domingo, 20 de agosto de 2023

La senda de los tercios

Los tercios son, objetivamente, una de las maquinarias bélicas más eficientes en el campo de batalla, soporte de la Monarquía Hispánica durante los siglos XVI y XVII, junto con la plata de América y comparable con la falange hoplita, la legión romana u otros cuadros militares en cuanto a importancia. 

Encontramos con el nombre de tercios a unidades tanto de italianos como de españoles, que luchaban codo con codo con regimientos de valones y de mercenarios alemanes, tanto católicos como protestantes. 

 

 

En su dilatada historia hay hechos de armas gloriosos y más victorias que derrotas, hasta que el inevitable declive les alcanzó hacia mediados del siglo XVII. Los reinos ibéricos, que eran el soporte principal y el núcleo del ejército, ya no podían nutrirse como en décadas anteriores por la profunda crisis demográfica que padecían, producto tanto de la emigración transoceánica como, sobre todo, los incontables fallecidos en los campos de batalla defendiendo el honor del rey y la verdadera religión. 

Para bien o para mal, son parte de la Historia de España y es normal que sean protagonistas de novelas y ensayos históricos. 

Es el caso de la trilogía La senda de los tercios, de Fernando Martínez Laínez. Supe de ella y de su autor escuchando el podcast de La escóbula de la brújula. Interesado como estoy en el pasado imperial del Reino de España en general y el período de la monarquía de los Austria en particular, era cuestión de tiempo que me hiciera con ellos. 

 

 

Diría que se trata de una suerte de ensayo novelado. Aparece algún personaje inventado para la ocasión, pero a diferencia de lo que sería una novela histórica más al uso, aquí son una excusa para dar contexto a los hechos que se narran. También utiliza personajes históricos para ampliar detalles y perspectiva. 

La senda de los tercios recorre un período de treinta años más o menos, los que van desde el sitio de Breda hasta la derrota en Rocroi, bastante menos decisiva que lo que nos ha vendido la historiografía francesa y que hemos comprado en España como producto de nuestros complejos, ya que los tercios volverían a vencer en el campo de batalla más allá de 1643. 

El primer libro, Las lanzas, se centra en el sitio y toma de Breda por parte del ejército dirigido por Ambrosio Spínola, las dificultades para los sitiadores, la permanente escasez de medios y dinero que, en gran medida cubrió el propio Spínola adelantando un dinero que no fue capaz de recuperar y que casi lleva a la ruina a su Casa en su afán de servicio al rey. 

Un libro sobre el barro y la guerra de trincheras, como sucedió en la mayoría de los ochenta años que varias generaciones de soldados hispanos, italianos, valones y alemanes pasaron luchando entre encamisadas, golpes de mano, sitios, marchas y contramarchas y casi ninguna batalla decisiva. 

 

 

El segundo libro, La batalla, trata de la que ganaron los tercios dirigidos por el Cardenal-Infante Fernando de Austria, hermano menor de Felipe IV. En Nördlingen se enfrentaron los tercios viejos con el hasta entonces fulgurante vencedor ejército sueco, paladín del bando protestante en la Guerra de los Treinta Años y que había venido a revolucionar el arte de la guerra y a amenazar la hegemonía que hasta entonces habían asegurado los españoles. 

Nördlingen (1634) fue una victoria brillante que cambió el signo de la guerra y que obligó a Francia a combatir de forma directa si no quería ver de nuevo triunfante a la Monarquía de los Austria, pero en el contexto de Flandes solo consiguió prolongar un poco más la agonía. 

Qué hubiera pasado de no haber muerto tan joven Fernando de Austria es algo que entra de lleno en el terreno de la especulación histórica y que huele parecido a lo sucedido apenas sesenta años antes con la muerte, también prematura, de Juan de Austria, bastardo del césar Carlos y vencedor de Lepanto. 

 

El autor
 

El último libro de la trilogía, El declive, está centrado en la batalla de Rocroi que, en 1643, menos de una década después del fulgor de Nördlingen, algunos se empeñan en marcar como el punto final de los tercios en los campos de batalla. 

Magnificada por la historiografía francesa, Rocroi está lejos de ser lo que nos han enseñado. En realidad fue una derrota más, producto de la mala suerte y de los peores mandos, pero el ejército se recompuso y fue capaz de vencer de nuevo a los franceses en Tuttlingen más tarde ese mismo año. No sería hasta la batalla de Las Dunas en 1658 cuando los tercios se vieron sobrepasados en los campos de batalla de los múltiples conflictos en los que participaban, externos e internos ya.

La senda de los tercios es una trilogía de lectura fácil y muy recomendable para quien esté interesado en el período concreto y no tenga ganas de tragarse sesudos análisis históricos. A mí me ha dejado con ganas de leer más libros del autor.


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