lunes, 29 de junio de 2020

7º mar

Recuerdo las películas de los sábados y los domingos por la tarde cuando era un niño. Solo teníamos un par de cadenas, pero la verdad es que el entrenemimiento estaba cuidado y apenas echaba nada de menos, salvo cuando se cortaba la emisión por la tarde y luego volvía con la programación infantil. 

Aquellas eran películas clásicas, para todos los públicos, muchas en blanco y negro y tocaban todos los temas y géneros: musicales, románticas, comedia, de indios y vaqueros, de piratas... Cómo olvidar a Errol Flynn o a Burt Lancaster, en medio de sus piruetas, como capitanes piratas o héroes del pueblo. Eran héroes con todas las letras y estaban muy por encima de su rivales, en cuanto a altura moral, carisma, liderazgo y aptitudes. 

 
Portada de la última edición de Nosolorol


En cuanto a rol se trata, después de leer la nueva edición en castellano, puedo decir que el juego 7º mar recoge este espíritu a la perfección. Los jugadores toman el rol de héroes como los de esas películas, que se ríen del peligro, humillan a los rivales, salvan a sus víctimas y fanfarronean ante su némesis, ese villano tanto o más carismático que ellos. 

La mecánica del juego fomenta esta idea. Los héroes nunca podrán morir a manos de unos secuaces, están muy por encima de eso. En su lugar van acumulando heridas y, de cuando en cuando, alcanzan lo que el sistema denomina herida dramática. En ese momento, el héroe debe sacar fuerzas de flaqueza y realizar una acción que quedará en las retinas de todos durante las charlas de taberna. O sea, debe ser todavía más héro y vencer a la adversidad. 

7º mar es un juego eminentemente narrativo. La aventura está dividida entre escenas y transiciones, y es en las escenas en las que se da al jugador una responsabilidad narrativa que he visto pocas veces. Describirá lo que quiere que haga el personaje y el Director de Juego determinará qué características y habilidades van a suponer el éxito o el fracaso. Entonces el jugador tirará tantos dados de diez caras como sea la suma de característica y habilidad determinantes, y luego dividirá esos dados en grupos que sumen diez o más, lo que se denominan incrementos. Haciendo uso de esos incrementos, el jugador podrá solventar la situación con más o menos soltura y destreza, o causará más heridas al villano o muertes a sus secuaces. 

La acción está ambientada en el continente de Thèa, que está divido en naciones en un marco temporal al de la Europa del siglo XVII: Castilla sería la representación de la Monarquía Hispánica en el juego, ya en decadencia; Montaigne la de la pujante Francia del Rey Sol; Avalon la Inglaterra de la Reina Isabel, con elfos y magia; Inismore sería la verde Irlanda; Vodacce la Italia del quatrocento  quinquecento, con multitud de pequeños estados y ciudades independientes y en las que las mujeres de alcurnia pueden ser brujas; Ussura sería la Madre Rusia, inmensa e inhóspita; Vestenmennavenjar corresponde a los estados nórdicos vikingos, transformados en señores comerciantes; la Mancomunidad Sármata, además de una anomalía porque representa una democracia, tiene caracteres muy comunes con el reino de Polonia y Lituania, incluyendo los famosos húsares alados; por último Eisen, en el centro del continente, corresponde con los estados alemanes desgarrados por la Guerra de los Treinta Años, incluyendo las persecuciones de brujas. 

Cada una de esas ubicaciones tiene suficientes atractivos para crear personajes con matices suficientes para ser diferenciables y con características y perfiles con los que cualquiera disfrutaría jugando. 
 

Mapa político y geográfico de Thèa


Esa ambientación incluye también diversas sociedades secretas y religiones, destacando la Iglesia Vaticana, de la que Castilla es su más fiel adalid. 

Me ha gustado mucho leer el manual, que además está encuadernado en tapa dura y papel de gran gramaje con grandes ilustraciones. Me parece un juego muy bueno que está destinado a dar grandes tardes de diversión, pero no lo veo para mi grupo de juego actual. Demasiado dependiente de que los jugadores, con la libertad narrativa que tienen, decidan jugar para el bien de la historia y del grupo, en lugar de para sí mismos. 

La verdad es que me motiva probarlo.

domingo, 21 de junio de 2020

El ejército de Flandes y el Camino Español (1567 - 1659)

Entre los siglos XV y XVII, la Monarquía Hispánica dio pasos de gigante hasta convertirse en el primer Imperio global moderno: unificación de la Península Ibérica excepto Portugal, con la conquista de Granada y Navarra; financiación de la empresa de Cristobal Colón que llevó al descubrimiento y colonización de América y la explotación de sus riquezas numerarias; fundamentar el asentamiento en el sur de la Península Itálica, en dura pugna con la Monarquía Francesa; alcance de la dignidad imperial en la persona de Carlos I, gracias a la política de alianzas iniciada por los Reyes Católicos.



Todo lo anterir sucedió en un lapso inferior a cuarenta años. 

Muchas naciones se hubieran dado con un canto en los dientes solo con haber conseguido uno de esos logros. La Monarquía Híspánica no dejó de hacer honor a la divisa que rodean las columnas de Hércules: Plus Ultra. Ultreyá. Siempre mirando al fin del mundo. 

En cambio, lejos de las resonancias gloriosas de las conquistas y las victorias militares, en la Vieja Europa fue capaz también de una hazaña logística sin igual en la época: la apertura y mantenimiento del conocido como Camino Español con el que se consiguió, no sin esfuerzo, colocar "una pica en Flandes". 

Flandes fue, al mismo tiempo, la joya de la corona y el motor económico de la Monarquía Hispánica, haciendo bueno uso de la plata americana y de las materias primas salidas de la Península Ibérica, y una de las causas del colapso del siglo XVII debido a los ingentes recursos que se pusieron al servicio del mantenimiento de esa joya durante la Guerra de los Ochenta años, que finalizó con la independencia de los Países Bajos. La monarquía de los Austria nunca llegó a ser la misma y se convirtió en una potencia de segundo orden europeo, por detrás de Inglaterra, Francia y la propia Austria. 

Posesiones de los Habsburgo


No obstante, el viejo león supo vender cara su piel. Los tercios españoles se enseñorearon de los campos de batalla del Viejo Continente desde las primeras acciones del César Carlos durante las sucesivas guerras con Francisco I de Francia. Primero, desplazaron a los ejércitos compuestos por mercenarios alemanes y, sobre todo, piqueros suizos. Luego mantuvieron a sangre y fuego su estatus contra los enemigos que se les enfrentaron: ingleses, franceses, protestantes alemanes, suecos, otomoanos. Todos ellos mordieron el polvo. 

En todas esas jornadas de gloria, el Camino Español que en realidad era una sucesión de rutas alternativas dependiendo de las posibilidades y la política del momento, constituyó el aparato circulatorio por el que se bombeaba sangre española a los campos de batalla del gris norte. Decenas de miles de soldados y cientos de millones de maravedíes discurrieron por esos caminos intentando, las más de las veces sin éxito, taponar las heridas por las que el gigante se desangraba. 

El "camino" español


No obstante, y así lo indica Geoffrey Parker, debemos hacer notar que el enorme esfuerzo desplegado, hubiera hecho colapsar a cualquier poder de la época. Lo que maravilla, aún a día de hoy, es que la Monarquía de los Austria fuese capaz de mantenerlo operativo durante casi ochenta años, muchos de los cuales transcurrieron en su período crepuscular, durante los que signos de la decadencia eran claramente visibles. 

El autor

Si estás interesado en narraciones de batallas y hechos heroicos, este libro no es para ti. Trata más bien de los entresijos financieros y logísticos de la empresa. Algunas veces farragoso, quizá un poco aburrido, aún así interesará a los aficionados al período.

martes, 16 de junio de 2020

House of Cards (T1 a T6)

House of Cards es un ejemplo de cómo una serie grandísima se va al traste al final de todo, aunque en esta ocasión sea por causas ajenas a la producción. 

Francis Underwood, Frank, es el coordinador en el Congreso del Partido Demócrata de los Estados Unidos de América. Su mujer, Claire Underwood, dirige una ONG que realiza proyectos de canalizaciones y depuradoras de agua potable en lugares subdesarrollados. Son la pareja perfecta, de mediana edad, blancos, protestantes, demócratas, atractivos para el gran público y el electorado. 



Pronto veremos que ambos son mucho más de lo que parecen. Con ellos y con su fiel colaborador, Douglas Stamper, visitaremos las verdaderas cloacas del Estado. No habrá quien se les resista: periodistas, congresistas, senadores, sindicatos... incluso el mismo Presidente de los Estados Unidos doblará la rodilla ante ellos y su irresistible ambición. 

Veremos también como su matrimonio tiene algunas luces, pero también un sinnúmero de sombras. Un matrimonio con un solo objetivo que lo mantiene a flote: ocupar la Casa Blanca. 



La bajeza moral de Francis y la personalidad despiadada de Claire se combinan a la perfección en el camino repleto de obstáculos que deben recorrer para llegar a su meta. No dudarán en engañar, sobornar, ocultar informacion o incluso asesinar, para avanzar paso a paso, de forma inexorable, hasta la victoria final. 

Personajes memorables, empezando por el propio Frank y sus apartes con la audiencia, siguiendo por Claire y esa estudiada fragilidad que tiene, pasando por la fidelidad extrema de Douglas Stamper. Ellos son, seguramente, la tríada capitolina de House of Cards. Pero no hay que olvidar a otros: el premier ruso Petrov, la Secretaria de Estado Durant, el Presidente Walker, el magnate Raymond Tusk, la fiscal Dunbar, la congresista Sharpe o el lobbista Remi Danton. 

Un ¿matrimonio? ¿feliz?


Una pléyade de personajes entre los que también, aunque son minoría, los hay con ideales: el periodista Tom Hammerschmidt, Lucas Goodwin o el escritor Tom Yates. La mayor parte de estos se verá tragado por el torbellino Underwood y acabará mal. 

Mientras tanto, la meteórica carrera de Underwood llegará a lo más alto y se mantendrá a pesar de ser el blanco de los ataques de una infinidad de enemigos. Incluso llegará un momento en el que el contrato de confianza sobre el que se sustenta la pareja también se resquebraja y parece que el enfrentamiento entre Frank y Claire está hecho. 

Ahí está el clímax de la quinta temporada y prometiendo una sexta temporada apasionante. Hasta que el escándalo de Kevin Spacey y su acusación de acoso a diversos jóvenes dio al traste con todo esto y su personaje desaparece de la sexta temporada, demostrando que Claire y Frank son una suerte de Isabel y Fernando, tanto monta, monta tanto, y que la serie no podría sobrevivir a la falta de uno de los dos (o, de ser así, sobreviviría mejor a la falta de Claire que a la de Frank, que llenó la pantalla durante mútiples capítulos). 


Ponga un Francis Underwood en su vida


El resultado es una sexta temporada de solo 8 capítulos, dubitativa, que no acaba nunca de arrancar y que en su afán de reinventarse a toda prisa acaba incluso replanteándose algunas de las que fueron base de su éxito. Una pena. 

Y todo esto para que Kevin Spacey no fuera condenado. El resultado: una carrera destrozada y una serie magistral que se queda en muy buena. Este es uno de los riesgos de los juicios públicos en los que la gente corriente quiere carnaza y hay que dársela a costa de quien sea. 

Hoy tiene un 8,7 en imdb. Visto como acaba, demasiado generoso. House of Cards se compone de cinco temporadas absolutamente sobresalientes y una sexta temporada casi de vergüenza ajena para lo que estábamos acostumbrados. 

Una pena.

domingo, 14 de junio de 2020

Forastero en tierra extraña

Otro clásico que me decepcionó. Forastero en tierra extraña, de Robert A. Heinlein, uno de los grandes de la Edad de Oro de la ciencia ficción y autor de, entre otras, Las tropas del espacio que se adaptó al cine en los años 90 y por la que fue acusado de fascista. 

Publicada hace casi sesenta años, Forastero en tierra extraña pudo haber sido muy avanzada para su tiempo, transgresora quizá, pero a mí me pareció solo rara. 

En una época en la que la Humanidad ya envió una misión tripulada a Marte, cuatro matrimonios perfectamente compatibles, solo para descubrir que Marte ya estaba habitado. Pero como la misión original resultó fallida, se envía una segunda misión que vuelve a casa con una sorpresa: Michael Smith, humano criado por marcianos, hijo póstumo de una relación adúltera durante la misión original. 



Ajeno a su origen desde el mismo momento de su nacimiento, Michael vuelve a la tierra, un lugar que le es del todo extraño. La gravedad mayor de nuestro planeta hace mella en su delicado organismo, adaptado a la atmósfera y gravedad marcianas. Pero lo que le falta de capacidad física, le sobra de capacidad mental, muy superior al de sus congéneres humanos. 

Se le aísla en un pabellón médico, del que es rescatado por un periodista y su novia enfermera, que le lleva a la casa del diletante (cómo me gusta esa palabra de La llamada de Cthulhu) Jubal Harshaw, que hará de la protección de Michael su cruzada personal, realizando una ofensiva jurídica al invocar la ley Larkin, que hace a Michael el dueño de Marte de facto y su representante en la Tierra, por lo que su persona es inviolable. 

Forastero en tierra extraña continúa con el desarrollo de las extrañas capacidades de Michael Smith y su conversión en algo así como un mesías para decenas, cientos, miles y luego cientos de miles de personas. Michael intenta conseguir el desarrollo de la especie humana hasta la plenitud de sus capacidades y para ello desarrolla una serie de dogmas y ritos que asemejan su filosofía a una religión más, atractiva desde el punto de vista de muchos pues promulga una vida sin propiedad privada y colectivización de todo, incluso del amor y el sexo (supongo que por ahí le viene la fama de transgresora). 

El autor

Salvo los personajes del propio Michael Smith y su protector Jubal Harshaw, el resto no es más que un elenco de arquetipos desdibujados. Hija de su tiempo además, la novela describe a la mujer como poco más que un objeto decorativo. Nada transgresor por ahí, por lo que veo. 

Tampoco es algo nuevo, ni raro para la ciencia ficción de la época. El tratamiento de los personajes no es algo por lo que la Edad de Oro de la Ciencia Ficción vaya a ser recordada dentro de, digamos, cien años. Las historias y el soplo de aire fresco que dio a la ciencia ficción de principios de siglo, debían ser más importantes para los autores que la presentación al lector de personajes memorables. Lejos de Conan, John Carter, Solomon Kane u otros personajes pulp, en ese sentido la Edad de Oro fue un paso atrás.

¿Por qué lo considero un bodrio? Primero por su extensión, demasiado larga; se podía haber condensado en bastantes menos páginas. Y segundo, porque es aburrida. Me costó demasiado leerla. 

La verdad es que no sé el motivo, pero un buen número de los clásicos se me atragantan.

domingo, 7 de junio de 2020

Nuestro amigo y vecino Spider-man

Está claro que Spiderman es, de siempre, uno de los superhéroes más populares, un icono de la cultura de la segunda mitad del siglo XX y todo lo que llevamos del siglo XXI. Allá en los 90, lejos todavía de la explosión de películas, videojuegos y demás demostraciones artísticas de las que hoy disfrutamos, cuando los personajes de tebeo solo salían en tebeos, Spiderman llegó a acumular varias colecciones de forma simultánea, algo que no era muy habitual entre tanta oferta, y una serie de dibujos animados de televisión.



En los últimos años, el hombre araña ha protagonizado siete películas en solitario y ha aparecido en tres de los Vengadores. Ha tenido el rostr de Tobey McGuire, Andrew Garfield y Tom Holland. 

En Spiderman: lejos de casa, el bueno de Peter  Parker se va de viaje de estudios. No hay que olvidar que es un adolescente que aún no ha terminado el bachillerato y que sus problemas son típicamente adolescentes, sobre todo con MJ (Zendaya). Aunque, claro, a un superhéroe los problemas le persiguen, y da igual que se vaya unos días de incógnito a Londres, que el mal nunca descansa. Menos mal que tía May le ha metido un traje en la maleta, que si no... 

Aparece Mysterio. Un personaje la mar de misterioso, que se convierte en el antagonista principal de Peter. Un antagonista que lo basa todo en la ilusión, el engaño y la tecnología, pero que aunque no dispone de ninguna característica especial, es capaz de poner en un brete al bueno de Peter Parker. Le basta con haberse ganado su confianza, la de alguien que no deja de ser un adolescente que busca alguien en quien apoyarse. 

Ey Spidey, mira lo que hago


No obstante, Mysterio no puede compararse al Buitre, uno de los villanos más carismáticos del Universo Cinematográfico Marvel (ay, ese viajecito en coche al baile del instituto...)

Por lo demás, Spiderman: lejos de casa no deja de ser una película bastante típica y tópica de superhéroes que se sostiene en el innegable carisma del personaje y de Tom Holland, al que el hombre araña le viene como anillo al dedo. 

Un siete para una película que hoy lleva una nota de 7,5 en imdb. 

Y llega también Spider-man Multiverso, película de dibujos animados que reúne a los hombres araña de distintos universos alternativos. 

En ese afán de reinventarse que tiene siempre la Casa de las Ideas, hace ya unos cuantos años que el Spider Man principal ha dejado de ser Peter Parker. Ahora es el joven Miles Morales, jovencito afroamericano que deberá aprender a manejar sus poderes. 

Pa-ta-ta


Gracias a una grieta en el tejido que divide los distintos universos que conforman el Multiverso, Miles coincidirá en el tiempo y el espacio con diferentes Spider-man: Peter Parker, el Spider-man original, que no levanta cabeza de una espiral de depresión y alcohol por MJ (siempre MJ); Gwen Stacy, la Spider-Gwen de su Universo; Spider-man Noir, en blanco y negro, carente de poderes, pero con una pistola muy convincente; Peni Parker, una niña que viene de un universo mecha, en el que Spider-Man es una máquina controlada por ella; ... y Peter Porker... un cerdo... tipo Loney Toons que... bueno, un cerdo... 




Juntos deberán luchar para vencer una amenaza que promete acabar con todos el multiverso. 

Poca originalidad, aparte de la de presentar personajes totalmente desconocidos para el gran público y por supuesto no merecedora del 8,4 que luce flamante hoy su página de imdb.