sábado, 26 de agosto de 2023

Los nuevos mutantes

Ya he perdido la cuenta de las películas que componen el Universo Cinematográfico Marvel. A duras pena cuento las fases, como para contar las películas. Si hago una estimación, puedo irme con facilidad a la treintena, seguramente más. Ni siquiera quiero plantearme añadir las diferentes series que se han ido sumando. 

Entre tanta oferta, por supuesto, uno se encuentra de todo, desde películas muy buenas a otras malejas, pasando por otras más o menos disfrutonas. Y también encontramos películas como Los nuevos mutantes, injustamente menospreciadas y que son muy aprovechables. 

 


Esta cinta, que seguramente es una gran desconocida para el público en general, tiene el problema añadido de haber salido el año de la pandemia, así que tampoco ha tenido las cosas de cara. 

Los nuevos mutantes nos muestra un grupo nuevo de mutantes, jóvenes inadaptados que ya tendrían serias dificultades para encajar en la sociedad si fueran normales y que además tienen que lidiar con unos poderes que en la mayoría de los casos no entienden o ni siquiera saben controlar. 

Se encuentran en un caserón apartado del núcleo poblacional más próximo y están tutelados por una psicóloga, psiquiatra o qué se yo, que se ocupa de su salud mental y trabaja para que puedan superar sus inseguridades personales, que amenazan con impedirles alcanzar su máximo potencial. 

 

Grande, Anya

 

A esa atmósfera cerrada y bastante opresiva llega Ilyana Rasputin, Magik, con un pasado particular de sueños y pesadillas en medio de un poder que se intuye devastador, pero que no sabe controlar (en los tebeos, Ilyana es hermana de Coloso, pero en la película no se establece parentesco alguno). 

Se encuentra con el resto del grupo: Bala de cañón, Mancha solar, Wolfsbane y Danielle Moonstar. Su encaje no será fácil tampoco, tanto por los equilibrios sociales ya establecidos dentro del grupo como por su propio carácter, que no es precisamente fácil. 

La película sorprende, porque no estamos ante una película de superhéroes al uso. Aquí no vamos a encontrar mallas ni uniformes brillantes, espectaculares peleas ni una pirotecnia de efectos especiales, sino que es más una cinta de terror adolescente. Y ahí es quizá donde se encuentra su mayor problema, puesto que estoy seguro que la mayor parte de la gente que se ha acercado a Los nuevos mutantes no se espera esto. 

Sin embargo, la cinta es bastante satisfactoria. Construye el ambiente, presenta a los personajes, muestra a los antagonistas y se encamina hacia el desenlace en unos más que modestos 94 minutos (incluyendo créditos). Es de agradecer y una demostración de que no se necesitan dos horas y media para construir una historia convincente. 

 

No vamos a negar que hay que darle
una vuelta al estilismo

Además de la omnipresente Anya Taylor-Joy (esta chica llena la pantalla desde que apareció en Múltiple), tiene un solvente reparto de jóvenes rostros, en su mayoría conocidos y que nos suena de otras producciones populares, sobresaliendo Juego  de Tronos (Maisie Williams) o Stranger Things (Charlie Heaton). 

Los nuevos mutantes presenta también un grupo diverso, como gusta ahora, pero una diversidad creíble y un reflejo de los pioneros esfuerzos que ya Marvel comenzó a realizar en los años ochenta del siglo pasado. 

Todo esto hace que recomiende dar una oportunidad a esta película. No hay mucho que perder y sí mucho que ganar. Por lo menos ver una de las cintas más infravaloradas del UCM y disfrutar de la perturbadora mirada de Ilyana Rasputin. 

No os dejéis desanimar por el paupérrimo 5,3 que luce hoy en imdb. Estamos ante, por lo menos, un seis y medio.

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