domingo, 24 de julio de 2016

Tres pelis infantiles

Debería reducir un poco los temas pendientes de comentar en Historias de Iramar, así que toca una ración de cine infantil que he visto en los últimos meses. Porque la verdad es que desde que nació la pequeña Noelia, el ver cine de adultos está muy complicado. No, ni Batman vs Superman, ni Civil War, ni Deadpool, ni X-Men Apocalipsis... un erial en la vida del friki. 



Por orden cronológico, la primera película y la mejor de las tres es Zootrópolis. Un interesante thriller en un mundo de animales antropomórficos, protagonizado por una conejita que quiere ser policía y un zorro que se busca la vida como puede. El apartado gráfico está muy bien, los personajes están bien trabajados, tiene una ración adecuada de chistes (la oficina de perezosos es lo mejor)... y la historia de misterio es interesante hasta para un adulto. Un notable

La segunda película que vi es una tricuela (o la secuela de una secuela), Kung Fu Panda 3. El padre biológico de Po llega a la aldea para llevarlo de vuelta a un valle poblado por pandas. En medio de todo esto, una guerra desatada por Kai, el hacedor de viudas, que busca dominar el chi de todos los maestros de China y someter al mundo a su reino de terror. Solo Po se interpone entre Kai y su objetivo.


A estas alturas la serie ya no nos sorprende. Buenos chistes y algunos buenos personajes secundarios sostienen la película por encima de la (decepcionante) segunda parte. Eso y el doblaje de Flo, un crack desde los tiempos de El Informal. Aprobado alto

La última es también una secuela: Buscando a Dory. La segunda parte de la para mí sobrevalorada Buscando a Nemo. En este caso Dory, la secundaria robaescena de la primera parte, tiene ramalazos de memoria en la que ve a sus padres y decide ir a buscarlos ayudada por Nemo y Marlin. 



La película no llega a nivel de la primera, aunque tiene algún que otro momento. El secundario es en esta ocasión un pulpo un poco paranoico que resulta tener las mejores escenas de la película. Pero no es suficiente para mantener el interés más allá de unos minutos y que llegue el momento de dejar pasar el tiempo hasta los títulos de crédito finales. Una decepción, al estilo de Los pingüinos de Madagascar o Los minions. Por lo menos Cova se lo pasó bien. Solo por eso un aprobado raspado

En la cartera tenemos lo último de La Edad del Hielo (miedo me da, visto el nivel de la última). ¿Por qué no se darán cuenta los productores de cuándo llega el momento de cambiar el chip?. También tenemos Mascotas, de la que solo espero no haber visto los mejores momentos en el trailer...

domingo, 17 de julio de 2016

Mundos en el abismo (Akasa - Puspa 1)

He de reconocer que he leído más bien poco de la ciencia ficción patria. Asì, a bote pronto, solo recuerdo algún libro suelto de Rodolfo Martínez, otros pocos de A. Thorkent (pseudónimo que usaba Ángel Torres Quesada trabajando para Bruguera) y el inicio de la Saga de los Aznar, de Pascual Eguidanos Usach. 

Y si he leído poco, también poco es lo que me ha llamado la atención. Quizás de todos los que he nombrado me quedaría con Torres Quesada, cuyas obritas recuerdo con cariño y más cercano a la Edad de Oro de la ciencia ficción.

No obstante tengo que hablar hoy de Mundos en el abismo, novela de Juan Miguel Aguilera y Javier Redal, publicada en 1988. 



Lo interesante de Mundos en el abismo es que, aunque yo diría que hablamos de space-opera, no lo es a escala galáctica sino que se encuentra en un marco reducido: el cúmulo globular de Akasa-Puspa. Esta característica permite la introducción de diversas facciones interplanetarias que interacúan en un radio de unos pocos años luz, ya que la distancia media entre las estrellas de un cúmulo globular puede ser de unos pocos meses o días luz. 

En concreto tenemos tres facciones: el Imperio (cómo no) con sus naves de motores atómicos; la Hermandad, una especie de secta religiosa; y la Utsarpini, algo parecido a una confederación de planetas. Tanto la Hermandad como la Utsarpini no disponen de tecnología de motores atómicos, por lo que utilizan veleros espaciales, más lentos e incómodos y que podrían tener una analogía con los dirigibles de la década de los veinte del siglo pasado.

La trama parte de una serie de infraestructuras de transporte, trenes interplanetarios de mercancías, creadas por el Imperio que han sido dañadas por un organismo biológico, parásito de otros organismos que semejan enormes ballenas espaciales. Ante la decadencia tecnológica del Imperio (otro clásico), el cúmulo globular no puede permitirse perder estas valiosas infraestructuras, por lo que se impone investigar el porqué de esa destrucción. En el transcurso de la investigación descubren una enorme megaestructura en forma de esfera que contiene un sistema planetario completo y que al parecer guarda en su interior el enigma del origen de la Humanidad. 

Una esfera de Dyson


El resultado es interesante, aunque difícil de leer. Difícil porque los autores inundan al lector con decenas de vocablos, creo que con origen en la rica mitología hindú, que obligan a consultar las notas casi de continuo. Un poco locura, la verdad, que me saturó y me hizo más difícil la experiencia de lectura.

No digo que sea un mal recurso. El uso vocabulario extraño ayuda a poner en situación. Es el abuso lo que satura y ahí sí que pienso que los autores han abusado de ello. Por eso, a pesar de sus innegables virtudes (la más importante de las cuales sería la imaginación y la verosimilitud de lo imaginado), el recuerdo no sea el mejor. 

Un aprobado, diría yo. Aunque me tomaré tiempo antes de retomar la historia de Akasa - Puspa.

sábado, 9 de julio de 2016

Mitología griega divertida

Voy a aprovechar para opinar de dos películas en esta misma entrada: Percy Jackson y el ladrón del rayo y Percy Jackson y el Mar de los Monstruos, ambas basadas en las novelas que el autor norteamericano Rick Riordan, al parecer bastante famoso entre los autores para público adolescente. 

El prota, hijo de Poseidón

No he leído ninguno de los libros de Riordan (estoy bastante lejos de ser un imberbe adolescente), pero las pelis son divertidas y hacen divertida a la miología griega. Aunque, para ser sinceros, la griega y otras mitologías, como la romana o la nórdica, no necesitan mucho para ser divertidas. 

Tenemos de todo: dioses, semidioses, héroes, centauros, medusa, Escila y Caribdis, cíclopes, hidras, minotauros, el inframundo... De todo y todo mezclado con nuestro mundo real, en el que dioses como Hermes (impagable Nathan Fillion) se dedican a un negocio de mensajería. 

La chica, hija de Atenea

Y luego está Quirón (Pierce Brosnan), el centauro que formó y educó a tantos y tantos héroes, que ha montado una especie de campamento de verano en el que los héroes, los hijos de los dioses, entrenan sin descanso para cumplir su destino. 

En ambas películas, el bueno de Percy Jackson deberá cumplir una misión. En la primera, será recuperar el rayo robado a Zeus; en la segunda, recuperar el vellocino de oro. Y en ambas películas está acompañado por sus compañeros, Anabeth (hija de Atenea) y el sátiro Grover, encargado de su protección desde que era un niño. 

Siempre Uma

 Juntos recorrerán episodios que nos serán familiares a todos, aderezados con unos efectos especiales de calidad que durante unas pocas horas nos transportarán a ese mundo de fantasía. 

He hablado ya de personajes y cameos de actores famosos (Pierce Brosnan y Nathan Fillion, por ejemplo), pero no puedo olvidar a Uma Thurman, inquietantemente atractiva como Medusa, en uno de los pasajes más interesantes de las dos películas. 

Como suele ser habitual, los protagonistas no van a ser superestrellas del séptimo arte (aunque Logan Lerman - Percy haya tenido hasta ahora una carrera bastante apañada), pero Alexandra Daddario (Anabeth) va a ser siempre recordada por cierta escena de la primera temporada de True Detective, además de ser una de las nuevas vigilantes de la playa.

Otra vez la chica, por si acaso no se ve bien

 Por lo demás, un par de películas para pasar un buen rato. En imdb las otorgan sendos 5,9, pero yo creo  que son algo mejores. Tampoco mucho, pero cumplen en una tarde o noche de verano en la que no haya mucho que hacer...