viernes, 30 de mayo de 2014

El capitán Trueno y el santo grial

El capitán Trueno, un icono del tebeo nacional, vivió su adaptación al cine allá por 2011 después de que fuera un proyecto del que había rumores mascullados en oscuros callejones repletos de frikis. 

El resultado fue El capitán Trueno y el santo grial, con Sergio Peris Mencheta y Natalia Yarovenko en los papeles protagonistas de Trueno y Sigrid. 


Poco voy a comentar de la película en sí. Solo que es una oportunidad perdida para el cine fantástico en España. Lo tenía todo para ser un bombazo en taquilla porque, afrontémoslo, mucho público potencial masculino, entre los cuarenta y los cincuenta e incluso más allá, ha crecido leyendo las tiras del capitán por esos quioscos de dios a finales de los cincuenta y durante los sesenta del siglo pasado.




Siendo crítico, la película no es buena. Parece como si los actores no acabaran de creerse los papele ni la historia. Hay mucha cara de palo por ahí. La historia, sin embargo, no está del todo mal. Las escenas de lucha están bastante bien (y sin ese baile de la cámara que tanto está de moda últimamente)... pero los chistes de Goliath y Crispín, ese singular dúo cómico, son bastante flojos.

Y lo peor de todo es que yo tampoco acabé de meterme en la historia. Será porque los actores me eran demasiado familiares por diversas series televisivas, o porque no me acababa de creer a Ramón Langa como el esbirro del malo maloso. 

Clichés a patadas, pero como en cualquier película estadounidense del palo, no nos vayamos a pensar que los de allí son lumbreras y los de aquí unos patanes. Lo que pasa es que, me repito, a este capitán Trueno le falta algo, un hervor, para llegar a ser creíble. 

Ojo, la película no es un bodrio. Bodrio es la última de Conan. Bodrio es El sicario de dios. Bodrio es El Código da Vinci, tanto la peli como el libro (Dan Brown, hace tiempo que no salías por aquí, amiguete).Bodrio es Solaris. Bodrio es George Clooney como Batman... Así podría seguir hasta mañana, por lo menos.

Dadle una oportunidad al Capitán Trueno, aunque sea por los buenos ratos pasados de chavales. Más por lo que promete que por lo que es, y porque hoy estoy blando, un cinco.


domingo, 25 de mayo de 2014

El origen del planeta de los simios

Precuela de la nueva generación de películas del Planeta de los Simios tras la de Tim Burton, pero con otro director (un tal Rupert Wyatt al que no conozco...).

En ella, un investigador James Franco está trabajando en una cura para el Alzheimer (nota lacrimógena, su padre sufre la enfermedad) y ensaya un prometedor producto en simios. Una demostración delante de clientes termina como el rosario de la aurora, con lo que los laboratorios farmacéuticos (ya sabemos que lo que buscan es el mayor beneficio al menor coste posible y que no tienen escrúpulos) cancelan el programa. Los simios no son necesarios y deben ser sacrificados.

Pero como James Franco tiene buen corazón, se lleva a un pequeño monito de estranjis a su casa. Un tal César, recién nacido y que ha recibido altas dosis del producto mientras estaba en la tripita de su mamá. También se lleva un puñado de dosis del medicamento para administrarle a su padre, que mejora de manera radical tras la primera administración...

¿Quién se ha dejado una toalla en esta entrada?


A partir de aquí, James Franco continuará investigando en su casa y desarrollando una nueva versión de la cura, basada en virus. Y el pequeño César irá creciendo y descubriendo que es diferente a todos los demás...

Lo complicamos con un poco de tensión sexual no resuelta (James Franco con la veterinaria), unas pocas dosis de malentendidos, un centro de acogida de simios que resulta más una cárcel regida por humanos de los más malos (Draco Malfoy, por ejemplo). Lo agitamos todo y tenemos el perfecto caldo de cultivo para que César odie al género humano y se convierta en el líder del germen del planeta de los simios. 

No contaré nada más, solo que hay una explicación muy básica al por qué los humanos serán minoría en el futuro cercano, además de que se homenajean los clichés de la serie (simios montando a caballo con rifles en la mano)

Como habéis podido ir leyendo, la película está plagada de giros y tópicos, pero entretiene a lo largo de los 105 minutos de metraje. Es honesta, porque tampoco se enrrolla sin necesidad para contar una historia que no necesita dos horas y media para desarrollarse, lo que es de agradecer en estos tiempos en los que las películas deben durar como Ben-Hur y los libros tener tantas páginas como la Biblia, o no estamos satisfechos. 

Podemos decir que los personajes humanos son meros secundarios, accesorios para explicar la personalidad del verdadero protagonista, el chimpancé César (Andy Serkis, ya acostumbrado a que no se le vea el careto en las películas que protagoniza). 

Tanto motion-capture hace que se pierda el sabor de ver a Roddy McDowall enfundado en un caluroso traje y sufrir varias horas de maquillaje, pero bueno...

En resumen, creo que un siete es una nota adecuada para una peli entretenida. Este verano se estrena la segunda parte... Veremos...

domingo, 18 de mayo de 2014

La cúpula (T1)

Primera temporada de una serie basada en un libro (que no he leído) de Stephen King, del mismo título. El argumento, sencillo a la vez que interesante: un día aparece una enorme cúpula transparente envolviendo el pueblo de Chester´s Mill, Nueva Inglaterra. La es aparentemente sólida y provoca accidentes, además del aislamiento del pueblo. 

Familias separadas a la fuerza, forasteros de paso que no pueden seguir su camino... personajes que no son lo que parecen. En resumen, el perfecto caldo de cultivo para una historia de Stephen King.

Ya digo que no he leído el libro, pero la primera temporada de La Cúpula tiene muchos elementos reconocibles de las novelas de King. Un reparto coral, buenos, malos, no tan buenos, no tan malos... 



Vi los dos primeros capítulos el día que la estrenó Cuatro y luego dejé de verla porque me perdí un par de días y preferí esperar a poder verla seguida. Durante ese tiempo, que fueron varios meses, recibí algunos comentarios poco positivos sobre la serie, principalmente que se basaba demasiado en las relaciones humanas.

Es verdad, pero no es malo. La cúpula, al aparecer, genera un microcosmos que bulle en su interior, generando puntos de conflicto y haciendo subir la temperatura de esas relaciones humanas hasta que llegan al punto de fractura. 

Pero mantiene muchos interrogantes. ¿Qué es la cúpula y por qué ha aparecido, precisamente sobre Chester´s Mill? ¿Por qué parece que está poniendo a prueba a la población? ¿Por qué dejan de funcionar las emisiones de radiofrecuencia con el exterior, pero en la radio local son capaces de captar emisiones del ejército? ¿Por qué hay un pequeño grupo de sensitivos que parecen comunicarse con la cúpula?

Los personajes tienen un cierto carisma, desde el malo malísimo concejal Big Jim Rennie, pasando por su desequilibrado hijo Junior hasta el que parece el héroe, Dale Barbara, alias Barbie (amos, anda...), un tipo que parece salido de aquellas pelis de los ochenta, El guerrero americano, con Michael Dudikoff y todas esas cosas...

La serie no me ha defraudado para nada. Se deja ver y al menos la primera temporada entretiene. Esto es lo que más me preocupa, hasta cuándo se va a poder estirar la trama en un espacio físico tan pequeño. ¿Dará para una segunda temporada decente?

En principio se lleva un siete, casi lo mismo que le dan en imdb.

domingo, 11 de mayo de 2014

Planet Hulk

Una mañana los Illuminati (Rayo Negro, Reed Richards, Tony Stark y Stephen Strange), con el voto en contra de Namor y la ausencia de Charles Xavier, deciden que Hulk es una amenaza para el planeta de tal calibre que debe ser exiliado. 

Así que montan una pantomima para engañar a Bruce Banner / Hulk, de forma que lo disparan al espacio, a un planeta ubérrimo pero falto de vida inteligente. 

No contaban con la presencia de un agujero de gusano en medio de la trayectoria, lo que da con los huesos de nuestro querido gigante esmeralda en el salvaje planet Sakaar. Debilitado por el viaje, es derrotado por el Rey Rojo y convertido en esclavo. Gladiador, para más señas. 

Soy Marco Décimo Merid... estoooo...


No es Hulk alguien que se de por vencido, así que pronto se adapta y se convierte en leyenda de la arena, junto con sus compañeros Korg, Miek o Hirohim, sus hermanos de guerra. Todos se juran lealtad mutua, mientras Hulk, conocido como La Cicatriz Verde, incrementa su fama a escala planetaria.

Compliquemos todo esto con alguna que otra profecía que parece cumplirse en la inmensa persona de Hulk, a quien los nativos empezarán a llamar Hijo de Sakaar. Y añadamos unas pizcas de guerra civil, en la que el gigante verde tendrá mucho que decir. 

Esta saga, publicada en la colección original de El Increíble Hulk, es anterior cronológicamente a la Guerra Civil que azotó al Universo Marvel y la justificación de que Hulk no participara en ninguno de los bandos en combate. Quizá el inmenso poder de Hulk, el mortal más poderoso de la Tierra, fuera demasiado para equilibrar la balanza, así que una opción no desdeñable era prescindir de él pero al mismo tiempo darle un arco argumental novedoso. 

Y tanto, porque veremos a Hulk ser superado, sangrar, hacerse más fuerte y convertirse en un líder. A su inmenso poder, añadirá unas sorprendentes dosis de estrategia y carisma. Es el Hijo de Sakaar, pero también es el Destrozamundos, y no podrá escapar de su destino. 



No es la primera vez que Hulk ha sido desterrado. Allá por finales de los años ochenta o principios de los noventa, sometido el intelecto de Banner en su eterna lucha con el salvajismo de Hulk, hubo de tomar el Doctor Extraño la decisión de enviarlo a un cruce interdimensional, con el imaginativo nombre de La Encrucijada. Hulk viajará a otros mundos, volviendo a ese cruce en el momento en que no fuera feliz en cualquiera de ellos, gracias al hechizo de Extraño.

Planet Hulk es una serie recomendable para todos los aficionados al Universo Marvel. Además, es el preludio a la Guerra Mundial Hulk, otro evento imprescidible de la Factoría de las Ideas.

domingo, 4 de mayo de 2014

Berlin Noir #6 y #7

Una entrada común para recuperar el tiempo perdido y comentar los dos siguientes libros de la serie Berlin Noir, de Philip Kerr: Si los muertos no resucitan y Gris de campaña.

Podríamos decir que la historia de Bernie Gunther sobrepasa lo que era antes la novela policíaca y se transforma en una experiencia vital en toda regla. Sigue habiendo crímenes, en ambas novelas, pero se colocan en un segundo plano mientras el autor nos regala retazos de la vida de Bernie, nuestro detective cínico alemán favorito. 

La historia de Si los muertos no resucitan continúa poco después de haber tenido que dejar Argentina por causas que ya nos habían explicado, y lo encontramos en La Habana de Fulgencio Batista, un marco ideal para continuar sus aventuras. 



El volumen se divide en dos partes: la primera narra sucesos de 1934, cuando Bernie Gunther era detective del Hotel Adlon. Allí saca a la luz unos asuntos turbios que tienen que ver con las concesiones de obras para los Juegos Olímpicos que se celebrarán dos años después en Berlín, y conoce a una mujer que cambiará su vida. ¡Ah, también estará a punto de morir unas cuantas veces!

La segunda mitad del libro, más o menos, narra la vida de Gunther en La Habana. Volverá a coincidir con esa mujer en 1954, en plena efervescencia previa de la rebelión de los barbudos, y se encontrará con un viejo enemigo que le dará trabajo para luego ser asesinado de una forma de lo más ingeniosa que Bernie conseguirá esclarecer, encargado por el mafioso Meyer Lansky, de una forma... pero mejor que lo leáis.

Por cierto, tiene sorpresa al final. 

El conjunto del volumen me pareció un poco desigual. Muy interesante la primera mitad, un poco más floja la segunda, que pierde un poco de ese sabor berlinés que tanto nos gusta. Si los muertos no resucitan está al nivel de los mejores de la serie, lo suficiente para llevarse un ocho.

La estructura de Gris de campaña es más compleja. Bernie es capturado por los americanos y acusado de ser un criminal de guerra. A partir de ahí la trama actual, más propia de John Le Carré, se entrecruza con las andaduras de Bernie Gunther en París en 1941, en el frente ruso y en distintos campos de concentración soviéticos hasta que logra escapar de una forma rocambolesca. 



El hilo conductor de la trama, alargada de nuevo cerca de veinte años, es Erich Mielke, un chaval comunista a principios de los años treinta en Berlín, que luego se convertirá en hombre fuerte de la Stasi en la República Democrática Alemana. 

La trama policíaca prácticamente no existe y se sustituye por una suerte de juego del gato y el ratón entre Gunther, los servicios secretos franceses y los servicios secretos estadounidenses, ambos interesados en reclutarle, ambos amenazándole con sacar a la luz su pasado como "criminal de guerra". 

El final es muy bueno, a la altura de las mejores novelas de espías, mostrando de nuevo la brillantez en el pensamiento lateral de Bernie Gunther. Otro volumen que no desmerece la serie y que se lleva otro ocho