miércoles, 31 de diciembre de 2014

Modern family (T1 a T5)

Para cerrar el año, he pensado que no hay nada mejor que echarse unas risas. Así que por qué no hablar un poco de una de las mejores comedias de los últimos tiempos en la que, además, sale nuestra colombiana favorita, Sofía Vergara. 

Jay Pritchett, un acomodado empresario californiano, se casa con la despampanante Gloria, una colombiana bastante más joven que él (y de bastante mejor ver). Al casarse con ella, también se hace cargo de su hijo, Manny, un sensible preadolescente. 


Los Pritchett

Jay tiene dos hijos de su primer matrimonio. La mayor es Claire, casada con Phil Dunphy y madre a su vez de tres hijos: Luke, Alex y Haley. El menor, Mitchell, es homosexual y ha adoptado a una niña vietnamita (Lily) que cuida con su pareja Cameron (Cam). 

Este lío es el que da sentido al título de la serie: Modern family, una familia moderna. 

Una serie que lo tiene todo: buenos actores, buenos personajes, buenos guiones. Además, los capítulos duran poco más de veinte minutos, así que se pasan volando. 


Los Dunphy (yeah, Phil rocks!)

¿Mis favoritos? Sin duda, Phil es el mejor. Agente inmobiliario, animador en la universidad, aún no ha perdido esa inocencia que hace especiales a los niños. Esa es la forma suave de decirlo, porque la verdad es que Phil es un friki de tomo y lomo, con las aficiones más disparatadas, pero a la vez romántico y protector con su familia. 

¿Después? Mitchell y Cam (elegido el bebé más mono del condado). Mitchell es un gay que se reprime más de la cuenta mientras que Cam es mucho más espontáneo, quizá un poco demasiado (duerme a veces vestido de payaso; agobia a Mitchell con sus muestras de cariño; ahora que es entrenador del equipo de fútbol americano del insti, sus supersticiones son excesivas...).


Cam y Mitchell

No sé, pero a veces es tán surrealista que me recuerda muchísimo a Doctor en Alaska. Como en aquella, los personajes nunca dejarán de sorprendernos.

El doblaje en castellano es, como la mayor parte de las veces, excelente. Pero recomiendo verla también en V.O., para captar los matices y los chistes a costa del inglés de Gloria. 

Arrasa anualmente en los Emmy, así que es una de esas series que hará historia en la TV. 

Absolutamente recomendable.

Curiosidad: el chico que interpreta a Luke Dunphy es un genio. Pero de los de verdad: miembro de MENSA (sociedad que agrupa a personas de altísimo coeficiente intelectual) y se ha graduado con 13 años...

jueves, 25 de diciembre de 2014

Odessa

Hubo un tiempo, allá por la década de los setenta y de los ochenta del siglo pasado, en que Frederick Forsyth era un valor seguro, un fabricante de best-sellers, muchos de los cuales eran adaptados a la gran pantalla: Chacal, Los perros de la guerra, La alternativa del diablo, El cuarto protocolo.

Era la época dorada del thriller. Novelas cortas, como un puñetazo directo al estómago, con un pulso narrativo que tensionaba al lector desde la primera página hasta la última... todo condensado en poco más de trescientas páginas. 

Fuente: Wikipedia

Era la época de la Guerra Fría. Era la época en que los rescoldos de la Segunda Guerra Mundial aún no se habían extinguido por completo. 

Y así, en 1972, apenas un año después de hacerse mundialmente famoso con Chacal, Frederick publica Odessa. Una novela que comienza con la noticia del asesinato de Kennedy, algo que será accidental en el transcurso de la historia. Una historia que trata de la presunta red de rescate de criminales de guerra nazis, que proporcionaba una vida nueva a aquellos que, pasados los años más duros de la desnazificación en Alemania (nunca demasiado exhaustiva), deseaban volver a su Vaterland. Una red que conseguía contactos comerciales o de trabajo para que sus miembros se ganaran muy bien la vida.

Forsyth complica la trama con la crisis egipcio - israelí de los sesenta. Nasser pretende golpear al enemigo donde más duele, con misiles balísticos fabricados con tecnología alemana... pero sin conocimiento de los gobiernos Adenauer o Erhard. En todo ello, los antiguos nazis jugarán un papel básico. 

El protagonista, el periodista independiente Peter Miller, obtiene por casualidad el diario de un pobre judío, Salomon Tauber, superviviente del holocausto que un buen día decide suicidarse. En este diario aparece una bestia, Eduard Roschmann, el carnicero de Riga. Algo se enciende entonces en la conciencia de Miller, que le impulsa a introducirse en Odessa y a llevar a Roschmann ante la justicia. 

El carnicero de Riga, Eduard Roschmann
Fuente: Wikipedia


Este es, a grandes rasgos, el argumento de la novela. 

Las peripecias de Miller, su entrenamiento, cómo es descubierto, la carrera contrarreloj... se desgranan en las sucesivas páginas a un ritmo frenético, cinematográfico. Hasta que llegamos a un final un tanto decepcionante, porque para ello han tenido que suceder diversas improbables coincidencias que hacen un poco increíble la historia y que desmerecen la brillantez de la trama. 

Pero, cuando Miller se enfrenta a Roschmann, seremos testigos de las verdaderas motivaciones del periodista. Algo que no hubiéramos sospechado pero que es básico en el sentimiento humano: la venganza.

El cinematográfico Peter Miller


La adaptación al cine se produjo apenas dos años después, con Jon Voight (el papá de Angelia Jolie) en el papel de Miller y Maximilian Schell en el de Roschmann.

Un siete para el Odessa de Forsyth, y el convencimiento de que aquellas novelas eran mucho mejores que las de hoy.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Rush

Hubo un antes de Alonso y Hamilton en la Fórmula 1. Incluso hubo un antes de Schumacher y Damon Hill. Incluso antes de Senna y Prost.

Allá por 1976, el frío y metódico Niki Lauda defendía su corona mundial ante el arrogante británico James Hunt. O lo que es lo mismo, Ferrari y McLaren. Una lucha que trascendió el deporte para entrar de lleno en la leyenda, con ayuda probablemente del terrorífico accidente que casi le cuesta la vida a Lauda en el circuito alemán del Nurburgring (el antiguo, de más de veinte kilómetros de trazado). 

Lauda / Brühl


Lauda sobrevivió aunque con horribles quemaduras. Tras una recuperación que tuvo mucho de agónica, volvió en un tiempo sorprendentemente breve y se hizo de nuevo con el triunfo. Hunt se quedó con la miel en los labios (por poco tiempo). 

La película Rush, de Ron Howard, relata esta temporada de rivalidad con Daniel Brühl (Niki Lauda) y Chris Hemsworth (James Hunt) en los papeles protagonistas. Una película que, además de contarnos lo evidente, se entretiene y nos entretiene con los claroscuros de ambos personajes. 


Hunt / Hemsworth

Fiel a la temática, intercalando imágenes reales con las grabadas para el metraje, se deja ver y nos hace pasar un rato agradable. Sobre todo si, como yo, la vemos durante un viaje en autobús, aunque no vaya a pasar a la historia de la cinematografía. 

Además, tanto Brühl (este chico es todo un descubrimiento) como Hemsworth están bastante bien en sus respectivos papeles. 

Un seis alto (en imdb le dan un excesivo 8,2).





domingo, 14 de diciembre de 2014

Monuments men

Una de George Clooney, ambientada en la Segunda Guerra Mundial (o WWII como les gusta decir a los anglosajones). 

Basada en hechos reales, la creación de un grupo de expertos que trata de salvaguardar los tesoros históricos y artísticos de la Vieja Europa mientras la marea de muchachos de las naciones aliadas barre la resistencia de la Wehrmacht desde las playas de Normandía hasta el corazón de Alemania. 



Con un buen reparto (así, de memoria, además de George tenemos a Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Jean Dujardin y Cate Blanchett) y una buena base, la peli me resulta fallida. Demasiado americana para mi gusto, previsible (la pareja cómica Goodman - Dujardin, que acabará mal; la pareja romántica Damon - Blanchett, que tampoco acaba bien; los malotes que son los rusos...).





No obstante no es una película realmente aburrida. Digamos más bien que se deja ver, pero que no deja huella. Todo lo contrario, por ejemplo, a La ladrona de libros que comenté por aquí. 

Juega en ocasiones la baza de la llorina, aunque nos deja esa escena en la que uno de los miembros del equipo (inglés, no recuerdo su nombre), que había tirado su carrera por el alcohol, trata de proteger una talla belga de la rapacidad nazi, aún sabiendo que no sobrevivirá al empeño. Todo mientras su voz en off lee la carta que escribe a su padre y que llegará, ensangrentada, a manos del personaje de Clooney. Lagrimita fácil, sí, aunque efectiva.

Su mérito, no obstante, es rendir tributo a ese pequeño grupo de gente que, en la barbarie de la guerra, se preocupaba de mantener verdaderos tesoros de la Historia de la Humanidad, en ocasiones a costa de la propia vida. Ese contraste que hace que el ser humano sea capaz de las mayores atrocidades, pero al mismo tiempo sea capaz de crear las mayores bellezas. 

En imdb le ponen un 6,1. Yo soy aún un poco más duro: apenas un aprobado




lunes, 8 de diciembre de 2014

The Americans (T2)

Si hace unos meses recomendaba la primera temporada de la serie, ahora no puedo dejar de recomendar la segunda: la historia de Phillip y Elizabeth se complica, se hace más dura y más atractiva a cada capítulo. 

Seguramente ya sabéis de qué va: un matrimonio de agentes durmientes del KGB en territorio americano, con una tapadera perfecta. Unos abnegados padres de familia, típicamente americana, que en sus ratos libres se dedican a espiar, robar secretos, seducir tanto a hombres como a mujeres y a matar. Sí, también matan. Sin ningún tipo de escrúpulos, capaces de disparar a bocajarro a un agente rival y luego irse a su casa, entrar en la habitación de sus hijos y darles un beso de buenas noches.


Una familia feliz


Esos mismos hijos, sobre todo ella, comienzan a despertar y a darles algun que otro quebradero de cabeza a los ruskis. Las cosas de ser padres de una chica en la que comienzan a notarse los efectos de la pubertad y la exploración de los límites de la autoridad. 

Y, aparte de tener que ejercer más de padres, se encuentran con el asesinato de una pareja de agentes del KGB con los que habían colaborado con anterioridad. Todo parece indicar que el asesino es un descontrolado reclutado en el ejército estadounidense, un enemigo a la altura de nuestros espías favoritos. Hasta que en el último capítulo de la temporada se produce ese momento climático, cuando ya todo parecía perdido. Y la sorpresa es mayúscula, porque el asesino es... pero no diré más. No voy a reventar el final. 

Tramas secundarias referentes a los aviones espía desarrollados por los americanos en los años ochenta sirven para aderezar la temporada. Incluso se utilizan datos reales (los americanos permitían el robo de tecnología defectuosa a los rusos, para sobrecargar su industria y su economía hasta colocarla al borde del colapso). 


La relación de Phillip y Elizabeth sufrirá altibajos


Por supuesto, la historia del agente Beeman y de Nina Sergeevna sigue siendo un pilar fundamental sobre la que construir el universo The Americans

Y el final, climático, es sin embargo poco satisfactorio por aquello de parecer un poco traído por los pelos. Un poco deus ex machina que permite salvar a Elizabeth y a Phillip. Pero esa decepción no es suficiente para hacer sombra a una temporada bastante brillante y que no solo mantiene el tono que era el sello de la primera temporada, y ese sabor a guerra fría y a novelas de Le Carré, sino que en ocasiones lo supera. 

Sigo enganchado y a la espera de la tercera.