jueves, 8 de diciembre de 2022

La primera ley

Llevaba tiempo sin leer otra cosa que buenas críticas del autor Joe Abercrombie, conocido como Lord Grimdark, y su obra. Así que un buen día decidí que tenía que leer la trilogía de La Primera Ley, compuesta por los títulos La voz de las espadas, Antes de que los cuelguen y El último argumento de los reyes.

Había leído que este autor ha venido a revolucionar los cimientos de la literatura fantástica, instaurando algo asi como un nuevo subgénero, la fantasía oscura, grimdark, y todo eso. No voy a discutir sobre ello, puesto que me faltan conocimientos para poder dar una opinión fundamentada, pero no sé yo si eso será verdad. Por ejemplo, me vienene a la cabeza los libros de la Compañía Negra de Glen Cook, que leí hace tiempo y reseñé aquí.  

Ya digo que no sé si esa etiqueta es exclusiva, si Abercrombie ha sido el primero o si es el autor que está considerado como máximo exponente del subgénero, pero tampoco me importa mucho. 

 

 

La cosa es que encontré que la trilogía empieza un poco perezosa o, al menos, no al nivel que esperaba después de tanto hype. Considero que La voz de las espadas es el más flojo de los tres libros. Puede que no sea más que el resultado del punto en que la trilogía se divide, pero el caso es que me parece que a la historia le cuesta un tanto arrancar. Es verdad que se ven ya algunos detalles que los aficionados han resaltado, como la descripción de los combates y los personajes. 

Antes de que los cuelguen me pareció el mejor de los tres libros y luego la trilogía vuelve a bajar con El último argumento de los reyes, a pesar de que intenta levantar al final. Un final bastante abierto, por cierto. 

Además de la construcción del mundo, detallada lo suficiente como para resultar creíble, son quizá su elenco de personajes los que marcan la diferencia con otras novelas de fantasía recientes. Vale, si lo comparamos con Canción de Hielo y Fuego, todavía queda mucho en cuanto a construcción de personajes sin caer en un maniqueísmo más o menos marcado, pero es que la obra de Martin es algo que sucede una vez en una generación. 

 


 

Había oído que el inquisidor Sand dan Glokta iba a ser la repera, un personajazo, vamos. Y lo que más puedo decir es que es interesante en su conflicto interior entre sus nobles intenciones y esa máscara de cinismo que cubre su comportamiento. Vale que es brutal y sádico cuando se requiere, va con el traje de inquisidor, pero sus acciones meditadas le convierten a su pesar en un héroe. 

Me interesaron más los personajes del norte. Sobre todo Logen Nuevededos y Sabueso. 

El aura trágica que tiene el primero, huyendo de un pasado que termina por alcanzarle y se cobra las vidas de aquellos que le han acompañado en los momentos más difíciles, ha sido lo mejor que he leído en mucho tiempo, por no hablar de las ocasiones en las que le domina la rabia berserker. Mientras tanto, el pragmatismo de Sabueso, no exento de fatalismo, hace de contrapeso a la figura de Logen, sobre todo cuando debe hacerse cargo de la pequeña partida de guerreros. 

Tengo cariño a todos los components de la banda de Logen. El noble Ruud Tresárboles, Forley el Flojo, valiente en su miedo, Dow el Negro, Hosco y el gigantesco Tul Duru. Casi todos con un final trágico que afrontan con entereza de espíritu. 

Otros personajes interesantes resultan Ferro Maljinn, la antigua esclava que busca la venganza en todo momento, o Bayaz, el primero de los magos. Porque en La primera ley, a pesar de toda su oscuridad, barro y fango, también hay magia, encantamientos e incluso criaturas que se parecen a los vampiros que resultan ser una secta de asesinos. 

 

 

Y también los hay que no me gustan un pelo o simplemente no me interesan. Collem West, incapaz de lograr la rectitud de espíritu y atormentado por ello, Jezal dan Luthar, a veces insorportable en su egocentrismo. 

Por no hablar del amplio abanico de secundarios que pasan por las páginas, la mayor parte con alguna característica que los hace únicos. Mención aparte merecerían los practicantes de la Inquisición, encargados de las investigaciones y de las sesiones de tortura que con tanto afán preside Glotka: Frost el albino, Severard el sádico y Vitari, la sorprendente madre de familia.

Diría que lo que me enganchó a la trilogía, además de las escenas de combate y los personajes, es la extraña habilidad de Abercrombie de tejer todo esto en la historia del mundo de fantasía y hacer que sea palpable. Tanto las historias del remoto pasado que cuenta Bayaz mientras van en busca del artefacto, como las más recientes de la tortura de Glokta o los años pasados por los norteños en su tierra enzarzados en una continua guerra en la que Logen tiene un pasado como guerrero ritual durante el que derrotó a la mayoría de los que hoy son sus fieles compañeros, además de la geopolítica que muestra la dura pugna de La Unión con Gurkhul por la primacía en la zona. 

 

 

El resultado del conjunto es bastante notable. Quizá no a la altura de su fama desmedida, ampliada por la legión de seguidores que tiene Abercrombie en las redes sociales, en las que se muestra muy activo además de acudir a jornadas y festivales literarios como si no hubiera mañana. Pero estoy seguro de que cualquier aficionado a la fantasía que se acerque a La primera ley, acabará la trilogía y seguramente buscará la forma de continuar leyendo las historias que van completando el dibujo.


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