domingo, 24 de febrero de 2019

The greatest showman

Parece que el musical es un género que está de vuelta, con más o menos fuerza: La La Land (todavía no la he visto), Into de Woods (la dejé a la mitad) y este gran showman son películas que se han estrenado en los últimos dos o tres años y que revitalizan el canto y el baile en el cine, más que las películas de Disney que han sido su reducto tradicional.



Ya sabíamos que Hugh Jackman, además de llevar casi dos décadas siendo Lobezno y el único en haber salido en todas las películas de mutantes, es un consumado cantante y bailarín de musicales. Lo demuestra en este biopic bastante edulcorado en cuanto a su protagonista (P.T. Barnum), desde el espectacular número de entrada hasta el mismísimo final. 

Pero cada uno de los protagonistas que le acompañan ponen su granito de arena: Zac Effron, Zendaya o Keala Settle llevan a cabo números espectaculares que dan lustre a canciones con mensaje, como esa This is me que tanto emociona. 

La historia no es que sorprenda precisamente. El amigo P.T. Barnum, hijo de un sastre,  es un visionario que sueña con ser un magnate del espectáculo y que va de fracaso en fracaso, acompañado por su mujer y sus hijas Hasta que da con una panda de inadaptados, los tunea en cierto modo para hacerlos más atractivos al gran público e inventa el Circo, el mayor espectáculo del mundo. 



Desde ese momento el dinero cae a montones en sus bolsillos, pero en lo personal su mundo se desmorona y está a punto de perder a su familia por su mala cabeza y una pelirroja que nunca tiene suficiente (Never enough, otro numerazo). 

Menos mal que su redención llega a tiempo y se convierte en un triunfador pleno, en los negocios y en la familia, a pesar del incendio de su local que lo destruye por completo, pero que a cambio le da la colosal idea de utilizar una carpa para alojar su nuevo espectáculo. 

Bueno, es un poco eso, una historia de superación, caída y redención que hemos visto en pantalla una y mil veces. Lo novedoso, lo que llama la atención y la hace algo diferente, es que en lo visual y en lo musical es una de las películas más poderosas de los últimos tiempos. 







domingo, 17 de febrero de 2019

Soy leyenda

Richard Matheson, autor también de El increíble hombre menguante, escribió en 1954 el librito de ciencia ficción Soy leyenda. Librito breve que narra la historia de supervivencia de Robert Neville en un Los Ángeles apocalíptico, después de que un virus haya convertido al resto de la Humanidad en poco más que en bestias sin raciocinio. O no, porque poco a poco, mientras vuelve a su refugio al caer cada noche, Robert Neville se da cuenta de que en realidad el raro, el que sobra, es él. De ahí las últimas palabras que pronuncia en el libro, mientras es testigo del nacimiento de una nueva civilización, pero humana: "Soy leyenda"



Varios años después, esta obrita sufrió la primera adaptación a la gran pantalla: El último hombre vivo, The omega man en su título original. El protagonista, el Hombre por excelencia, Charlton Heston en el papel de Neville, en una época en la que el actor fue el rostro conocido en varias adaptaciones cinematográficas de ciencia ficción, siempre distópicas como Cuando el destino nos alcance y la icónica El planeta de los simios

The omega man es una película hija de su tiempo, con una puesta en escena cuestionable, un argumento al servicio de su protagonista y poco más. 

Muchos años después, Charlton Heston es sustituido por otra estrella, Will Smith, que se ha atrevido a aparecer en alguna que otra adaptación de la ciencia ficción clásica (Yo, robot) en otra adaptación, en esta ocasión con el mismo título que la obra literaria original. 

Will Smith es Robert Neville, médico militar que hasta ahora ha sido incapaz de conseguir la cura al virus que ha infectado a casi toda la Humanidad, pero que continúa incansable su trabajo, aún contra toda esperanza y con la única compañía de un perro pastor alemán. Sus días se dividen en trabajar, obtener recursos para su subsistencia y esperar junto al puente a que algún otro superviviente se acerque atraído por el mensaje que, a diario, emite por radio. 



Ésto último lo conseguirá al encontrarse con una madre y su hijo, a los que aloja en su mansión-fortaleza. Y la cura, basada en un suero a partir de su sangre inmune al virus, también. 

Pero no todo son alegrías en las distopías de ciencia ficción, así que tras un enfrentamiento climático con esa nueva civilización a la que también ha visto nacer (ha sido testigo de cómo aprendían a desarrollar complicadas tácticas para capturarle), parapetado en su laboratorio tendrá que decidir realizar el sacrificio máximo para garantizar un futuro a lo que queda de la Humanidad. 

Tengo que decir que, a pesar de Will Smith, que cada vez me gusta menos, la película entretiene. Tiene algunos trozos que pasaría con el FF del video, pero el conjunto entretiene. Es ese final (en esto también cae El último hombre vivo) el que traiciona en mayor medida el espíritu del original de Matheson.

¡Sal, Neville!

domingo, 10 de febrero de 2019

El último cazador de brujas

Hay películas que no se toman en serio a sí mismas y me parece que El último cazador de brujas es una de ellas

Vin Diesel, el que por un momento fugaz hace un par de décadas parecía estar a punto de convertirse en el nuevo icono del cine de acción y que se ha quedado en un quiero y no puedo, aparca por una vez a sus dos personajes más reconocidos, Riddick y Dominic Toretto, para ponerse los zapatos de Kaulder, el último cazador de brujas. 



Por una ironía del destino, Kaulder es inmortal. Su alma está entrelazada con la de la Reina Bruja y no puede morir si ella no lo hace. Y no se le ocurre otra cosa mejor que consagrar todo el tiempo del mundo en acabar con las brujas en un mundo que convive con ellas y en el que existen ciertas reglas de convivencia. Aquellas brujas y brujos que las soslayan, saben que tendrán los días contados hasta que Kaulder dé con ellos, lo que es solo cosa de tiempo. Y él, como sabemos, tiene mucho.

Kaulder no está solo en su empeño. Tiene un acompañante, un sacerdote, que vela por sus asuntos mundanos y espirituales. Se llama Dolan, pero no es inmortal como su protegido. De hecho, somos testigos de los Dolan 36º y 37º. Además, en el camino se encontrará con Chloe, una bruja que regenta un bar en los que se sirven consumiciones a los usuarios de la magia. 

A partir de estas premisas que pueden ser más o menos interesantes, la película deja de ir a ningún sitio para no llegara ninguna parte. Se pierde en un quiero y no puedo, víctima del propio Vin Diesel, la falta de química con Rose Leslie (Chloe), los años que ya le pesan a Michael Caine y la permanente cara de empanado de Elijah Wood. 



Ni siquiera los malotes de la película ayudan a darle empaque. Más bien al contrario, no dejan de ser una caricatura, como todo lo demás. 

Pero, curiosamente y a pesar de todo, la peli entretiene y pasas un rato. Hay que ser muy friki o estar muy necesitado de entretenimiento, o las dos cosas, es verdad. 

Sería muy arriesgado por mi parte recomendarla. A no ser que la pongan una tarde de domingo de esas ociosas y que no haya nada más que hacer. Como hacer la colada. Si es que hasta me está costando rellenar esta entrada...

Una pena lo de Vin Diesel, gran jugador de rol y mejor persona. Pero actor, lo que se dice actor, como Victor Mature.

domingo, 3 de febrero de 2019

Múltiple

Bastantes años después, he vuelto a ver una película de Shyamalan. Bueno, digamos que volvía verla si contamos con el retardo que llevo en el blog.

Múltiple es una película bastante interesante y que remonta las últimas de Shyamalan (sobre todo Airbender, que toca suelo), aunque vaya por delante que a mí me suelen gustar las películas de este director. Si tuviera que elegir las que menos me han gustado serían la que acabo de citar, El pueblo, más que nada porque el giro final lo vi venir, y El incidente, que me pareció bastante rarita hasta para él. 



Aquí nos sumerge en una atmósfera agobiante, acompañando a varias chicas que han sido raptadas por un personaje bastante peculiar: una clase de enfermo mental que ha desarrollado un par de decenas de indentidades diferentes que van alternándose en la posición dominante. Estas identidades se han alineado a favor o en contra de un colectivo que denominan La Manada, una especie de secta que pone toda su fe a una entidad más sobrenatural, La Bestia, que las protege a todas a cambio de ofrendas de jóvenes impuras.

Así es como Casey cae en manos de Dennis / Patricia / Hedwig / Barry / Orwell / Jade, diferentes personalidades en las que el verdadero yo de Kevin Wendell Crumb ha decidido partir su psique para huir de una madre maltratadora. 


Dennis, Patricia y Hedwig

Mientras tanto, la doctora Karen Fletcher, que ha estudiado el caso de Kevin durante varios años, está a punto de pronunciar un discurso en un congreso médico en el que dará carta de veracidad a cómo una persona puede dividir su personalidad en entes que son totalmente reales, con diferentes actitudes y capacidades. Pretende "curar" a Kevin, pero La Horda está lejos de querer desaparecer así como así. La doctora Fletcher pagará cara su osadía.

En paralelo, Casey busca el modo de huir. Trata de convencer a Dennis, de engañar a Hedwig... pero todo se trunca hasta que por fin aparece La Bestia, el protector de La Horda y de Kevin Wendell Crumb y cuyo enfrentamiento con Casey tendrá un final totalmente inesperado. 


Casey, todo un descubrimiento

Múltiple es una película de ambiente, pero más aún de actor. Un actor y varios personajes, el trabajo de James McAvoy es realmente espectacular. Cambia totalmente la actitud, la postura y seguramente la voz (aunque el trabajo del actor de doblaje a castellano es también excelente, en versión original tiene que ser espectacular). Es la misma persona y a la vez son muchas distintas. Hasta que llega La Bestia y la transformación física, sin maquillaje, resulta espectacular. 

Pues sí, me gustó. Quizá no sea una película de esas que son inolvidables, pero sí es bastante entretenida. 

Y hay que quedarse hasta el final de los títulos de crédito. Lo que ví no me lo esperaba.