acumular puntos de forma directa o en combinación de otras cartas, y luego pasará las cartas restantes al jugador de su derecha (o izquierda, que para el caso da igual). 

 

 

Así, todos los jugadores tendrán en su mano el mismo número de cartas y juegan una sola carta por turno, salvo en el caso de que un jugador decida jugar los palillos. Esta carta le permite, en un turno de su elección, jugar dos cartas en lugar de una. El número de cartas en la mano permanece siendo el mismo para todos los jugadores, puesto que se deben devolver los palillos a la mano de la que se extraen las dos cartas anteriores. 

Otra carta interesante es el wasabi, que tiene la capacidad de "mojar" un nigiri de cualquier tipo y triplicar su puntuación.

Por último, no olvidemos los púdines. Se acumularán entre turno y turno y el que tenga más al final del menú, añadirá seis valiosos puntos mientras que el que tenga menos, perderá seis puntos. Esto puede ser vital en el caso de partidas igualadas. 

Como digo, las cartas son autoexplicativas y los objetivos y posibilidades de puntuación son diversos. Yo he jugado varias partidas, siempre con mis hijas de quince y siete años y les gusta bastante. La pequeña, aunque juega por gustos y es incapaz de seguir una estrategia, no queda muy atrás en las puntuaciones y en ocasiones consigue resultados notables.O sea, que al final no se desmotiva para seguir jugando. Al ser además un juego ágil y rápido, no le aburre.

 


 

Creo además que le puede gustar a los jugadores de cartas clásicos, porque hay un componente estratégico relativamente importante. Cada jugador ve todas las manos y puede haceerse una composición de qué tipo de combinaciones puede buscar cada adversario e intentar frustrar esos objetivos al tiempo que construye los suyos. 

DEVIR ha hecho además una edición con una alta calidad en los materiales de las cartas, que son a la vez flexibles y resistentes y se guardan en una caja metálica. El precio además es contenido, en el entorno de los 10 euros. 

Junto con el Dobble, es seguramente el juego que más hemos jugado las niñas y yo. 

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