domingo, 27 de junio de 2021

La La Land

 Hay como un revival del genero musical que tanta gloria dio en el Hollywood clásico. Desde recreaciones como el clásico de Victor Hugo, Los Miserables, que me sorprendió tanto que apenas vi unos minutos (tengo pendiente retomarlo en el futuro) a buenas películas en las que el género musical supera a la historia, como El gran showman (parece que a Hugh Jackman le va esta historia y la verdad es que no lo hace nada mal. 

Tanto es así que apareció La La Land, rompiendo records con catorce nominaciones al Óscar y un momento embarazoso para el pobre Warren Beatty en la ceremonia de entrega de premios. Y, cómo no, durante el duro confinamiento fue nominada para verla una de esas noches de sábado. 

 


 

El resultado fue bastante decepcionante: un musical romántico al que no le he llegado a ver el alma, que en ocasiones llega a ser deprimente y que en gran parte del metraje es aburrido, sin paliativos. No gustó a nadie de casa, ni a nosotros ni a las niñas. 

Es que ni siquiera recuerdo alguna de las canciones de su banda sonora, así como recuerdo tres o cuatro grandes temas de El gran showman (otra historia que no es nada del otro mundo, pero que la música consigue rescatar). 

Vale que tiene una lista interminable de premios y nominaciones, incluso un Óscar para Emma Stone, pero eso no quiere decir nada para el gran público, que al final es el que paga las facturas de los estudios. 

La historia no puede estar más trillada, chica conoce chico, enamoramiento, peripecias, ruptura, culpabilidad y ¿vuelta?. Sí y no. Resulta que después de más de dos horas de metraje, aquí no ha pasado nada. Al más puro estilo de Los Serrano. Un recurso fácil que me cabreó bastante, después de haber aguantado al pie del cañón unas idas y venidas que no me estaban diciendo nada. 

¿Ginger y Fred? Ojalá
 

Y Ryan Gosling con cara de pánfilo. Impagable.

Eso sí, en la película hay mucho colorido. Pero mucho, mucho. Fotografía brillante y luminosa, trajes y vestidos de colores vivos.... todo muy felices años cincuenta.... Sí, pero no. 

Creo que ha quedado claro que no me ha gustado nada. Pero hoy en imdb tiene un flamante 8,0, así que debo ser un rarito. 

O no, quién sabe...

domingo, 20 de junio de 2021

Alita, ángel de combate

 Alita, ángel de combate resultó ser una agradable sorpresa y un entretenimiento agradecido durante aquellos eternos fines de semana del confinamiento estricto (sí, una vez más estoy comentando temas de rabiosa actualidad). 

En un futuro relativamente cercano, la sociedad de la Tierra está dividida en niveles. Los más afortunados viven en ciudades flotantes, ancladas al terreno mediante gruesos cables metálicos. Debajo de una de estas ciudades, malviviendo de los despojos que caen de ella, sobrevive como puede la inmensa mayoría de la población.

 

En estos suburbios ejerce su actidivad del doctor Dyson Ido (Christopher Waltz), que realiza complicadas operaciones quirúrgicas de implantación de miembros amputados u órganos ineficientes, cobrando únicamente lo que sus pacientes puedan pagar. 

Con él vive Alita, una chica de grandes ojos y un cuerpo casi por completo cibernético, que parece haber perdido casi por completo la memoria. Solo algunos retazos de recuerdo aparecen de vez en cuando en forma de visiones. El doctor Ido la trata como una hija, aparentemente una hija que nunca ha tenido.

Pronto veremos que las historias del doctor Ido y de Alita son mucho más de lo que parecen. Por un lado descubriremos la verdadera profesión del doctor Ido, muy alejado de ser solo un doctor solidario con sus ciudadanos. 

 

Mientras tanto, Alita irá descubriendo poco a poco sus recuerdos con ayuda de un chico que conoce en la calle, un tal Hugo, aficionado a un deporte de carreras que recuerda al rollerball de la película homónima de 1975 protagonizada por James Caan. Alita también se enamorará de ese deporte y lo verá como una oportunidad de progresar y ascender a la ciudad flotante que parece desencadenar parte de sus visiones. Aún más allá, Alita descubrirá habilidades extraordinarias que surgen de forma automática y que desencadenarán nuevos recuerdos hasta que seamos espectadores de la verdadera naturaleza de Alita.  

 


 

La película tiene un elenco de actores muy sólido, encabezado por el gran Christopher Waltz, actor que he descubierto no hace demasiado tiempo, pero que nunca defrauda a sus admiradores. Se ha convertido en un imprescindible y ha dejado personajes memorables. 

A Waltz le acompañan la espléndida madurez de Jennifer Connelly (la inolvidable jovencita de Dentro del laberinto) y la presencia de Mahershala Ali (el nuevo Blade y un actor que se está poniendo al nivel de mi admirado Idris Elba. 

En el aspecto visual, la película es impresionante con la recreación de ese futuro distópico de miseria y brillante tecnología. Seguro que llamará la atención de toda la familia. 

La duración ajustada de 122 minutos la hace perfecta para verla con niños (aunque sea no recomendada para menores de doce años, tampoco tiene escenas que la hagan desaconsejable a menores de esa edad). 

En imdb tiene una nota hoy de 7,3.

sábado, 5 de junio de 2021

Banu Qasi: los hijos de Casio

Me aburro.

Esto es lo que pensaba mientras leía Los hijos de Casio, de Carlos Aurensanz. Vaya aburrimiento, cómo me costó acabar el libro y qué pena. Todo eso.

Es una pena, porque el período histórico y el protagonista son suficientemente atractivos para que me interesara por el libro, pero el resultado no fue satisfactorio. Una pena, porque tampoco es justo juzgar a un autor por solo un libro, teniendo también en cuenta que cualquier buen escribano hace un borrón, pero no. No creo que siga con la serie. Hay muchos libros que leer, comics, juegos de rol, series y películas, y demasiado poco tiempo por delante para poder disfrutar. 

 



El libro narra la historia de Musa ibn Musa, Musa el Grande de los Banu Qasi, del que dicen que llegó a autodenominarse como tercer rey de España (ya me cuesta, ya), junto con el rey de Asturias y el emir de Córdoba. 

Los Banu Qasi fueron una poderosa familia muladí (cristianos convertidos al islamismo durante los primeros días de la conquista de la Península) por la visión política del conde Casio. Gracia a su conversión conservaron una cuota de poder que les hizo rivalizar con los grandes poderes de su tiempo, e incluso hicieron temblar el trono de Córdoba. 

Musa ibn Musa fue el cuarto dirigente de la familia, tras el propio Casio, su hijo Fortún ibn Qasi y su nieto Musa ibn Fortún (nótese la progresiva adopción de nombres musulmanes), que vivió a caballo de los siglos VIII y IX. 

Este mapa de Wikipedia ayuda a hacerse una
idea de la dimensión de los Banu Qasi en el s. IX

 

El mismo Musa podría considerarse un mestizo, puesto que era hijo de Oneca, madre de Íñigo Arista, considerado primer rey de Navarra. De hecho, con los navarros (o vascones) se alía en numerosas ocasiones, incluso en contra de su señor natural, para conservar el señorío sobre las tierras del Ebro, casándose con una hija de su medio hermano, Assona Iñiguez.

Como digo, un período histórico del que se conoce poco y en el que los bárbaros reinos cristianos del norte se van reponiendo cultural y militarmente y se empieza a ver que resultarán un hueso duro de roer para un emirato, y luego califato, que todavía es deslumbrante en ambos aspectos y que continuará siéndolo durante casi doscientos años más, alumbrando todavía personajes de talla mundial como el primer califa Abderramán III.

Los hijos de Casio hace un recorrido por la vida de Musa ibn Musa, pero el problema es que aparte de esto, carece de atractivo. El estilo es plomizo, las páginas pesan y pasar de una a otra es una epopeya digna de Hércules. Me ha pasado lo mismo con José Luis Corral (con Numancia, no tanto con El Cid), Larry Niven, Yeyo Balbás (este por no dejar de demostrar todo lo que sabe) o Artur Balder (este porque malo, así sin tapujos).

El autor

 

Creo con firmeza que hay que apostar por los autores patrios, pero me he encontrado también que, salvo honrosas excepciones, no soy capaz de continuar con su lectura. Y que otros, amados por el público en crítica y ventas, tampoco son nada del otro mundo. Hablo ahora principalmente de autores de literatura histórica, que ya llegará el momento de hablar de otros géneros. 

Mi recomendación para Los hijos de Casio: buscar otra lectura más gratificante.